**La exjefa de gobierno de la capital mantuvo firme su ventaja durante todo el proceso interno frente a Marcelo Ebrard para reemplazar a López Obrador en las elecciones del año que viene.
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Ciudad de México. | 28 agosto 2023
Tribuna
Libre.- El
margen de ventaja con el que inició Claudia Sheinbaum en las preferencias para
definir la candidatura a la presidencia de la República de Morena y su
coalición se mantiene firme a unas horas de que inicie el levantamiento de la
encuesta oficial, método por el que se decidirá de hecho quién ocupará el
puesto.
Este es el consenso según los datos que
arrojan las principales casas encuestadoras del país: todas las mediciones
conocidas salvo una la colocan en primer lugar. En otras palabras, las
actividades de las corcholatas durante el periodo formal de proselitismo
definido por el partido no parecen haber tenido mayor impacto para modificar
las valoraciones y preferencias que los ciudadanos ya habían formado antes del
periodo de campaña.
En un primer ejercicio realizado por El País
México para recopilar las preferencias de la ciudadanía previo al inicio de las
campañas, entre un 29% y un 41% de la población prefería a la ex jefa de
gobierno se para encabezar al partido oficialista.
En segundo lugar, Marcelo Ebrard oscilaba
entre 18% y 29% y el resto de los participantes se reparten porcentajes menores
que nunca pusieron en riesgo a la posición de los dos punteros.
Tras cerca de dos meses de campaña el rango
de Claudia Sheinbaum se mantiene entre 28% y 41% y el del ex canciller entre
18% y 34%. Es decir, constante en el tiempo considerando los márgenes de error.
Todas las encuestas consideradas tanto en aquella pieza como en esta coinciden
con el sentido de la ventaja.
Vale la pena añadir que la única encuesta que
pone a Ebrard por encima de Sheinbaum (encuesta que el propio candidato ha
difundido desde su cuenta de Twitter) se encuentra a notable distancia del
resto de estimaciones, que como mucho le dan 24% al ministro saliente, y en
ningún caso le ponen en la primera posición.
De hecho, si solo contemplamos aquellas casas
encuestadoras que han realizado más de una medición en un margen considerable
de tiempo (abril-mayo, cuando la carrera comenzó a tomar impulso, y la
actualidad), en este subgrupo de datos entonces y ahora ni siquiera se tocan el
límite superior de las estimaciones de Ebrard con el inferior de la ex jefa de
gobierno de la CDMX.
El resto de las corcholatas están aún más
lejos:
Monreal se desinfló hasta un ínfimo 2-5%;
Adán Augusto López y Fernández Noroña están en el 16% y 9% de máximo
respectivamente. Ni siquiera alcanzan a pisarle el talón del 18% a Ebrard.
La ventaja que lleva Sheinbaum en la pregunta
de preferencia directa podría ser suficiente para ganar la candidatura. Sin
embargo, el 25% restante de medición de atributos podría servirle a la
candidata para redondear su triunfo. En los ejercicios más recientes que miden
estas escalas también se mantiene la percepción ciudadana de que la ex jefa de
gobierno es la más honesta, la más comprometida con la agenda de las mujeres,
la más cercana a la gente, y la que más cumple lo que dice.
Estas tendencias son las mismas que
presentaban las encuestas analizadas entre marzo y junio. La única en la que
Ebrard sacaba cabeza y se mantiene es en conocimiento del país, posiblemente
asociado con su perfil de político más experimentado en el plano nacional. En
todos los demás, aunque la distancia que existe entre el segundo (Ebrard) y el tercero
es regularmente mayor a todas las otras brechas (demostrando una vez más que
esto siempre fue una carrera de dos), Sheinbaum está por delante de manera
consistente.
En ocasiones se ha criticado el método de
encuesta para seleccionar candidatos por considerarlas nada más que una “foto”
del momento. Es decir, es posible que un evento coyuntural afecte de manera
momentánea el humor ciudadano y lo saque brevemente de su tendencia pasada. Sin
embargo, en el caso de la contienda interna de Morena, Claudia Sheinbaum ha
dominado las preferencias de principio a fin y sin grandes variaciones, según
las casas encuestadoras consultadas.
Es decir, las predilecciones y aversiones
ciudadanas se han mantenido la claras y constantes al menos en los últimos 3
meses.
Aquí reside la contundencia de estos datos.
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