Tribuna
Libre.- Pensé
hacer una reseña de los foros de Durango y Monterrey. Comencé a verlos, el
primero me brinqué a Santiago en todas sus participaciones y a los moderadores,
que hablaron más que los ponentes. En
el segundo llegué a la mitad y terminé brutalmente aburrido.
Es verdad que las corcholatas no dan nota,
son extremadamente aburridas, pero también es cierto que los foros del frente
no generan mucha pasión, y la mejor prueba son los números de audiencia, casi
tan pequeños como los de cualquier mañanera del presidente.
Entiendo que los foros tengan que ser así,
pero por favor que no les llamen debates.
Son foros donde cada aspirante explica en muy poco tiempo, temas que
deben de llevar mucho tiempo de análisis y explicación de posibles
soluciones. Están diseñados para que se
diga muy poco en uno, dos o tres minutos.
También están diseñados para que nadie
lastime a nadie. Beatriz, Xóchitl y
Santiago saben que se necesitan los unos a los otros, saben también que
necesitan a sus simpatizantes, porque al final, será un gobierno de coalición y
todos tendrán un lugar importante en dicho gobierno, si es que se logra el
triunfo, y para lograrlo se requiere que los simpatizantes de los dos que no
ganen, se sumen al proyecto del Frente Amplio por México.
Esto que parecería muy claro, ha sido casi
imposible de explicar a un enorme sector de la población opositora, y no
estamos hablando de personas sin experiencia en política, también me refiero a
políticos y politólogos reconocidos en la academia o en sus partidos.
Si bien, puedo entender, aunque no
justificar, que un militante de toda la vida del PRI sienta cierta reticencia
por votar a favor de un candidato que emane de las filas del PAN y viceversa,
no acabo de entender, cómo es posible que gente versada en temas políticos
actúe como un fan de nuevo ingreso en estas lides, y se apasione al grado de
tratar de descalificar a quienes a partir del cuatro de septiembre serán sus
aliados
Si ya de por sí, será difícil realizar la
operación cicatriz con los bandos perdedores, no tanto con sus líderes, sino
con su primer círculo que ya se consideraba en ciertos puestos de poder,
procurar generar heridas entre los simpatizantes de los tres aspirantes, previo
a la selección del día tres resulta delirante.
Hay personas que quieren demostrar en sus
grupos que simpatizan con alguien y mandan y mandan información que afecta y
agravia a otro aspirante. No comprenden
el daño que hacen, su único interés es demostrar que son fieles a una causa que
generalmente ni los toma en cuenta, salvo entre sus familiares y amigos.
El adversario del Frente Amplio por México es
la coalición de partidos encabezada por morena.
No es un adversario pequeño.
Sabemos que sin el menor escrúpulo utilizan los recursos públicos para
sus fines electorales, como bien ha denunciado y apuntado el propio Marcelo
Ebrard, violando una ley que el propio presidente López Obrador promovió en
2017. Además de todos los recursos del
estado, se sabe que hay zonas como la franja de estados que colindan con el
océano pacífico, en la cual el crimen organizado participa activamente en
elecciones. Así que el adversario es
formidable, más ahora cuando se ha colonizado el INE y se observa el talante
autoritario y antidemocrático del presidente de la república y de los
funcionarios que lo acompañan, cebados ya por los recursos del erario público.
Resulta, por lo tanto, ridículo y absurdo
observar a personajes con o sin conocimiento de política, atacar a los aliados
previo a la gran batalla electoral. No
acaban de entender que se convierten en tontos útiles, ya sea de Morena, o de
sus aliados, tanto en la ultraderecha del tipo de Verastegui o Frenaa, o de
otros grupos radicales, interesados en la continuidad de los gobiernos de
Morena ya que reciben enormes prebendas y beneficios económicos, jamás vistos
con otro gobierno.
Los registrados en el frente están muy
interesados en lo que pasa en los partidos, pero no alcanzan a entender que
está dentro de las reglas del juego la posibilidad de registros individuales,
registro mediante un promotor y registros mediante un partido político. Ahora resulta que se trata de generar
diferencias e intereses en función de quién recibió más registros de apoyo en
función de su origen.
Todo ello puede debilitar la frágil alianza
entre los partidos políticos de oposición y los ciudadanos. Promover la
desunión implica anteponer el ego personal a el beneficio colectivo que
representa el FAM. Pero en un mundo de
egos e intereses personales, resulta muy difícil que se anteponga el interés
por México antes que los propios. Quien
lo logre, llegará a la meta de las elecciones en el 2024 participando con la
oposición. Quien no lo logre, servirá
con su abstención o su voto a MC, como apoyo a las políticas de Morena y del
presidente López Obrador.
No es fácil, pero los ciudadanos no tenemos
muchas opciones. Solo nos resta
reflexionar y anteponer el interés de México por encima de filias y fobias
personales, de grupo o de partido.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
https://josecobian.blogspot.com/2023/08/los-dos-primeros-debates-del-frente.html
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