* El
doctor en Derecho, especializado en Comercio Exterior, explica que la
participación como observador en la Cumbre BRICS 2025 abre oportunidades para
el país, pero también impone retos geopolíticos que exigen una diplomacia firme
y estratégica
Ciudad de México| 15 julio 2025
Tribuna
Libre.- La reciente participación de México como país observador en la Cumbre
BRICS 2025 representa una señal clara de interés por explorar nuevas rutas de
cooperación internacional, lo cual debe realizarse con responsabilidad y visión
estratégica, advirtió Edmundo Enciso Villarreal, president, doctor en derecho
con especialidad en Comercio Exterior, cuando en el momento actual estamos
frente a un complejo escenario geopolítico y comercial global.
El bloque BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica —y recientemente ampliado con Egipto, Irán, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos— se consolida como un eje de poder económico emergente, que ya representa una parte significativa de la población y el PIB global, por lo que, en este contexto, México tiene ante sí una ventana de oportunidad para diversificar su presencia internacional, reducir su excesiva dependencia con Estados Unidos y reposicionarse como un actor relevante en el Sur Global.
En el
marco del Día del Abogado, Enciso consideró que un mayor acercamiento con los
BRICS podría fortalecer a México en varias dimensiones como: abrir nuevos
mercados en Asia, África y Europa del Este; acceder a fuentes alternativas de
financiamiento a través del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD); y establecer lazos
tecnológicos e innovadores en sectores clave como la inteligencia artificial,
la biotecnología y las energías renovables.
Además,
México podría elevar su capacidad de influencia en la transformación de los
organismos financieros multilaterales, en la agenda del cambio climático y en
las nuevas reglas del comercio internacional. El aprendizaje de políticas
exitosas implementadas por países BRICS en materia de diversificación
productiva, inversión en infraestructura y fortalecimiento de capacidades
científicas representa una oportunidad que no debe desaprovecharse.
No
obstante, Enciso Villarreal y el también doctor en derecho, especialista en
Comercio Exterior, Joaquín Ehécatl Gómez también alertaron sobre los riesgos
que este movimiento implica, especialmente frente al giro proteccionista que ha
retomado Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump, donde el uso de
aranceles como medida de presión, las tensiones migratorias y la posibilidad de
un deterioro en la relación comercial en el marco del T-MEC deben ser
considerados con seriedad.
“Una
mayor cercanía con potencias como China o Rusia podría ser percibida por Washington
como una señal de distanciamiento estratégico, lo que traería consecuencias en
sectores económicos clave”, expresó Gómez.
Por
ello, subrayan que el objetivo no debe ser romper con Estados Unidos, sino
equilibrar la relación a través de una diplomacia multivectorial: ampliar
horizontes sin dividir, y buscar nuevas alianzas sin comprometer las ya
existentes con el fin de que haya más posibilidades de relacionamiento
comercial para los socios y socias del Centro Empresarial en la Ciudad de
México y fortalecer el aparato productivo nacional.
“El
fortalecimiento del T-MEC sigue siendo prioritario para el desarrollo económico
nacional”, reiteró Enciso. “Pero también lo es construir una política exterior
que ponga al centro los intereses de México en un mundo cada vez más
multipolar”.
La
participación en la cumbre BRICS 2025, bajo la figura de país observador, debe
entenderse como un paso inicial hacia una inserción internacional más diversa,
soberana y estratégica.
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