* La gobernadora se tuvo que retractar * Sí es violencia electoral * Nexo Morena-crimen organizado, punto clave * Matan a Yesenia y no hay duelo político * PVEM en campaña paralela * Indira Rosales, un desastre * Veracruz será para Morena * Pedro Miguel, usado por Desales, Silviano y Córdova
Mussio Cárdenas Arellano| 20 mayo 2025
Tribuna
Libre.- Con palos de ciego –ciega en serio–, Rocío Nahle enfrenta la violencia
de los cárteles, la violencia electoral, candidatos asesinados, crisis de
gobernabilidad, el atropello policíaco y un secretario de gobierno, Ricardo
Ahued, inservible.
La
cimbra el crimen de Yesenia Lara Gutiérrez, y antes el de Anuar Valencia, y una
zacapela a tiros en Boca del Río, y un degollado en Nanchital, y un empresario
a punto de ser secuestrado en Isla, y la sangre, las amenazas, los inicios de
un incendio que va a devorar a Veracruz.
Había
profetizado la Nostradamus de Zacatecas que no habría violencia electoral,
descartando “focos rojos”, trivializando las advertencias del PRI y Movimiento
Ciudadano, desdeñando el miedo, minimizando las renuncias de aspirantes y
candidatos, imputándole a la oposición una “campaña de pánico” –sólo de pánico,
nada real– porque en Veracruz puede pasar todo y, según Nahle, la ilusa de Río
Grande, no pasa nada.
Pero la
realidad le secó la lengua. Los candidatos muertos son de Morena. Los ex
candidatos muertos son de Morena. Los aspirantes muertos son de Morena. Y
también de la oposición.
Y así
la profecía de Nostradamus Nahle falló. Hay focos rojos por todo Veracruz y una
ausencia de gobierno brutal. Hay violencia pero no hay gobernadora. Hay
conflictos pero no hay secretario Ahued, ni Seguridad Pública. La inutilidad es
pareja.
Hay un
poder, el de los criminales, que opaca y achica a la química Nahle, barrida por
la delincuencia, rebasada por los cárteles, hecha trizas por el fuego de las
armas, el olor a pólvora y por el dolor por los muertos.
La
pitonisa de Zacatecas se imagina inteligente. Se ostenta sagaz. Se asume con
agallas para enfrentar la violencia a salivazos, a punta de alardes, imaginando
que a los cárteles se les extingue con el rollo con el que suelen marear a los
de la Narco4T.
Los
malosos hablan el lenguaje de las balas y suelen callarle la boca a políticas
de nuevo cuño, limitadas como Nahle, rolleras, que como su mentor, el mesías
López Obrador, sienten que su mundo imaginario es real.
La
charada de inicio de año muestra a la gobernadora viviendo en su mundo de
fantasía. El 8 de enero soltó la primera profecía: no hay focos rojos en
Veracruz.
A menos
que la sangre tenga otro color, cuatro meses después Veracruz es rojo. Hierve
por el calor de la metralla, el crimen de políticos.
La
violencia electoral es peor. Rocío Nahle la combate con cuentos y mentiras,
imaginándose que los narcos huyen cada vez que abre la boca, que dejan las
plazas cuando Nostradamus Nahle predice su extinción.
Otra
fecha: 7 de abril. Ese día, la pitonisa auguró que no habría violencia en las
elecciones.
Admitía
que cinco candidatos del partido Movimiento Ciudadano habían recibido amenazas
y que se les daría protección. MC diría horas después que no eran cinco sino
ocho. Y así la cifra creció hasta alcanzar 57 candidatos –y contando– de todos
los partidos demandando seguridad.
La
violencia electoral detonó el día que iniciaron las campañas, 29 de abril. A
Germán Anuar Valencia Delgado, candidato de Morena a la alcaldía de Coxquihui,
lo mataron en su búnker. Se refugió en su casa de campaña y ahí lo ultimaron.
