* Jairo
Jafet Dzib, acusado del plagio de Lesly
* Empleado en la DiMuDe * ¿Fue su
novia? La Fiscalía calla * Caso
Aarón-Kristell: ¿narcomenudeo? *
Confrontó a la síndica y un rufián le aplicó tormento sexual * Si son “famosos”, el Peje los hace
impunes * Parque Central Hidalgo: se
ampara una liga * Los platillos caros de
la primera dama
Mussio Cárdenas Arellano, Ver. | 25 septiembre de 2018
Tribuna Libre.- Vestido de junior, con aires de rey, Jairo
Jafet fue del negocio publicitario al cargo de gobierno, al círculo de poder,
al equipo del alcalde Víctor Carranza, hasta detonar el enésimo escándalo de
nota roja sobre Morena, el de un secuestrador que cobra en la nómina municipal
de Coatzacoalcos.
Le imputan la autoría intelectual de un
plagio y un noviazgo con su víctima que ni la Fiscalía General de Veracruz ha
podido acreditar.
Habría urdido, según la trama oficial, el
levantón de Lesly Jared Bucio Palma, estudiante de Medicina en la Universidad
Cristóbal Colón, ejecutado al llegar al hogar que habita en Boca del Río,
atacada y sometida, arrastrada y subida al automóvil de sus captores, cuatro
delincuentes de poca monta, y llevada a Xalapa, como se ve en un video que se
hizo viral. Era el miércoles 12.
Habría vuelto a Coatzacoalcos Jairo Jafet
Dzib Lara, según la verdad de la Fiscalía General de Veracruz. Volvía a su vida
normal. Sus movimientos precisos servían para despistar. O eso creyó.
Tres cómplices —Jonathán de Jesús Vera
Castro, José Armando Marcial Ocampo y Maura Trujillo Ocampo— retenían mientras
a la víctima en una casa de seguridad, en Xalapa. Y pedían 7 millones de pesos
para dejarla vivir.
Hacia la tarde del lunes 17, el destino de
Jairo Jafet se precipitó.
Y a Morena le impactó el misil. Uno más.
Conducía esa tarde su auto, un flamante
Renault del año, cuando advirtió que era seguido. Lo asediaron, lo amagaron. Hubo
disparos. Se escuchaban las detonaciones provocando alarma. Algo inquietaba,
una vez más, a los vecinos de la colonia Benito Juárez —feudo de capos y
matones en Coatzacoalcos—, esparciéndose en redes sociales que un “empresario”
había sido levantado.
Pero el empresario no era tal sino un
empleado de la firma Publicidad Vial, del ex alcalde Marco César Theurel Cotero
—“Te rompo tu puta madre”— y su hermana Alejandra, ex síndica municipal—. Jairo
Jafet Dzib cayó así en manos de la Unidad Especializada en Combate al
Secuestro. Y en Xalapa sus cómplices también.
Al amanecer —martes 18—, el periódico Notiver
destaca la trama oficial. Jairo y sus amigos implicados en el secuestro de
Lesly Bucio. Jairo y sus amigos saboreando millones de pesos por un rescate que
nunca llegó.
Aprendices de truhanes, serían la nota
central de Notiver. Se llevaron “la de ocho”, con sus rostros íntegros, sin
difuminar, y sus nombres tal cual, polarizando al respetable, unos aplaudiendo
a la Fiscalía, otros advirtiendo que eso es violación al debido proceso. Y que
pueden salir.
Sin daño alguno, Lesly Bucio fue rescatada
por la UECS. Se hallaba retenida en la “casa de seguridad” de Xalapa. Los tres
cómplices fueron sorprendidos ahí. Jairo fue trasladado desde Coatzacoalcos
para enfrentar los cargos.
Detalle a detalle, Notiver contó la trama
winckleriana. Jairo es empleado del ayuntamiento de Coatzacoalcos. Jairo es
allegado a síndica, Yazmín Martínez Irigoyen. Jairo fue novio de Lesly Jared
Bucio. ¿Realmente lo fue? Jairo es de Morena.
