Ángel Rafael Mtz. Alarcón| 03 marzo 2025
Tribuna
Libre.- La conquista y evangelización de la Nueva España, desde su primer
momento, estuvo acompañada por religiosos de la orden de San Francisco de Asís.
Fue la monarca Isabel de Castilla quien dejó estipulado en su testamento la
importancia de evangelizar a los pobladores de las nuevas tierras descubiertas
por los castellanos a finales del siglo XV. Cristóbal Colón (1451-1506), quien
buscaba una nueva ruta hacia las Indias, tuvo como enlace entre los Reyes de
Castilla y Aragón a los frailes franciscanos del Monasterio de Santa María de
la Rábida, en Huelva, Andalucía. Con este aval, la reina castellana apoyó el
proyecto del navegante genovés.
El
extremeño conquistador Hernán Cortés, desde el inicio de su empresa de
conquista de Mesoamérica, se hizo acompañar por integrantes de la orden fundada
en el siglo XIII por San Francisco de Asís (1181-1226). Una vez iniciada la
conquista en el verano de 1521, llegaron los tres primeros franciscanos. En
1522, Cortés solicitó al emperador Carlos V el envío de más frailes
franciscanos para iniciar la conquista espiritual de las tierras del Nuevo
Mundo. Así, en mayo de 1524, arribó al puerto de Veracruz la segunda misión de
franciscanos, compuesta por doce miembros, emulando a los doce apóstoles de
Jesucristo.
El 13
de mayo de 1524, hace 500 años, llegaron los primeros doce frailes franciscanos
de la orden de los Hermanos Menores: fray Martín de Valencia (quien los
encabezaba, 1474-1534), fray Francisco de Soto (1500-1563), fray Martín de la
Coruña o de Jesús (1484-1558), fray Juan Suárez (¿?-1528), fray Antonio de
Ciudad Rodrigo (¿?-1553), fray Toribio de Benavente (Motolinía, 1482-1569),
fray García de Cisneros (¿?-1536), fray Luis de Fuensalida (¿?), fray Juan de
Ribas (¿?-1562), fray Francisco Jiménez (¿?-1537), y los hermanos legos Andrés
de Córdoba (¿?) y Juan de Palos (1480-1527). Estos franciscanos fueron los
primeros evangelizadores de la Nueva España. A lo largo del siglo XVI, llegaron
otras órdenes religiosas.
El
pasado viernes 28 de febrero de 2025, en el Zócalo de la Ciudad de México, el
gobierno de México realizó un funeral de Estado en memoria a Cuauhtémoc,
encabezado por el presidente de México. Fue un espectáculo hollywoodense,
incluso con ópera, pero los grandes ausentes en dicho funeral fueron los
compañeros de martirio de aquel martes de carnaval de 1525: Tetlepanquetzal,
Coanacoch (tlatoani de Tetzcoco), los capitanes Ecatziny Temilotzin, dirigentes
de la Triple Alianza (Tenochtitlan, Texcoco, Tlacopan), y el fraile franciscano
Juan de Tecto. Cfr: https://youtu.be/QgOT8OGrVCE?si=EZVpr7mzdoi5bNrJ
La
provincia eclesiástica de México y la orden franciscana en nuestro país
guardaron un silencio absoluto ante el 500 aniversario del asesinato del primer
religioso católico en el Nuevo Mundo. Por el mero hecho de haber muerto como
mártir, debería haber sido reconocido como santo de la iglesia particular de
México.
Juan de
Tecto, nombre castellanizado de Jonan Dekker (en francés, Jean Couvreur,
"Juan el techador"), nació en 1476 en Gante, Bélgica, entonces parte
de los dominios de los Habsburgo. Desde muy joven abrazó la orden religiosa de
los franciscanos en su reino. Se trasladó a París, donde fue docente de teología
durante 14 años en la Universidad de París. Esta experiencia lo convirtió en un
intelectual de renombre, con dominio de varias lenguas.
Su
trayectoria religiosa lo llevó a ser guardián de varios conventos de su orden,
como los de Ruan, Brujas y Gante, y vicario de la provincia. Pasó por los
reinos de Castilla como confesor del emperador Carlos V. En Madrid, se
convirtió en misionero y partió hacia las tierras del Nuevo Mundo conquistadas
por Hernán Cortés. El 1 de mayo de 1523, salió de Sevilla hacia el puerto de
Veracruz en compañía de sus hermanos de hábito Pedro de Gante y Juan de Ahora
(hermano del rey de Escocia). El 30 de agosto de 1523, pisaron las tierras que
más tarde se llamarían Nueva España. Fueron los primeros religiosos
franciscanos en cumplir la proclama evangélica de "Id por todo el mundo,
anunciando la Buena Nueva de Cristo".
Su
primera misión fue en Texcoco, donde se diseñó la estrategia para la
evangelización de las nuevas realidades. Allí, Juan de Tecto aprendió la lengua
de los conquistados, el náhuatl, lo que le permitió escribir los primeros
rudimentos de la doctrina cristiana en lengua mexicana. Este fue, sin duda, el primer
trabajo serio para apoyar la evangelización de los pobladores del altiplano
central de México. Durante el siglo XVI, se encontrarían varios trabajos
iniciados por Juan de Tecto.
En
octubre de 1524, fue integrado a la expedición de las Higueras, encabezada por
el conquistador extremeño Hernán Cortés, con el pretexto de someter a un
enviado de Cortés en lo que hoy conocemos como Honduras. La expedición también
incluyó a los altos dignatarios de la Triple Alianza. No los llevaban de
turismo, pues Cuauhtémoc y su primo no podían caminar debido a que, el 21 de
octubre de 1521, les habían quemado los pies. La intención era clara: sacarlos
de México-Tenochtitlán para darles muerte. En su quinta carta de relación,
Cortés justificó ante Carlos V que estaban organizando una rebelión. Estos
dignatarios, prisioneros del conquistador durante 40 meses, siguen siendo
motivo de interrogantes hasta el día de hoy.
En el
caso del franciscano Juan de Tecto, también se inventó que murió de hambre.
Para Cortés, dejar con vida al religioso era un gran peligro, ya que, como
testigo presencial de los crímenes del martes de carnaval de 1525, podría
informar directamente al emperador Carlos V sobre los asesinatos de los
exgobernantes mexicas. Hernán Cortés informó al emperador de la situación casi
dos años más tarde. Juan de Tecto pagó con su vida el ser testigo de estos
asesinatos.
Comentarios
Publicar un comentario