* Cuitláhuac, Gómez Cazarín, Zenyazen, un fiasco * ¿Dónde quedaron los 30 puntos de ventaja sobre Manuel Huerta? * PAN trae el reloj atrasado * Gómez Cazarín iría por diputación federal * Amado sabotea a regidora * Los Heraldos se comienzan a desplomar.
Mussio Cárdenas Arellano| 18 noviembre 2023
Tribuna
Libre.- Destartalada,
la maquinaria política de Rocío Nahle no le allega adeptos, ni fans, ni incautos,
ni le opera simpatías, ni aplausos. No le sirve Cuitláhuac García, ni los
millones usados en su campaña, ni la
foto con el Peje, ni la amenaza y la presión.
Vencida en la encuesta, impuesta por Andrés
Manuel, Rocío Nahle habrá entendido que ni los veracruzanos la quieren ni el
sátrapa de palacio, el Cuit, sabe operar.
No le ayudan los priistas —el duartismo, el
fidelismo, el marcelismo, todos aquellos con los que pactó—, ni las rémoras
verdes —Javier Herrera, el del hijo olvidado—, ni los haraganes del PT, o las
vacas del magisterio y el badulaque de Zenyazen Escobar.
Ni le suma Juan Javier Gómez Cazarín, el
delincuente que responde al apelativo de El Carón, líder del Congreso de
Veracruz, invento político del gobernador Cuitláhuac García, cuyo poder usa
para calar alcaldes, amedrentarlos y obligarlos a inflar a la desinflada ex
secretaria de Energía.
Nada, nadie, salvó a Rocío Nahle de la
afrenta que implica perder la encuesta de Morena cuando los cuentos de los
sondeos previos le daban ventaja dos a uno sobre Manuel Huerta, Eric Cisneros,
Gutiérrez Luna y cualquiera que le disputaba la carrera por la nominación al
gobierno de Veracruz.
Tan bien que iba, 20 puntos arriba, y en los
hechos perdió.
Hacia el atardecer del viernes 10, en
reuniones en corto, a puerta cerrada, Rocío Nahle conoció su realidad. Y no la
pudo cambiar.
Perdió, fue arrasada, en temas cruciales:
honestidad, confianza, conocimiento de Veracruz, mejor candidata para Veracruz.
Ganó, por ocho décimas de punto, en un rubro: mejor candidata de Morena. Y de
ahí se agarró López Obrador para imponer a su engendro, su pupila política,
como coordinadora de los comités de la Cuarta Transformación, o sea la
corcholata de la sucesión local.
Las encuestas han sido un circo. Son la farsa
democrática del mesías de Tepetitán, alias el porro López Obrador, a la que se
prestan todos, los aspirantes, los operadores, la broza obradorista, las
encuestadoras y los adictos al fraude.
Lo que digan los números no cuenta. Lo que
midan las encuestadoras no sirve. Ganen o no, serán candidatos los que decida
Andrés Manuel.
En Veracruz perdió Rocío Nahle y López
Obrador la impuso.
En Jalisco perdió Claudia Delgadillo, ex
priista, y AMLO la impuso.
En Guanajuato perdió Alma Alcaraz, ex
panista, y AMLO la impuso.
En la Ciudad de México perdió Clara Brugada y
AMLO la impuso.
Las corcholatas son más lata que corcho, que
no ganan ni saben operar, que no prenden al morenismo ni a la sociedad.
La caída —real— de Rocío Nahle García es el
espejo de un equipo político de cuarta, una maquinaria oxidada, estrategas sin
idea, dinero público desviado a la campaña adelantada y tirado a la basura, y
grupos afines que no ganan ni la elección de jefe de manzana.
Los números de Nahle son el reflejo del mito
que se extingue. Los porcentajes de Nahle son la lectura de un fracaso. Y el
reporte de una debacle. Y la profecía de un naufragio. Y la crónica de un
descalabro anunciado.
No es una tragedia griega. Es una tragedia
zacatecana.
A la desinflada le faltó helio para volar. La
desinflada, como la describió Manuel Huerta, ex delegado de Bienestar y al
final su verdugo, nunca despegó. Se quedó en tierra, vencida por los que no la
quieren gobernando Veracruz.