Sábese que Jairo Jafet Dzib es allegado a la
ex síndica priista, Alejandra Theurel Cotero, su jefa en Publicidad Vial, pero
no hay evidencia pública del nexo con la síndica actual, Martínez Irigoyen.
Sábese de su trabajo en la Dirección
Municipal del Deporte en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y de sus andanzas en
antros, su estampa de aspirante a junior, su doble vida, su vida de oropel.
Una pregunta formulada a la Fiscalía de
Veracruz, el martes 18, cuestiona si es real el vínculo amoroso que supuestamente
hubo entre el secuestrador y su víctima. ¿Se acredita que Jairo Jafet Dzib haya
sido novio de Lesly Bucio? Hubo silencio. ¿Fue su novio? La Fiscalía sigue
callada.
Jairo Jafet Dzib es empleado municipal. En Al
Día, programa de análisis de Jorge Luis Torres y este reportero, a partir de
una investigación exhaustiva sobre tres nóminas, se estableció su estatus
laboral: está adscrito a la Presidencia Municipal con nivel A4817, categoría de
auxiliar administrativo, salario de 8 mil 143 pesos bruto y 7 mil 500 neto.
Ahí, este reportero citó que junto al nombre
de Jairo Jafet Dzib en el listado de nómina, una línea arriba, aparece el de
Axel Alberto Borrego Burguette, yerno de la síndica Yazmín Martínez Irigoyen. O
sea, vecinos de nómina aunque Axel enmascara su ingreso con la fachada de
“beca”.
Claudia Guerrero, autora de la columna Entre
lo Utópico y lo Verdadero, retoma algo de ello. Y lanza una aseveración:
“Además, Jairo Jafet es amigo de la pareja
sentimental de la hija de la síndica Yazmín Martínez, de nombre Axel Alberto
Burguette (es Borrego Burguette), quien también está como empleado en la
Presidencia Municipal”.
Demoledor, el misil detona en el centro de
mando de Morena en Coatzacoalcos, en el alcalde Víctor Manuel Carranza, en el
grupo jefaturado por la senadora Rocío Nahle García, artífice del desbarajuste
municipal.
Un juez determinó prisión preventiva de dos
años a Jairo y sus cómplices y este lunes 24 se realizará la audiencia en que
se les vinculará a proceso. Mientras, permanecen en el penal de Pacho Viejo, a
unos kilómetros de Xalapa. Podrían enfrentar hasta 50 años de prisión.
Su caso se inscribe en el catálogo de
episodios ligados a delitos, narcomenudeo, levantones, malas compañías y hasta
una imputación de tortura sexual en el entorno del alcalde de Morena, Víctor
Manuel Carranza Rosaldo, su síndica y Rocío Nahle.
Uno es el de Aarón Azahel Ayusso Collins,
abatido por el ataque de sicarios poco después de las 6 de la mañana del
miércoles 5. Se hallaba en su vehículo cuando los matones fueron por él,
asestándole varios impactos, letales todos.
Su esposa o pareja, Kristell Marín Domínguez,
profesora en la escuela Artículo 123 de Agua Dulce, quedó casi a las puertas de
la vivienda marcada con el número 102 de la calle Aurelio Martínez Burgos,
colonia 24 de Octubre, al poniente de Coatzacoalcos.
Pero lo que se halló en la vivienda sacudió a
Morena, a la operadora de Rocío Nahle, María Sandra Collins Coronel, madre de
Aarón Ayuso Collins, que llegó al lugar, que permaneció expectante, conocedora
de temas violentos pues hará cierto tiempo trabajó en la Agencia del Ministerio
Público del Fuero Común, siendo allegada del entonces titular, Miguel Ángel Piña
Lara, y al policía judicial Frank Munguía, asesinado en San Andrés Tuxtla, el
30 de junio pasado.
Había ahí yerba verde semejante a marihuana,
bolsas de plástico con piedra con características de crack. Y algunas sumas de
dinero de las que nadie volvió a hablar. Hay fotos devastadoras.
