José Miguel Cobián | 26 mayo 2023
Tribuna
Libre.- A muchos les ha
extrañado el silencio de los grandes
grupos empresariales, y cúpulas ante la expropiación que sufrió recientemente
una de las concesiones del señor Larrea, en lo personal considero muy claras
las razones. Sólo quienes pensaron que
sería un buen argumento en contra del presidente, defendieron al
indefendible. Otros, unos cuantos, solo
defienden la causa de la libertad económica, pero son los menos.
Larrea, como muchos otros multimillonarios
mexicanos, hizo su fortuna y continúa incrementando su patrimonio, aprovechando
relaciones con los gobiernos en turno.
Las grandes fortunas de los ¨capitalistas de compadrazco¨ comienzan en
tiempos del presidente Miguel Alemán, en el caso de Larrea, su padre tuvo
contratos con el gobierno federal, y después pudo asociarse con el hombre más
rico de México en aquél entonces, BunoPagliai.
Ya para 1965, adquiere su primera mina de
cobre, la Caridad. Para llegar en 1988 a adquirir a un precio bajísimo la mina
Cananea, la compañía de cobre más grande del país. Para esas fechas ya contaba con una fortuna
importante, pero gracias a concesiones y negocios con los gobiernos desde
Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Diaz Ordaz,
Luis Echeverria, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas,
Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés
Manuel López Obrador, y ya siendo heredero de su padre, Germán Larrea logró
llevar al conglomerado industrial heredado, a convertirlo en el segundo hombre
más rico de México y en el 48 a nivel mundial.
Los mexicanos entienden que su fortuna se
debe a sus relaciones con cada uno de los presidentes mencionados, y seguramente
a negocios realizados con dichos mandatarios.
Larrea y los grandes empresarios de México, esos que en otro tiempo se
denominaban ¨La Mafia del Poder¨, han
sido concesionarios y extractores de
rentas de todos los mexicanos. Todos y
cada uno de ellos están acostumbrados a negociar con el poder en turno para
obtener beneficios adicionales para sus empresas. Y todos y cada uno de ellos negocian siempre
a nivel particular y personal, en
reuniones privadas, ¨en lo oscurito¨ y con acuerdos que jamás se hacen del
conocimiento público.
De ahí, que lo que el diablo otorga, el
diablo lo quita. Es decir, si su fortuna
proviene de sus relaciones con el gobierno, de abusos a trabajadores, de baja
seguridad en sus empresas, de daños al medio ambiente, etc., a la mayoría de
los mexicanos nos tuvo sin cuidado que le expropiaran 120 kms de vías férreas.
Posteriormente se supo, que hubo infinidad de
reuniones con el presidente ¨en lo oscurito¨, y que éste quería comprar, pero
no se arreglaron en el precio. AMLO
sabe que Larrea depende de las concesiones del gobierno. AMLO sabe que ha hecho grandes negocios
gracias a acuerdos incluso con NAPITO para aprovecharse de malas condiciones de
trabajo de los mineros. AMLO sabe que
Larrea no se va a pelear con el gobierno, pues tiene mucho que perder, y siendo
AMLO un hombre caprichoso pero que conoce muy bien el terreno que pisa, decidió
expropiar porque así conviene a su proyecto del tren transistmico, decidido a castigar a Larrea por no haber
accedido a sus peticiones. Al grado de
que cuando se escriben estas líneas, AMLO ya avisó que no habrá indemnización,
pues no hay dinero en las arcas nacionales, sabedor de que no habrá ninguna
acción legal de Grupo México en contra de sus acciones.
Todos los empresarios otrora conocidos como
La Mafia del Poder, que hoy trabajan hombro con hombro con el gobierno de AMLO,
han cedido a todas y cada una de sus pretensiones y solicitudes. Para ellos,
tener contento a un presidente berrinchudo y autoritario, implica comprar
millones de pesos en boletos de la rifa del avión, a cambio de obtener cientos
de millones de pesos en negocios que dependen del gobierno, ya sea
construcciones, o concesiones. Larrea
no entendió y pagó las consecuencias.
En México hay tres tipos de millonarios, los
primeros y más dignos, son los pocos emprendedores que han encontrado caminos
para hacer crecer sus negocios y empresas en el sector privado, y la mayoría en
el sector exportador o importador, habiendo encontrado nichos de mercado. Hay un segundo grupo de familias que fueron
ricas desde el porfiriato y que terminando la revolución mexicana se acomodaron
muy bien con los poderes en turno y siguieron conservando e incrementando su
fortuna. Hay un tercer grupo, que surge
de hacer negocios con el gobierno, obtener monopolios gracias al gobierno,
obtener concesiones gracias al gobierno, obtener bienes públicos a precios de
remate gracias a sus relaciones con el gobierno. A éste tercer grupo pertenece la mayoría (si
no es que todos) los miembros del consejo de hombres de negocios muy cercanos a
AMLO, y en particular a este grupo pertenece Larrea y su familia.
Por eso sólo los que pensaron que sería una
muy mala imagen ante la inversión extranjera una expropiación de este tipo,
como lo fue en su momento la de Vulcan en la Riviera maya, fueron los que
alzaron la voz, no en defensa de Larrea, sino en defensa de la libre empresa.
Otro grupo, el de los ingenuos, defendió al
indefendible Larrea, únicamente porque consideraron que era un acto autoritario
del tirano con el cual no están de acuerdo.
La mayoría de los mexicanos sabemos que esos
hombres de negocios, esas grandes fortunas se han construido disponiendo de
dinero que legítimamente nos correspondía a todos y cada uno de los
mexicanos. Ya sea cobrando a precios
monopólicos bienes y servicios como el cobre, que en México se vende un 25% más
caro que en el resto del mundo. O vendiendo cualquier otro producto a precios
exorbitantes. Basta ver que una
economía como la americana, con ingresos por persona siete u ocho veces
superiores a los de México, tiene productos mucho más baratos que los que
encontramos en el mercado nacional, hablemos de intereses, renta de autos,
ropa, o muchísimos otros productos, en los cuales los sucesivos gobiernos mexicanos,
desde Miguel Alemán hasta López Obrador les han otorgado ventajas competitivas
de cualquier tipo. Baste recordar que
Monreal promovió un proyecto de Ley para reducir las tasas de interés tan
brutales que cobran los bancos y financieras mexicanas, pero cuando se
enteraron los ¨amigos oligarcas¨ de AMLO, inmediatamente el proyecto pasó a
dormir por tiempo indefinido. La orden
fue que nadie moleste ni a los banqueros ni a los amigos dueños de empresas
aboneras, cuyo negocio real, no es vender un producto, sino cobrar altísimos
costos de financiamiento en los pagos en abonos, aprovechando la ignorancia
financiera del mexicano promedio. Nadie en su sano juicio puede defender a
mexicanos indefendibles. Elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex