Estambul. | 22 febrero 2023
Tribuna Libre.- Al menos dos nuevos terremotos se produjeron ayer en la provincia turca de Hatay (suroeste) y en el norte de Siria, las réplicas más fuertes desde el devastador sismo del 6 de febrero que ha dejado más de 45 mil muertos en ambos países.
La agencia turca de emergencias AFAD registró
dos réplicas más de magnitud 5.2 que tuvieron lugar la noche del lunes,
desatando pánico entre los damnificados que se alojan en casas de campaña,
indicaron reporteros.
Según un primer balance, al menos tres
personas murieron en la provincia de Hatay y más de 200 resultaron heridas,
anunció el ministro del Interior turco, Suleyman Soylu.
A pesar de su violencia, un ingeniero geofísico,
el doctor Övgün Ahmet Ercan, dijo que se trata de “réplicas a lo largo de la
falla de Anatolia” y no de nuevos “terremotos independientes”.
El prestigioso geofísico de la Universidad
Técnica de Estambul aseguró a la emisora HalkTV que este sismo, al que calculó
una duración de 17 segundos, es un fenómeno normal y anticipó que algunos
edificios ya dañados se habrán desplomado.
Como medida de precaución, el hospital
público de Alejandreta (Iskenderun) y el Hospital Universitario Mustafa Kemal
de Antakya fueron evacuados, informó la agencia DHA, y a los pacientes de
cuidados intensivos los trasladaron a un hospital de campaña. El vicepresidente
turco, Fuat Oktay, dijo que ocho personas resultaron heridas al caer edificios
ya dañados, pero decidió levantar la advertencia de inundación costera emitida
anteriormente por el gobernador y por AFAD.
En Alepo (Siria), 47 personas resultaron
heridas al intentar huir presas del pánico, informó la agencia de noticias Sana
citando fuentes hospitalarias.
El primer temblor de este lunes, de magnitud
6.4, cuyo epicentro se situó en Defne, un distrito a 15 minutos en coche de
Antakya (Antioquía), se produjo a las 20:04 horas locales y lo sintieron con
fuerza equipos de la AFP en Antakya y Adana, 200 kilómetros más al norte.
Tres minutos más tarde se produjo otro
temblor de 5.8 en Samandag, una ciudad costera al sur de Antakya, y el alcalde
informó del derrumbe de edificios, sin mencionar víctimas.
“La carretera se movía como las olas. El
edificio se movía de un lado a otro, y los coches iban de izquierda a derecha”,
dijo a la AFP Mehmet Irmak, de 34 años, empleado de una notaría.
“Hatay ya no es un lugar seguro. Se oyen
muchos edificios derrumbándose... Esperamos el amanecer pero no sé qué voy a
hacer”, dijo el hombre que llevaba 15 días durmiendo en su coche tras el primer
terremoto.
El primer temblor tuvo epicentro en el
distrito de Defne, en el sur de Antioquía, según datos de AFAD, y se sintió en
países vecinos.
El ayuntamiento de Defne indicó que se
produjo un apagón de electricidad y que toda la zona está a oscuras. “Hay
edificios derrumbados. La gente está horrorizada. No había gente en los
edificios derrumbados. Veo edificios derrumbados pero no había gente dentro”,
declaró el presidente del Colegio de Arquitectos de Hatay, Mustafa Ozçelik.
Al menos un edificio a medio colapsar se
desplomó y escombros de otros dañaron coches estacionados, informa la cadena
NTV. Lütfü Savaş, alcalde de Antakya, a 25 kilómetros del epicentro, aseguró
que varios edificios se habían desplomado con personas en su interior.
Desde el sismo del pasado día 6, ninguno de
los edificios en Antioquía es aún habitable, pero había equipos de trabajo de
desescombro en la zona. Además, muchos supervivientes tienen el hábito de
reunirse alrededor de fogatas ante los edificios derrumbados para ayudar a la
identificación de cadáveres. “Era terrible, nos han caído encima ventanas
rotas. Todo el mundo ha salido de las tiendas con pánico. Con la oscuridad no
se puede ver todavía qué ha pasado”, dijo Ugur Sahin, un reportero del diario
BirGün.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan,
visitó ayer mismo Hatay, provincia fronteriza con Siria, una de las dos únicas,
junto con Kahramanmaras, donde continúan la búsqueda y excavaciones. Según
Erdogan, más de 118 mil edificios han quedado destruidos o muy dañados.
Algunas de las ciudades destruidas serán
trasladadas de la llanura a las colinas para evitar riesgos de futuros
terremotos, indicó Erdogan. Horas antes, el ministro de Urbanismo, Murat Kurum,
había dicho a la prensa que los núcleos de población deberían reconstruirse
solo en suelos sólidos, lejos de la falla geológica que ha funcionado como
epicentro de los terremotos.
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