* Otra
vez tras la diputación * Y a Mónica
Robles la senaduría * Jugar con la
izquierda y cobrarle al PRI * Eva Cadena
vuelve al Congreso * Caballero y sus
ediles, casi a los golpes * Los
tatahuis: 18 millones a espaldas del fisco
* GEN-33: los pozos del fraude *
En siete días Carranza valió * “A nombre
de Rocío” trafican documentos apócrifos
Mussio Cárdenas
Arellano | 10 enero de 2018
Tribuna Libre.-Una máscara, la de la izquierda, le viene a
modo a Roselia en su vida de oropel. Con ella fue diputada en los días en que
militó en el PRD y con ella obtuvo —y obtiene— del PRI riqueza y prebendas, vía
publicidad oficial, vía relaciones con la mafia del poder. Hoy usa a Morena
para volver al Congreso federal.
Tan gris en su hablar, tan transparente que
ni se ve, Roselia Barajas de Robles Martínez ni huele ni hiede en el escenario
social, ni pinta en la lucha de clases, ni concita el aplauso de los militantes
del Movimiento de Regeneración Nacional.
Con un centralazo, Andrés Manuel López
Obrador la impone en la candidatura a diputada federal por Coatzacoalcos, el
distrito donde los unos la repudian y otros se preguntan de donde salió.
Propuesta por la cúpula de Morena —o sea, el
Peje—, la matriarca del Clan de la Succión, los Robles-Hillman, dejó en el
camino a tres ilusas que concibieron que la democracia pejista era real: Tania
Cruz, ex candidata de Movimiento Ciudadano a legisladora federal; Raquel Díaz
Páez, que pudo ser regidora municipal y no fue, y Patricia Hong.
A las tres se les citó en Xalapa sólo para
comunicarles que el resultado de la encuesta favoreció a la ignorada y
desconocida Roselia Barajas. ¿Quién habrá realizado el sondeo? ¿Qué empresa
habrá medido la “popularidad” de la esposa del propietario de Diario del Istmo
y el consorcio periodístico de la familia Robles? ¿Con qué metodología?
¿Cuántos encuestados? ¿En qué sectores del distrito? ¿Bajo la supervisión del
Instituto Nacional Electoral? ¿O es una encuesta ficticia?
Roselia, la matriarca del Clan de la Succión
—le chupan al PRI, le chupan al PAN, le chupan al que se les ponga enfrente—,
ya fue diputada federal, bendecida por Cuauhtémoc Cárdenas en 1997, acuerpada
por las tribus perredistas que solían llevar al Congreso lo gris y lo peor.
No cachó un sólo voto. Inscrita en la lista
plurinominal, en un espacio reservado a un joven, la madura Roselia Barajas de
Robles Martínez encontró su nicho en la izquierda sin nada medianamente digno
que se pueda recordar. Ahí vegetó los tres años que duró su beca.
De tiempo atrás, los Robles se habían
doctorado en el arte de pregonar la igualdad y protagonizar la desigualdad.
Presumía doña Roselia su filia a la izquierda y vivía a plenitud con la
millonada que el PRI, los gobiernos de la Revolución, la mafia del poder le
soltaba a granel.
Crítica acérrima del sistema que despoja y
empobrece, el PRI en el cenit de la historia nacional, la señora de Robles
Martínez tenía dos amigos sin par: Heberto Castillo, líder en el Movimiento Estudiantil
de 1968, luego dirigente del Partido Mexicano de los Trabajadores, y Fernando
Gutiérrez Barrios, gobernador de Veracruz, antes jefe de la policía política,
dueño de la Dirección Federal de Seguridad, represor de los movimientos
sociales de los 60 y 70, el doble espía, de la CIA y de Cuba, según el
periodista Raymundo Riva Palacio e informes desclasificados del gobierno
norteamericano.
Su bandera es la izquierda y su realidad es
la mafia del poder, los ayuntamientos del PRI y gobiernos de Veracruz que por
tres décadas han destinado cientos de millones de pesos al consorcio
periodístico de la familia Robles, vía la compra de espacios de publicidad y
otras dádivas, ya sea a Diario del Istmo, Imagen de Veracruz, Imagen del Golfo,
Llave, con sus S.A., Editora La Voz del Istmo y otras fachadas más.
Sin liderazgo, sin trabajo social, Roselia
Barajas sólo sirve para la tenebra y la intriga. Terminado su encargo en San
Lázaro, no tuvo más brillo que el de hostigar a las tribus rivales y pugnar
porque el PRD postulara candidatos débiles, a modo, dividiendo al perredismo,
que le garantizaran el triunfo al PRI.
Jesús Hernández Tea, Amado Cruz Malpica,
Rodolfo de la Guardia Cueto, Roberto Ramos Alor degustaron el sabor de la
derrota mientras al Clan de la Succión le llovían recursos públicos, las
dádivas del priismo, vía publicidad, contratos de servicios, cargos en la
estructuras de poder.
