* Adversarios, amigos, compadres, patrones en el PRI * Un pasado que avergüenza * Marcelista hasta la médula * Sus pecados en el DIF * La vida inútil de don Jesús * El robo de las boletas * ¿Es violencia electoral? * Saúl y el uso electoral de Prospera * Que sean votos para Morena
Mussio Cárdenas Arellano | 31 mayo de 2017
Tribuna Libre.- Así se vista de azul, Jesús
Moreno lleva en sus entrañas el gen del PRI, el sello del marcelismo y un
pasado político que erosiona la aventura de trepar al poder.
Se viste de azul Chucho
Moreno en su sueño de ser alcalde de Coatzacoalcos, liderando a un panismo que
por no crecer se entrega a las miserias que le envía el PRI.
Dice Moreno Delgado el PRI
no cambia, que prevalecen los grupos de poder y la corrupción, y que ello lo
llevó a construir un proyecto personal, su candidatura a través del Partido
Acción Nacional.
Basta ver la planilla del
PRI y los rostros de siempre, el historial que los distingue, los que conforman
la propuesta que le impusieron al candidato tricolor, Carlos Manuel Vasconcelos
Guevara. Y sobre esa tesis, Jesús Moreno replica.
“Su planilla —define—
significa más de lo mismo. No hay un compromiso con la ciudadanía, sino con los
grupos que siempre han estado en el poder”.
Ahí ve el candidato azul a
viejos amigos y feroces enemigos, a los compañeros de fraude electoral y
rivales que disputaban la mirada benevolente de su mentor, Marcelo Montiel
Montiel.
Ve a Guadalupe Félix Porras
de Theurel, candidata a síndica, a quien sirvió de paje en su boda popular con
el célebre alcalde de la fidelidad, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu
puta madre”— hasta que un diferendo político derivado de una protesta pública
contra el edil provocó su despido como secretario de Gobierno.
Tiene ahí , en la lista
negra del PRI, a su compadre Oliver Damas de los Santos, candidato a regidor
primero, ex secretario de Gobierno municipal, el que lo sostuvo en el
marcelismo y luego en el joaquinismo cuando cayó en desgracia, pero al que tasa
y mide como “más de lo mismo”.
Una más: Keren Prot Vázquez,
candidata a regidora segunda, agente municipal de Villa Allende, unos tiempos
aliados y otros en disputa por el poder, por el control de la congregación, a
la que Jesús Moreno solía ir de reventón en reventón y donde la fama pública y
sobre todo la cultura de los memes que sacuden a las redes sociales afirman que
dejó más de un amor.
Nada suyo es Felipe de Jesús
Rodríguez Gallegos, candidato a regidor tercero, hermano de su compadre Víctor
Rodríguez, con el que caminó y construyó sueños hasta que el poder los alejó.
Se cuenta, por ejemplo, que
corrido por Marcos Theurel, viajó Jesús Moreno a Xalapa. Abordó a Víctor
Rodríguez, suplicando su intercesión ante el entonces delgado de Sedesol
federal en Veracruz, Marcelo Montiel.
Al principio hubo rechazo
por haberse sumado al ayuntamiento theurelista a contrapelo del líder del
marcelismo. Luego cedió. Ganaba Moreno Delgado el peor salario, ayudado por
Víctor Rodríguez con algunos miles de pesos más. Y al final, las ambiciones de
uno y otro provocaron la ruptura del grupo y su debacle política.
Son más de lo mismo Jonathan
Hillman Chapoy y Patricia Peña Recio, él miembro de Grupo Integra, el clan que
le disputa el poder al marcelismo al interior del PRI, hermano del ex alcalde
Iván Hillman Chapoy, el que los desdeñó y al que los hijos políticos de Marcelo
Montiel acabaron en una elección, la de 2009; y ella, la ex diputada caza
migrantes, que el marcelismo encumbró y luego se salió de control.
Formado en el marcelismo,
presume Jesús Moreno que su estrella brilla con luz azul. Su proyecto es la
alcaldía de Coatzacoalcos, por la que contiende bajo las siglas del PAN.
