* La marcha por la defensa del INE lo desquició * Y ahora hará la marcha del ardor * Fiscal quiere a las hijas de Rogelio Franco en la cárcel * César Soto, a armar la alianza con el PRI * Priistas pierden en las casillas donde votan * Notario de Cosamaloapan obligó a su esposa a tatuarse * Notario del sur acusado de violencia intrafamiliar
Mussio Cárdenas Arellano | 21 nov. 2022
Tribuna
Libre.- Llámenle
pronarco, militarista, farsante y no se inmuta. Pero róbenle la calle,
arrebátenle el discurso, la causa y los reflectores, y entonces aparece el
vesánico Andrés Manuel, el furibundo que reta y amaga. Porque, a ras de piso,
sólo él puede ser feliz.
Rétenlo con movilizar a miles, convocar al
pueblo, azuzar a la rebelión del INE, por el INE y para el INE, y López Obrador
se desboca, y pierde el juicio, y levanta el guante, y olvida la investidura
presidencial y se enfunda en el disfraz del luchador social.
Las marchas no son de los marchantes, reza el
evangelio según San Andrés. Son de López Obrador. Las marchas no pueden venir de
nadie más. Ni de los padres con hijos con cáncer, ni de los demandantes de
justicia, ni de las víctimas de la violencia, ni de Sicilia, ni de los Le
Baron, ni de las madres de desaparecidos, ni de la ola verde, ni de las mujeres
que no quieren morir ni ser violentadas, ni de los intelectuales que ejercen el
derecho a la reflexión, ni del zapatismo que con sabiduría desdeñó los cuentos
de López Obrador.
Las marchas —piensa el mesiánico— tienen
dueño: él. La movilización social es suya y solo suya. La protesta, el reclamo,
el reto al sistema, a los poderes establecidos, a los poderes fácticos, es un
monopolio sublime y lo detenta Andrés Manuel, aunque él sea el poder
establecido. Y ay de aquel que quiera marchar. Son los síntomas de un daño
mental.
Y si alguien cree tener escriturada la
movilización, ese es López Obrador. Así la paranoia 4T.
Aún con espuma en la boca, cinco días después
de la marcha de los cretinos, la rabia hace estragos. Le deshidrata el seso
averiando la corteza emocional.
Repito: esto es rabia, no ira. La ira es un
término benevolente en él.
Qué osadía de los cretinos. Eso de defender
al INE es un reto para el Rey del Cash. Urdió una reforma constitucional que
tácitamente mataría al Instituto Nacional Electoral, y los muy insolentes —sarcasmo—
le respondieron con una cachetada que lo hizo ver estrellas.
Qué afrenta el llamado a defender al INE. Qué
afrenta para López Obrador que categoriza al INE como una fábrica de fraudes
electorales, intentando matarlo de inanición.
Porque, en justicia, nadie le regatea que el
INE se chupa una buena parte del presupuesto, aunque no tanto como el alambique
petrolero de Dos Bocas que algún día Rocío Nahle terminará de construir, menos
aún que el capricho del Tren Maya que deforesta y destruye el sistema hídrico,
o lo invertido en la terminal avionera de Santa Lucía, que ahora sirve como
tianguis de la mezclilla.
El INE cuesta, y qué bien. Es buena inversión
contar con un órgano electoral confiable, prestigiado, columna vertebral de la
democracia mexicana, garante de esa alternancia que el Peje del pantano niega
pero que le permitió alcanzar la presidencia de México. Y lo llevó a habitar
Palacio Nacional como el rey Juárez. Y desde ahí aplicar la teoría de la
devastación nacional, la destrucción de las instituciones; suscribir su
sociedad con el narco; dejar que la delincuencia amedrente, secuestre
candidatos y le dé 22 gubernaturas a Morena y sus aliados; empoderar a los
generales y almirantes, que no a la tropa; encubrir la corrupción de los suyos,
y echarse a retozar sabiendo que en los hechos es un neoliberal aunque sus
solovinos crean que es de izquierda.