Y el
domingo 11 de mayo, por la noche, Yesenia Lara Gutierrez, candidata a la
alcaldía de Texistepec, fue asesinada al concluir su jornada de campaña.
Los
sicarios se acercaron. La saludaron. Fingieron ser simpatizantes. Cuando la
tuvieron a modo, desenfundaron las armas y segaron su vida.
Han
caído otros candidatos, aspirantes, un diputado federal. Los han matado.
Han
denunciado amenazas los candidatos de todos los partidos. A 57 se les han
brindado protección. Es la cuarta parte de los 212 candidatos que contienden
por las alcaldías.
Vapuleada
por la realidad, Nahle admitió –mayo 12– que sí hay violencia política. Ya no
es una “campaña de pánico” desatada por la oposición, como había acusado.
Pero entonces
le brotó lo mañosa. Dice Nahle que Morena pasó por un filtro a sus aspirantes.
Los purificó. La oposición, no.
“Y a
todas esas personas –dijo– el CEN los desechó, al menos en Morena; en los demás
partidos no sé si lo hicieron o no.
”Pero
sí hay generadores de violencia en otros partidos que están activos,
participando políticamente con antecedentes”. ¿Y por qué no los detiene la
Fiscalía?
La
torpeza de Rocío Nahle para mentir es digna de análisis. La Fiscalía de
Veracruz investiga el crimen de Germán Anuar Valencia, candidato de Morena en
Coxquihui, imputándole que estuvo involucrado en el asesinato de dos personas.
O sea, un generador de violencia bajo las siglas Morena.
Morena,
en Coxquihui, ha postulado candidatos de la banda delincuencial de Los Pelones,
incluido su líder, Reveriano Pérez Vega, actualmente en prisión, en Puebla.
Anuar Valencia tenía ligas con esa organización, según la propia Fiscalía de
Veracruz.
Hay
candidatos de Morena relacionados con el huachicol –Sayula–, lavado de dinero
–Córdoba–, narco y extorsión. Pero la gobernadora sostiene que pasaron el
filtro.
Rocío
Nahle sume a Veracruz en la ingobernabilidad. Y su secretario de Gobierno,
Ricardo Ahued, es un florero más. Ahued ve el lodazal y opta por callar, como
cuando estuvo en la Dirección de Aduanas y comenzaba el huachicol fiscal. Es
cómplice por omisión.
Los
cárteles mandan. Y tienen sus candidatos. Y la Narco4T se alinea. Y les paga
favores. Y tiene su bendición. Y si no, los matan.
Reina
el caos en Veracruz, la presión de la delincuencia, y Nahle termina lanzando un
SOS a Sheinbaum y a Harfuch, que envían el aparato policíaco para parar tanto
crimen.
Decía
que no había “focos rojos” y la violencia la comenzó a devorar.
METADATO
El luto
brilló por su ausencia. El duelo no se vio. Aún se velaban los restos de
Yesenia Lara Gutiérrez y los candidatos seguían en campaña. Resonaban los
disparos, los gritos, los lamentos, captados en videos que no dejaban de
circular, de estremecer, de sacudir las redes sociales, los medios, los
portales periodísticos, y los candidatos ni se inmutaban. Mínimo, debieron guardar
un día de duelo. Simplemente como señal de respeto. Mínimo, lo debieron hacer
los candidatos de Morena. Yesenia Lara competía bajo las siglas del partido
guinda a la alcaldía de Texistepec, siendo acribillada la noche del domingo 11
cuando concluía una jornada de su campaña. Con ella murieron cuatro personas
más. Pero en Morena les valió. Un día después, los candidatos acudían a
colonias, a tirar rollo, a prometer sueños, a marear a los electores. Morena
debió respetar la memoria de Yesenia Lara… A Flor del Carmen González González
se le están alineando los planetas. Un día coordinó el apoyo del Partido Verde
Ecologista de México a Pedro Miguel Rosaldo García en Mundo Nuevo, y le salió
bien. Lidió con el bloqueo de Morena, con los operadores del “palurdito” que
cercaron a los pevemistas y los alejaron del candidato, y aún así ahí la lleva.
