* Morena violó procedimiento legislativo * Debió aprobarse en dos períodos ordinarios * Cuitláhuac y Gómez Cazarín revientan a su jefa * Pepe Yunes se destapa * Los Yunes azules y la minialianza PAN-PRD * Ahued no va contra Hipólito * Gersaín le arrima sindicalizados a Morena * Ramón Ortiz, libre * Otro preso político que se le va al gober
Mussio Cárdenas Arellano| 11 agosto 2022
Tribuna
Libre.- Tan
feliz, tan ingenua, tan torpe. Creyendo que ya es veracruzana, por decreto,
Rocío no advirtió que la Ley Nahle se hizo a ciegas, al vapor, quebrantando el
procedimiento legislativo y frustrándole el delirio de gobernar Veracruz.
Así tenga hijas veracruzanas, marido jarocho,
30 años de residencia y mucha obsesión, la Ley Nahle es un bodrio que no
alcanzará a nacer.
Así la aprueben el Congreso y los cabildos,
la valide el gobernador, la publique y entre en vigor, la Ley Nahle es ilegal.
Se legisló violando la ley reglamentaria del artículo 84 de la Constitución
local.
Su adefesio legaloide no tiene futuro. Fue
colocado en las manos torpes de Cuitláhuac García, y el gobernador lo endosó a
su rufián de cabecera, el engreído y pedante Juan Javier Gómez Cazarín,
recordman en leyes que invalida la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
líder de una plaga de diputados a los que sólo les falta rebuznar.
Tan feliz anda Rocío Nahle que no le termina
de caer el 20. No asume, aún, que le tomaron el pelo. Descuidaron fondo y
forma. Le armaron su ley a modo, Morena la pasó fast track, burlaron el
procedimiento y le dieron tinte de ilegalidad. Y ya no hay vuelta atrás.
Así haya reclamado, en 2016, al Órgano
Público Local Electoral su derecho a ser “ciudadana veracruzana para votar y
ser votada”, porque sus niñas valen, su esposo —Pepe Peña— también, y sus
caprichos igual, la oriunda de Río Grande, Zacatecas, entró en un laberinto del
que no podrá salir.
Con la llamada Ley Nahle, promovida por la
diputada local por Cosoleacaque, Magaly Armenta Oliveros, se modifica el
artículo 11 de la Constitución de Veracruz, que deja de circunscribir a los
veracruzanos por nacimiento —incluso nacidos en otra entidad pero de padres veracruzano
o veracruzana— el derecho a aspirar contender por la gubernatura. Basta con
tener hijos oriundos de Veracruz para cumplir el requisito. La Ley Nahle se
conformó con los criterios y argumentos que la zacatecana esgrimía ante el OPLE
en 2016.
Pero el punto es que Morena operó mal la
modificación constitucional y la tornó ilegal.
Debió ser votada en un período ordinario de
sesiones, aprobada por mayoría calificada, dos terceras partes de los diputados
presentes en el Congreso de Veracruz.
Debió volverse a votar en el período
ordinario siguiente, y ser aprobada de nuevo.
El artículo 9 de la Ley Reglamentaria del 84
constitucional, dice: “Todo proyecto de decreto de reforma constitucional
aprobado en un primer período de sesiones ordinarias será nuevamente discutido
y votado en el siguiente, en la sesión que determine la Junta de Trabajos
Legislativos”.
El artículo 11 de la misma ley reglamentaria,
señala: “En caso de aprobarse el proyecto de decreto en el segundo período de
sesiones, el Presidente ordenará turnarlo a los Ayuntamientos, por conducto de
la Secretaría General del Congreso”.
Y de aprobarse por al menos 107 de los 212
cabildos, regresaría al Congreso, se le validaría, se le enviaría al gobernador
y éste la promulgaría.
Pero de origen no se hizo así.
La Ley Nahle está muerta.
Lo argumenta el ex diputado y ex panista,
Sergio Penagos García:
“El artículo 84 de la Constitución
veracruzana señala que para poder reformar una parte de ella, o toda, la
propuesta DEBE SER APROBADA en DOS PERIODOS ORDINARIOS de sesiones, sucesivos;
es decir, primero se debe votar en un período ordinario y si obtiene la mayoría
de dos terceras partes, entonces se DEBE ESPERAR al siguiente período
ordinario, para someterla a votación nuevamente y si una vez más se obtiene el
voto favorable de dos terceras partes de los diputados, entonces se pasa a los
Ayuntamientos, para que la mayoría de ellos determine si la propuesta de
reforma se aprueba o no.
“Resulta que con las prisas por quedar bien,
los diputados locales de Veracruz ‘aprobaron’ en UNA SOLA SESIÓN y además EN UN
PERÍODO EXTRAORDINARIO, la reforma al artículo 11 de la Constitución de
Veracruz, para señalar que los veracruzanos, además de quienes nacimos en el
territorio de Veracruz, o quienes son hijos de padres nacidos en Veracruz, pues
también se considerarían como Veracruzanos a los papás que hubieran tenido un
hijo dentro del territorio de Veracruz.