Otro caso: Verónica Bringas, abogada, cercana
a la dirigente de Amedea —Asociación Mexicana por la Defensa de los Animales—,
Miriam Hernández, increpó el 1 de marzo a la síndica Yazmín Martínez Irigoyen,
recriminando que arrebatara el Centro de Control Animal. Dos días después
—marzo 3— recibió amenazas en su teléfono celular. Y lo que vendría fue brutal.
Días más tarde abría la puerta de su hogar
cuando sintió la presencia de un sujeto. Le habló con tono que intimida. La conminó
a entrar. Advirtió que andaba armado con un filoso cuchillo.
Sometida, tirada en el piso, su ropa le fue
arrancada. Con su teléfono celular, desnudo su cuerpo, fue captada, amenazada
que las fotografías irían a dar a sus amigos y luego a las redes sociales.
Condenada a un tormento sexual, escuchó decir
al sujeto que “le baje de huevos” o la próxima sería peor. Y horas después se
largó.
Verónica Bringas acudió a denunciar ante la
Fiscalía Regional. Y a la prensa le dijo que su sospecha se centra entre la síndica
Yazmín Martínez Irigoyen y el secretario del ayuntamiento, Miguel Pintos.
O el caso de José Alfredo Toledo Ramírez,
subdirector municipal del Deporte, cuyas amistades cercanas no son malas, son
peores. Una de ellas, Marco Antonio González Martínez, alias “Tony”.
Dedicado al negocio de grúas, el 20 de enero
de 2016 acudió al sepelio de José Gertrudis Guízar Valladades, hermano del
diputado local y líder estatal del Partido Encuentro Social, Gonzalo Guízar.
Saludó, abrazó, ofreció condolencias y se marchó. Y se marchó para siempre.
Horas después su cuerpo apareció en el
basurero de Las Matas, el predio ubicado entre Coatzacoalcos y Minatitlán donde
se depositaban desechos y restos humanos. “Tony” era maloso.
Y así el catálogo de hechos de sangre, nota
roja, roces con el narcomenudeo, amigos de capos y un caso de tortura sexual. Y
ahí Morena. Ahí, en el centro del show.
Y el (presunto) secuestrador en la nómina
municipal.
Archivo muerto
Si son “famosos”, que respiren tranquilos. Si
son políticos y empresarios, igual. Don AMLO les garantiza su estado ideal, el
de la impunidad, porque “nosotros no vamos a perseguir a nadie, no vamos a
hacer lo que se hacía anteriormente, de que habían actos espectaculares, de que
se agarraba a uno, dos, tres, cuatro, cinco como chivos expiatorios, y luego le
seguían con la misma corrupción”. Y así Andrés Manuel López Obrador, alias el
Dios Peje, categoriza a Rosario Robles, cuyas manos no se tiñen de sangre pero
sí de dinero sucio, de estafas maestras y de dinero robado a la nación, de ser
un “chivo expiatorio” mientras una minoría rapaz, la mafia del poder —con la
que el dueño de Morena pactó su llegada a la Presidencia— se han venido
comiendo a México desde hace treinta años, quizá más. Y recrimina el Dios Peje
a la prensa que lo cuestiona, que le pide su opinión sobre el último pecado de
la ex lideresa del PRD, el tema de los 700 millones de pesos en efectivo
desviados en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. “Sí,
como otros, porque los de la mafia del poder y algunos medios de información
les gusta mucho ofrecer circo a la gente, y nosotros ya no queremos eso”, dice
AMLO. Es “circo”, dice el futuro presidente de México, “porque no fueron al
fondo. Nunca cuestionaron a los responsables, a los jefes del saqueo desde
tiempo atrás. Llevan 30 años saqueando el país, y los medios de comunicación
calladitos”. Y arremete contra la prensa: “Algunos medios de comunicación han
callado durante muchos años sobre el saqueo que ha habido en el periodo
neoliberal, y los principales saqueadores de México, los que permitieron el
saqueo, gozan de impunidad y ni siquiera se les menciona en los periódicos, a
los de mero arriba. Entonces ya chole, como dicen los jóvenes, ya hay que ser
más objetivos, más serios”. Y entonces le sueltan la pregunta clave: ¿él sí irá
por los jefes de jefes de la mafia del poder? Y el Dios Peje recula. “Ya no va
a haber corrupción ni va a haber impunidad”. El Mesías es bipolar. O
deliberadamente esquivo. Debiendo hablar de Rosario Robles y su historial de
corrupción, prefiere recriminar a la prensa que por años guardó silencio o
eludió tocar a los pillos de la mafia del poder. Pero llamarle “chivo
expiatorio” —o sea, víctima sacrificada— y que lo que se le imputa es circo, y
tampoco tocar a los capos políticos, retrata al futuro presidente en su faceta
de encubridor profesional. Cómplice su respuesta, mereció la condena general.
