José Miguel Cobián | 22 enero 2024
Tribuna
Libre.-
Una ventaja de las redes sociales, es la posibilidad de interactuar con una
enorme cantidad de personas diariamente, algo que sería imposible de realizar
personalmente. De ahí surgen una serie
de ideas y temas para tratar en estas colaboraciones. La idea inspiradora nace de la opinión de un
pequeño empresario. Doy contexto:
Escribo en un chat que el problema de muchos
morenistas no es que ellos deseen estar mejor o que los mexicanos mejoremos en
nuestro nivel de vida, sino que lo que buscan es que todos estemos
¨jodidos¨. El pequeño empresario me
responde que a pesar de las decisiones del gobierno actual y anteriores, los
que trabajamos hemos prosperado, o cuando menos mantenido un nivel de vida por
encima del promedio. Le comento que las
políticas económicas de este gobierno durante la pandemia destruyeron más de un
millón de empleos al no apoyar a los empresarios, y su respuesta es que él
mantuvo su plantilla a pesar de la crisis de esos años.
Me hizo reflexionar su comentario, porque es
un error muy común en nuestro país. Se denomina: ¨Falacia de la generalización
apresurada¨ y se define como ¨hacer una afirmación basada en pruebas que son
demasiado pequeñas. Esencialmente no se debe afirmar y decir que algo es cierto
si sólo se tiene un ejemplo o dos como prueba¨. Los mexicanos lo sufrimos durante el
gobierno del presidente Trump. Donald
afirmó que todos los mexicanos somos traficantes, criminales y violadores. Seguramente tiene el dato de algún mexicano
traficante, criminal y violador, pero eso no significa que todos los mexicanos
lo sean.
La falta de conocimientos básicos de economía
es evidente en la población mexicana. También es evidente que el mexicano
promedio (no todos) vive en una burbuja en la cual solo le importa y se
informa, de temas locales, y unos cuantos, de temas nacionales. Baste ver que una noticia en cualquier ciudad
de provincia, si se trata de asuntos locales, llama más la atención que una
noticia nacional, y sobre todo de una noticia internacional promedio.
El mexicano no está consciente de la
diferencia que implica tener un crecimiento del producto interno bruto del 2.5%
anual, comparado con un crecimiento del 1% anual. La primera opción implica que la economía
crece un 16% en un sexenio, mientras que la segunda opción implica un
crecimiento en el sexenio de apenas el 6%.
Es decir, un 10% de diferencia.
Esa diferencia implica también que se produce
un porcentaje mucho menor de inversión y de empleo para los mexicanos. El 2.5% anual era el promedio de los sexenios
de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña.
El 1% anual es el promedio del gobierno del presidente López
Obrador.
Cierto que hubo pandemia, pero los países que
protegieron el empleo, los que tuvieron gobiernos humanistas de verdad, los que
apoyaron a los asalariados (lo que aquí se afirmaba falsamente era apoyo para
empresas) hoy ya recuperaron el crecimiento promedio en los años 2019-2023 que
tenían previo a la pandemia. México se
quedó muy corto.
Cierto que, a nivel particular, una persona
pudo tener éxito económico a pesar de la crisis, como hemos visto entre los
allegados al consejo de negocios que es socio del presidente López Obrador, que
duplicaron su fortuna en 2019-2023.
Pero eso no sirve de nada, si a la mayoría de los mexicanos les va mal
económicamente. Las cifras eso indican,
ya que si bien, es cierto que un 5% de la población salió del nivel de pobreza,
acorde a los parámetros que su usan para medirla en México, también es cierto
que el porcentaje de creación de empleos se redujo a nivel sexenal, que el
salario promedio se redujo a nivel sexenal, que la economía creció un 10% menor
a nivel sexenal, y que la población en pobreza extrema aumentó a nivel
sexenal. Toda esta información proviene
de medios oficiales.
De ahí que es posible afirmar que este
sexenio, a pesar de avances en ciertos sectores en particular, tiene una deuda
con México. Una deuda de tiempo perdido, de bienestar no alcanzado, de malas
decisiones en la asignación de los escasos recursos públicos. Considerando que al propio presidente López
Obrador le parecía raquítico un crecimiento del Producto Interno Bruto,
(crecimiento de la economía de México) del 2.5% anual, los resultados de su
gobierno son mucho peores.
Si consideramos a largo plazo los beneficios económicos
o sociales de sus decisiones de inversión pública, de políticas públicas y de
desarrollo de la democracia, sin lugar a dudas, podemos afirmar que sufrimos un
retroceso mayúsculo, en lo poco que se había avanzado para quitar poder a los
grupos que nos gobernaron antes de Morena.
Hoy estamos peor con Morena en el poder, que durante los gobiernos del
PRI y del PAN.
Si la visión del árbol impide a los mexicanos
observar el bosque y sobre todo el futuro, ya será responsabilidad de los
mexicanos asumir una vez más el error al escoger al próximo gobernante de
México. Si se escoge la opción que lleva
a libertad y crecimiento económico, es decir, si se escoge a la oposición, de
todas maneras, dependerá de los mexicanos que no se repitan los errores del
pasado, y continuar la ruta de avance que se trazó desde hace varios sexenios y
tanto esfuerzo había costado construir.
Si México crece más rápido (como lo hizo
China), más personas saldrán de la pobreza, se fortalecerá el mercado interno,
habrá más consumo y por lo tanto mayor riqueza y bienestar para todos. No basta que le vaya bien a uno, es necesario
que le vaya bien a todos.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex