Renato Consuegra | 15 julio 2025
Tribuna
Libre.- En 2026, México estará en la mirada del mundo en tanto Guadalajara,
Monterrey y la Ciudad de México serán sede de uno de los eventos deportivos más
grandes del planeta. Pero más allá del espectáculo, lo que verdaderamente está
en juego es la capacidad del país —y en particular de sus micro, pequeñas y
medianas empresas— para responder a un reto logístico y tecnológico sin
precedentes.
El
Mundial traerá turistas, inversión y proyección internacional, pero también
exigirá eficiencia operativa, velocidad de respuesta, manejo de inventarios,
cumplimiento de normas, presencia digital, y sobre todo, articulación con redes
globales de consumo y distribución.
Y la
gran pregunta es: ¿están listas las MiPyMEs mexicanas para eso?
La
infraestructura relacionada al Mundial ha sido, hasta ahora, foco de atención
en las grandes ciudades sede. Sin embargo, más allá de los estadios y las zonas
inmediatas, la conectividad vial, el acceso al transporte público eficiente, la
cobertura logística y los servicios básicos aún presentan rezagos que afectan
directamente a las pequeñas empresas, sobre todo en barrios periféricos o
localidades cercanas que podrían beneficiarse indirectamente del evento.
Además,
muchas de las MiPyMEs que operan fuera del perímetro turístico inmediato no
tienen acceso garantizado a servicios como recolección de basura diaria,
conectividad 5G o alumbrado público funcional, lo cual limita su capacidad para
recibir, atender o despachar productos o servicios a visitantes.
En la
era del turista digital, la ausencia de una estrategia tecnológica clara para
las MiPyMEs mexicanas puede ser una debacle silenciosa porque hoy menos del 40%
de estas empresas tienen una página web operativa; solo un 30% recibe pagos
electrónicos de manera sistemática, y una gran mayoría aún depende de medios
informales de promoción como WhatsApp o el boca a boca.
Durante
el Mundial, millones de visitantes buscarán dónde comer, qué comprar, qué
experiencias vivir, y lo harán desde sus teléfonos móviles, usando apps de
geolocalización, reseñas en tiempo real, y plataformas que exigen visibilidad
digital.
Sin una
inversión clara en transformación digital —que incluya capacitación, subsidios
tecnológicos, desarrollo de contenidos y acceso a marketplaces especializados—,
la mayoría de nuestras MiPyMEs simplemente no aparecerán en el radar del
turista internacional.
Muchas
de las cadenas de suministro que deberían estar operando para conectar a las
MiPyMEs con el flujo turístico del Mundial aún no están articuladas. Hoy, si un
artesano en Tonalá quiere vender sus piezas en una boutique de diseño en la
CDMX durante el Mundial, tiene que lidiar con una cadena fragmentada, costosa y
poco confiable.
Lo
mismo sucede en la gastronomía: si una cocinera tradicional quiere surtir
ingredientes, necesita transportistas seguros, almacenes eficientes y canales
de distribución con trazabilidad. Y si quiere vender en plataformas digitales,
debe contar con facturación electrónica, tiempos de entrega cortos y una
política de devoluciones clara.
¿Está
el ecosistema mexicano preparado para eso? Solo en parte. Y el tiempo se agota.
Un
Mundial exige planeación cruzada entre instancias de turismo, economía,
infraestructura, cultura y desarrollo regional. Hoy por hoy, las cámaras
empresariales locales no están sentadas en las mesas donde se toman decisiones
logísticas y muchos gobiernos estatales y municipales no han articulado
estrategias para integrar a las MiPyMEs al sistema de atención y operación del
evento.
Peor
aún: muchos pequeños negocios ni siquiera saben qué tipo de regulaciones
temporales se aplicarán durante el Mundial. ¿Podrán vender en zonas cercanas a
estadios? ¿Qué permisos necesitarán? ¿Habrá cierres viales que afecten sus
rutas de entrega? La incertidumbre no solo paraliza. También margina.
Así que
aquí presentamos algunas propuestas para no quedarse fuera del juego
1.
Mapeo y certificación acelerada de MiPyMEs logísticamente activas en zonas
cercanas a las sedes y en rutas de alto tránsito turístico.
2. Lanzamiento
de un “Kit Mundialista Digital” con herramientas gratuitas o subsidiadas para
poner en línea a negocios pequeños antes de 2026 (páginas web, e-commerce,
cobro digital, posicionamiento en mapas).
3.
Acuerdos público–privados con plataformas de delivery y transporte para
garantizar acceso preferencial a MiPyMEs durante el evento.
4.
Capacitación masiva y gratuita en logística ligera, atención al cliente
internacional, y cumplimiento fiscal digital.
5.
Mesas de coordinación interinstitucional (gobierno–MiPyMEs–universidades–tecnológicas)
con enfoque en operación eficiente antes y durante el evento.
Mucho
se habla del prestigio internacional, del espectáculo global, del potencial
mediático del Mundial. Pero el verdadero éxito —para las MiPyMEs— no se juega
en las pantallas: se juega en las entregas a tiempo, en el cobro seguro, en la
buena reseña del cliente satisfecho, en la capacidad de atender bien y rápido.
Y eso
solo se logra con logística, tecnología e infraestructura inteligente.
México
tiene el talento y las MiPyMEs tienen la creatividad, pero si no se les conecta
a tiempo, si no se les da el soporte necesario, la gran fiesta se vivirá solo
en la superficie… y muchas empresas quedarán mirando desde afuera, otra vez.
El
tiempo es ahora. La pelota, también.
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