Simula que dejó su pasado
atrás, sus excesos desde el poder, la farra y el destrampe, las nenas y las
mieles que probó cuando Marcelo Montiel lo llevó al primer nivel de su gang.
Político de doble cara,
Jesús Moreno también sabe engañar.
Hoy camina hacia la
presidencia municipal sin olvidar lo que antes fue, peón de Marcelo Montiel en
elecciones que operó para ganar o arrebatar, usando los programas sociales para
obtener votos, desplegando acciones que violaban la ley.
Estando en la cumbre lo
mostró leal, caer lo exhibió tal cual.
Con una delación pudo
ganarse en 2010 el aprecio del entonces alcalde electo de Coatzacoalcos, Marco
César Theurel Cotero, filtrando información clave de las estructuras
marcelistas, su operación en campaña, los vacíos electorales que pusieron al
PRI a centímetros de perder la presidencia municipal, el 4 de julio, y datos
precisos del manejo de cada operador marcelista.
De Jesús Moreno decía
INFORME ROJO el 17 de diciembre de 2010:
“Es, pues, un delator de
baja calaña.
“No es, sin embargo, ni
improvisado ni cándido. Mucho menos torpe. Desde su cargo de director del DIF
Municipal, tuvo una radiografía exacta de las fortalezas y debilidades del PRI
en cada rincón de Coatzacoalcos, y supo, como nadie, en qué sectores perdería
votos el candidato priísta Marcos Theurel frente a su contrincante, el panista
Gonzalo Guízar Valladares.
“Parte de esa información
deliberadamente la guardó. Jesús Moreno cuenta en su equipo de trabajo en el
DIF con Isidoro Domínguez, un operador gonzalista al que hace tiempo debió despedir,
pero que mantuvo en su cargo, aún desoyendo y desacatando a sus superiores,
bajo el argumento de que le habría de servir para conocer cómo se mueve la
estructura del Grupo Guízar.
“En la campaña priísta, fue
quien mejor le habló al oído al candidato Theurel. Lo endulzó, le contó
historias de otros operadores del marcelismo y terminó por generar enconos,
suspicacias y un clima de tensión en el equipo electoral. Eso provocó el
alejamiento de Marcos Theurel del equipo marcelista y, a su vez, los alfiles
del Marcelo Montiel soltaron la campaña, generaron vacíos en las colonias y
enfriaron el trabajo de sus promotoras.
“Tuvo Jesús Moreno la
habilidad para ganarse la confianza de Marcos Theurel. Respondió en sus áreas
de influencia; triunfó en las casillas bajo su control, y con ello se proyectó
hacia la Secretaría de Gobierno Municipal desde donde pretende construir su
candidatura a la alcaldía de Coatzacoalcos en 2012.
“Marrullero como pocos, pudo
al fin superar a otros operadores de Marcelo Montiel: Alfonso Morales
Bustamante, Víctor Rodríguez Gallegos y Miguel Antonio Wong Ramos, cuyo
desempeño electoral fue tan mediocre, señalados de haber desfalcado las
finanzas de la campaña, incumpliendo múltiples compromisos, que generaron una
victoria pírrica, la peor en los últimos 20 años para el PRI.
“Hay mil historias que
contar sobre Jesús Moreno Delgado: su tiranía en el DIF donde se comporta como
capataz y trata al personal como peones de rancho; el oscuro manejo de las
finanzas en esa dependencia; el alejamiento de su equipo de trabajo y los odios
creados en Guillermo, Oscar, Rosario, Luis, Alfredo y Rogelio; sus noviazgos
apasionados y las visitas a Diana, Wendy y Zuleyma, a quienes suele invitar
champaña y sus salidas del Fox”.
Su paso por el DIF joaquinista
lo evidencia. Un caso, la disputa por un menor, arrancado de los brazos de su
madre, marcó la naturaleza de Jesús Moreno. Lejos de favorecer la integración
de la familia, la pulveriza.