El dilema no es el costo del INE. No son los
salarios de Lorenzo Córdova, su presidente, y el resto de los consejeros. No
son los miles de millones que reciben los partidos políticos, de los que
Morena, el partido de López Obrador, se lleva la mayor tajada. Eso es pretexto.
Es paja.
El punto está en otra parte de la reforma:
control del INE, elección de consejeros propuestos por el presidente y Morena,
desaparición del padrón electoral, entrega de la lista nominal de electores a
la Secretaría de Gobernación, anular los Órganos Públicos Locales Electorales y
tribunales locales electorales. El punto es la regresión a los tiempos en que el
PRI disponía del sistema electoral, manipulado por quien se hallaba en el
poder. Y hoy en el poder se encuentra Andrés Manuel.
Y por eso, aquellos a los que llamó cretinos
—estúpidos— le cobraron el agravio. Y más allá. Le sirvió de pretexto para
expresarle su repudio.
Y el presidente, que se engancha a la menor
provocación, se fue de cabeza. No cesó de insultarlos, de enlodarlos, de
ponerlos frente al paredón. Y lo pagó.
Marcharon con ganas de joderlo. Los había
llamado racistas —la señora que le gritó “indio pata rajada”, por supuesto que
es racista—. Les dijo clasistas —algunos otros lo son—. Les dijo corruptos,
corruptazos, defraudadores, simuladores, ladrones. Quizá por su mente en
realidad pasaban las jetas de José Ramón, Andy, Yeidckol, Esquer, Macedonio
—éste aún tiene imputaciones de violación—, Napito, Guadiana, Durazo, Delgado,
Sheinbaum, Nahle, May, Montiel, Cuitláhuac.
El domingo 13 detonó la Cuarta Putrefacción.
Ríos humanos, una mancha desafiando al mesiánico, caminando y disfrutando, sabiendo
que la protesta tenía los efectos de un misil impactando en la línea de
flotación del barco insignia del obradorismo.
Andrés Manuel fue vencido en su territorio.
Le tomaron la calle. Caminaron por Paseo de la Reforma, ahí donde en 2006
instaló carpas y más carpas, hiriendo de muerte a los capitalinos, imaginando
que su ira por la derrota electoral sería compartida, traducida en repulsa
hacia el PRIAN, repudio a Calderón, precipitando la anulación de la elección y
la entrega del poder.
Entonces se equivocó y ahora se volvió a
equivocar.
Un día después, el lunes 14, la ira presidió
la mañanera. Dio nombres, fustigó la intención, descalificó la marcha y bordó
en cifras sin reconocer la realidad.
La ira presidencial incorporó un nuevo
elemento. Dijo que fue un striptease de la oposición.
Ok. Marchar, según Andrés Manuel, es mostrar
lo que hay atrás. Marchar es exhibirse al desnudo. Marchar es un striptease.
Pues esa ha sido la “vida política” de López Obrador. El encuere total.
Por 28 años ha vivido del striptease. Y ha
cobrado bien. Desde los días en que organizaba a los petroleros de Tabasco, al
campesinado, a los empleados de gobierno. Y tras tomar el zócalo, apretar a
Pemex, a Salinas, a Zedillo, acallaba la protesta una vez que le resarcían “los
gastos del movimiento”, una millonada en cash. Manuel Camacho Solís era el
pagador.
La Presidencia lo muestra al desnudo. Día a
día menos pudor. Es amigable con la transa, cínico con del dinero ilegal —el
Rey del Cash y los sobres de Pío y Martinazo, el carrusel de Esquer—, el
agravio a la Constitución —“y no me vengan con que la ley es la ley”—, las
migas con el narco, el militarismo descarado, la indiferencia ante la violencia
sin control, la ignorancia para gobernar.
