* La visión de Francisco Abundis * Crimen organizado está dentro de palacio de
gobierno”: Calderón * Tirar a la basura
al PRI: Yunes Linares * Cuitláhuac, un
peligro para Veracruz: AMLO * Reta
Cuitláhuac a Héctor * Supuesto repunte
de Víctor Rodríguez * Fraude marcelista,
en marcha * Los Chagra en el Panal * Otros tres audios sobre el Itesco
Mussio Cárdenas Arellano | 31 mayo
de 2016
Tribuna Libre.- Ni un minuto. Ni
un instante. Nunca ha sido ajeno Héctor Yunes a Javier Duarte, suya la
complicidad, suyo el silencio, suyo el disimulo ante el desastre veracruzano,
devorado el gobierno por la corrupción, el saqueo de las arcas públicas, la
riqueza malhabida, el cinismo del que ostenta con soberbia mientras ve a su
pueblo empobrecido.
Llega Héctor Yunes
al final de su campaña atado al gobernador de Veracruz, simulando que no son
cuates, y cómplices, uno arrasando con los bienes del estado y el otro
pregonando que “Javier Duarte es mi jefe político”.
Su deslinde es
increíble porque nadie lo cree, ni le cree. De palabra pregona el senador con
licencia que cuando llegue al poder —si es que llega— habrá de ajustar cuentas,
aplicar la ley, ejercer la justicia, refundir en la cárcel a quienes
dispusieron de los bienes públicos, quienes traicionaron a los veracruzanos. O
sea, sus amigos.
Tres días le
quedan al candidato del PRI al microgobierno de Veracruz para venderse y su
escenario va de lo patético a lo fantasioso, entre atisbos de derrota y
pincelazos de angustia, lanzando encuestas a modo, presumiendo que gana porque
gana, mientras escucha a César Camacho, el líder cameral priista, decir que la
elección está cerrada y que la pelearán en los tribunales. ¿Y los seis puntos
arriba?
Inolvidable su
cierre de campaña. Inolvidable porque a nadie se le habría ocurrido verse
aplaudido por la Corcholata, alias Carmen Salinas, una actriz-diputada de
películas de burlesque que se hace célebre por dormitar en las sesiones del
Palacio Legislativo de San Lázaro. Le faltó llevar a Lyn May, a Wanda Seux y a
toda la banda de Las Ficheras.
Miles lo aclaman.
Miles van al cierre de campaña que evidencia a un PRI sin cambio. Lo aclaman
los acarreados de la torta y la playera, la burocracia que acude son pena de
ver perdido su empleo.
Su entorno es el
gigantismo que distingue al PRI. Son los discursos triunfalistas. Son las
grandes masas que mueve el sistema para mostrar a un candidato que no anda
solo, de su lado la maquinaria priista, que es la maquinaria electoral, que es
la maquinaria del fraude.
Llega a la recta
final Héctor Yunes y el panorama no varía. Sirvió a Fidel Herrera y es
fidelista. Sirvió a Javier Duarte y es duartista. Son sus estigmas y no los
pudo evadir.
Le aplaudió a
Fidel Herrera la bursatilización del impuesto de tenencia vehicular, gozoso,
sonriente al lado del entonces gobernador, su imagen en fotografía y en video
para no poderlo negar.
Fue subsecretario
de Gobierno y líder del Congreso de Veracruz, poderoso en sus tiempos, operador
de la causa fidelista, las cuentas públicas con las huellas del saqueo,
entendido Héctor Yunes que la institucionalidad es norma entre los hijos del
viejo y del nuevo PRI, del PRI de siempre.
Fidel lo toreó y
no lo dejó llegar a la gubernatura de Veracruz. Lo hizo menos porque el
proyecto era imponer a Javier Duarte. Cuando Héctor pretendió registrar su
candidatura simplemente el padrón del PRI no le fue abierto.
