Mussio Cárdenas Arellano | 15 enero 2022
Tribuna
Libre.- Tanta
inquina, tanta sorna, increpando a Monreal, regodeándose en la violencia que devora
a Zacatecas, y acá el infierno es brutal, sin amainar el baño de sangre, y los
cadáveres en carreteras, y los embolsados, y los mutilados, porque el crimen
manda, los capos cooptan, la 4T se alinea y Cuitláhuac García encabeza ya el
narcogobierno de Veracruz.
Tanto imputarle a otros, a Yunes, a Fidel, a
Duarte, vínculos con la delincuencia, pactos de impunidad, y en Veracruz el
secretario de Gobierno, Eric Cisneros, es acusado de narco, el que protege
desde el poder, el que financia, el que opera, el que encubre al Cártel de
Sinaloa.
Nueve cadáveres a pie de carretera, en Isla,
municipio al sur, y un video cuando los ejecutados aún vivían, y en él la
confesión de un presunto sobrino de Eric Cisneros, cimbran a Morena, a
Cuitláhuac, a la clase política, a Veracruz.
Nueve cuerpos con huellas de tortura,
semidesnudos y apilados, ocho hombres y una mujer, trayendo a la memoria aquel
20 de septiembre, en 2011, a plena luz del día, cuando arrojaron 35 cadáveres,
presuntos integrantes de Los Zetas, al pie del monumento a Los Voladores de
Papantla, en la zona turística de Boca del Río, a metros de distancia del
recinto en que se desarrollaba la cumbre de procuradores y presidentes de
tribunales superiores de justicia del país.
Javier Duarte rehuía acuerdos. Se imaginó
inmune al vacilo del crimen organizado. Y lo pagó.
Lo volvieron a sacudir con otra veintena de
cuerpos en una casa de Veracruz. Pero siguió necio. Lo cimbró el hallazgo de
otros 14 cadáveres en casas de seguridad y más muertos en las calles, en
carreteras, en el campo, en la conurbación Veracruz-Boca del Río. Y así hasta
que el mar de violencia, las masacres y el horror doblegaron al truhán que
devino en un simple peón del narco.
Cuitláhuac ya transita en el mismo laberinto.
Ufano, presume cifras de seguridad. Veracruz, según la estadística, segundo
entre los mejores de México. Cifras maquilladas para no admitir secuestros
donde hay secuestro, extorsión donde hay extorsión, feminicidio donde hay
feminicidio. Aprehensiones pactadas. Aprehensiones de capos menores.
Aprehensiones para simular que la Policía Estatal va imponiendo la paz.
El show es grotesco. Y la realidad,
demoledora. Y de auténtico escándalo el video en el que el secretario de
Gobierno queda al desnudo, exhibido como protector del Cártel de Sinaloa.
Veracruz enfrenta la violencia en dos vías:
la de los cárteles y la delincuencia común, y la institucional, la de
Cuitláhuac y Cisneros imponiendo el terrorismo político, encarcelando
inocentes, fabricando culpables; su policía robando, sembrando armas, sembrando
droga, realizando aprehensiones ilegales, reprimiendo protestas, agrediendo
periodistas.
Y ahora la evidencia del vínculo entre el
narco y el gobierno de Morena. Y sólo así se explica por qué Eric Cisneros
detenta tanta soberbia y tanto poder.
¿Qué dice el sobrino de Eric Cisneros, Eric
Alejandro Roca Aranda, en el video? Que Eric Cisneros cubre y encubre al Cártel
de Sinaloa.
Y que le pagó cinco millones para reclutar
sicarios.
Y que le dio droga —cocaína y marihuana— para
traficarla en la Cuenca del Papaloapan.
Y que la encomienda es calentarle la plaza al
secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, otro bandolero
ligado al círculo de Andrés Manuel López Obrador. O sea, pleito inside. Bronca
entre los pandilleros de Morena que gobiernan Veracruz.
Y que Eric Cisneros opera junto al “Chivo”
Vázquez. ¿Alusión a Erasmo Vázquez González, así apodado, medio hermano del
extinto líder ganadero de Acayucan, Cirilo Vázquez Lagunes? Erasmo, Señor de
Sayula y San Juan Evangelista hasta Jesús Carranza, en los límites con Oaxaca.
Y que el sobrino debía coordinarse con dos
capos de la Cuenca del Papaloapan, Julián Álvarez Vallejo y Pablo Mendoza,
alias “El Junior”, todos en la línea del Cártel de Sinaloa, la organización
criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, preso y sentenciado a cadena
perpetua en Estados Unidos, hoy operada por sus hijos, Los Chapitos, y por su
socio, Ismael “El Mayo” Zambada.
“Mi tío Eric Cisneros —dijo— nos proporcionó
armas, vehículos y droga. Eso a las órdenes de Julián Álvarez Vallejo y Pablo
Mendoza ‘El Junior’; estos dos mencionados del municipio de Nopaltepec,
encargados de la zona de Otatitlán (lugar de nacimiento del secretario de
Gobierno de Veracruz). Todo trabajo para el Cártel de Sinaloa”.
