Ángel Rafael Mtz. Alarcón | 04 nov. 2024
Tribuna
Libre.- Gracias a los
extraordinarios oficios culturales de la maestra Ix-chel Báez, alta funcionaria
del Fondo de Cultura Económica (FCE), se logró la publicación del libro *Yanga:
una historia de aguerridos cimarrones libertarios*, escrito por el académico y
político Carlos Ímaz Gispert, en colaboración con el Ayuntamiento de Xalapa
durante la administración 2021-2025. Este es el primer municipio de los más de
2500 que existen en el país en coeditar una publicación junto con el FCE. Báez
Barrera es heredera de una vocación cultural transmitida por su línea paterna.
El
pasado viernes 25 de octubre, en el Centro Recreativo Xalapeño (1913), se llevó
a cabo la presentación de esta primera coedición del FCE y el Ayuntamiento de
Xalapa. A las 18 horas, se inició la presentación de la primera novela sobre el
libertador Yanga, acontecida a principios del siglo XVII en la provincia de
Veracruz. La presentación estuvo a cargo del director general del FCE desde
2019, el escritor Paco Ignacio Taibo II, quien ofreció una breve conferencia
sobre cómo se ha narrado la historia en este país.
El
autor Carlos Ímaz Gispert, nacido en 1958, es el segundo hijo del matrimonio
conformado por el matemático mexicano Carlos Ímaz Jahnke y la investigadora
etnobotánica Montserrat Gispert Cruells. Es nieto del filósofo español Eugenio
Ímaz Echeverría. Se graduó como licenciado en Sociología por la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM en 1985 (cédula profesional 991615) y
obtuvo el título de Doctor en Educación por la Universidad de Stanford. Desde
1984, es profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue líder
estudiantil en la UNAM y más tarde se unió al Partido de la Revolución
Democrática (PRD) en 1989. Es autor de una media docena de títulos, y su nueva
publicación es una novela bajo el sello editorial del FCE.
Fue
interesante escuchar al público asistente opinar sobre la ignorancia que reina
en torno al conocimiento de la vida y obra del africano Yanga, así como sobre
todas las implicaciones del tema. Todo indica que los mexicanos desconocemos la
obra de Gonzalo Aguirre Beltrán (1908-1996), quien hace 88 años publicó *La
población negra en México*, iniciando los estudios sobre la contribución de la
presencia de los esclavos africanos que llegaron en los primeros años del
virreinato de la Nueva España. El actual México está impregnado de la herencia
africana, no solo en las costas, sino también en el interior del país; siempre
hubo trabajo forzado de africanos de diversas etnias, siendo la mayoría de la
región bantú.
En el
imaginario colectivo, hay una escasa noción de la vida y obra de Yanga, que
proviene de pequeñas referencias en los libros de educación básica. Se narra la
historia de un esclavo que, a pesar de ser príncipe en su reino, tuvo la mala
suerte de ser capturado y llevado a la Nueva España, donde fue destinado a
trabajar en los sembradíos de caña de azúcar, introducida tempranamente en la
región de Córdoba-Orizaba. Logró organizar a un grupo de esclavos y escapó para
fundar su propia comunidad, una narración que carece de una explicación más
profunda, siendo transmitida a través de la oralidad.
Hoy en
día, Yanga es el nombre de un municipio, de calles, de murales pintados por
Melchor Peredo, y de monumentos; es un nombre que adorna la historia que se
narra en el país, pero a menudo parece más un cuento que una realidad.
La
bibliografía sobre la vida y obra de Yanga es muy escasa, con solo algunos
artículos y fragmentos en libros. El doctor en historia Alfredo Delgado
Calderón, actual director del Museo de Antropología de la Universidad
Veracruzana, publicó en 2022 su trabajo de investigación *El costo de la
libertad. De San Lorenzo Cerralvo a Yanga* (INAH, México, 491 pp.). Este es, sin
duda, el primer estudio con rigor científico sobre el tema. Su investigación,
que involucra muchas horas en archivos civiles y eclesiásticos del virreinato
de la Nueva España, en la región donde ocurrieron los eventos relacionados con
Yanga, presenta una propuesta que cuestiona el mito que se ha ido creando
alrededor del supuesto esclavo africano. Espero que la población lea dicho
trabajo para tener una visión más clara de la figura del libertador; el libro
presenta su historia en cuatro grandes capítulos que apenas están siendo
contados con la seriedad que merecen.
Carlos
Ímaz Gispert, a través de la literatura, nos presenta la figura de Yanga en su
biografía novelada *Yanga: una historia de aguerridos cimarrones*. Con este
enfoque que delinea la frontera entre la historia y la ficción literaria, se
nos permite imaginar todo aquello que no está documentado en los archivos.
La
lectura de esta novela está respaldada por una rigurosa investigación
bibliográfica sobre el tema. Me recordó mis primeras lecturas que el Dr.
Gonzalo Aguirre Beltrán me encomendó cuando inicié mi trabajo de tesis de
licenciatura en historia, centrada en los afrodescendientes en Tlacoltalpa en
la segunda mitad del siglo XVIII.
Gracias
a la imaginación del novelista, que inicia su relato en el África Occidental,
describiendo cómo los esclavistas europeos llegaron a esas regiones para
capturar seres humanos para venderlos en las tierras del Nuevo Mundo desde
1492, se desarrolla una visión de cómo se realizaba el viaje desde las costas
africanas a las de Andalucía, cruzando el Atlántico, con una primera parada en
La Habana y, finalmente, la llegada a San Juan de Ulúa, en el puerto de
Veracruz.
Ya en
tierras veracruzanas, se narra el cambio de nombre y la compra de Yanga para
ser destinado a una hacienda cañera, así como la organización de un pequeño
grupo de rebeldes que logra escapar y dirigirse a la montaña para construir su
espacio de libertad. La novela se lee rápidamente, cada frase invita a imaginar
las acciones de casi 500 años atrás.
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