* El relato que irritó a Cuitláhuac * Y el falso doctorado que Claudia descubrió * El gober se quiere vengar * Alito se inclina por el duartista Ramírez Arana * Priistas y panistas construyen frente… al margen de sus dirigencias * Nahle quiere a su compadre Quintanilla para alcalde de Coatza * Sólo Rotter cree en Rotter
Mussio
Cárdenas Arellano | 24 junio 2023
Tribuna
Libre.- La rabia y la saña de Cuitláhuac tienen mil
aristas, vaciándolas contra Claudia Guerrero por sus denuncias, por sus
hallazgos, por revelar las transas, el falso doctorado y hasta por la muerte de
su prima en una presunta borrachera feroz.
La rabia le nace al saberse
desnudo, exhibido, ridiculizado por Claudia Guerrero Martínez con su camisola
amarilla, las bermudas con tirantes, los zapatos grotescos, de payaso, y el
sombrero de copa. Eran los días en el “Cuícaras”, su mote artístico, servía
para hacer reír a los niños. Hoy no hace reír ni a su padre ni a su madre. Los
hace llorar.
La
rabia lo mueve al verse como es, transa y vesánico, abusivo del poder,
comandando una pandilla de ambición enfermiza, que lo mismo construye redes de
empresas fantasma que inscriben en las nóminas a los amigos y las amigas, las
amantes y los trans, succionando el erario en esto que llaman la Cuarta
Transformación.
Recicla
la rabia en cada entrega de Entre lo Utópico y lo Verdadero, la columna
suscrita por Claudia Guerrero, directora del portal Periódico Veraz, donde
Veracruz conoce a diario la infinita capacidad del porro-gobernador para hurtar
lo que es del pueblo, las obras-fiasco donde dilapida el presupuesto, la
interminable corrupción en Seguridad, Salud, Educación, el DIF, Obras e
Infraestructura, en el Congreso y hasta en el Poder Judicial.
Claudia
Guerrero lo irrita y lo pone fuera de sí. Lo reduce a la condición de un vulgar
ladrón. Retrata al capo de una banda que no se ha robado un botín mayor que el
de Javier Duarte porque el priista —su aliado en la elección de 2018— dejó poco
para robar.
A
Claudia Guerrero la tiene atravesada en el alma. Claudia Guerrero lo midió
desde antes que fuera gobernador. Y le ha documentado, uno a uno, cada desvío
de recursos, el suberjercicio año por año, licitaciones amañadas, compras
infladas, sobreprecio en los uniformes de policía.
Ha
sido demoledora exhibiendo las locuras de Eric Patrocinio Cisneros Burgos,
secretario de Gobierno, el gobernador bis de Veracruz, intentando asumir
condición de patriarca de la Cuenca del Papaloapan, las embarcaciones para
surcar el río, un proyecto turístico que resultó flor de un día. O el libro que
se financió con los dineros del compadre de la secretaria de Energía, Norma
Rocío Nahle García.
Y
qué decir de la persecución política. Decenas de rivales políticos, desde
Rogelio Franco, ex secretario de Gobierno en el régimen yunista, hasta José
Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política
del Senado, amigo de Dante Delgado, líder nacional de Movimiento Ciudadano, y
brazo derecho de Ricardo Monreal Ávila cuando era el todopoderoso en la Cámara
Alta. A Del Río Virgen le imputó la autoría intelectual de un crimen que no le
pudo probar.
Documentó
los negocios sucios, los negocios ilegales, los negocios brutalmente abusivos
del líder del Congreso, Juan Javier Gómez Cazarín, el trácala de Hueyapan, un
repollo priista que en los días de gloria de Javier Duarte le caravaneaba al
célebre ladrón.
Compañero
de correrías de Cuitláhuac García —y otras andanzas non sanctas—, Gómez Cazarín
sembró de viejos socios la estructura del Congreso de Veracruz. Y desde ahí los
negocios fluyeron, así dejaran tras las rejas al alcalde de Lerdo de Tejada, un
allegado al clan.