“Nos dieron 20 armas largas —agregó—, cinco
armas cortas, dos kilos de cocaína y 40 kilos de mariguana para empezar a abrir
puntos de droga en toda la Cuenca del Papaloapan”.
¿Y qué le dicen los de “Las Cuatro Letras”,
presuntamente el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), apuntándole con sus
armas?
Que el mensaje va también para Pablo Mendoza,
Álvarez Vallejo, Carlos Alberto Rojas, alias “El Cartero”, para “El Gallero”,
Álvaro y El Pana, capos del Cártel de Sinaloa.
Junto a los nueve cadáveres, en Isla, se
halló un narcomensaje:
“Pinche perro traicionero. Siguen ustedes.
Ahí le dejamos a sus pinches lacras”.
Y la sentencia al secretario de Gobierno:
“Para que veas tú, Eric Cisneros Burgos, que
aquí en la Cuenca del Papaloapan mandan Las Cuatro Letras’. No te pases de
v…rga”.
Al día siguiente, Cuitláhuac García enfrentó
el escándalo. Pudo desmentir el vínculo familiar entre Eric Alejandro Roca
Aranda y Eric Cisneros y no lo hizo. Se limitó a decir que entre los ejecutados
no había ningún familiar del secretario de Gobierno y que Cisneros continuaría
laborando de manera normal. Evadió el tema central: la relación sobrino-tío y
las gravísimas imputaciones que lo ligan al Cártel de Sinaloa.
Cisneros Burgos fue más torpe aún.
Entrevistado sobre el video y la relación que le imputa su sobrino, el
secretario de Gobierno no negó el parentesco y terminó por empinarse aún más.
“Aquí no vamos a permitir —señaló— que ningún
grupo quiera venir a establecerse sobre otro”.
O sea, su función es evitar que un grupo
criminal pretenda desplazar al que domina el territorio.
Cuitláhuac está en la mira del Cártel
Jalisco, rival del de Sinaloa. Desde el primer día los vio llegar y asumió el
embate. Le tomaron la autopista Cosoleacaque-La Tinaja, que conecta al centro
de Veracruz con el sur, apostándole tres tráileres incendiados.
Una patrulla de la Policía Estatal fue
perseguida a alta velocidad por integrantes del CJNG y la voz nerviosa del
elemento que huía impactó las redes sociales. El narco hizo correr a la
policía.
Horas más tarde, dos sedes de la Fuerza Civil
en el sur fueron rafagueadas. La exigencia del CJNG fue el retiro de los
destacamentos. Y el gobernador tuvo que acatar.
Al tercer año ya hay oficialmente
narcogobierno en Veracruz. Y está alineado con el Cártel de Sinaloa.
Cuitláhuac García no sólo transgrede la ley;
se asume impune. Se sabe encubierto por el presidente López Obrador que todo le
disculpa: nepotismo, corrupción, protección a acosadores y agresores sexuales,
contratos a empresas fantasma y el uso del delito de ultrajes a la autoridad
para llenar de inocentes a los reclusorios más siniestros. Veracruz es el
laboratorio de la dictadura.
Impera en Veracruz un régimen de terror. Van
a prisión adversarios políticos, fabricando culpables, usando al aparato
policíaco, a la Fiscalía estatal y al Poder Judicial.
Más de mil ciudadanos, según investiga la
Comisión Especial del Senado, se hallan en cárceles acusados de ultrajes a la
autoridad, delito que provocó la confrontación con el senador de Morena,
Ricardo Monreal Ávila, y cuando el gobernador se vio vencido, aprehendió al
secretario técnico de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, José
Manuel del Río Virgen, imputándole la autoría intelectual del asesinato del ex
candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones, Remigio Tovar
Tovar.
Cuitláhuac se cobija en la sombra
presidencial. Y en las faldas del Cártel de Sinaloa. En el poder institucional
y en el poder criminal.
Así se explica, también, el poder que detenta
Eric Cisneros.
Más que la represión política, el agravio a
la sociedad, el abuso policíaco, la insultante impunidad, la mayor amenaza es
ver al narco gobernando Veracruz.
Qué oscuridad.