Aquel ha sido uno de los contados actos de campaña en que el morenista Rosaldo
ha tenido más gente espontánea que sus acarreados de cabecera. Y eso lo
lograron Flor González y su equipo –Álvaro Lara, Noé y Javier Pola, Daniela
Cisnero e Isaac Obed Guzmán Carrera, entre otros–. Flor del Carmen González va
como candidata del PVEM a regidora primera. Y a partir de aquel evento en Mundo
Nuevo, el Partido Verde hace campaña sin Rosaldo a su lado pero promoviendo su
imagen, sin los colores de Morena, sin los lodos de Morena, sin la pandilla del
alcalde Amado Cruz Malpica que ahora no suelta a Pedro Miguel Rosaldo porque
así son los cómplices políticos. Flor del Carmen y el PVEM buscan el voto donde
Morena nunca va a entrar… Rosa María Hernández Espejo ya es la obsesión de
Indira Rosales. La cita, la invoca, la menciona, la increpa una y otra vez y lo
único que logra es que la candidata de Morena al ayuntamiento de Veracruz esté
en la mente de todos los electores. Indira Rosales San Román, egresada del
yunismo, candidata del PAN, se enfila a una derrota brutal. Será el fin del
reinado del yunismo en Veracruz Puerto. Será lección a la ex senadora panista
que se olvidó de trabajar su parcela, de caminar con los pobres, de formar
cuadros y expandir la base electoral. Su mejor puntada, hasta ahora, es
hablarle con tono fraterno a los morenistas que Morena ha ninguneado, a los que
debiendo ser regidores tuvieron que dejar pasar a priistas –Anilú Ingram y José
Ricardo Ruiz Carmona, entre muchos– a la hora de arrebatar la candidatura.
Tanto cariño al morenismo ni Indira se lo cree. El discurso es falaz. Ya tuvo
que incorporar a Elías Assad, vocero de los Yunes y de la alcaldesa Patricia
Lobeira, a su campaña. Pero Elías no hace milagros. Medios, portales y hasta
opinadores digitales del puerto de Veracruz no cesan en señalar y advertir que
la campaña de Indira Rosales San Román es un desastre. Y la fallida estrategia
de golpetear a Rosa María Hernández Espejo lo único que provocó es que hoy los
jarochos tengan en la mente a la morenista y den por descontado que arrasará en
la elección por el puerto de Veracruz. Quién lo iba a pensar. Indira Rosales
será quien pegue el último clave el último en el ataúd de los Yunes, sus
mecenas… Lo que es la audacia. Silviano Delgado y Lalo Córdova usan el nombre
de Pedro Miguel Rosaldo para treparse hacia el control de los deportistas de
Coatzacoalcos. Cursaron invitaciones para un encuentro con el candidato de
Morena a la alcaldía en el Salón del Suterm, la tarde de este viernes 16, donde
ambos eran los “convocantes”. Sólo que Pedro Miguel Rosaldo García y su equipo
cercano ni idea tenían del rol que Silviano y Córdova habían asumido. El
encuentro de Rosaldo con deportistas es parte de la agenda del morenista, pero
no a iniciativa del par de audaces. Es la disputa por la Dirección Municipal
del Deporte si Rosaldo gana la elección el 1 de junio. La Dimude es un tesoro,
un negocio que se mide en millones de pesos. Tan es negocio que el ex titular
de la Dimude, Jesús López Desales, intenta volver, así pese sobre él una
denuncia por actos de corrupción, radicada en la Contraloría Municipal del
ayuntamiento de Coatzacoalcos, literalmente un “cobro de piso” en el que
participaba un sicario-periodista de Diario del Istmo que era el que cobraba
las cuotas mensuales. Por lo pronto, a Pedro Miguel Rosaldo lo usan como
señuelo para atraer deportistas y que le deba el favor a Silviano Delgado y
Eduardo Córdova, ambos ex glorias del futbol nacional. En lo que vinieron a
parar…
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