Hasta Proceso, que es su medio-fan, le dedica la caricatura de Hernández,
titulada “No te preocupes, Rosario”, como al inicio del sexenio le dijo Peña
Nieto a su ya desde entonces cuestionada secretaria de Desarrollo Social. “No
te preocupes, Rosario”, queda mejor en voz de López Obrador. Otro que lo
fustiga es Jenaro Villamil, reportero de Proceso, escritor, titular del portal
Homozzaping. “Pésima declaración de López Obrador. En todo caso, no le
corresponde a él sino a la PGR o a la fiscalía determinar si hay o no algún
tipo de responsabilidad de Rosario Robles”. ¿Qué obliga al Peje a encubrir a la
mafia del poder? Sólo un pacto de impunidad… Tarde o temprano el Central Park
del Clan de la Succión se va a esfumar. Y ellos lo saben. Se esfumarán los 60
millones de pesos aportados por Pemex, vía los Programas de Apoyo a la
Comunidad y Medio Ambiente (PACMA), una vez que sepa que hay derechosos sobre
los terrenos que conforman la Unidad Deportiva Miguel Hidalgo de Coatzacoalcos.
Tres particulares esgrimirán en los próximos días el contenido de escrituras
que le dan, a uno de ellos, carácter de propietario del predio, y a los otros,
categoría de concesionarios. Y de inmediato aparece la instancia legal. Se
amparó ya la Liga Municipal y obtuvo la suspensión provisional, garantizada con
el pago de 10 mil pesos, según el expediente 1132/2018 ante el Juzgado Décimo
Cuarto de Coatzacoalcos. El próximo 28 se realizará la audiencia incidental
tratando de que les sea otorgada la suspensión definitiva. Hasta ahí llegará el
Parque Central Miguel Hidalgo, ideado por los Carranza, las Nahle, los Hillman
y demás dueños de Morena en el sur de Veracruz, edificado sobre un atropello
descomunal al deporte y en concreto al futbol. Algo así como la reedición del
Parque Quetzalli, otra faramalla ecológica y capricho obsesivo de Mónica Robles
de Hillman, cuya máscara ambiental no oculta las satrapías cometidas en el
fidelismo y el duartismo, que le dieron al Clan de la Succión varias decenas de
millones y otros beneficios a través de eso que en la jerga legal se denomina
tráfico de influencias y corrupción. Que disfruten del sueño del Central Park
porque pronto habrán de despertar… Quiere todas Lucila Aguilar, lo que atañe al
DIF y lo que no también. Intratable como es, la esposa del alcalde Víctor
Carranza Rosaldo tiene otra faceta: la organización de eventos, el salón y el
menú. Y se cotiza como si fuera master-chef. Al colegio John Sparks, donde su
hijo se habrá de graduar como parte de la generación 2018-2019 de bachillerato,
le ofrece el banquete a razón de mil pesos por platillo, provocando desde ya
dimes y diretes, suspicacias y malestar. Otros proveedores cotizan mejor. Que
proponga doña Lucy es lo de menos; lo cañón es que se le rindan a los pies. Y
que de paso que pretenda influir en cuanto al sitio en que se celebrará la misa
de acción de gracias. No le cuadra la iglesia de Guadalupe porque su marido, el
títere-alcalde, no la lleva bien con el párroco. Y hace calor. Mejor la
catedral de San José. Obvio, hay padres de alumnos irritados que observan cómo
las ínfulas de poder la llevan a imaginar que también ahí puede enchinchar…