Política Regional hundida en la corrupción por culpa de ambiciosos funcionarios
***
Señalan a Héctor Eduardo Ciprián Méndez de no controlar sus “demonios y vicios”
personales, siendo constante su ausencia en la dependencia estatal.
***La
operadora de Política Regional Julia Hernández Ortiz es protegida por el
diputado local Rafael Gustavo Fararoni Magaña.
***Con carreras truncas incrustan a funcionarias que hacen negocios a costa de la Dirección.
Claudia Guerrero Martínez | 24 abril 2024
Tribuna
Libre.- Los
graves problemas de operatividad y gestión gubernamental en el gobierno de
Cuitláhuac García Jiménez son gracias a una nula gestión en el área de la
Dirección de Política Regional en el Estado, donde impera el desorden y las
pésimas condiciones laborales prohibidas por la ley. Uno de los nombres que
denuncian por abuso de poder es Julia Hernández Ortiz, quien ocupa el cargo
como subdirectora de Organización y Funcionamiento Regional dependiente de la
Dirección de Política Regional en la Secretaría de Gobierno, señalada como
incompetente y arbitraria, que grita e insulta a los trabajadores y los hace
trabajar horas extraordinarias sin pago alguno.
Se debe puntualizar que Julia Hernández Ortiz
no cuenta con título, ni cédula profesional,
como consta en la página de
Directorio Curricular de la Secretaría de Gobierno del Estado de Veracruz y únicamente tiene una tira del
certificado de estudio de Licenciada en
Informática, siendo una carrera trunca y mostrando actos de corrupción, por no
tener el perfil para el cargo. También sorprende su precaria síntesis curricular donde se
advierte que anteriormente se desempeñó como Gerente de la Fábrica de Hielo Cubi- Glu
en San Andrés Tuxtla, propiedad de la familia
Fararoni Magaña, padres del diputado local y presidente de la Comisión
de Vigilancia Rafael Gustavo Fararoni Magaña.
Julia Hernández Ortiz amenaza y amedrenta
imponiendo un pésimo clima laboral,
asegurando que el diputado local Rafael Gustavo Fararoni Magaña es su
padrino político y que tienen una
estrecha amistad, debido a que ella
fue secretaria particular de Rafael
Fararoni Mortera y en ese tiempo, Julia
se ostentaba como abogada, lo cual es falso, ya que en la página de la
Secretaría de Educación Pública se observa que ella no cuenta con cédula en
ninguna licenciatura.
Hay un nuevo dicho popular que dice “Para ser
funcionario de Morena sólo se requiere carrera trunca y ser corrupto” y Julia
Hernández Ortiz llena ese requisito. En la Dirección de Política Regional no la quieren los empleados y le
apodan “La Chimuela”, pues ella obedece ciegamente lo que el Director Héctor
Ciprián Méndez le ordene, es su incondicional ya que él se ausenta con
frecuencia y Julia Hernández tiene el absoluto control de dos Subdirecciones, la subdirección
de Estrategias y Acciones para la
Estabilidad Social a cargo del titular
Manuel Francisco Cruz Florencia, quien
siempre actúa con bajo perfil y Julia es la que dispone qué hacer, siendo
catalogado este subdirector como un funcionario florero y gris personaje
que sólo
se dedica a ser la sombra de Héctor Ciprián Méndez y su mayor función es
acompañarlo a las Mesas de Coordinación para la Construcción de la Paz,
enviar información vía WhatsApp cuando tenga alguna participación
el incapaz Director, descuidando sus funciones.
Y Julia Hernández ha sabido aprovechar
esa ausencia volviéndose la “mandamás” y
el poder absoluto, dando
órdenes descabelladas como ordenar la pinta de bardas en cada uno de los
Distritos del Estado y ha solicitado a cada Delegado de Distrito pintar la
serigrafía con la leyenda “Claudia
Sheinbaum SÍ VA” y a los mismos delegados les exigió pagar las pintas con sus
propios ingresos, de no acatar su
instrucción, serían dados de baja en sus puestos.
También les exigió beneficios propios según
la zona de cada trabajador, que le lleven chorizos, mangos, plátanos, panes o
cualquier producto que a ella le guste y para
su consumo sin pago alguno. Los Delegados le llevan dichos
productos para evitar represalias, ser
dados de baja o los castiga dejándoles de dar
el apoyo para la gasolina, siendo vital para realizar sus funciones.
