Con el viraje en el plan de salud del gobierno se estarían duplicando las funciones y población objetivo del IMSS-Bienestar y el recién creado Instituto de Salud para el Bienestar.
Ciudad de México | 04 marzo 2022
Tribuna
Libre.- A 25 meses de que comenzó a operar el
Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que desplazó al Seguro Popular
para garantizar la prestación gratuita de servicios de salud y medicamentos a
las personas sin seguridad social en el país, el gobierno federal ahora apuesta
al IMSS-Bienestar para los mismos fines.
Los primeros pasos se dieron ya en Tlaxcala,
Nayarit y Colima, y de acuerdo con las autoridades, se espera que en los dos
próximos años los servicios de salud del resto de las entidades sean
incorporadas a IMSS-Bienestar, para atender y promover la salud de las personas
sin ningún tipo de seguridad.
Para expertos en salud pública, este
movimiento significa un claro desplazamiento del Insabi, que justo comenzó a
operar el 1 de enero del 2020, casi dos meses antes de que la pandemia de COVID-19
llegara a México.
“Teniendo la misma población objetivo que son
todas las personas sin seguridad social (…) aparentemente se estaría
desplazando al Insabi para que el IMSS-Bienestar fuera la principal institución
que atienda a estas personas”, señala Oscar Estrada Gómez, especialista en
política sanitaria y organización de los servicios de salud.
Para el 2020, 35.7 millones de personas
carecían de seguridad social. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política
Social (Coneval), informó que 28.2% de los mexicanos reportaron no estar
afiliadas, inscritas o tener derecho a recibir servicios de salud en una
institución pública o privada, cuando en 2018 se trataba de 16.2%.
Tras dos años de operación del Insabi, en
medio de la pandemia de COVID-19, el pasado 4 de febrero, el presidente Andrés
Manuel López Obrador firmó el convenio de colaboración de federalización de
servicios de salud con Tlaxcala a través del modelo IMSS-Bienestar para dar
servicios a la población sin seguridad social.
“Todo esto en el marco del artículo 4º de la
Constitución de garantizar al pueblo de México el derecho a la salud: atención
médica y medicamentos gratuitos. Esto se va a convertir en realidad en todo el
país y el modelo inicial va a llevarse a cabo en Nayarit y Tlaxcala, dos
estados para la federalización de la salud. No va a haber límite de
presupuesto, todo lo que se necesite. Ese es el acuerdo”, dijo.
Con el plan del gobierno se estarían
duplicando tanto la población objetivo y los objetivos de ambos programas, por
lo que expertos ven factible la desaparición del Instituto de Salud dado que el
IMSS-Bienestar es un programa con más experiencia.
“Con el IMSS-Bienestar una de las ventajas es
que existen reglas de operación, existen lineamientos que debe cumplir el
programa para que pueda ser evaluado, es una de las ventajas de transitar del
Insabi al IMSS-Bienestar”, dice Luis Javier Cortés Adame, experto del Centro de
Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El programa impulsado ahora por la
administración de Andrés Manuel López Obrador no es nuevo, pues es parte de una
estructura que ha existido por más de 40 años con distintos nombres y que ha
brindado atención a 11.6 millones de personas de lugares rurales. Actualmente,
cuenta con 80 hospitales distribuidos en zonas de alta marginación, pero el
gobierno federal busca ampliarlas a 200 en tres años.
La decisión de impulsar el IMSS-Bienestar se
fue delineando desde el año pasado, y en el presupuesto de 2022 fue la
institución de salud con mayor aumento en el gasto per cápita previsto, al
pasar de 1,215 pesos en 2021 a 2,013 pesos, lo que significa un incremento de
798 pesos o 66%, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y
Presupuestaria (CIEP).
Así también lo reconoció el titular del IMSS,
Zoé Robledo, en una comparecencia ante senadores en noviembre pasado.