Claudia
Guerrero hizo énfasis en el asalto a la Comercializadora Maga, en Río Blanco.
Describió lo que había en el único video que los ministeriales-criminales no
pudieron detectar: la golpiza a seis empleados, la tortura, las bolsas en la
cabeza, asfixiándolos, las patadas en el pecho, la siembra de mercancía robada
y la destrucción de otras cámaras para borrar evidencia.
Todo
obedecía a la negativa del dueño de la bodega, José Antonio May González, a
volver a financiar a Morena como ya lo había hecho en 2018.
Y
son tantos y tantos episodios criminales, tantas corruptelas del
Cuícaras-gobernador, tantos pasajes que violentan la ley, documentados en Entre
lo Utópico y lo Verdadero, que Cuitláhuac García tarde o temprano sentiría la
tentación de reprimir.
Hay
un hecho crucial. Claudia Guerrero lo publicó el 16 de septiembre de 2019. Bajo
el título “Un vómito que cambió la vida a Cuitláhuac García Jiménez”,
describió la muerte de su prima Alejandra y la razón por la que el hoy
gobernador, hace dos décadas tuvo que huir, dejar Veracruz y simular que
cursaría un doctorado en Alemania.
Lo
relata con su antiguo estilo del sueño que describe una realidad. Habla de una
escena de muerte, una joven sin vida, un caso de broncoaspiración por consumo
de alcohol.
“Me
traslado a unos cuartos localizados en una vecindad. Éstos se rentaban para
familias de escasos recursos y para estudiantes. Era un negocio de
rentas de la familia García Jiménez. En uno de ellos, se percibía un
fuerte olor a alcohol y vómito, así como yacía un cuerpo inerte, del cual
los peritos de la Procuraduría y elementos de la SSP de Veracruz
realizaban certificación y el protocolo de rigor, al reportar a una
persona muerta. Hora del fallecimiento: 01.30 horas. En ese momento se escuchan
llantos, balbuceos y hasta pasos en el piso de arriba”.
Agregó
Claudia Guerrero:
““Mujer,
edad según familiares 25 años, nombre Alejandra ‘X’, profesión
estudiante. Una persona de sexo masculino reportó el fallecimiento de la mujer,
en la calle de Chihuahua, en la Colonia Progreso Macuiltépetl, por lo que
elementos de la SSP hicieron acto de presencia para certificar el
fallecimiento de la víctima, dar parte a peritos y elementos ministeriales, así
como al Ministerio Público para dar fe del fallecimiento de la víctima. La
causa de la muerte fue por bronco aspiración. Probable consumo de bebidas
alcohólicas. Fue reconocida por su hermano Eleazar Guerrero Pérez (hoy
subsecretario de Finanzas del gobierno estatal)”.
Atanasio
García Durán, padre de Cuitláhuac García, era diputado local, militante del
Partido de la Revolución Democrática. Pidió ayuda, señala Claudia Guerrero.
Evitó el escándalo. Dejó todo en manos del entonces gobernador, Fidel Herrera
Beltrán. Y éste instruyó al secretario de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez.
Atanasio
García fue convertido en presidente de la Mesa Directiva del Congreso y operó
como un alfil fidelista. Y Cuitláhuac García se trasladó a Alemania a realizar
una estancia doctoral.
El
relato de Claudia Guerrero, publicado en septiembre de 2019, caló hondo en la
familia de Cuitláhuac. La periodista fue más allá. Recordó cuando
entrevistó a Cuitláhuac García, en 2018, y lo obligó a reconocer que carecía
del doctorado que se mostraba en el currículum del portal del Congreso federal
y admitir que sólo había realizado una estancia doctoral.
Esa
historia corría dentro y fuera de Morena cuando Cuitláhuac García apenas se
había sentado en la silla de gobernador. El morenismo le conocer ese y otros
lados flacos de Cuitláhuac.
