José Miguel Cobián | 02 dic. 2022
Tribuna
Libre.- Le ofrecen algo y no le cumplen, y sin
embargo, acude a la cita a aplaudir y ovacionar. Sabe que hay negocios sucios
detrás de todo y sin embargo no exige nada. Entiende que en algunos casos hay
hasta arreglos con criminales, y sin embargo, parece no importarle, como si la
ética y la integridad no fueran necesarias.
Sabe que se presiona al árbitro, y que los dueños del dinero son los que
marcan el ritmo y toman las decisiones.
Sabe también, que es un gran negocio, y sabe que lo es, gracias a su
dinero y sin embargo no exige calidad ni eficiencia. Entiende que no escogen a los mejores, sabe
que escogen a los que los dueños del balón deciden que participen, y a pesar de
ello, allí está, fiel a la camiseta.
Si ud está pensando que estoy hablando de política,
se equivoca, estoy hablando del futbol profesional en México, aunque las
prácticas que vemos en ese deporte se parecen mucho a las prácticas que vemos
todos los días en la política nacional y en el gobierno en turno. Tan es así, que le metí gol, se fue usted
con la finta, y creyó que hablaba yo de política.
Los resultados de la selección mexicana
femenil, que no va a su mundial, de la de los juegos olímpicos que no va, y la
de la selección grande en Catar, todas tienen el mismo origen. Y no, no es culpa del entrenador, ni creo
que haya vendido el partido contra Argentina.
Tampoco es culpa de los hombres de negocios que controlan y manejan el
futbol profesional en México, que resulta en un enorme negocio de miles de
millones de pesos cada año. La culpa, a
fin de cuentas es de cada aficionado, porque es un conformista, toma lo que le
dan y como mencioné al inicio, sabe de todas las malas prácticas y sigue allí,
fiel a su equipo, asistiendo a los estadios, viendo los juegos por televisión, consumiendo
propagando, adorando a falsos ídolos, futbolistas que lograron llegar a la
selección porque sus patrocinadores, esos con los que tiene firmados contratos,
presionaron tanto que lograron meterlo en el Tri, tenga o no la calidad
requerida para jugar como seleccionado.
Es el fanático, el seguidor, el hincha quién
tiene la culpa. Aplaude cualquier
decisión que toma el dueño del equipo o la liga. Y todavía tiene el descaro de afirmar que el
entrenador, es quién decide la alineación y la estrategia de cada partido que
por cierto, solo recibe órdenes sobre quiénes deben de jugar y quiénes no.
Sabemos que ha habido y debe seguir habiendo,
partidos arreglados por las grandes mafias de apuestas. Sabemos que los árbitros a veces favorecen a
un equipo en perjuicio de otro, en función de los seguidores y ganancias que
deja ese equipo.
Vemos que no hay ascenso ni descenso. Tampoco hay semillero de jugadores en un país
de 130 millones de habitantes, semilleros que debería de tener cada equipo que
juegue en primera, segunda y tercera división.
El aficionado sabe y permite que entre al
terreno de juego un jugador malo, que de tanto jugar en primera, se va a
convertir en regular, pero que con su presencia evita que un jugador que puede
crecer mucho, avance y se fogueé.
Permite también que los equipos tengan muchos
extranjeros en el terreno de juego. Y que traigan a jugadores que no tienen la
calidad para jugar en Europa, pero que son mejores que los nacionales, y esos
jugadores medio capaces, ocupen el lugar que deberían ocupar los
mexicanos. Y todavía los adoran como
dioses del balón.
El aficionado es el único culpable del nivel
del futbol mexicano, porque con su dinero vota y apoya lo que hace la
federación, en lugar de boicotear hasta que le ofrezcan un espectáculo del
nivel del negocio que están haciendo los dueños de los equipos y las
televisoras. Por cierto, también
permite el aficionado que una misma persona o empresa sea dueña de más de un
equipo de futbol, eliminado automáticamente la competencia leal entre sus
equipos.
Así como en la política la culpa es del
pueblo que elige primero y luego no exige calidad a sus gobernantes, en el
futbol, cada aficionado vota con su dinero o su exposición a publicidad
televisiva, con equipos mediocres, con jugadores mediocres.
La próxima vez que te quejes de una selección
mexicana, observa el resto de los deportes, esos a los que no les prestas
atención, en donde no hay dinero, pero hay atletas mexicanos ganando
competiciones. No todo en la vida es el
futbol y tu apoyo a la mediocridad del futbol mexicano.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
https://josecobian.blogspot.com/2022/12/por-que-se-deja-el-mexicano.html
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