Tragó vergüenza,
la dignidad perdida, y se sumó a la causa de Javier Duarte, arrodillando a
Alianza Generacional, su plataforma política, ante el nuevo gobernador.
Ya duartista fue
llevado a la presidencia del PRI estatal y de ahí a la senaduría en 2012,
dotado para la lisonja, para el discurso servil, llenando de elogios a Javier
Duarte, convertido ya en su mozo político, pues para eso el gordobés era ya su
jefe y mentor. “Javier Duarte es mi jefe político”.
Callar seis años,
sólo Héctor Yunes. Calló la violencia de los cárteles, incluido el cártel de
Duarte. Calló la oleada de desapariciones. Calló el secuestro y la extorsión.
Calló el comercio de personas en que la policía duartista ha servido para
abastecer de inocentes al crimen organizado.
Fue omiso ante las
denuncias de la Auditoría Superior de la Federación, que detectó trampas y
mañas del gobernador de Veracruz para desviar recursos, tretas para disponer de
las partidas federales, no aplicar el dinero y no poder solventar ni devolver
lo que le exige la normatividad.
Nada hizo cuando
la ASF reveló que son 35 mil millones robados a la Federación, ni detonó el
caso Universidad Veracruzana, al saberse de los 2 mil millones no entregados
por el gobierno de Javier Duarte a la UV, ni evitó el saqueo del Instituto de
Pensiones del Estado, ni exigió que sus colegas priistas —Mota, Erick Lagos,
Spinozo, Carvallo, Pato Silva, Tarek— fueran llevados ante la justicia. No, con
ellos se toma la foto en el Congreso.
Hoy, sin embargo,
promete que ha de aplicar la ley. ¿A quién si todos son amigos?
Atado a Javier
Duarte, senador silencioso, Héctor Yunes tiene su futuro electoral ligado a la
corrupción del duartismo, factor clave en la elección del 5 de junio.
Castigan o premian
los electores. Es una elección plebiscitaria. Premian o castigan al PRI en el
gobierno. Premian o castigan la violencia, el secuestro, los levantados, los
desmembrados, la extorsión, la angustia y el miedo.
Castigan o premian
la corrupción, la uña larga del gobernador, el silencio de Héctor Yunes a lo
largo de seis años, el pacto de la vergüenza. Lo arrastra la corrupción del
gobernador. “Javier Duarte es mi jefe político”.
Lo dice Francisco
Abudis, de la empresa Parametría, especialista en sondeos de intención de voto,
a la revista Proceso:
“Si vemos los
causales, el PRI se verá afectado por sus candidatos, por la baja popularidad
del presidente y de sus gobernadores, por la percepción de que la economía no
ha mejorado, por la inseguridad y ahora, como algo novedoso, por la corrupción
que va a ser fundamental en estados como Veracruz.
“Hay una parte que
es nacional, pero en lo local también los gobernadores y presidentes
municipales tienen sus propios escándalos. Veracruz sería uno de los ejemplos
más emblemáticos.
“Como están las
condiciones, lo local será lo que va a imperar pero creo que todos estos
factores van a jugar en la elección. En Tamaulipas será la inseguridad, en
Veracruz la corrupción, pero habrá algunas donde juegue de manera importante la
economía, como en Oaxaca”.
–¿Va a ser un
proceso electoral complicado para el PRI?
–Así es. Veo
difícil que se cumpla la victoria de nueve estados como dijo Manlio Fabio
Beltrones. De las 12 elecciones se han ido cerrando ocho, sólo en tres se ve
con claridad una victoria para el PRI: en Sinaloa, Hidalgo y Chihuahua,
mientras que Puebla sería para el PAN. Fuera de eso veo escenarios de cierre
para buena parte de las elecciones. Van a estar complicadas.
