* El intento de Tania Cruz por hilar su tercera diputación federal * Eusebia Cortés amaga con descarrilarla * El liderazgo perdido de Rocío Nahle
Mussio Cárdenas Arellano | 20 febrero 2024
Tribuna
Libre.-
Rocío Nahle ya no controla ni su feudo. Sus comadres se enfrentan, se retan, se
agitan al son del poder; Tania Cruz, ansiando su tercera diputación, y Eusebia
Cortés que vela armas y advierte que la va a reventar.
Rocío Nahle no tiene liderazgo. La desafían
alcaldes y alcaldesas, diputados y operadores políticos, o Mónica y José Pablo
Robles, los succionadores, y ahora el clan de las comadres, Tania y Eusebia,
que no serían diputadas si la zacatecana no les hubiera abierto el regazo.
Pasmada, Rocío Nahle sólo ve el caos, la
obsesión de Tania Cruz Santos que va por su segunda reelección en la Cámara de
Diputados federal –seis años ya en la nómina del Congreso y quiere tres más–, y
la respuesta de la legisladora local en Veracruz, Eusebia Cortés Pérez, que
increpa a la dirigencia nacional de Morena por no consultar sino imponer, por
desdeñar a las bases del partido, por consentir la entronización de Tania en su
curul y evidenciar que, en palabras del mesiánico narcopresidente, hay motín
por el botín.
Tania Cruz se fue por la libre; brincó a
Rocío Nahle, y se dejó impulsar por el alcalde de Coatzacoalcos, Amado Cruz
Malpica, cuyo único logro luego de dos años de intrascendente gestión ha sido
mantener intocables los privilegios de su familia con “dineros municipales” y
ver al buen Héctor Cruz Mortera, su hijo, paseando en Francia e Inglaterra con
doña Celeste, la esposa, dando cuenta que la austeridad entre la élite de la 4T
es letra muerta. Instagram, como siempre, no deja mentir.
Nahle se quedó tiesa, helada, impávida,
viendo el tamaño de complot, urdido y ejecutado entre el alcalde y la diputada
federal, cerrándole el paso, tácitamente pulverizando, ridiculizando a Miguel
Pintos Guillén, ex secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos, quien caminaba
el distrito con la venia de José Luis Peña Peña, marido de la zacatecana Nahle,
pues entre ambos no sólo hay afecto sino negocios inconfesables que datan de
los tiempos en que uno, Pintos, era contratista y el otro, Peña, segundo de a
bordo en el área de mantenimiento – un área por demás explosiva– del complejo
petroquímico Pajaritos de Pemex.
Rocío Nahle y el príncipe consorte salieron
sobrando. Su voz no contó en el proceso interno. Amado y Tania los bailaron.
Mordieron la mano de quien los llevó al poder. Y la reacción de Eusebia Cortés
evidencia la fractura.
La madrugada del viernes 16, Morena reveló
los nombres de los precandidatos a las diputaciones federales en todo el país.
Tania Cruz Santos iría por el que tiene por cabecera a Coatzacoalcos.
Horas después, la diputada local Eusebia
Cortés respingó. Criticó la obsesión de Tania Cruz de intentar su segunda
reelección como diputada federal. Lleva casi seis años en el Congreso y sólo
falta escriturar su curul.
¿Es una ambiciosa vulgar Tania Cruz?, la
cuestionaron. Es así como la está catalogando el pueblo, respondió Eusebia
Cortés.
Y fue puntual. Dijo haber enterado a Rocío
Nahle, vía mensaje, que realizaría una conferencia de prensa para fijar su
rechazo a la reelección de Tania Cruz Santos. Nahle respondió: “Ok, enterada”.
No la frenó. No alertó que la ruptura
golpearía al grupo y dañaría la imagen de la candidata de Morena al gobierno de
Veracruz.
Surgida del pueblo, de las colonias
marginadas, de las filas de los olvidados, criticada por su nula preparación
académica, y por haber realizado estudios de secundaria, bachillerato y
universidad en tiempo récord, bajo sospecha de trampa, y hasta por lucrar con
placas de taxi que dio el ex gobernador priista, Javier Duarte de Ochoa, tras
estallar una protesta, si algo distingue a Eusebia Cortés es que en su código
no existe la posibilidad de traicionar a Rocío Nahle.
Si Nahle la hubiera conminado a desistir,
habría acatado. Pero la dejó embestir a Tania Cruz.
La guerra no es en silencio. Ya no se golpean en la sombra. La disputa
entre legisladoras es el reflejo de un liderazgo perdido, de un conflicto que
pudiendo ser resuelto a puerta cerrada, bajo la tutela de Rocío Nahle,
simplemente estalló.
Son las comadres dirimiendo obsesiones,
ambiciones, frustraciones, Tania Cruz encuerdada por Amado Cruz, evadiendo a
Rocío Nahle, obteniendo la bendición del líder nacional de Morena para buscar
su tercer período como diputada federal por Coatzacoalcos, y Eusebia Cortés
repudiando la segunda reelección.
Nada se ventila en el regazo de Nahle. Nada
se cuenta y se allana en la secrecía. Nada se pelea, se regatea, se reclama y
se acuerda lejos de los reflectores.
Coatzacoalcos es el retrato del caos. Y
Veracruz también. Rocío Nahle marcha a los tumbos. Resbala y cae. Comete
errores de precampaña. Pierde puntos en las encuestas. Su tendencia hacia abajo
se cruza con la tendencia a crecer del priista Pepe Yunes Zorrilla,
precandidato del frente opositor.
Y ahora sus comadres se confrontan porque
una, Tania Cruz, no quiere soltar la curul, y la otra, Eusebia Cortés,
concuerda en que es una ambiciosa vulgar.
Nahle no controla su feudo y ya quiere
gobernar Veracruz.
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