Juan Javier Gómez Cazarín | 01 julio 2025
Tribuna
Libre.- Dice el diccionario: “Traición.- Falta que se comete quebrantando la
fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener.” Seco. Ni mandado a hacer.
Y hay
otra cosa, que no la dice el diccionario, pero la dice el dicho popular: la
verdad no peca, pero incomoda.
Por eso
no es pecado llamar traidores a los traidores. Aunque se incomoden, ni modo.
A los
que con mala leche y sin la menor lealtad lanzan dardos envenenados contra el
trabajo de más de una década de miles y miles de personas -leales, ellas sí-
que han caminado de casa en casa para construir y mantener con vida al más
importante movimiento político del último siglo en el país, se les tiene que
decir traidores.
Traidores,
porque ellos están donde están gracias al trabajo que hoy critican
maliciosamente.
Traidores,
porque deberían ser leales a lo que dijeron que iban a ser leales.
Traidores,
porque se abrazan con el enemigo que toda la vida nos denostó.
Una
cosa es decir lo que se piensa -yo siempre lo he hecho-, expresarse
respetuosamente -siempre lo intento- y que nuestras convicciones encabecen
nuestra lista de lealtades -así me lo enseñaron en casa- y otra muy diferente
es adoptar la narrativa falsa de nuestros adversarios y atacar al movimiento de
manera insidiosa y malévola para… pues, la neta, no sé para qué, porque no
ganaron nada.
Si
querían popularidad, ganaron repudio; si querían reconocimiento, ganaron
desprecio; y si querían quedar bien con alguien, fue con los enemigos de una
causa justa y claramente mayoritaria a favor de la gente.
Y digo
narrativa falsa porque sus habladas, pateando el pesebre, son mentira.
Otra
cosa que tampoco la dice el diccionario, pero es una verdad sabida, es la
siguiente: el que traiciona una vez, traiciona dos y traiciona siempre. El
traidor nunca podrá negar su naturaleza chueca, nunca podrá ser de confianza y
siempre vivirá con ese estigma.
Creo
que tampoco hay que expulsar a nadie, porque, siguiendo con los dichos: “la
leche y los traidores se cortan solos.”
Pd.- A
mis amigas y amigos del Norte del Estado: cuídense mucho, que ya pasó lo peor
de Barry, pero siguen las lluvias. No arriesguen la vida en los ríos, en las
carreteras. Sigan las indicaciones de Protección Civil.
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