Claudia
Guerrero hoy enfrenta el asedio. Cuitláhuac García, vía la fiscal Verónica
Hernández Giadáns, le abre una carpeta de investigación por el caso Angélica
Sánchez Hernández, jueza estatal que en dos ocasiones ha sido aprehendida por
haber acatado el amparo concedido por un juez federal a Itiel “N”, acusado del
asesinato del ex diputado priista, Juan Carlos Molina.
La
jueza fue intervenida por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de
Veracruz, el lunes 5. La mantuvieron incomunicada por cinco horas. Le sembraron
droga. La obligaron a disparar un arma en un montaje, en el cuartel San José,
en Xalapa, a fin de imputarle que había disparado contra los uniformados. Y 48
horas la tuvieron que liberar.
El
16 de junio, en la Ciudad de México, se aprehendió por segunda ocasión. Ahora
se le imputa delitos contra la fe pública y tráfico de influencias.
A
la par, el jueves 15, Claudia Guerrero recibió un citatorio de la Fiscalía. Se
le da “calidad de investigada”. Le imputan que publicó parte de un documento
que se hallaba en proceso de instrucción dentro del juicio a Itiel “N”, alias
Compa Playa.
Es
la nueva vendetta, la venganza contra Claudia. Cuitláhuac se la quiere cobrar.
Así
es como reprime el porro-gobernador.
Archivo
muerto
Alito
se decanta por Adolfo Ramírez Arana y hay presagio de renuncia masiva en el PRI.
Dicta la línea por un duartista de ambición sin límite, que saltó de la
medianía a la opulencia, el que dejó la alcaldía de Paso de Ovejas por irse a
la diputación y abonó en el terreno para que su esposa Rosa Elena Valdés ganara
la presidencia municipal en el siguiente período. Ramírez Arana ya fue líder
del Frente Juvenil Revolucionario y hoy es líder del sector popular del PRI en
Veracruz. Su fama —mala fama— se finca en esa magia para acumular fortuna en
unos cuantos años, saltar de un cargo a otro, heredarle espacios políticos a su
esposa y, sobre todo, ser un clon de Javier Duarte, el ex gobernador que por
ladrón terminó procesado y condenado a purgar una sentencia de nueve años en el
Reclusorio Norte. Eso es lo que representa Ramírez Arana y eso es lo que
Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas quiere para el PRI en Veracruz. El relevo
generacional le vale. Su duartismo, no importa. Que se desgrane el PRI,
renuncien los cuadros operativos, se extingan las estructuras. Cumple “Alito”
Moreno con el plan obradorista, acabando con lo que queda del otrora poderoso
partido tricolor. Si en Hidalgo se dio la historia renuncia de toda la bancada
priista en el Congreso del estado y de la dirigencia estatal, en Veracruz el
éxodo llevará al PRI a la pérdida del registro, mientras la militancia
encuentra cabida en el PAN, PRD o Movimiento Ciudadano… Priistas de a
pie, panistas de a pie, van por un frente amplio que incorpore a actores de la
sociedad. Luego que el delegado del PRI nacional en Veracruz, Pedro
Gutiérrez Gutiérrez, resultó todo un marrullero, entregado a la causa de Marlon
Ramírez Marín y Fernando Kuri Kuri, presidente estatal y secretario de
Organización, respectivamente, el priismo lo mandó a volar. Los panistas,
igual. Federico Salomón Molina, dirigente estatal, no da una. Llegó con el aval
de los Yunes azules, por acuerdo con la corriente de Tito Delfín, pero lo que
dice no pesa, no sacude a nadie ni impacta. Y como el tiempo apremia, unos del
PRI —Sheila Jara y Rafael Madero—, otros del PAN —Alfredo Phinder y Juvenal
Patiño—, van armando el frente en el que aseguran que habrán de privilegiar las
propuestas de la sociedad. En teoría, bien. Mal, si la pretensión es ir por la
enésima regiduría en el ayuntamiento de Coatzacoalcos en la elección municipal
de 2025. Porque se supone que la prioridad es tener propuesta para el proceso
electoral federal y local de 2024, y que la sociedad esté representada, pues el