Siendo aún perredista, Roselia Barajas dio
muestras que también sabe traicionar. En 2009 jugó la carta de Convergencia por
la Democracia, hoy Movimiento Ciudadano, postulando a Antonio Williams para
diputado federal, con su consabida derrota.
Relatora del “gobierno legítimo” y otras
ocurrencias de Andrés Manuel López Obrador, Roselia Barajas de Robles se fue
perdiendo en el olvido, relegada en el PRD, apenas mostrando el rostro cuando
el Dios Peje llegaba a Veracruz.
A duras penas pudo conformar un comité de
Morena en Coatzacoalcos, un comité espurio, luego de tumbar a los que habían
sido electos con el voto de sus fundadores.
Y más tarde, para operar e imponer
candidatos, atropellado los estatutos de Morena, la cúpula pejista maniobró y
desconoció a los comités electos.
Su operadora, Rocío Nahle García, perdió la
elección a diputada federal en 2012, pese al efecto Peje, pese a obtener una
abrumadora votación en los comicios de Coatzacoalcos. El marcelismo que
impulsaba a Joaquín Caballero, la venció.
Tres años después, en 2015, la pupila de
Roselia Barajas ganó la elección con casi la mitad de los votos. Esa vez, el
marcelismo operó en contra, lanzando voto de castigo al priista —por un tiempo
panista— Rafael García Bringas, del Clan de Javier Duarte.
Va la matriarca del Clan de la Succión por la
silla de Rocío Nahle, como el juego de las comadres que con tanta inquina le
fustigaban a su acérrima enemiga, Gloria Rasgado Corsi, la dirigente del PRD
que le allanó el camino a Roselia Barajas para que en 1997 fuera diputada
federal, y a la que en pago le vaciaban descargas y metralla en las páginas de
Diario del Istmo.
Otra trapecista del roblismo, su hija Mónica,
esposa del ex alcalde de Coatzacoalcos, Iván Hillman Chapoy, apunta a ser
senadora. Lo pregona el tal Federico, antes a sus pies, su corifeo en los días
en que servía al Clan de la Succión.
Cuenta que Mónica Robles —bautizada como Lady
Cruditas tras un desliz verbal en el Congreso de Veracruz— será suplente de
Rocío Nahle en la candidatura de Morena al Senado.
Rocío Nahle forma parte del gabinete
propuesto por AMLO. De ganar el Dios Peje la presidencia de México, ocuparía la
Secretaría de Energía. Y Mónica Robles accedería a su escaño senatorial.
Si alguien concita rechazo dentro y fuera de
Morena, es Mónica Robles. La repudia el priismo que tuvo que darle su voto en
2013, so pena de enfrentar la ira de Javier Duarte. La rechaza el perredismo
que sabe de su traición. La desdeñan los fans de Morena que en el informe de
actividades de Rocío Nahle le prodigaron un abucheo fenomenal. La desprecia un
amplio sector del electorado de Coatzacoalcos que ve en la heredera del Clan de
la Succión una prolongación del ivanismo que llegó para servirse del poder.
Usan Roselia Barajas y Mónica Robles la
máscara de la izquierda para su vida de oropel, hablando de la desigualdad y la
mujer golpeada, del pobre y el desamor, del daño al ambiente y la estadística
del feminicidio, mientras la mafia del poder, el priismo con el que se hablan,
el fidelismo y el duartismo que les encumbró, les da riqueza y les da
prebendas.
Lo nuevo será succionar a Morena.
Archivo muerto
Libre de todo, Eva Cadena vuelve al Congreso.
Cobrará desde ahí las cuentas que le guarda a Rocío Nahle, a Amado Cruz
Malpica, al mismo Peje López Obrador, la élite de Morena que se le fue encima
cuando apareció en los videos del periódico El Universal, en una operación de
dinero que tenía como fin exhibir a Morena y al mismo candidato presidencial.