Dice ahora Héctor
Yunes que aplicará la ley a quien la haya infringido. No se sabe de ningún
gobernador que se encierre a sí mismo. La complicidad también es delito, pues
el que sabe de una infracción a la ley y guarda silencio, el que supo de las
tropelías de Javier Duarte y no actuó, debe pagar.
Nunca ha sido
ajeno Héctor a Javier Duarte. “Es mi jefe político”.
Archivo muerto
Dos ex presidentes
en Veracruz: Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador, uno
constitucional y el otro autoproclamado “legítimo”, los dos en 2006. Calderón
fue la figura del cierre de campaña de Miguel Ángel Yunes Linares, polémico,
estabilizador de la economía, atacado por la guerra contra el narcotráfico que
los gobernadores priistas usaron para fortalecer a los capos de la droga y
hacer fracasar la embestida militar, Veracruz convertido en el santuario de Los
Zetas. Calderón llegó a reforzar al candidato de la coalición PAN-PRD, en un
mitin de 40 mil personas en el puerto de Veracruz, en que refirió que la
delincuencia organizada está dentro del palacio de gobierno de Xalapa. “El PRI
tiene que irse. Basta de corrupción en Veracruz, una corrupción que no sólo
desvió los recursos públicos, sino que entregó el estado a la delincuencia
organizada”. Yunes Linares diría: “Los delincuentes que están dentro de Palacio
de Gobierno se irán, porque eso es lo que quiere el pueblo de Veracruz”.
Agregaría: “Vamos a construir un nuevo gobierno, un gobierno distinto, un
gobierno que tenga sentido social, un gobierno que como lo demandan los
principios del PAN y del PRD actúen en beneficio de las mayorías”. Y le dio con
todo al PRI y al gobierno de Javier Duarte: “Hoy los veracruzanos nos
avergonzamos del gobierno que tenemos. Los veracruzanos vemos cómo Veracruz se
derrumba. No queremos seguir en esa espiral de violencia, pobreza y desempleo. Hoy
se demuestra la fuerza que es capaz de tirar un mal gobierno, pero también de
tirar a la basura al PRI”. Luego dijo: “Hoy les digo, el dinosaurio está herido
de muerte, y el 5 de junio le meteremos la ultima estocada, se va el PRI, de
que se va, se va”. AMLO encabezó la marcha de Morena por el malecón de
Veracruz. A su lado iba Cuitláhuac García Jiménez, candidato al gobierno
estatal. A su etilo, sin matices, le dio con todo a la mafia del poder, el
priismo, el panismo, el perredismo. “Cuitláhuac García es un peligro para
Veracruz —dijo el Peje— ¿y saben por qué? Es un peligro para los corruptos.
Aunque Fidel Herrera y su gente están operando en Veracruz para que siga la
corrupción y Hector Yunes sea tapadera de Javier Duarte, vamos a ganar el
próximo 5 de junio”. Avizoró el triunfo pero pidió sus fans no bajar la
guardia, no ser presa de los “mapaches electorales”. Diría Cuitláhuac que las
imputaciones de Héctor Yunes sobre el financiamiento de Javier Duarte a Morena
y las visitas del candidato a Casa Veracruz son infundio. “Andamos con lo que
nos dan. Mi campaña es austera. ¿Cuál otro financiamiento? El partido y los
asesores de finanzas y el representante ante el INE y OPLE darán el informe
ante el público, exijo que presenten pruebas”, señaló. Y retó: “Que saque las
pruebas. Duarte además de mentiroso y ladrón es miedoso, no se acerca con la
gente. Pido que saquen esos videos y las pruebas, que los saquen al aire si
tienen todo para hacerlo. Los reto a que saquen los videos de la Casa Veracruz,
que saquen hora, lugar y fecha donde supuestamente me reuní”… Asoma el fraude
en Coatzacoalcos. Habla Marcelo Montiel. Se muestrea el jefe del clan. Describe
a un Coatzacoalcos por el que todos deben luchar. A la par, dos encuestas
colocan a Víctor Rodríguez Gallegos en el vértice de la intención de voto. Ajá.