voto de los “sin partido” cuenta… Ni Cheva, ni Tania, ni Pintos. Rocío
Nahle quiere a su compadre, Arturo Quintanilla Hayek, en la alcaldía de
Coatzacoalcos. El tiempo de las rémoras llega a su fin. A Eusebia Cortés le
dio en demasía: una regiduría donde fue un cero a la izquierda; una diputación
donde el gobernador la acusó de chantajista; la presidencia de la Comisión de
Corredor Interoceánico, del que no sabe ni la o por lo redondo. Tania Cruz
Santos se pulió, creció, tuvo un desempeño relevante y llegó al cenit con la
presidencia de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, pero hasta
ahí. De Miguel Pintos lo único que se recuerda fue el acta falsificada con la
que despojaron a Ember Ballinas de las canchas de futbol rápido para robarse el
pedazo de predio que faltaba al ayuntamiento encabezado por el morenista Víctor
Manuel Carranza Rosaldo para que Pemex bajara los recursos en el Parque Miguel
Hidalgo, y aquella barbajanada de disponer la cremación de cadáveres sin
consentimiento de los familiares cuando comenzaba la pandemia de covid; un
asunto de desaparición forzada. A los tres, Nahle ya les dio. Ahora va su
compa, Arturo Quintanilla, un empresario al que le entregará el municipio de
Coatzacoalcos, su presupuesto, los negocios que se construyen al amparo del
poder, la economía subterránea, los proyectos que se vinculan con la industria
y concretamente con la petroquímica, que es el delirio y obsesión de la
zacatecana, y si los astros se le alinean, hasta la planta de tratamiento de
basura del Clan Quintanilla en Chinameca, así termine siendo una sangría para
el erario por el traslado de los residuos y el desgaste brutal que sufrirán las
unidades de limpia pública. Arturo Quintanilla, el compa favorito, será alcalde
sólo si Rocío Nahle, en 2025, ya es gobernadora de Veracruz, si triunfa por el
efecto López Obrador. Porque el efecto Cuitláhuac es hasta para perder la
vergüenza; para sufrir el voto de castigo de un pueblo que ve a un rufián y su
pandilla criminal robando y abusando, persiguiendo y encarcelando adversarios
políticos, jueces, periodistas, defensores de derechos humanos, manteniéndolos
tras las rejas con delitos inventados. Si Rocío Nahle logra ganar la
gubernatura de Veracruz, que se ve imposible, el compadre Arturo Quintanilla
tendrá en la alcaldía de Coatzacoalcos un jugoso botín, pero también años de
persecución cuando Morena sea echado del poder… Armando Rotter es el
único que cree en Armando Rotter. No entiende que su tiempo ya pasó.
Fantasioso, mitómano, le vende a la cúpula del Partido de la Revolución
Democrática que Coatzacoalcos lo ama, lo recuerda por su paso por la alcaldía,
le debe la construcción del Itesco, del Teatro de la Ciudad y el Centro de
Convenciones y la proyección del municipio a nivel nacional. Lo que Armando
Rotter no aclara, es que muchos de quienes votaron por él en 1997 ya murieron;
otros, hace 26 años, no habían nacido. Su espectro de votantes es relativo. Y
cuando hurgan en sus desvaríos, peor. En 2021, fue de los aspirantes que
pretendían la candidatura del frente PRI-PAN-PRD a la presidencia municipal. Lo
expresó varias veces. De pronto, se desdijo. Y comenzó a despotricar contra la
alianza de oposición y a afirmar que él comulgaba con Morena. Se mató solo.
Rotter no cesaba de buscar a Andrés Manuel López Obrador. Quería insertarse en
el proyecto del Corredor Interoceánico. El mesiánico le dijo que hablarían pero
le puso como enlace a Rocío Nahle y ella lo congeló. Luego anduvo buscando una
cita con el entonces alcalde electo, Amado Cruz Malpica. Amado lo toreó. Lo
invitó a su toma de posesión y hasta ahí llegó. Y ahora finta que el PRD lo va
a apadrinar. La intención es que Morena lo voltee a ver para dar el chaquetazo
final. Mientras más grande, más mañoso…
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