* Amparo a Del Río Virgen irrita a Cuitláhuac * E insiste en acusar sin pruebas * Alcalde de Oteapan señala de represor al gober * Juan Martínez, mejor alcalde de Veracruz * Lizandro no es abogado pero ya es director jurídico * Sagrero, la de los moches, quiere ser agente municipal * Conductora de noticias fue novia de Tomás Boy.
Mussio Cárdenas Arellano | 12 marzo 2022
Tribuna Libre.- Cuitláhuac
se entripa, se desquicia, se engalla y no termina de digerir que sus presos
políticos, José Manuel del Río Virgen por delante, dejarán las cárceles de
Veracruz.
Mancillado
por el amparo al secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del
Senado, alucina un mundo de leyes demencial, con un juicio a modo, plagado de
presunciones, conjeturas, señalamientos de oídas y todo lo que transite por su
trastocada imaginación.
Se
revuelve en la rabia, sabiendo que el amparo a José Manuel del Río es ácido en
la herida, la victoria de Ricardo Monreal, la estocada que el líder senatorial
le hunde en la humanidad, saldo de un duelo entre el ignorante emergido de las
cantinas xalapeñas y el político curtido que ya caminaba con López Obrador
cuando Cuitláhuac García apenas si sabía repartir volantes en las marchas, en
los parques, en las letrinas y los drenajes de la ciudad.
La
vedette no alcanza a entender que el amparo es una señal. La envían desde
Palacio Nacional. Que suelte a Del Río Virgen. Que leve las anclas y arríe las
velas. Que deje en paz a su rival.
Pero
Cuitláhuac es ignorante. No es tozudo —hay tozudos inteligentes—. Es bruto. Y
aferrado. Anuncia una nueva embestida contra el brazo derecho del líder de los
senadores de Morena en el Senado y amigo y hombre de confianza de Dante Delgado
Rannauro, dueño de Movimiento Ciudadano y ex gobernador de Veracruz, porque no
lo quiere excarcelar.
Al
juez federal Jesús Arturo Cuéllar Díaz, la orden de aprehensión y la
vinculación a proceso le pareció infundadas. En eso motivó su amparo. Es un
amparo para efectos, no liso y llano. Lo regresa al juez del fuero común para
que sea revisada la determinación. Y sutilmente plantea la libertad de Del Río
Virgen. Si en 10 días no se impugna, dejará la prisión.
Pero
Cuitláhuac y su jauría son carniceros. Lo quieren desollar. Quieren cada pedazo
de piel. Quieren cobrarse con José Manuel del Río la afrenta infligida por
Ricardo Monreal cuando dimensionó el uso abusivo del delito ultrajes a la
autoridad que sirve al gobernador y su grupo pandilleril para implantar el
estado represor en Veracruz.
Con
Del Río en prisión, acusado de la autoría intelectual del asesinato del
candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones, Remigio Tovar
Tovar, Cuitláhuac libera su naturaleza pasional. Ataca a Dante Delgado por el
discurso que prendió los fuegos en los que arde el gobernador, por el llamado a
constituir el Movimiento por la Justicia, que hizo confluir a priistas,
panistas, perredistas, emecistas, abogados, activistas, defensores de derechos
humanos y una sociedad que alzó la voz demandando la caída del tiranuelo.
Dante
Delgado demandó la desaparición de poderes en Veracruz y Monreal lo secundó. Y
el Senado se unificó. Y todos comenzaron a documentar los abusos con el delito
de ultrajes a la autoridad, el invento de las policías para encarcelar
inocentes. Se acreditaron más de 2 mil arbitrariedades. Se supo que podrían
llegar a ser 4 mil. Y Cuitláhuac García era retratado como el más infame
gobernador que haya tenido Veracruz.
Entonces
se valió de la complicidad de Andrés Manuel López Obrador, de las insanas
consejas de la secretaria de Energía Rocío Nahle, de la intervención del mastín
mayor del presidente, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López
Hernández. Y Morena salvó al rufián.
Lo
que hizo Adán Augusto fue de gángsters. Reunió a la bancada de Morena en el
Senado, expresó que darle curso a la desaparición de poderes en Veracruz
favorecería a la oposición y acuerpó a Cuitláhuac. La perversa disyuntiva:
primero el represor, luego las víctimas; primero el infame, luego los
inocentes; primero los votos para Morena, luego, si acaso, la aplicación de la
justicia.
Monreal
fue amagado con su destitución como líder de la fracción morenista en el
Senado. Y reculó. Se extinguió la comisión especial, Dante Delgado se abrió y
Cuitláhuac García imaginó que había vencido. Sólo imaginó.
Semanas
después vino el golpe de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que declaró
inconstitucional un fragmento del delito de ultrajes a la autoridad. Por
ambiguo, por vulnerar derechos esenciales del ciudadano, lo tumbó. Y de mala
gana, el gobernador acató.
Y
llegó el amparo a favor de José Manuel del Río Virgen. Es la victoria de
Monreal, la humillación de Cuitláhuac, la confirmación del estado de terror en
que el gobernador ha convertido a Veracruz.
El
amparo se puede leer entre líneas: no se acusa con pruebas, se desdeñan los
hechos, se atiende la consigna, se cumplen venganzas, se violenta lo más
estricto del derecho, la evidencia. La justicia en Veracruz en manos de sicarios
de barandilla.
Cuitláhuac
no quiere suelta la presa. La fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns, que
se presta a cuanta triquiñuela le exigen, anuncia que se interpondrá el recurso
de revisión y que resuelva un tribunal colegiado de circuito.
Pero lo que argumenta el
gobernador es de manicomio.
Reclama
que el juez federal Cuéllar Díaz “no quiso que el imputado aclarara qué hacía
en la zona del homicidio”. Que Del Río no quiso responder “por qué se trasladó
un día antes del homicidio a esa zona como se acreditó en la audiencia y cuya
presencia fue confirmada por él mismo ante el Juez del caso”. Que Del Río
Virgen no explicó por qué tramitó la sustitución del candidato Remigio Tovar
antes que fuera ultimado.
“¿Cómo
sabía —agregó— que algo le iba a pasar al candidato que iniciaron su
sustitución antes de su muerte? Porque cabe señalar que existen pruebas de este
hecho clave en la documentación que se presentó ante el órgano electoral y
estuvieron en manos de José Manuel ’N’ ”.
Dice
el gobernador que Del Río Virgen supuestamente amenazó a familiares de Remigio
Tovar, diciéndoles “¿quieren otro muerto?”. Luego se realizó la sustitución. El
nuevo candidato fue Omar “N”, quien era coordinador de la campaña de Remigio y
que hoy, pese a haber ganado la elección, Cuitláhuac García lo tiene en la
cárcel, también sin pruebas.
Y
otra más en la perorata del gobernador: ¿Dónde quedaron los millones de pesos
que Omar “N” le llevó a Remigio Tovar, presuntamente a manera de soborno para
dejara la candidatura y que le rechazó? “Quién se los quedó?”.
La
vedette enloquece. Sus argumentos “legales” son un catálogo de chismes y
habladas, conjeturas, versiones de oídas, elementos circunstanciales. No hay
señalamientos directos. Esas son las pruebas “clave”, evidencia “contundente”,
hechos “irrefutables”. Esa, más bien, es su pobreza mental. Por eso el juez
federal le dio palo.
Cuitláhuac
García no tiene nada. Lo mueve la inquina, la rabia. También el miedo. Sabe que
los presos políticos, sus presos políticos, dejarán las cárceles de Veracruz.
Se irá Del Río Virgen, luego Rogelio Franco, luego Goyo Gómez, Azucena
Rodríguez, Erick Iván Aguilar, Bernardo Segura Molina. Y hasta los que
permanecen en cárceles de Oaxaca, como Nicolás Ruiz Rosete.
Y
el que enfrentará a la justicia será el infame gobernador que ha gestado un
clima de terror.
Sabrá
entonces lo que es implorar piedad confinado en una prisión.
Archivo muerto
Jairo
César Martínez acusa traición, mentira y represión del gobernador de Veracruz.
Le imputa un diálogo que nunca se dio. Le advierte que el pueblo de Oteapan no
se va a dejar. Frente a su gente, el alcalde dimensiona que Oteapan, municipio
de la sierra de Soteapan, pierde con el acuerdo arbitrario del Congreso de
Veracruz que no se apegó a la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, asignándole más tierras a Chinameca de lo que establece la resolución.