Remonta del 23 al 34 por ciento. Ajá. Rebasa y opaca a Morena. Ajá. Si no se
supiera lo que opina la sociedad, el repudio al PRI, el hartazgo al saqueo,
Coatzacoalcos convertido en botín del marcelismo, alguien lo pudiera creer.
Repudian a Víctor Rodríguez en el seno del PRI, sus compañeros de partido, sus
antiguos aliados, los Robles, los Hillman, los Chagra, los Theurel, para los
que Marcelo Montiel y Víctor Rodríguez operaron o dejaron pasar, con quienes pactaron
una diputación local —Mónica Robles— o la alcaldía de Iván Hillman en 2004, a
cambio de que MMM fuera diputado local sin golpeteo de Diario del Istmo; Víctor
Rodríguez operando la campaña de Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”—; MMM
introduciendo a la política estelar a Beto Chagra. Hoy el repudio es total y la
oportunidad de sabotear y fracturar el proyecto marcelista. Coatzacoalcos es de
Morena, de Amado Cruz Malpica, su candidato a diputado local, atrás Roselia
Barajas, políticamente es incapaz pero amiga del Pejemesías López Obrador,
mientras Diario del Istmo, su medio, esté al servicio de AMLO. Desliza Marcelo
la posibilidad de triunfo, surgen dos encuestas cargadas de irrealidad, inicia
la compra de funcionarios de casilla que el 5 de junio no se presentarán,
comienza a ser cooptada la estructura electoral morenista. Quizá le dé a
Marcelo, quizá no… Abierto el reto de los Chagra a Marcelo Montiel, colaborando
con Nueva Alianza, o sea pegándole al PRI, su partido, por el que Roberto —Beto
Coca— llegó a ser sindico municipal, aspirante a alcalde de Coatzacoalcos,
director de Carreteras Estatales en el gobierno de Fidel Herrera Beltrçan y
titular de CMAS, de la mano de Marcelo Montiel. Su hermano José Antonio —Tony
Chana— es regidor municipal. Son ya del Panal y así lo divulgan Roberto Chagra
y el regidor Gersaín Hidalgo Cruz en redes sociales. Quizá sea el último
intento para embestir al minicacicazgo de Marcelo Montiel. Oficialmente no han
renunciado al PRI pero estatutariamente ya son cadáver político, huelen a
muerto y pronto no habrá priista que se les quiera acercar. Hay voces que
reclaman su salida del PRI y que Pepe Chagra se declare regidor independiente,
sumado a Gersaín Hidalgo y a Noriel Prot Álvarez en una minibancada en el
cabildo. El plan es seguir fracturando el voto de Víctor Rodríguez Gallegos, el
alumno y operador, la mano sucia de Marcelo. El domingo 5 se verá si fue
acierto o salto al vacío… Tres audios más revelan que el grupo estudiantil que
trata y acuerda con Ricardo Orozco Alor sí fue cooptado por el ex director del
Itesco, ahora candidato a diputado local por el distrito de Minatitlán. En uno
de los ruidos se escucha a Ángel Rivadeneyra admitir que sí hablaron con
Ricardo Orozco de los títulos universitarios a cambio de sofocar el movimiento
de inconformidad. En otro sostiene que no apoyarán a ninguna de las partes en
conflicto pero seguirán siendo informantes de Ricardo Orozco. “No sabemos quién
va a ganar. Apoyar de lleno, a ninguno. No sabemos quién va a ganar y esa madre
puede ser un arma de doble filo. Si nos vamos directamente con uno y pierden,
nos va a llevar la verga”. O sea, se infiltran en todos los frentes del
conflicto por el uso electoral del Itesco, pasan información a Ricardo Orozco y
se ganan su título. Eran nueve audios y ahora son 12. Y el candidato del PRI a
diputado por Minatitlán en la cúspide del escándalo…