“Pues, como la reforma no tiene fundamento ni
obedece a ninguna disposición dictada desde la Constitución Federal, el proceso
para su aprobación fue ilegal por doble partida: primero, por no haberse
respetado el mandato constitucional de pasarla a votación durante DOS PERIODOS
ORDINARIOS sucesivos y la segunda, por haberla votado al vapor en un PERIODO EXTRAORDINARIO”.
Luego aborda el tema de los derechos humanos,
usado por Morena como justificación:
“Esta reforma pretende extender el espectro
de derechos humanos, sin que exista una disposición en la Constitución Federal
que la justifique; por lo tanto, es una reforma ilegal. La Suprema Corte de
Justicia de la Nación ya lo ha dicho claramente en muchas ocasiones: Los
Congresos Locales NO PUEDEN AMPLIAR el ‘paraguas’ de cobertura de derechos
humanos más allá de los establecidos en la Constitución Federal”.
Rocío Nahle está perdida. Por ignorancia, por
soberbia o por mala fe, la reventaron sus amigos y sus vasallos. Orquestaron la
celada Cuitláhuac García, y Gómez Cazarín, y Eric Cisneros y todo Morena en el
Congreso, urdiendo una reforma legal que la Suprema Corte de Justicia de la
Nación terminará por declarar inconstitucional.
Cuitláhuac y Gómez Cazarín ya son clientes de
la Corte. Allá reventó la ley de medios de comunicación. Allá tronó la reforma
electoral que pretendía rasurar las prerrogativas de los partidos políticos,
sin que hubiera modificación en la legislación electoral federal. Allá fueron
invalidadas las destituciones de alcaldes veracruzanos que le estorbaban al
secretario de Gobierno, Eric Cisneros, Alma Negra, y al propio Gómez Cazarín. Recuérdese
cómo les inventaron delitos, los acusaron de crímenes, les echaron el aparato
judicial y los hicieron huir.
Gómez Cazarín es un bandolero sin un gramo de
materia gris. Legisla con el hígado, imponiendo leyes que carecen de sustento
legal. Luego la Suprema Corte lo muestra como el delincuente que es. Y al día
siguiente, Gómez Cazarín vuelve a violar la ley.
Hay súbditos de Nahle que esgrimen que en
Querétaro un veracruzano, Mauricio Kuri, es gobernador. Su argumento es falaz,
frágil e imbécil. Kuri dejó Orizaba a los nueve años de edad. Estudió en
Querétaro. Destacó en el ámbito empresarial y se afilió al PAN. Fue alcalde de
Corregidora, senador por Querétaro y así llegó a gobernador. No le crearon una
ley a modo. No aplicaron el fast track. No se valió del oportunismo político.
Otro caso: Xicoténcatl Leyva Mortera, oriundo
de Xalapa, con raíces veracruzanas por parte de padre y madre. Partió a Baja
California a la edad de cuatro años y ya no volvió. Formó familia e hizo
carrera política en el PRI. Fue electo gobernador en 1983. Tampoco le crearon
la Ley Xico.
La Ley Nahle es un atropello. Falta a la
ética. Si Rocío Nahle modifica las leyes por capricho, una vez en el gobierno
modificará todo el andamiaje legal por ambición, por corrupción o por delirio
de persecución.
Pobre Rocío. Anda tan feliz, creyendo que ya
es veracruzana sin advertir que la Ley Nahle se hizo a ciegas, al vapor,
quebrantando el procedimiento legislativo. Y así no podrá gobernar Veracruz.
Y todo por encargarle la marrullería a
Cuitláhuac y a Gómez Cazarín.
La Ley Nahle —díganselo, por favor— nació
muerta.
Archivo muerto
Hagan lo que hagan los Yunes azules, Pepe
Yunes ya definió: va por la candidatura al gobierno de Veracruz. Si para 2024
Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez, los panistas, aún están libres, podrían
ser candidatos del PAN; Pepe lo será del PRI y, quizá, de una coalición que no
sea Va por Veracruz. Si los Yunes azules se aferran, si exigen que ellos y sólo
ellos pueden contender contra Morena, seguro que habrá quiebre y fractura en la
oposición. Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática tendrán
que conformar su alianza sin ninguna comparsa más, y el PRI exploraría la
posibilidad de coaligarse con Movimiento Ciudadano y que el diputado federal
por Coatepec, Pepe Yunes Zorrilla, sea su candidato. En otro escenario, si los
Yunes azules andan de pelada o tras las rejas, la coalición será
PRI-PAN-PRD-Movimiento Ciudadano apuntalando a Pepe Yunes o a José Manuel del
Río Virgen, el que esté mejor posicionado en las encuestas. Por eso el destape
con tanta anticipación, expresando Pepe Yunes que es ese su objetivo y que en
su momento lo formalizará. A unos y otros, Pepe Yunes les confiaba que su
decisión de ir por la gubernatura de Veracruz se daría a la hora justa, ni un
minuto antes, ni un minuto después. Y la hora llegó… Hasta a los suyos sacudió
Ricardo Ahued. No hay observación contra Hipólito Rodríguez Herrero, su
antecesor en la alcaldía de Xalapa. Nada hay en Orfis. Nada hay en la Auditoría
Superior de la Federación. Ni un rastro, ni un indicio, nada que huela a
corrupción. Oficialmente, no hay, hasta ahora, de qué acusar al ex presidente
municipal pues todo lo señalado en cuentas públicas por el Órgano de
Fiscalización Superior, lo solventó. O por lo menos lo maquilló. Oficialmente,
ni en el negocio de las luminarias otorgado a la sobrina de la diputada
morenista, Ana Miriam Ferráez, le resulta responsabilidad penal.