Se supo entonces que dos
psicólogas dictaminaban y valoraban sin título profesional, con carreras
truncas, y una de ellas usando una cédula profesional falsa, robada a una
maestra del estado de Baja California.
Sirvió el DIF, no al menor
en disputa, no a la madre, una aguerrida y joven profesora que tras un viaje a
Misantla se encontró con que ya no podía ver a su bebé. Sirvió Jesús Moreno al
empresario de mil historias, varios matrimonios y divorcios, ocultos, con doble
vida, que compraba jueces para torcer la ley.
Hoy ve Jesús Moreno en el
PRI más de lo mismo. Más de lo que él fue y es. Son las caras del marcelismo
con el que se formó, los compadres y los amigos, y el rostro de sus adversarios
cuando defendía la causa de su mentor, Marcelo Montiel.
Así se vista de azul, lleva
en sus entrañas los genes del PRI.
Es el rostro azul de Marcelo
Montiel.
Archivo muerto
Robo atípico de boletas
electorales en Coatzacoalcos. De película de pésimo guión. Lo perpetra un grupo
armado. Viaja en taxi. Va por los paquetes, con más de mil 800 boletas, y con
violencia despojan a la asistente o los asistentes electorales. Ocurre este
lunes 29, sobre la avenida Primero de Mayo en la colonia Frutos de la
Revolución, cuando los paquetes serían entregados a funcionarios de casilla que
los mantendrían a resguardo hasta el día de la elección, el domingo 4 de junio.
Una versión cita: el comando armado interceptó el automóvil en que viajaba un
asistente electoral. Otra versión señala: eran tres asistentes electorales,
cada uno con un paquete de boletas. Afirma funcionaria del Órgano Público Local
Electoral que el tema compete al Instituto Nacional Electoral en ese sector.
Las boletas corresponden a las secciones 884 básica, 884 contigua 1 y 886
básica, conteniendo un total de mil 872 papeletas para emitir el sufragio.
Inicialmente se difundió que serían 2 mil 500 boletas. Falso. El número máximo
asignadas a una casilla es de 750, incluidas las que corresponden a electores,
funcionarios de casilla y representantes de partidos políticos. O sea, 2 mil
250 boletas. Pero ese es el número máximo que contempla la ley electoral por
casilla. Las boletas contienen un talón con un número de folio que permite su
identificación. Serán reimpresas y no se afecta el proceso electoral. A ese
incidente le llaman ya “violencia electoral”. Violencia electoral la que
ocurrió en Michoacán cuando la elección de Fausto Vallejo, en 2011. Pueblos
enteros amenazados por los Caballeros Templarios, que operaban en abierto, con
la consigna de que si ahí perdía el PRI, quemarían todas las viviendas,
cercando los poblados para que no llegaran los alimentos, intimidando día y noche
vía telefónica, con un altísimo número de agresiones, heridos, muertos. Eso es
violencia electoral. En Coatzacoalcos hay jaloneo y nada más… Por Morena, Saúl
Wade juega con fuego. Vía su principal corifeo, Juan Manuel Villalobos Pacheco,
mueve a la promotoras de Prospera, el programa federal estrella de la
Secretaría de Desarrollo Social federal, y acerca a sus beneficiarias a Morena,
impulsando como en 2016 al partido del Peje López Obrador. Son para un
psiquiatra las fobias y los odios del terrible Saúl, que dispara contra su
partido, el PRI, contra su candidato, Ciro Félix Porras, y su acérrimo rival,
Nicolás Ruiz Roset, quien contiende por la alcaldía de Minatitlán bajo las
siglas de la alianza PAN-PRD. Sirve para lo electoral Prospera, usando a las promotoras
que mantienen vínculos con José Manuel Villalobos, y cobrando a las
beneficiarias del programa su derecho a pertenecer a él. A eso se le llama
delito electoral y no irá a los tribunales Saúl, el niño incómodo del Clan
Wade, sino quienes obligan a votar por Morena para saciar su afanes de
manipular la elección. O sea, que Villalobos y las promotoras paren en la
cárcel…