“En 2024 la meta es que los hospitales de
salud a cargo de los gobiernos de los estados, se conviertan en hospitales de
IMSS-Bienestar, operados y administrados por una institución de más estabilidad
y más fortaleza como es el IMSS”, afirmó.
Apenas el viernes pasado desde Colima,
Robledo explicó que la idea es tener un solo sistema de salud como se hizo
durante la emergencia sanitaria por la pandemia.
"La idea es eso, unificar (...)
respetando siempre las decisiones individuales de los trabajadores a partir de
sus derechos. No se trata ni de despedir ni de desplazar a nadie, sino de
integrarnos todos como insisto lo hicimos en la pandemia, como un solo
sector", expresó.
"Al final de cuentas se trata de mejorar
la atención de las personas que no cuentan con seguridad social".
¿Cómo funcionará el IMSS-Bienestar?
De acuerdo con Robledo el programa tiene
cuatro ejes:
1. La atención primaria a la salud. Que se
basa en la prevención y el cuidado de la salud para diagnosticar a tiempo y
evitar que las personas lleguen al hospital. Esto es un primer nivel de
atención.
2. El
involucramiento de la comunidad. Fomentar que las personas sean parte del
cuidado de su salud y en la vigilancia para el parte el mejoramiento de los
servicios de salud.
3. La atención médica en los hospitales. en
este nivel se cuanta con cinco las especialidades básicas: ginecología,
pediatría, medicina interna, cirugía, anestesia y urgencias.
4. El mantenimiento y conservación
infraestructura y equipo. Mantenimiento preventivo a hospitales, unidades
médicas y equipos los que se atiende a los pacientes.
El reto
del IMSS-Bienestar
Si bien los especialistas ven mayor solidez
en IMSS-Bienestar que en el Insabi, no descartan que persistan los retos como
el financiamiento y la atención del tercer nivel, así como el traslado del
personal y la coordinación con los estados, que desde un principio no se habían
adherido al Instituto de Salud impulsado en este gobierno.
“Me parece que este viraje hacia el
IMSS-Bienestar es a sabiendas que el IMSS es una estructura sumamente normada,
tiene protocolos para todo, dentro de esta estructura afianzada es más fácil
llevar a buen puerto el proyecto y escalarlo, creo que es una de las
facilidades que vieron en desplazar al Insabi y darle más protagonismo a
IMSS-Bienestar”, comenta Estrada Gómez, del Instituto Nacional de Salud Pública
(INSP).
Esta apuesta con el IMSS-Bienestar, nos
acerca un poco más a tener una universalización o sistema único de salud, una
institución única de salud, pero con dos vías de afiliación.
Judith Senyacen Méndez, coordinadora de Salud
y finanzas públicas del CIEP, detalla que el incremento de 16% en el
presupuesto del IMSS-Bienestar es positivo y se privilegia el primero y segundo
nivel de atención con él para grupos de la población vulnerable que requieren
de él, pero no los que generan más gastos en las familias.
“Se privilegia primero y segundo nivel de
atención, hay muchos grupos de la población vulnerable que tal vez requieren
IMSS-Bienestar (…) No es malo que se esté invirtiendo, pero no estás cubriendo
tercer nivel de atención que puede llevar a las familias a tener gastos
catastróficos”, sostiene.
Para Cortés Adame, hay que reconocer que el
gobierno federal reconoció aunque sea “implícitamente” que lo que habían
diseñado no estaba funcionando y decidieron virar hacia un programa con más
certezas, que es lo que le había faltado al Insabi, aunque todavía faltan
algunos detalles, como saber en qué consisten los convenios, pues al igual que
con el Instituto de Salud se firman documentos con los estados, aunque
actualmente hay más entidades gobernadas por Morena, como fue el caso de
Tlaxcala y Nayarit, donde los mandatarios son de este grupo político.
“Por más que uno no quiera la política
influye en todos los procesos de políticas públicas y obviamente al tener 18
gobernadores del mismo partido, por supuesto que van a jalar a adherirse al
IMSS-Bienestar”, comenta.
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