Extraoficialmente, sin embargo, hierve el caldero de podredumbre. Que Ricardo Ahued
Bardahuil diga que no hay nada, no implica que la evidencia se haya esfumado.
Hay huella y denuncias de trastadas, de subejercicios y licitaciones
sospechosas, o contratos de plano asignados sin licitación. La uña de Hipólito,
las zarpas de su gente, la ambición desmedida del gang morenista es fama
pública, y las empresas fantasma, empresas fachada con nombre y apellido, con
tufo a la broza de Cuitláhuac García, gobernador, y su parentela, y a la de
Alma Negra, el vesánico secretario de Gobierno, Eric Cisneros. Y hoy, dice
Ahued, no hay observaciones del Orfis y la ASF contra Hipólito “El Verde”
Rodríguez. Siete meses después, Xalapa se asfixia en la impunidad. Y Ricardo
Ahued, al que todos habrían querido ver de gobernador de Veracruz, se halla
sobre un polvorín. Y si habla, vuela. No se puede aspirar a mucho cuando la
rodilla se quiebra. Y por eso los suyos, sus fans, dentro y fuera de Morena,
pierden el aire, callan, se irritan, lloran… Hay de traidores a traidores, pero
Gersaín Hidalgo no tiene rival. Un año atrás era brother de Carlos Vasconcelos,
jurándole lealtad, entrega, su gente votando por él, el Sindicato Único de
Empleados al Servicio del Municipio de Coatzacoalcos —antes SUEM— para ganar la
alcaldía, que el PRI regresara al poder. Contendía para ser regidor. Era verde
esperanza, blanco pureza y rojo pasión. Vil tricolor. Hoy, dicta línea para la
afiliación de todo el gremio sindical en el ayuntamiento a Morena. Cada
integrante del SUEM debiendo llevar un invitado, sea familiar o amigo. La historia
se cuenta entre los miembros del SUEM, identificando operadores en las áreas
donde se concentra el grueso de los trabajadores: Obras Públicas, Limpia
Pública, Tesorería. Así es Gersaín Hidalgo Cruz, cacique del sindicato de
empleados municipales, cuya historia no es de lealtad. Traicionó a Mili,
traicionó a los Chagra, a Fidel, a Jorge López Ríos, a los empleados del SUEM,
a Vasconcelos, al PRI y cuando pueda —y él siempre puede— a Morena. Es la
naturaleza del alacrán… Un año cuatro meses después, Ramón Ortiz Cisneros está
libre. Lo hizo preso político Cuitláhuac García, en ese afán de llevar a
prisión a todo aquel que no se alinee. Hace 16 meses, el empresario
transportista y constructor, ex líder cetemista y de la CATEM, financiero del
Partido Fuerza por México en el sur de Veracruz, llegaba a sus oficinas cuando
la Fuerza Civil allanó el lugar. Sometido, las manos en la nuca, fue
aprehendido con el argumento de que formaba parte de un grupo delincuencial.
Una ficha policíaca, de las que la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz
le arma a cualquier ciudadano, más aún a los personajes incómodos, rivales
políticos, críticos del nefasto gobernador Cuitláhuac García, sirvió para
encarcelarlo y armarle un juicio. Un año después, un tribunal federal confirmó
la sentencia que había emitido un juez y lo deja en libertad. La cacería detonó
por un hecho quizá irrelevante: una selfie en la que aparecen el gobernador y
Ramón Ortiz Cisneros, captada en el restaurant Piquitos, en Coatzacoalcos.
Cuitláhuac García aceptó posar junto al ciudadano que le pedía la deferencia.
Pero al saber que se trataba de Ramón Ortiz, estalló. “A ti andaba buscando”,
expresó el gobernador. Y lo conminó a no difundir la imagen. La fotografía
subió a las redes. Días después se le fue encima. Fue encarcelado en un
evidente allanamiento sin orden judicial. Se le trasladó a Melchor Ocampo,
Guanajuato, al penal federal número 12. Intentaron extorsionarlo ofreciéndole
su libertad. Y al final venció a Cuitláhuac y a la señora de las pifias judiciales,
la fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns. Un preso político menos.
mussiocardenas_arellano@hotmail.com
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