Julia Hernández Ortiz es explosiva,
corrupta y rencorosa, si los Delegados le contradicen ella tiene personas de su confianza como Flor
Huerta, quien le “lleva chisme” y aprovecha el desorden existente para llevar
todos los días a su menor hijo al trabajo y el menor peligra pues anda
corriendo por los pasillos de Palacio de Gobierno
Si alguien requiere alguna información de los
trabajadores es a través de Flor Huerta quien come en el escritorio de Julia
Hernández y el menor de edad casi no
asiste a la escuela. Este menor de edad, como se aprecia en fotos
de la página de Política
Regional, hace actividades de
proselitismo, lo llevan a las
actividades de chapeo que
organiza la Dirección de Política Regional
y lo que es peor, en algunos otros eventos de la Dirección el menor
aparece vestido con uniforme de la
Dirección de Política Regional como si
fuera un empleado más, también participa
en el desfile de catrinas y el menor se
presenta diariamente a la oficina, anda por todos los departamentos y juega
fútbol en los pasillos al fútbol.
Sin demeritar la superación de muchos
empleados, Flor Huerta se desempeñaba como ayudante doméstica en la Dirección de Política Regional y luego
la asignaron como analista administrativo sin tener estudios y su único mérito
es controlar y movilizar a gente humilde de la localidad de El Tronconal para las
votaciones que requiera MORENA.
Y nos comentan: “Los Delegados estamos
desesperados ante tantas irregularidades, gritos, maltratados, falta de
respeto de Julia Hernández Ortiz, quien
nos grita por teléfono que ya quiere la información inmediatamente, nos
solicita dinero para hacer fiestas o
celebrar el cumpleaños del Director
Héctor Eduardo Ciprián, exige de $800 a
1000 pesos por persona, más el regalo y
éstos son específicos pues no es cualquier regalo, también pide que lleven
alimentos como ollas de tamales, pastel, entre otros a costa de los invitados
y para celebrar al jefe Héctor Ciprián Méndez con fiesta temática y
música, sin que salga un peso de la bolsa de Julia, engañó a varios Delegados que les solicitó el recurso y
después no fueron invitados el día del
cumpleaños del Jefe, argumentando Julia Hernández que se le olvidó enviar la ubicación del lugar, ya que algunos
Delegados se encuentran en otros municipios del Estado”.
Julia Hernández es señalada de embolsarse
gran parte de lo recaudado, quedándose con el efectivo y los Delegados no se
pueden quejar con Héctor Eduardo Ciprián
por ser una persona emocionalmente “inestable” gracias a sus vicios personales
y los trabajadores han constatado problemas de este director de Política
Regional dejando el baño vomitado en el
privado de Ciprián Méndez y sus demonios personales no los maneja
adecuadamente, ni su amiga personal Gabriela Fernández , quien es parte de su
equipo.
Gabriela Fernández es la encargada del Área
Administrativa y factura todas las cuentas sobre la compra de alcohol,
alimentos que se requieran para los
reventones, así como pago de hoteles, renta de cabañas, casas de playa,
viáticos y gasolina para traslado de su equipo de “juerga”, integrado por Claudia García Coquet, quien también
cuenta con carrera trunca y es secretaria
particular de Héctor Eduardo Ciprián Méndez, siendo muy, pero muy
allegada a él y es del conocimiento de
Gabriela Fernández, siendo para esta última su prioridad el manejar las
finanzas.
Si bien Claudia García Coquet también fue
incondicional de Salvador Patricio Villar, el mismo que ocupó la titularidad en
Política Regional y fue despedido gracias a que Héctor Ciprián Méndez
intencionalmente le echó tierra con el
entonces secretario de Gobierno Eric Cisneros Burgos, para que Héctor
Eduardo pudiera escalar a ese puesto.
Otras de las personas que ocupan cargos en la
mencionada Dirección son Ruth Maleni Moreno, de profesión nutrióloga y mano
derecha de Héctor Ciprián Méndez,
ella se
encarga de bloquear a todas las personas que acude o
requiera algún servicio de la Dirección
de Política Regional, pues el titular nunca está en su oficina, es
imposible el acceso, ni
pueden tener algún diálogo con el Director cuando este se
encuentre, pues muchas veces llega en estado etílico.