El mesiánico se ha creído el cuento de que
detenta el monopolio de la protesta. Nadie puede movilizar, sumar a cientos de
miles y llevar a los solovinos —así les dice el majadero— a pastorear.
Y así, la marcha de los cretinos, que lo
superó con creces y lo terminó de desquiciar.
El domingo 27 López Obrador volverá a
marchar, a adueñar del rollo, situarse bajo los reflectores. Será la marcha del
ardor. O como bien dice, será una peregrinación. El mesiánico y la feligresía.
Ese día, dejará la investidura presidencial y
se mostrará como lo que es, un agitador social. Convocará a los suyos. Habrá
carnaval. Será una celebración por sus cuatro años en el no poder. Pero en el
fondo, es la respuesta a los cretinos que sin acarrear, sacudieron al país.
La rabia es tal, que los cables se le cruzan.
Primero fustigó a los organizadores. Luego a los que se niegan a reformar al
IFE. Cómo le dolió el tamaño de la marcha. Entonces anunció que la suya será
más grande, desatando la sorna. Y ahora que la contramarcha no es por el IFE
sino el festejo por sus cuatro años de estancar al país. Y por delante el ego,
siempre el ego.
Irá al frente. Andrés Manuel encabezará la
movilización de apoyo a Andrés Manuel. López Obrador repudiará a los enemigos
de López Obrador. Y la secta lo aclamará. Y la mafia lo ensalzará.
Y todos disfrutarán el striptease.
Archivo muerto
Fiscal sin alma, perversa, ahora va por las
hijas de Rogelio Franco. Les activa una denuncia interpuesta por su madre,
Guillermina Alvarado, por retención de menor, sustracción de menor y omisión de
cuidado. Verónica Hernández Giadáns, cuya misión es retener cuanto pueda al ex secretario
de Gobierno yunista, Rogelio Franco Castán, ha ido demasiado lejos, tramitando
órdenes de aprehensión que alcanzarían a las dos hijas mayores del perredista,
Viviana y Luisa, al propio Franco y a su mamá, doña Mercedes Castán. La inquina
es demencial. Hace 14 meses, la madre de las jóvenes engrosó el expediente
judicial imputándoles que las hijas mayores se llevaron a Victoria, la más
pequeña, y la mantienen con ellas. Pero nada se movió. Un año después, cuando
los juicios de amparo favorecen a Rogelio Franco y su libertad es inminente,
Verónica Hernández desempolva el caso. El objetivo es ganar tiempo. La fiscal y
cualquier abogado saben que esta treta no prosperará. La respuesta se la dan
las dos hijas mayores, acusando una trama insólita. Exhiben el odio enfermizo
de su madre, Guillermina Alvarado, el olvido en que tuvo a la hija menor, una
vida de maltrato y violencia y hasta un exorcismo, razón por la que, en julio
de 2020, la pequeña pidió a sus hermanas que la sacaran del hogar materno. “Escuchen:
14 meses después decide denunciar —acusan en carta que circula en redes
sociales—. Antes no le interesó ver a su hija o a los 14 meses se dio cuenta
que su hija no estaba. En 28 meses no se ha preocupado por su estado de salud,
alimentación, educación y vestido. Tampoco solicitó convivencia. Tampoco hizo
alguna promoción en la vía civil o amparo para poder ver a nuestra hermana”. Y
acusan: “Cuando nuestro padre fue detenido en Tuxpan, Victoria lo acompañaba.
Desde ese momento mi abuela Mercedes actúo por la vía legal, promoviendo
depósito judicial para hacerse responsable de nuestra hermana y de nosotras.
