* Repudio de empleados del Poder Judicial * El antijuarista en la casa donde vivió Benito Juárez, en Veracruz * Agrio final de Andrés Manuel en tierra jarocha * Síndica desnuda la corrupción del alcalde de Coatzacoalcos * Atentado a operador de Vasconcelos al que luego señalan de extorsionador
Mussio Cárdenas Arellano. | 26 sep. 2024
Tribuna
Libre.- Agrio
final del Peje en Veracruz, repudiado con gritos de “dictador, dictador”, la
repulsa de los trabajadores del Poder Judicial y un botellazo que no dio en su
humanidad pero que sintetiza que quien siembra ira, cosecha rencor.
Final amargo, más de una botella de agua que
voló cerca, y los huevos y el plátano, sino por el repudio y el coro que le
daba al autoproclamado presidente más querido y popular el sello, el rango, la
etiqueta de dictador.
Y la reacción del vesánico Andrés Manuel. La
soberbia del que se siente herido y vulnerado, el puño en alto, la marca del
poder. Sí, mucho poder pero confinado a la condición de dictador.
Descendió de la camioneta oficial. Apenas si
saludó a Cuitláhuac García, su engendro –suyo y de Rocío Nahle–, el que deja un
desastre en Veracruz. Y ve venir los proyectiles. Y se alteran los navales que
lo circundan, y se mueven los de la “ayudantía”, y los policías vestidos de
civil, infiltrados entre la gente que supuestamente tendría que aclamar al
primer porro de la nación.
El ataque, como arma, es inofensivo. Pero es
un mensaje. Es el repudio social al abuso y atropello, al agandalle de haber
cooptado al Poder Judicial, no por hacer justicia sino como forma de control
político, la destrucción de la división de poderes, la extinción de los órganos
autónomos, las ínfulas de un azotado que se imagina que imponer es gobernar.
Y su respuesta no es respuesta. López Obrador
reacciona. Lo único que le queda es alzar el brazo y mostrar el puño. Le brota
lo facho. El puño como forma de poder. El puño por no tener qué decir. Un puño
que no acalla el coro con el que va a soñar: “dictador-dictador,
dictador-dictador, dictador-dictador”.
Frente a la repulsa, Andrés Manuel ingresa a
la casa en que habitó Benito Juárez, en el centro histórico de Veracruz. Pero
afuera los empleados del Poder Judicial no bajan la guardia.
Y la violencia estalla protagonizada por los
porros de Morena. Increpan a los empleados del Poder Judicial. Amagan y
amenazan. Se ve fuera de sí a Jorge Cedillo Guevara, porro-perro del diputado
José Ruiz Carmona, alias “Pepín”, un ex adorador del ex gobernador priista de
Veracruz, Fidel Herrera Beltrán; “Pepín” ahora converso a Morena.
Cedillo lanza una botella de agua contra los
que protestan. De ahí a que minutos después se viralizara que fue el porro
quien lanzara el proyectil contra López Obrador. Cedillo tuvo que desmentir y
terminó peor. Se incriminó admitiendo que participó en los actos de violencia.
Cedillo es un malandro guinda. Es un agitador
profesional, como apunta Armando Ortiz, periodista y escritor, director del
portal Libertad Bajo Palabra, premio nacional de Periodismo. Fungió como
delegado de Política Regional de la Secretaría de Gobierno de Veracruz. O sea,
el apagafuegos usa gasolina para sofocar las llamas. Y por ello, el Poder
Judicial de la Federación exige sea relevado de cualquier cargo.
Dentro de la casa en que habitó Benito
Juárez, el fascista López Obrador continúa la farsa. Afuera, sus huestes no
dejan de amenazar y agredir a los que le gritan “dictador-dictador”. Llevan
pseudoperiodistas que atacan a periodistas reales intentando evitar que
documentaran la agresión, como denuncia Wilber Vázquez Alegría.
Los blogueros del Bienestar, Elianne Valdés
(EliTV) y Víctor Buendía (Vittor Blogs), fueron a tirar golpes, a destruir
cámaras fotográficas.
El obradorismo así es. Y así ha sido. Hoy se
trenzan a golpes, provocan, intentan defender al facho López Obrador como antes
atacaban al Congreso federal, a Palacio Nacional, sembrando terror en la
capital, destruyendo locales, destrozando cristales y mobiliario en el Centro
Histórico de la Ciudad de México.
Quien haya lanzado la botella de agua, los
huevos, el plátano macho contra Andrés Manuel, es irrelevante. Si lo hicieron
los empleados del Poder Judicial o si fue un ardid de los porros del
obradorismo para implicar a los manifestantes en una agresión al presidente. Lo
relevante es que le coreaban “dictador-dictador, dictador-dictador,
dictador-dictador”.
López Obrador es un antiJuárez. López Obrador
es un violador de la ley. López Obrador es aquel badulaque que solía cercar
pozos petroleros, enfrentar a la policía, irlos a provocar, y luego se ponía a
llorar.
