* Rocío Nahle ofrece un gobierno como el de Cuitláhuac * Pepe Yunes apuesta por un golpe de timón * Rabieta del Peje porque le tronaron a Ernestina * Mucho escándalo por una fiscal corrupta y plagiaria * Indira no dio una en el Senado y ahora quiere ser diputada * El PRI de Octavio Sen va a terminar vacío.
Mussio Cárdenas Arellano | 17 enero 2024
Tribuna
Libre.- La “ingeniera” dice que suma, no resta, pero
ella, Rocío Nahle, quien tiene mucho que explicar por cómplice, ofrece la
continuidad del desastre, el modelo que empoderó al gobierno criminal que ha
devastado a Veracruz.
El político, Pepe Yunes, afina, dispara y
revira: en Veracruz no hay gobierno, la educación fue olvidada, los pescadores
y lancheros requieren ayuda, el transportista reclama seguridad, la
delincuencia no tiene freno y el pueblo vive entre el acoso del malandro y el
miedo a la autoridad.
La “ingeniera” dice que por ser ingeniera,
multiplica, no divide, como si su vida de estridencia no fuera conocida, generadora
de repudios, y no hubiera provocado fracturas políticas y enconos mayúsculos, o
como si su irrupción en el PRD de Coatzacoalcos no hubiera sido el inicio del
fin, la suma de las derrotas en el bastión de la izquierda, la debacle
electoral.
Y con esa perorata, expresiones ocurrentes,
dignas de Perogrullo, suelta frases cargadas de aserrín. “Veracruz no tiene
dueño”, sentencia Rocío Nahle sin imaginar –¿o sí?– que el tiro se lo da en el
pie o se lo asesta a Morena en el corazón.
Porque cinco años después, a cinco años de
que el efecto Peje trepara a la pandilla guinda al gobierno de Veracruz, ni
Cuitláhuac sabe qué rumbo tomar. A estas alturas, Morena no es dueño ni de
Veracruz ni de su propio destino.
El político, Pepe Yunes –José Francisco Yunes
Zorrilla–, acusa que a Veracruz le urge un golpe de timón, un cambio en el
estilo de gobernar, el liderazgo cimentado en el conocimiento de la entidad,
saber los orígenes de la problemática social, la experiencia para hallar
solución.
Nahle, precandidata de Morena al gobierno de
Veracruz, habla en abstracto, queriendo que nada cambie; Pepe, el precandidato
del PRIANRD, exige cambiar para reconstruir.
Nahle opta por la mentira; Pepe demanda
hablar con la verdad.
Treinta años después de tocar suelo jarocho,
la zacatecana va contrarreloj, conociendo a paso veloz puntos selectos de
Veracruz. Que si Xalapa, que si San Andrés Tuxtla, que si Chalma, que si
Tihuatlán, que si Rafael Delgado, que si Ixhuatlancillo, que si…
“Una chulada”, dice de Zongolica, que sí lo
es cuando se observan sus cumbres cubiertas de niebla.
Y hay quien, observador como suele ser,
destaca que la señora Nahle muestra especial asombro en sus redes sociales por
la belleza de los lugares visitados en precampaña simplemente porque no conoce
a fondo la geografía de Veracruz, estado del que dice ser oriunda, lo cual es
una lépera falacia porque, como todos los veracruzanos saben, nació en Río
Grande, Zacatecas.
Y en Poza Rica, donde la violencia es violencia
letal, nada de cuentos, Nahle entró a regañadientes. Será porque ahí manda “El
Coco”, un narco al que se acusa de ser el psicópata que almacena cuerpos
desmembrados y los mete en neveras y congeladores, pero del que en narcomantas
acusan que es intocable, impune, un narco 4T, por ser cuate del gober
Cuitláhuac García y protegido del ex secretario de Gobierno, Eric Patrocinio
Cisneros Burgos, ex amigo de la Nahle. O sea que Morena y el narco son almas
gemelas.
Su discurso es patraña pura, más de lo mismo,
un gobierno que será la continuidad del actual, que en términos llanos es la
prolongación del estado de terror impuesto por Cuitláhuac en agravio de la
sociedad.
Una y otra vez, la Nahle ofrece seguir una
ruta fallida, la del fracaso, la del olvido, del gobierno que estancó a
Veracruz, el que desoyó al pueblo, el que empoderó a los cárteles mientras la
policía apaleaba a los ciudadanos que ejercían su derecho a la protesta y los
remitía al cuartel de San José, en Xalapa, del que salían muertos, y maltrataba
y robaba a los periodistas que cubrían sus desmanes.
Nahle calla y traga sapos en la rendición de
cuentas. Nada le reclama a Cuitláhuac ni a Eric Cisneros, que fueron sus
arietes, sus aliados, sus cómplices, contra el pueblo de Veracruz.
Nada dice Rocío Nahle del caos en Salud, de
los dislates de Roberto Ramos Alor, el secretario de Salud que ella recomendó,
ni las jornadas médicas en diversos puntos de Veracruz, amenizadas por el ritmo
caribeño del grupo Puerto Rico, del que Ramos era bongocero mayor, el Doctor
Merengue.
Ni habla de sancionar a los que saquearon la
Secretaría de Salud, los artífices del escándalo por las empresas fantasma, las
empresas de nueva creación, las empresas de la Cuarta Putrefacción a las que
les fluían –y fluyen– contratos por decenas o centenares de millones de pesos
al estilo Javier Duarte.
Nahle habla de continuidad; o sea, impunidad.
Porque continuará el saqueo de los recursos del Congreso de Veracruz, las
cuentas chuecas de su otrora operador más cercano, Juan Javier Gómez
Cazarín, y seguirá la presión a alcaldes
de oposición hasta con amenazas de muerte o de parar en prisión.
Nahle habla de continuidad; o sea que Eleazar
Guerrero, subsecretario de Finanzas y primo del gobernador Cuitláhuac García,
no enfrentará a la justicia así haya tenido manos libres en reiteradas
violaciones a la ley con la compra de productos, servicios, contratos de obra.
Y ahí es donde la oferta política cambia.
Porque mientras Nahle y Morena ofrecen impunidad para la pandilla porque eso, a
fin de cuentas, es la continuidad, Pepe Yunes sentencia que hay que dar un
golpe de timón.
Pepe Yunes es como el radiólogo político. Ya
pasó a Veracruz por la resonancia magnética y ya hizo el diagnóstico.
“Nosotros impondremos la verdad en la forma de
hacer política como un vehículo para servir al Estado de Veracruz”, dice en
diálogo con periodistas.
Luego lanza un dardo contra Rocío Nahle:
“Más allá de los accidentes de nacimiento, un
veracruzano de verdad a estas alturas del partido conoce el Estado
políticamente, geográficamente, humanamente. Tiene un diagnóstico claro de
cuáles son los orígenes de los problemas en el sur de la entidad, en la zona
montañosa en la zona costera, sabes perfectamente las expresiones culturales”.
Y apunta que el discurso obradorista se finca
en “retóricas falsas, en medio de medias verdades y vivimos en una realidad
alterna que se pretende construir en el discurso menospreciando la verdad”.
Y ya en corto exhibe el remedio para tal
enfermedad. Y pronto lo dirá.
Rocío Nahle apunta al caos; Pepe Yunes exige
hablar con la verdad.
ARCHIVO
MUERTO
* Ataque de ira del Peje tras la caída de la
fiscal corrupta de Claudia Sheinbaum. Ser plagiaria y ser perversa, requisito
para entrar al paraíso de Andrés Manuel https://bit.ly/3vtDsjD
* Indira sí que es atrevida… e ilusa; del
Senado quiere brincar a la diputación por Boca del Río. No trabajó la plaza; no
aterrizó con la gente; no se enganchó con los olvidados, los tienen hambre y
los que tienen sed de justicia https://bit.ly/3HfMC5T
* Con tantas promesas incumplidas, el PRI se
le está vaciando a Octavio Sen. Ofreció a perredistas armar la estructura
electoral, le llegaron a cobrar, les dio largas y terminaron por constituir el
“El Club de los Apestados del PRI” https://bit.ly/3RPLTgG