Héctor Eduardo Ciprián Méndez no resuelve
ningún asunto, se pierde por varios días
y es ahí en donde Julia Hernández
dispone lo que se le antoja en la dependencia. Los empleados Rodolfo
Tapia Cupido y René Cruz Uscanga son
incondicionales y forman parte de su equipo, siempre acompañan al Director a
todos lados.
Si alguien acude a solicitar audiencia con el
actual secretario de Gobierno Carlos Juárez éste hace caso omiso y es Julia
Hernández quien hace negocios junto con su amigo cercano, un elemento de la
Secretaría de Seguridad Pública con la clave “Roca”, para ejercer abusos en
contra de manifestantes a quienes detienen y
son trasladados al Cuartel de San
José, donde les fabrican delitos con
la complicidad con policía con clave “ROCA”, para obtener
dinero utilizando esas malas prácticas.
La oriunda de Catemaco, Julia Hernández Ortiz
asegura en su CV que se ha desempeñado como gerente de la Comercializadora de
Cerveza de Los Tuxtlas y como gerente de la Fábrica de Hielo CUBI GLU propiedad
del “Zar de la Cerveza” Rafael Fararoni Montera, conocido
como “Fallo Coronita”, con la
ayuda de este último ascendió al cargo de funcionaria pública según comentarios
de la propia Julia, cuando en realidad quien manda en estas empresas es Martha
Elba Fararoni Mortera
Julia Hernández no tiene ninguna experiencia
en el Servicio Público, le ayudaron por
su gracia de ser corrupta y ha trabajado
como almacenista en la Secretaría de Protección Civil, en la cual estuvo laborando en el año 2016, durante el periodo de Yolanda del Carmen Gutiérrez
Carlín y por actos de corrupción tuvo
problemas con Gutiérrez Carlín,
porque sustraía artículos del Almacén de Protección Civil, consistentes
en colchonetas, ropa, chamarras, chalecos, láminas, lanchas inflables, entre
otros. Julia es tan corrupta y no le importó
que estos objetos fuesen usados para
poder llevar a cabo actividades de auxilio a la ciudadanía veracruzana.
Por eso es normal para ella
adquirir objetos o recursos ajenos para su beneficio personal y eso lo
hace en la Dirección de Política
Regional, donde le enviaron una donación de pollo y verduras destinadas para
repartir a gente de escasos recursos y
Julia Hernández Ortiz ordenó que la repartición sólo sería para su
equipo de trabajo y empezó la rapiña, causando pleito e indignación entre los
demás trabajadores. Los víveres no llegaron a su destino, ni fue capaz de ordenar que se repartieran los
pollos con la gente de intendencia y gente necesitada. Todo el
pollo les tocó a sus subalternos,
quienes tienen sueldos de aproximadamente $20 mil pesos y quienes pueden obtener
alimentos por su sueldo.
Y los trabajadores nos aseguran: “Éstos
alimentos los facturaron a costa de la
Secretaría, no tienen vergüenza, se
comieron los pollos como si fueran unos muertos de hambre y tiraron
los vegetales a la basura para
evitar los malos olores; lo mismo sucedió
con despensas, la subdirectora
ordenó seleccionar los productos
enlatados y galletas de su preferencia y que se los llevaran a su
casa, dejando lo que no quería, para
formar despensas que sirven para condicionar
el voto de la gente que llega a
solicitar algún recurso”.
Estos flamantes funcionarios estatales son
indolentes, flojos y disfrutan realizar actos de corrupción como Julia
Hernández Ortiz, quien no es digna para
el puesto de subdirectora, pues se ha dedicado a engañar y a estafar a muchas personas y son los
trabajadores quienes están indignados y dolidos por toda la mala experiencia, humillaciones y discriminación,
sin recibir trato digno, violentando sus
derechos laborales, obligado asistir a todos los eventos de Morena y
condicionar su permanencia. Y denuncian:
“Tenemos que ir a votar por Morena el 2
de junio del año en curso y cada uno llevar a 30 personas. Han estado
despidiendo a compañeros, sobre todos los que han sido por contrato ETA
que son los que menos salario perciben y todos tenemos familia qué mantener y
no queremos seguir laborando en estas circunstancias y menos perder nuestro
empleo por no cumplir con las condiciones impuestas, los únicos que se han
salvado es el personal sindicalizado, con ellos no se meten, ni los saludan, ni
los toman en cuenta para nada, ellos seguirán conservando sus empleos y su
situación laboral es diferente”.
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