Desde esa fecha vive junto a ella. En los meses anteriores hemos promovido un
juicio por guarda y custodia. Además se demandó pensión alimenticia provisional
que ya fue decretada favorablemente, que esperamos mi madre cubra. Tenemos
hasta un amparo a favor para que Victoria continúe en el lugar correcto”. El
relato es infinitamente más largo. Como se ve, por las venas de la fiscal
espuria no corre sangre sino mala leche. Y por la de Cuitláhuac García, el
minigobernador, veneno y hiel… Infausta tarea, ingrata, la que se impuso a
César Soto, líder del PAN en Coatzacoalcos. Acude al PRI en aras de tejer fino,
de concretar el entramado de la alianza de oposición. Va César Soto a la sede
del partido piltrafa, otrora partido hegemónico, hoy convertido en un rancio
recuerdo, amargo para muchos por las corruptelas y atropellos, el robo del
erario, el despojo de los terrenos, el abuso indecente de la ley. César Soto,
un hombre de limpia trayectoria y mejor conducta, teniendo que amarrar una
alianza institucional con un partido en el que no creen ni los priistas,
aborrecido por la sociedad. La alianza es de papel. Frente a Morena, es nada.
El priismo se agazapa en un membrete, en las siglas de la corrupción, en los
colores usurpados a la nación. Al priismo simulador le sobra lengua y le falta
decencia. Se ufanan ser los soportes del PRI y sus candidatos y candidatas no
ganan ni en la casilla en las que les toca votar; sus pseudo operadores ofrecen
votos que en el escrutinio de la jornada electoral no existen. Y aún así se
ostentan como el motor del PRI. Con esa runfla perdedora —y simuladora— tiene
que tejer una alianza César Soto, el líder municipal del PAN en Coatzacoalcos.
Ah, y también con el membrete sin militantes del PRD… Allá, en Cosamaloapan, el
notario demente obliga a su esposa a tatuarse la espalda, y acá, el notario
rufián violenta, amenaza, chantajea a su mujer. Y luego estampan su firma y dan
fe, como si tuvieran moral. Sobre la piel de Mónica Taibo, en su espalda, en el
brazo, en la muñeca, quedó la huella de fierro que usa el notario Sergio
Hernández Vallarino, su marido, para marcar a sus animales. Cuenta en un video
que la obligó a realizarse el tatuaje con la imagen del fierro de la cuadra
ganadera. Habla, detalla, advierte su martirio. “He sido violada, amenazada,
estafada y víctima de violencia familiar”, refiere. Señala cómo un día el
notario demente tomó un arma y mató al perro mascota de la familia. Y le
advirtió que la próxima en morir así sería Mónica Taibo. No es un juego. El
peligro es real. Por ello, Mónica Taibo exige justicia a la fiscal espuria,
Verónica Hernández Giadáns, y al pseudogobernador de Veracruz, Cuitláhuac
García Jiménez; que su denuncia no se pierda en los laberintos de la impunidad.
Su caso sacude a Veracruz, a México, a las mujeres, a los colectivos que luchan
por sus derechos, por preservarles su seguridad y su vida. Y revela la conducta
desajustada del notario número uno de Cosamaloapan, hechura del ex gobernador,
Fidel Herrera Beltrán. Acá, en Coatzacoalcos, el notario truhán, Alejando “M”
(de madres) sigue sujeto a investigación, denunciado por violencia
intrafamiliar, por el infierno en que convirtió la vida de su pareja desde que
residían en Canadá. De regreso a México, en la capital del país, la siguió
violentando. Intentó arrojarla desde el balcón de un edificio, valiéndole que
hubiera testigos, según consta en la denuncia interpuesta por la dama. Y una
vez que el caso llegó a la Fiscalía de Veracruz, el cobarde se dijo robado,
implicando a su ex y a familiares de ella, intentando convertirse en víctima y
no en el verdugo que es. En breve la justicia lo va a triturar. Otro brillante
notario, el nefasto Alejandro “M”, beneficiado con una notaría en los tiempos
de Fidel Herrera y Edel Álvarez Peña cuando éste se desempeñó como director del
Registro Público de la Propiedad y Notarías del estado de Veracruz. Qué se
toman, que se fuman, qué se meten los notarios que les hace aflorar al
delincuente que llevan dentro…
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