Archivo muerto
Gana el Clan Yunes y el PAN se agrieta, aún
más. Valida la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional la elección interna
en Veracruz y da el triunfo a Federico Salomón Molina, el nuevo peón del
yunismo, que asumirá la presidencia del albiazul. En contraparte, el dirigente
saliente, Joaquín Guzmán Avilés, advierte que irá a tribunales, a evidenciar
más de 20 transgresiones al reglamento electoral panista, incluyendo la
sustitución ilegal de Tito Delfín Cano como candidato a la presidencia, tras su
encarcelamiento a manos del déspota de palacio, Cuitláhuac García Jiménez. Al
final, el PAN volvió a quedar partido en dos. La mitad jala con Miguel Ángel y
Fernando Yunes Márquez, aliados con los grupos panistas a los que meses atrás
acusaban de haberse vendido al gobernador morenista, Cuitláhuac García, y la
otra, representada por el antiyunismo en el que abrevan Guzmán Avilés, los
Rementería, los Serralde, los Omar Miranda, las Jessica Lagunes, los Hernández
Candanedo azules. Los Yunes cerraron 2021 con la alcaldía de Veracruz en sus
manos. Patricia Lobeira, esposa de Chiquiyunes, hará el papel de presidenta
municipal. E inician 2022 con el espaldarazo de la mafia de Marko Cortés, líder
nacional panista, avalando la victoria de Salomón Molina con el 51.7 por ciento
de la votación total, sólo 589 sufragios de diferencia. El PAN sigue partido en dos… ¿Cuántos fidelistas,
duartistas, rémoras de Iván Hillman Chapoy, del Clan de la Succión, de la
depredadora familia Robles, o los vestigios del marcelismo, asaltan el
ayuntamiento de Coatzacoalcos? ¿Cuántos fueron parte de los grupos que
saquearon a Veracruz, enquistados en los gobiernos de Fidel Herrera, Javier
Duarte y Flavino Ríos Alvarado, que hoy se trepan en la nave de Morena para
proseguir el atraco? Se visten de obradoristas pero son simples ratas priistas.
Son ratas a las que Morena adoptó, las sacó del fango, las trajo a la vida, les
dio RCP, afiló sus uñas y les comparte el poder. Son ladrones a los que Morena
paga por acarrearle votos, por operar en colonias, por dejar en sus manos
—mejor dicho, en sus garras— la operación electoral. Y ahora a pagar la
factura. Fidelistas, duartistas, ivanistas, marcelistas van a la nómina en el
ayuntamiento de Coatzacoalcos. Van por su cuota de poder. Unos, algo podridos;
otros con peligrosos vínculos con el crimen organizado. Como los que gobernaron
con Víctor Carranza, el ex alcalde que terminó tocado, obsesivo con los
reconocimientos de confeti, delincuente confeso en el robo de luz —“el alcalde
diablito”—, el inútil que potenció el desastre, el nulo desarrollo, la fuga de
capitales, que fue permisivo con la delincuencia y abdicó a su responsabilidad
de garantizar la seguridad de la población. Se fue Carranza pero se quedó la
escoria priista y se incorporaron otros más… Arrodillado, empalagoso, Gersaín
Hidalgo da maromas para encantar a su nuevo patrón. Se tiende, se arrastra,
ofrece el trabajo, el respaldo al alcalde, Amado Cruz Malpica, del que fue
rival en campaña, al que hubiera preferido ver derrotado, salir maltrecho de
las urnas, cuando idolatraba a su líder en turno, Carlos Vasconcelos Guevara,
candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, al que ilusamente imaginó en la
presidencia municipal de Coatzacoalcos. De Amado sintió el hielo cuando aún no
asumía el poder. Ningún acercamiento en los días en que Víctor Manuel Carranza
aún era alcalde y les asestaba la última puñalada, dejando al gremio adherido
al Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Coatzacoalcos
—antes SUEM— sin el pago del fondo de ahorro correspondiente a 2021 y tres
incrementos salariales. Pero en la toma de posesión de la nueva directiva, la
unción de Francisco Díaz como líder formal, Gersaín Hidalgo mostró el cobre, la
doblez, lenguaje zalamero. Sólo le faltó bajarse el calzón. Y Amado Cruz le
correspondió. Uno hincado y el otro cortés. Víctor Carranza nunca le halló al
tema sindical. No pudo destroncar el poder de Gersaín. Amado es especialista en
derecho laboral. Será un hueso duro de roer… Miles de litros de alcohol se ha
bebido Roberto Pérez López y ahora es director del deporte municipal.
Centenares de tarros, de copas, de caballitos, así fuera cerveza, brandy,
tequila, para un bebedor de corrida larga que hoy pregona vida sana, deporte en
el malecón, corazón de acero. Le preceden al “Ganso” Pérez López su paso por el
periodismo y episodios convulsos, la trifulca con los Guízar, la bronca con
Wong, traicionando a su mecenas de copas, el que le cubría las abultadas
cuentas de francachelas —bacanales épicas— que concluían cuando rayaba el sol.
Y ahora Roberto Pérez es director del Deporte en el ayuntamiento de
Coatzacoalcos, aunque lo que se transpire sea alcohol del peor. Los productos
Nahle —Eusebia Cortés, el “Ganso” Pérez, Sergio Guzmán— adolecen del mismo mal:
mucha lealtad, escasa capacidad, nula solvencia moral. Véase el detalle de la
vida inútil de Roberto Pérez: http://distritorojo.com.mx/2022/01/12/roberto-perez-de-las-cantinas-a-la-direccion-del-deporte-en-coatzacoalcos/…
mussiocardenas_arellano@hotmail.com
https://mussiocardenas.com/informe-rojo/116519/veracruz-el-narcogobierno-la-mayor-amenaza
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