José Miguel Cobián | 17 mayo 2023
Tribuna
Libre.- APIVER Administración Portuaria de Veracruz,
funcionaba más o menos bien, había posibilidad de mejorar pero en lugar de
ello, y a pesar de ser del gobierno, decidieron ¨nacionalizar¨ los puertos,
incluido el de Veracruz, con lo cual, el gobierno le quitó la administración
del puerto de Veracruz al gobierno, para que ahora lo administrara el gobierno.
El pretexto razonable fue el combate al
contrabando, en especial de armas y de sustancias ilícitas como es el caso de
los precursores del fentanilo que entran a México por los puertos del pacífico,
para que en el país se produzca la sustancia y luego se exporte a Estados
Unidos.
La realidad es que ahora el control del
contrabando está en manos de la marina, mucho más disciplinada que los civiles,
mucho más discreta, y mucho más fácil de controlar. Y lo afirmo porque a la fecha hemos visto que
no se ha reducido el contrabando en el país.
El control de las aduanas y puertos de entrada a México en manos de la
marina y el ejército no han dado resultados reduciendo la entrada de personas,
de armas, de sustancias ilícitas, de productos de todo tipo, de sustitución de
aranceles por otros menores, etc. Los
resultados y la realidad hablan por sí mismos.
Nace la ASIPONA, Administración del Sistema
Portuario Nacional, y de inmediato la marina toma el control del puerto de
Veracruz. El período de aprendizaje ha
sido largo, la cadena de mando dificulta tomar decisiones rápidas y adecuadas,
inflexible como es el mando militar, la rapidez de respuesta ante cualquier
problema es malísima, y la disciplina impide que se exija desde mandos
inferiores o locales, el presupuesto y personal necesarios para hacer eficiente
el puerto de Veracruz. Lamentable pero
la marina administrando el puerto de Veracruz se ha convertido en el peor
enemigo de la productividad y la eficiencia.
Comenzaron haciendo algo positivo pero que en
México tuvo consecuencias negativas. Me
explico: Durante años, ante la ineficiencia y el burocratismo de la SCT, los
camiones de carga trabajaron con endosos de facturas, en lugar de altas y
bajas, ya que resultaban y resultan muy costosos esos trámites en términos de
productividad, y de repente se establece la regla de que solo los camiones con
los papeles en regla pueden entrar al recinto portuario. Cualquiera pensaría que es correcto, como
lo es, pero el problema es que no tomaron en cuenta la realidad mexicana y la
regla se aplicó de un día para otro afectando a los hombres-camión.
Para cambiar placas de tu auto, vas a la
oficina de SEFIPLAN, das de baja y alta las placas y tarjeta de circulación con
un trámite muy sencillo y rápido, que con los documentos adecuados, hasta un
gestor puede realizar. En el caso de los
camiones de carga, el trámite de la baja (según mis fuentes), lo debe de
realizar la persona que dio de alta el camión.
Imagina después de doce endosos, buscar al titular original, que en
algunos casos puede ya estar muerto, para llevarlo a SCT y que realice el
cambio de propietario. Se dejan las
placas y la tarjeta de circulación y se tienen que esperar un mínimo de 30 días
para poder tener las placas nuevas, ya que el sistema burocrático de SCT no se
puede superar en menor tiempo. El costo
del camión parado durante 30 días es enorme, y si consideramos además que hay
que ¨aceitar¨ las manos de los funcionarios y llevar el seguro pagado (aunque
por 30 días no circule el camión), el costo aumenta. Muchos transportistas son hombre-camión que
viven al día, y les generó pérdidas económicas importantes.
Se establecieron reglas sobre la condición de
los camiones que entran al recinto portuario, lo cual vino a poner orden,
aunque también representó un costo adicional para los propietarios, y una serie
de reglas para empadronar a choferes y camiones en un registro especial dentro
de la ASIPONA. Control y orden
militar. Hasta aquí aceptable, salvo la
falta de período de gracia para regularizar las unidades. Pero….
Dentro de las reglas, establecen sanciones que los choferes consideran
desproporcionadas, cualquier error del chofer es sancionado con días sin poder
entrar al recinto, y esos días pueden llegar a convertirse hasta en ocho
meses. Incluso casos fortuitos son
sancionados, como por ejemplo que se dañe un foco o el motor se sobrecaliente
dentro del recinto y el camión no circule.
Otras como estacionarse en lugar prohibido, o cualquier pequeño
accidente aunque con razón son sancionadas de manera que los choferes
consideran excesiva.
Llega la austeridad republicana y se eliminan
turnos en la noche, lo cual durante dos meses generó enormes retrasos en la
carga y descarga de los buques, pues ya no se podía hacer 24/7. Para darnos idea, un buque de carga parado
cuesta alrededor de 25,000 dlls al día, y hubo retrasos de hasta 30 días, lograron
promover puertos alternos, pues salía más barato descargar en Tampico y traer
por tierra la mercancía a Veracruz, que esperar en alta mar. El daño en logística a la operación del
puerto fue brutal, y el daño al erario igual, ya que los ingresos por aduana se
ralentizaron brutalmente. Dos meses se
tardaron en darse cuenta y resolverlo, reestableciendo los turnos que habían
eliminado.
Pero surge un nuevo problema, ahora las
revisiones son exahustivas, como si cada chofer fuera a meter una bolsa de cien
gramos de cocaína al recinto. Pongo el
ejemplo, porque cualquiera puede imaginar una revisión normal, pero cuando
revisan hasta los maletines de ropa de los conductores, es que buscan cosas
pequeñas. Pasar por la revisión
personal, además de la revisión por la máquina de rayos gama, se convirtió en
una pesadilla, ya que en lugar de circular en 45 minutos de la entrada al
puerto hasta el muelle de carga, o del muelle a la salida, ahora se pueden
tardar hasta dos horas vacíos o hasta seis horas si van cargados.
El chofer no se puede bajar de la unidad, no
hay donde comprar agua o alimentos, no puede bajar al baño en esas seis
horas. Y si entra cargado y sale
cargado, ya sabe que pasará doce horas al rayo de sol, más el tiempo de espera
y el tiempo de carga. Las pérdidas en
horas hombre, en ingresos para el erario vía aranceles aduanales y el desgaste
de los vehículos son enormes.
Hay cuatro garitas para pasar por los rayos
gamma, de ellas solo dos funcionan en el día y en la noche a veces solo
una. Las filas son interminables. Y el
calor insoportable. Corre el rumor
entre los choferes, que las otras dos máquinas de rayos gamma están
descompuestas y no hay dinero para repararlas.
Hartos los choferes, decidieron el día de
hoy, 16 de mayo de 2023, bloquear el acceso al puerto, hasta que logren hablar
con las autoridades. No dudo que
pedirán de más, ojalá y les concedan lo justo, pues el puerto de Veracruz
genera enormes ingresos para México, y estorbar su operación por ineficiencia
burocráticas le hace daño a la nación.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
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