Tras la toma de carretera, el bloqueo de la federal, y luego la acción sobre la
autopista Cosoleacaque-La Tinaja, el gobernador Cuitláhuac García evadió el
conflicto que sus bribones crearon. Acusó a dos alcaldes, Jairo César Martínez,
de Oteapan, y Ponciano Vázquez Parissi, de Cosoleacaque, de trastocar el
tránsito vehicular. Y no se los puede probar. Así, activó alarmas en Palacio
Nacional, sabedores que el engendro político de Rocío Nahle y Andrés Manuel
López Obrador, podría incendiar el sur de Veracruz. No envió a operadores de la
Secretaría de Gobierno. No bajó la comisión de diputados que resolverían el
caso. No se apareció una de las artífices de problema, la diputada de Morena,
Magaly Armenta, a quien Jairo César Martínez acusa de haber maniobrado para
arrebatarle territorio a Oteapan por ser originaria de Chinameca. No hubo
diálogo; hubo represión. Luego del desalojo violento, el alcalde acusó:
“Responsabilizo al gobierno del estado de este ataque que nos hicieron la
Policía Estatal, Seguridad y la Guardia Nacional”. Y continuó: “El gobierno del
estado se llama Cuitláhuac García y a él responsabilizamos de las decisiones
que se tomen”. Política Regional —agregó— se comprometió a enviar una comisión
de gobierno del estado y el alcalde se comprometió a garantizar su integridad
física. Querían el diálogo. “No se vale que nos ataquen”. Responsabilizó del
engaño a Felipe Zúñiga, delegado de Política Regional. Por la mañana se hablaba
de dialogar; por la tarde les aplicaron la Ley del Garrote, quemando incluso
motocicletas de personas que se sumaron al movimiento. “Llegó un personaje
diciendo que eran de la comisión (del gobierno de Veracruz) y no lo eran. Fue
la estrategia para atacarnos”. Cuitláhuac sigue en lo suyo, apagando fuegos con
gasolina… Juan Martínez, de Córdoba, es el mejor alcalde de Veracruz. Tiene la
aprobación del 42.5 por ciento de sus gobernados. Es la medición de Demoscopía
Digital del mes de enero de 2022. Le sigue Fernando Remes, de Poza Rica, con
42.3. El tercer alcalde mejor votado es Amado Cruz Malpica, de Coatzacoalcos,
con 40.6; cuarto sitio, Ricardo Ahued Bardahuil, de Xalapa, con 40.2, y en
quinto lugar, Patricia Lobeira Rodríguez, Paty Yu, de Veracruz, con 37.3 por
ciento. Los cuatro primeros son del partido Morena; Lobeira es militante del
Partido Acción Nacional. Demoscopía Digital realiza mes a mes la evaluación de
los presidentes municipales con mejor percepción entre sus gobernados. En el
período anterior, Morena nunca logró colocar a cuatro entre los cinco mejores.
Por el contrario, Hipólito Rodríguez Herrero, de Xalapa, y Víctor Manuel
Carranza Rosaldo, de Coatzacoalcos, solían aparecer entre los peores presidentes
municipales del país. Demoscopía realiza este ejercicio estadístico en las 31
entidades y la Ciudad de México… Lizandro no es abogado ni tiene cédula
profesional, pero detenta la Dirección Jurídica de Obras Públicas Municipales
en Coatzacoalcos. No figura en el Padrón Nacional de Profesionistas. Carece de
título y se da sus mañas, que son muchas, para litigar. A Lizandro Pérez
Hernández, el dirigente beisbolero y “abogado”, le llueve metralla en las
redes. Le ventilan historias que avergüenzan. Lo tildan de mercenario del
deporte, virtual dueño del campo H. Santos, que es inmueble municipal.
“Lizandro Pérez, un seudo dizque abogado, ya que no cuenta con cédula
profesional, pero, eso sí con un historial negro como estafador corrupto del
PRI. Cuentan que por eso los Guízar lo corrieron de su equipo político por
estafador de mucha gente humilde con grandes cantidades de dinero $$$, la
argucia sucia como su persona era con el cuento de resolver sus problemas
jurídicos”, le imputan en la cuenta El Grillero, en Facebook. “En los corrillos
de los pasillos de Obras Públicas es la comidilla de trabajadores y ciudadanos
que lo ‘conocen’, ya que solo manda como titular, pero no firma, la razón es
que no tienen cédula profesional, el clásico corredor ‘Coyote’ del secretario
de Obras Públicas”. Y, en efecto, una búsqueda en el Padrón Nacional de
Profesionistas arrojó cero resultados. Como esa, hay decenas de historias más.
¿A quién se le ocurrió proponerlo como director jurídico de Obras Públicas
Municipales? ¿Será otro más de los recomendados del secretario del ayuntamiento
de Coatzacoalcos, Samuel Ordaz Ortega, el reclutador de los mapaches y
operadores del priismo? Mínimo debieron verificar la autenticidad de sus
documentos profesionales que presentó… Todo un historial de trastupijes
arrastra Yolanda Sagrero y así quiere ser agente municipal. Se apresta a
contender en la elección de Villa Allende, la congregación más importante de
Coatzacoalcos, como si no se supiera cómo se las gasta la dama. Un día desvío
recursos a asociaciones civiles sin avisarle al cabildo. Otro, le robó la
gloria a su antiguo mentor, Renato Tronco Gómez, en el proyecto de la
Universidad Politécnica de Coatzacoalcos. Uno más, con todo desparpajo pedía
rebaja del 50 por ciento a proveedores y contratistas para agilizar pagos. Eran
sus tiempos de directora de Contabilidad en el ayuntamiento de Coatzacoalcos
(una de esas la planteó en presencia de integrantes del Departamento Jurídico
Municipal, y hay día, fecha, hora y grabación). Luego se fue al ayuntamiento de
Nanchital en funciones de contralora. Y en cosa de días pidió permiso y se
inscribe para contender por la agencia municipal de Villa Allende. Ya saben los
allendenses a lo que le tiran con semejante ejemplar… ¿Quién esa afamada
conductora de noticias veracruzana que sostuviera un tórrido romance con Tomás
Boy, el célebre y admirado futbolista, seleccionado nacional de estilo fino,
director técnico, recientemente fallecido?…
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