Es un antiJuárez porque Juárez basó su fuerza
moral en el respeto a la ley, en la ética presidencial, en la solidez de la
institución como base y cimiento de un país. El mesías macuspano se esmera en
desacatar al Poder Judicial de la Federación, las suspensiones en los juicios
de amparo, los amparos definitivos.
El puño del facho describe su miseria
interior. Frente al reclamo social, el poder del que impone pero no sabe
convencer. De tanto dar el ejemplo, pronto escuchará al pueblo decir que no nos
venga con el cuento de que la ley es la ley.
El operativo fue un fracaso. Pese a la
Policía infiltrada y haciendo valla, los manifestantes sostuvieron su protesta.
El botellazo de agua, que no dio en la humanidad de López Obrador –y qué
bueno–, superó a la inauguración del Centro Cultural Leyes de Reforma. Y la
gresca armada por los porros obradoristas terminaron por visibilizar el
conflicto.
Agrio final de Andrés Manuel en suelo
jarocho. Veracruz no lo recibió como un héroe. Lo trató como un rufián vulgar.
Dictador-dictador, dictador-dictador,
dictador-dictador…
METADATO
Ana Bertha Hernández, la síndica, destapó la
cloaca de Amado. Le imputa un mar de corrupción, licitaciones amañadas,
contratos ilegales, obras asignadas sin cumplir los requisitos de ley, obras
dadas por concluidas cuando siguen en proceso de construcción, servicios o
bienes adquiridos fuera de norma; contratos que ella, en su calidad de síndica
municipal de Coatzacoalcos, se ha negado a firmar. Amado Cruz Malpica es
exhibido como un presidente municipal corrupto. No es que no se supiera;
incluso, aquí, en INFORME ROJO, se han documentado las trapacerías del edil,
como aquella de que la cirugía de rodilla y su convalecencia se le haya
facturado al ayuntamiento. Pero hoy la denuncia viene de adentro, de la
síndica, del morenismo. El señalamiento proviene de Bertha Hernández Aguilar,
la síndica que es pieza de la gobernadora electa, Rocío Nahle García. Y en esa
línea va el regidor primero, Enrique Villegas, otra carta de la gobernadora
electa. O sea, el misil tiene la venia de la zacatecana que el 1 de diciembre
asumirá el gobierno de Veracruz y quien días después tendrá el control de la
Fiscalía del Estado, de la Fiscalía Anticorrupción, del Congreso de Veracruz,
de la Comisión de Vigilancia de la Legislatura, cuya presidencia ejercerá
Miguel Pintos Guillén, entrañable amigo de José Luis Peña Peña, esposo de Rocío
Nahle, y justamente quien sucederá en la alcaldía de Coatzacoalcos a Amado Cruz
Malpica, pese a las piedras que éste le pone en el camino. La bomba la hizo
estallar el portal Costa Veracruz, bajo la firma de su director, Jorge Cáceres.
Hoy se reedita la historia de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, acusado por la
entonces síndica Yasmín Martínez Irigoyen, justamente de lo mismo: obras otorgadas
violando los procesos de licitación, pagadas de manera ilegal, obras
inconclusas reportadas como terminadas, contratos fuera de ley. El de Carranza
era un ayuntamiento de Morena; el de Amado Cruz, también. La corrupción en su
máximo esplendor. Sólo que ahora el escándalo lo detona la síndica y tiene la
venia de Rocío Nahle. Que Amado vaya escogiendo en qué penal ha de pasar una
buena temporada vacacional… Al “Bebé” casi le vuelan la cabeza y Carlos
Vasconcelos tiembla. Jorge Alberto Smith Torres tácitamente volvió a nacer. Dos
sicarios fueron por él. Lo ubicaron en un Oxxo, sobre la Avenida Juan Escutia,
esquina Universidad, el miércoles 18. Smith Torres se hallaba al volante de su
camioneta pick up. Hacia él dirigieron los disparos. Uno dio en la puerta del
conductor; otros en el parabrisas, atravesándolo y alcanzando la cabeza del
“Bebé. A bordo de la motocicleta en que se trasladaban, los matones
emprendieron la huida. Y Jorge Smith, auxiliado por quienes lo acompañaban, fue
llevado al Hospital May. Ingresó con un balazo en la cabeza y otro en el
abdomen, según reportaba la Policía. Luego se sabría que se le trasladó a su
domicilio en un fraccionamiento cercano a Plaza Teatro. Ahí permanece
fuertemente custodiado. Días después, una publicación en redes sociales lo
señala como “segundo de la plaza” del Cártel Jalisco Nueva Generación. Lo
señalan de extorsionar a compañías usando las siglas de la CTM regional, el
feudo de su secretario general, Carlos Manuel Vasconcelos Guevara. Junto al
Bebé, la fotografía de José Luis “Wicho” Vasconcelos, sobrino y “achichincle”
del líder obrero, “el que le hace el trabajo sucio”, dice la publicación. A
Smith lo etiqueta como “balaceado” y a Wicho como “objetivo”. El sábado 21, el
empresario ferretero Eduardo de Jesus Medina denunció que un comando lo atacó
asestándole entre seis y siete disparos. Y mencionó que él no es ni narco ni
maloso. Lo que sí dijo es que su atentado se relaciona con el Bebé Smith…