*El archivo histórico de la Cancillería conserva el expediente migratorio de la escritora, quien platicó a Aristegui Noticias cómo fue el proceso para naturalizarse mexicana.
Ciudad de México | 19 mayo 2022
Tribuna
Libre.- (AN) En
septiembre de 1969, casi un año después de la masacre de estudiantes del 2 de
octubre de 1968, en Tlatelolco, Ciudad de México, la escritora Elena
Poniatowska recibió una llamada de la Secretaría de Gobernación:
-Me hablaron de la Secretaría de Gobernación
por haber escrito La noche de Tlatelolco, y me dijeron que los franceses,
porque yo tenía pasaporte francés como mi papá, no se podían meter en la
política mexicana…
La escritora, de entonces 37 años, le contó de la llamada a su esposo, el astrónomo universitario Guillermo Haro, quien entendió claramente el mensaje. Era una alusión al artículo 33 de la Constitución mexicana, que dice: “los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”, so pena de ser expulsados.
Y ella, Elena Poniatowska, quien este 19 de
mayo cumple 90 años de vida, no tenía su carta de naturalización en aquellos
tiempos y se había atrevido a escribir sobre la brutal represión del gobierno
del presidente Gustavo Díaz Ordaz en contra de los estudiantes.
-Mi marido, Guillermo Haro, me agarró del
pescuezo y fuimos a Relaciones Exteriores, con Jorge Castañeda, quien me hizo
mexicana en media hora…
Se refiere a Jorge Castañeda y Álvarez de la
Rosa, fallecido diplomático mexicano, padre de Jorge Castañeda Gutman. Y el
trámite, en realidad, no fue tan rápido sino que tardó unos cuantos días, como
se puede leer en el expediente de naturalización de Elena Poniatowska que se
conserva en el archivo histórico de la Cancillería mexicana y del cual
Aristegui Noticias tiene copia.
-Jorge Castañeda recuerdo que fue amabilísimo
y dijo “nomás eso faltaba”, y en dos patadas fui mexicana… Pero yo era mexicana
por mi mamá, ¿no? Namás que mi mamá se casó con un francés, Juan Poniatowski,
de origen polaco…
El 30 de septiembre de aquelaño, la escritora presentó su solicitud formal ante la Cancillería. En el documento se lee:
“Elena Poniatowska de Haro, de nacionalidad
anterior FRANCESA, estado civil casada, lugar y fecha de nacimiento: París, 19
de mayo de 1932, con domicilio en Coyoacán, atentamente expongo: que vengo a solicitar
se sirva expedirme certificado de nacionalidad mexicana, fundándome en que
tengo mi residencia en territorio nacional y contraje matrimonio el 21 de junio
de 1969 con el señor doctor Guillermo Haro Barraza, de nacionalidad mexicana”.
Poniatowska presentó su acta de nacimiento
francesa y una traducción al español. Guillermo Haro hizo lo propio con sus
papeles mexicanos. La pareja incluyó su acta de matrimonio, en la cual se lee
que se casaron en Tequisquiapan, Querétaro, aunque si a la escritora se le
pregunta la fecha la memoria la traiciona…
-Ay, fíjese que me va a matar usted, pero no
me acuerdo…
Poniatowska siempre se había considerado
mexicana. No tenía por qué dudarlo. Su madre, Paula Amor, era mexicana aunque
había nacido en París. Y ella, Elena, Elenita, aunque nació también en la
capital francesa, llegó a México en 1942 cuando tenía 10 años. En Twitter, la
red social donde suma más de un millón de seguidores, la biografía de la
escritora dice: “Más mexicana que el mole”.
-Yo me sentí mexicana desde que llegué a
México, porque aprendí español en tres meses, en la calle y ya muy después me
dediqué totalmente a hacer periodismo desde muy joven… Nunca pensé en mi
nacionalidad, nunca me preocupó nada.
La escritora admite que no se daba cuenta del
potencial problema que enfrentaba por no tener en regla sus papeles.
-Nada, yo no me daba cuenta de nada. Incluso
iba a cantidad de manifestaciones, apoyé cantidad de veces a doña Rosario
Ibarra de Piedra, íbamos a caminar por Paseo de la Reforma, bueno, una serie de
cosas y no me di cuenta que yo no tenía un certificado de mexicanidad.
Aunque, admite, afortunadamente nunca llegó a
tener problemas:
-Nada, no me pasó nada….
En el expediente de la Cancillería se
conservan su pasaporte francés y una ficha migratoria de Poniatowska, fechada
en 1947, donde se registró que medía 1.53 metros, tenía ojos azules y que su
segundo nombre es Luisa. En esa foto tiene 15 años y aún luce rasgos de niña,
lleva una blusa negra de cuello alto y una cadena cuelga sobre su pecho.
Hoy, a sus 90 años, Poniatowska confiesa que
le falla un poco la vista..
-Me siento bien, no me he enfermado, Mi único
problema es que no veo muy bien, son los gajes, lo que le pasa a uno por la
edad…
El trámite de naturalización llegó a su fin
tres días después de que Poniatowska y su esposo fueron a la Cancillería.
En el último documento que se conserva, se
lee: “La Secretaría de Relaciones Exteriores declara que la señora Elena
Poniatowska de Haro es mexicana por naturalización (…) desde su matrimonio con
el señor Guillermo Haro Barraza”.
En el margen inferior izquierdo del mismo
oficio, con tinta negra y letra redonda, la escritora escribió a mano: “Recibí
el original. 3 de octubre de 1969”.
Era, exactamente, un año y un día después de
la matanza de Tlatelolco, la historia que encumbró a Elena Poniatowska en el
periodismo mexicano.
(AN)
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