Tildada de corrupta, traidora, Eva Cadena nunca inculpó a Andrés Manuel López
Obrador; al contrario, lo exoneró, lo libró de cualquier sospecha mientras
sentía los golpes del sable de la diputada Rocío Nahle, que implicaba al
fidelista Erick Lagos, a la hermana del fiscal Jorge Winckler, al PRIAN, al
gobernador Miguel Ángel Yunes, encubriendo con un ardid, con un distractor, que
la celada se fraguó en el seno de Morena, con personajes cercanos al hoy
alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza Rosaldo. Sábese que en breve,
cuando la temperatura política llegue al máximo, Eva Cadena le cobrará la
factura a Rocío Nahle y al Peje, y se conocerá lo que hubo tras la trama de los
videos. Por lo pronto, Eva ya está en el Congreso de Veracruz… Ni tan
Caballero, Joaquín cerró su gestión con bravatas y reclamos, con la ira en los
ojos, una amenaza, un sainete, la última confrontación con los ediles. Tan bipolar
como Marcos Theurel, su antecesor, el presidente municipal de Coatzacoalcos
estallaba en la última sesión de Cabildo, en su oficina del edificio de
Tesorería, ante la exigencia de pago de la última quincena y el aguinaldo a los
ediles, y la última quincena y aguinaldo del personal de confianza. Confrontaba
Caballero al regidor José Antonio Chagra Nacif, que habló por otros que minutos
antes, en corto, iban calentando el ánimo. Y se desbordó el aún alcalde. Reveló
arreglos, acuerdos en las sombras, préstamos personales, dádivas y prebendas. Y
escuchó en respuesta lo que sus ediles hacían por él: el dedo en alto, siempre
en alto, aprobando los estados financieros, las peticiones al Congreso de
Veracruz, el silencio ante la crítica, la amnesia del regidor de Hacienda
Municipal, una oda a la complicidad. Unos abandonaron la sesión, molestos
“porque ya estamos grandes para que nos quieran regañar”; otros, atestiguando
la descompostura del aún alcalde —Theurel bis—, que insistía en que no había
recursos y de ahí no se movió, y Pepe Chagra alzando la voz por otros que
atizaron la hoguera y luego prefirieron no hablar. Hubo dinero días después,
vía Banobras, unos 140 millones de pesos, usados en parte para pagar a
proveedores y constructores del clan, los amigos de Joaquín Caballero. Una de
las partidas llegó el 26 de diciembre y fue por 77 millones. Pero a los ediles
ya no les tocó. Y a un buen de proveedores tampoco… Dos bombas próximas a
estallar: los tatahuis de Morena y sus 18 millones 250 mil pesos cobrados con
recibo simple, sin requisito fiscal, según datos del Órgano de Fiscalización
Superior (Orfis), lo que los convierte a los morenistas en evasores, y los
pozos de agua salada y tubería oxidada con costo de 800 mil pesos pero
facturados por la compañía GEN-33 —la misma de los cuartos de Sedatu— al
ayuntamiento de Coatzacoalcos en casi 100 millones de pesos. Más que un fraude,
un atraco tipo Duarte. Dos bombas de muchos kilotones que están por venir…
Siete días y Víctor Carranza ya valió. Soberbio como es, paga hoy el precio a
su ignorancia en el quehacer público, rebasado por un tema crucial: la
recolección de basura. No hay colonia en que no se observen montañas de
desechos, se perciban fétidos olores, se adviertan focos de infección, se
muestra el desastroso Coatzacoalcos que habrá de gobernar por los próximos
cuatro años. Si no hubiera desdeñado el proceso de entrega-recepción, si se
hubiera aplicado a conocer el estado físico del parque vehicular del
Departamento de Limpia Pública, habría conocido con cuántas unidades contaría
para realizar la recolección de basura, sus condiciones mecánicas, qué rutas
podría o no cubrir. Sabría cómo remediar la falta de un área donde depositar
los residuos generados por la población. Y habría llegado al 1 de enero con un
plan de contingencia incluida la compra de unidades recolectoras, que según ha
trascendido es negocio ya armado por el Clan de la Succión, los Robles y los
Hillman, con la mano de los rufianes del ivanismo en la operación, pero dando
resultados desde el primer día. Lo suyo no es gobernar, es ser títere. Víctor
Carranza Rosaldo es alcalde formal, pero no en los hechos. Lo mueve Alberto
Mijangos, el secretario de Gobierno que se hace acompañar de abogados de
historial repugnante, y la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, quizá la mejor
carta de Morena en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, hábil y sagaz, con la
sensibilidad y la agudeza de las que adolece el alcalde. Carranza equivocó la
estrategia o lo llevaron al matadero. Lo hicieron enfrentarse al Sindicato al Servicio
del Municipio de Coatzacoalcos, alardeando el morenismo que se apoderarían de
la estructura sindical en los primeros minutos del nuevo ayuntamiento,
sometiendo al líder de la organización, Gersaín Hidalgo Cruz. Incapaz siquiera
de obligar a los empleados de Limpia Pública a presentarse a laborar el 1 de
enero, día de asueto, Víctor Carranza y su séquito terminaron comiendo tamales
con moscas en los patios del Taller de Mantenimiento, donde se concentran los
trabajadores recolectores de basura, que ese día, para que le mida el agua a
los camotes, lo desairaron. Siete días y el pobre tipo no halla la luz… Rocío
los envía. Rocío los mueve. Rocío, pregonan sus alfiles, es la dueña del poder.
De oficina en oficina, de tugurio en tugurio, van recetando el cuento de que la
diputada es algo así como AMLO versión mujer. “A nombre de Rocío”, piden y
exigen los Arias, los Izquierdo, con sus documentos apócrifos en las manos.
Cobijados por el Clan Guízar, y en el nombre de la diosa Rocío, aluden que la
fórmula Morena-PES les da el poder de validar operaciones ilegales y que el
gobierno de Veracruz se las certifique. A eso se le llama la Raíz de la
Esperanza…