Nahle cimentó su popularidad en un engaño.
Toda encuesta la ubicaba en el nivel de los inalcanzables, de los elegidos, de
los semidioses. La elección de 2024 sería de trámite. Nahle tenía asegurada la
sucesión.
Rubrum, por ejemplo, le daba en septiembre
39.9 por ciento de preferencia ciudadana. A Manuel Huerta lo calificaba con
12.4.
Gobernarte la situaba con 20 por ciento; el
diputado federal nativo de Minatitlán, Sergio Gutiérrez Luna, 15 puntos, y
Manuel Huerta, 8 por ciento.
RSearch reportaba 31 por ciento para Rocío
Nahle y 17 puntos para Manuel Huerta.
Nada era cierto. Rocío Nahle tenía una
popularidad ficticia. Sus números eran una patraña.
En la encuesta oficial, la de la Comisión
Nacional de Elecciones de Morena, y las encuestas espejo, a cargo de De las
Heras y Mendoza Blanco Asociados, Manuel Huerta la despedazó.
Falló en honestidad, confianza, confianza de
que habrá de cumplir, conocimiento de Veracruz, mejor candidata. Pero logró
superar a Huerta en “mejor candidata de Morena”. Obtuvo 16 por ciento y Manuel
Huerta 15.2 puntos. Y el mesías la ungió.
El rayo la alcanzó. Y la electrizó.
La golpea su condición de zacatecana.
La destruye su fracaso en Dos Bocas
La fractura su protección a la banda
delincuencial que gobierna Veracruz
La destroza el nivel de complicidad con
Cuitláhuac García, con Juan Javier Gómez Cazarín, líder del Congreso
de Veracruz; con Eric Cisneros —hoy confrontados—, el artífice de la
represión política, protector de grupos criminales, según el Ejército; con
Zenyazen Escobar García, secretario de Educación que terminó en el sótano de la
encuesta; con Eleazar Guerrero Pérez, subsecretario de Finanzas, primo del
gobernador, el que trafica los contratos y le paga a las empresas fantasma, y
con decenas de diablillos más.
La hunde esa pandilla que, aún usando
recursos públicos, no sabe operar.
La aniquila el grupo político que no mueve
alcaldes ni corrientes morenistas y que en la encuesta la dejó morir.
“Está cañón”, dijo El Peje en palacio y le
regaló la nominación.
Archivo
muerto
A las mil y quinientas, el PAN decide ir en
alianza en Veracruz. A las mil y quinientas porque había que saber el juego de
Morena y, de paso, forzar la tuerca, apretar al PRI y ni se diga al PRD. Los
azules, que son la ambición andando, aguantaron hasta que Morena vio
desplomarse a Rocío Nahle y que con un dedazo la sacaran del hoyo, regalándole
la candidatura al gobierno de Veracruz. https://shorturl.at/hpuC0
Tan frágil ve Juan Javier Gómez Cazarín a
Rocío Nahle que ya mejor le tira a una diputación federal. Tan descuajada, tan
vulnerable, vapuleada en la encuesta, inelegible por no ser veracruzana nativa,
incumpliendo así el requisito que marca la Constitución, que el líder del
Congreso de Veracruz ya puso los ojos en la diputación por Coatzacoalcos, la
tierra donde hizo todo tipo de trastupijes. https://shorturl.at/ckqNP
Guerra de baja intensidad, pero guerra al
fin, entre Amado Cruz Malpica y Sandra Collins. Muy empeñosa, la regidora
segunda se echó a cuestas el evento de la Guelaguetza en Coatzacoalcos. Fue el
motor de un evento municipal de alta relevancia. Luego habría de escuchar el
reclamo de aquellos que vieron los locales de la Expo Feria en el abandono,
techos caídos, láminas desprendidas, espacios malolientes. Y encima, el intento
de extorsión de inspectores de Tesorería. https://bit.ly/49HDPa4
El Heraldo de Poza Rica canceló su edición
impresa. Van hacia su extinción los medios duartistas que, en los hechos, no
son medios de comunicación; son negocios. Son herramientas para succionar el
erario. Exprimen al que les dejan exprimirle el billete público. Son acríticos,
sin compromiso con la sociedad. https://shorturl.at/hFM09