* Con un crecimiento proyectado de solo 1%, tensiones comerciales con Estados Unidos y un desafiante contexto global, México enfrenta retos determinantes; sin embargo, sectores clave como el automotriz, la tecnología y el nearshoring podrían convertir este desafío en el trampolín hacia una mayor competitividad y desarrollo empresarial
Ciudad de México | 31 enero. 2025
Tribuna
Libre.- A pesar del desafío que representa para
la economía mexicana la desaceleración atribuida a diversos factores internos
como externos, con un crecimiento proyectado de apenas 1% del Producto Interno
Bruto, un contexto global marcado por la incertidumbre política y económica y
las tensiones con la nueva administración de nuestro poderoso vecino encabezada
por Donald Trump, la International Chamber of Commerce México (ICC México)
vislumbra el 2025 como un año lleno de oportunidades para los empresarios
mexicanos, porque en este entorno complejo también emergen áreas clave que
podrían impulsar la competitividad y el desarrollo empresarial.
La moderación económica en 2025 tiene sus raíces en la pérdida de
dinamismo observada hacia finales de 2024, propiciada entre otros factores por
los efectos de la consolidación fiscal del gobierno, que busca mantener la
estabilidad de la deuda respecto al PIB, el contexto global con una
desaceleración económica mundial y la renovada incertidumbre derivada de la
política comercial del presidente Trump en Estados Unidos, incluyendo posibles
aranceles que afectarían a sectores clave de exportación.
Para enfrentar este panorama, es crucial que el sector público y
privado trabajen en sinergia políticas que fortalezcan la competitividad, como
el desarrollo del capital humano y la mejora de infraestructura, para atraer y
consolidar inversiones. El Plan México, anunciado por el gobierno, podría ser
un catalizador importante para impulsar sectores estratégicos, aunque su
implementación efectiva y los detalles operativos serán clave para generar
confianza entre los inversionistas.
En el ámbito comercial, México enfrenta el reto de diversificar sus
mercados de exportación porque actualmente el 83% de las exportaciones
mexicanas se destinan a Estados Unidos, lo que deja al país vulnerable ante
cambios en la política comercial de su principal socio económico. No obstante,
también hay oportunidades significativas en sectores como el automotriz
(exportamos 35% de los vehículos que consume dicho país), electrónica,
instrumental médico y agricultura, que continúan siendo pilares del comercio
exterior, mientras que la transición hacia cadenas de suministro más
regionalizadas, derivada del nearshoring, posiciona a México como un socio
clave en la reconfiguración global de la manufactura por muchos años más en la
versión 2.0 de este.
Uno de los factores que podría mitigar los impactos negativos es el
ciclo de relajamiento monetario iniciado por el Banco de México, con recortes
en las tasas de interés que buscan estimular el consumo y la inversión. Por
ejemplo, el consumo privado, impulsado por incrementos salariales y la estabilidad
del mercado laboral, se perfila como uno de los motores principales de
crecimiento, con una proyección de aumento del 2% este año que, combinado con
un crecimiento estimado del 3% en las exportaciones, refuerza la importancia de
estos dos pilares para la economía mexicana en 2025.
Por otro lado, la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y
Canadá (T-MEC) prevista para 2026 ya comienza a generar expectativas y
movimientos estratégicos entre los actores económicos, por lo que la organización
mundial de las empresas subraya la necesidad de fortalecer la relación
comercial y promover las ventajas del libre comercio entre los tres países, de
tal forma que comunicando los beneficios mutuos de esta integración a los
congresistas más nuevos de los Estados Unidos, podría ser un factor
determinante para reducir las tensiones comerciales y evitar la imposición de
nuevas barreras arancelarias.
En cuanto a la inversión extranjera directa (IED), se espera que se
mantenga estable en niveles de aproximadamente 30 mil millones de dólares y
esto será posible gracias a los proyectos anunciados en años recientes,
particularmente en sectores como logística, centros de datos y energía. Sin
embargo, la incertidumbre respecto a las políticas de Estados Unidos podría
limitar un mayor crecimiento en este rubro, por lo que ICC México enfatiza en
la importancia de generar condiciones de certidumbre y confianza hacia las
inversiones para fomentar una mayor participación de capital extranjero en la
economía nacional.
La demografía también juega un papel crucial en el potencial económico
de México porque con una población joven y una fuerza laboral calificada, el
país está bien posicionado para satisfacer la creciente demanda de bienes y
servicios en mercados internacionales. Sin embargo, es necesario acompañar
estas ventajas con una mejora continua en el Estado de Derecho y las
condiciones de seguridad para los negocios.
Otro punto esencial es que el sector empresarial mexicano debe adoptar
estrategias flexibles y cautelosas ante los desafíos que plantea el entorno
global, ya que la diversificación de mercados, el fortalecimiento de cadenas de
valor y la inversión en tecnología e innovación serán factores clave para
capitalizar las oportunidades. Además, los empresarios deben estar atentos a
los cambios regulatorios y comerciales en Estados Unidos, así como participar
activamente en los programas de desarrollo propuestos por el gobierno mexicano.
A pesar de los desafíos, la ICC México considera que 2025 también
representa un momento de definiciones que podrían sentar las bases para un
crecimiento sostenido en los próximos años, donde la cooperación entre los
sectores público y privado será determinante para superar los obstáculos y
aprovechar al máximo las ventajas competitivas del país.
Aunque el panorama económico de 2025 plantea retos significativos,
también abre la puerta a grandes oportunidades para los empresarios mexicanos
que cuenten con la capacidad de adaptarse, innovar y colaborar, para
transformar estos desafíos en un motor de crecimiento y desarrollo para el
país.
Áreas clave que México debe impulsar para enfrentar los retos
económicos de 2025 y aprovechar las oportunidades emergentes son:
• Desarrollo del capital humano: Invertir en educación y capacitación
para fortalecer la mano de obra calificada en sectores estratégicos como el
automotriz, la tecnología, la manufactura avanzada y el instrumental médico.
• Mejora de infraestructura: Construir y modernizar la infraestructura
física y tecnológica para facilitar el comercio, atraer inversiones y
fortalecer la competitividad del país.
• Diversificación de mercados de exportación: Reducir la dependencia
del mercado estadounidense (que representa el 83% de las exportaciones) y
explorar oportunidades en Europa, Asia y América Latina, aprovechando los
tratados de libre comercio existentes.
• Aprovechamiento del nearshoring: Capitalizar la tendencia global de
relocalización de cadenas de suministro hacia América del Norte, consolidando a
México como un socio clave en manufactura y logística.
• Políticas públicas competitivas: Implementar programas como el Plan
México, que busca aumentar la inversión como porcentaje del PIB, y promover proyectos
estratégicos en sectores como energía y desarrollo tecnológico.
• Fortalecimiento del Estado de Derecho: Mejorar la seguridad jurídica
y las condiciones para hacer negocios, lo que fomenta la confianza de los
inversionistas nacionales y extranjeros.
• Innovación tecnológica: Fomentar la adopción de tecnologías avanzadas
como inteligencia artificial y electromovilidad, especialmente en sectores con
alta demanda global de componentes tecnológicos.
• Promoción de las ventajas del T-MEC: Reforzar la relación comercial
con Estados Unidos y Canadá, comunicando los beneficios del libre comercio para
ambas partes, y prepararse para la revisión del tratado en 2026.
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