* La
ministerial anda fuera de control * La
víctima y el video * El fiscal,
rebasado * Zeus cayó en prisión * Lo detuvo la Naval * Sus lujos y sus nexos * Karime: el asilo * Jesús Moreno le opera al PAN * CAEV: el fraude con el Vactor * Le pagan por trabajarle a Pemex * Otro crimen ligado a Vasconcelos
Mussio Cárdenas
Arellano | 26 octubre de 2017
Tribuna Libre.- Aquí y allá, Winckler
está hecho un caos. Su Policía Ministerial, la que debe ser garante de la ley,
agrede y amaga, ofende y atropella, se rebela y mata.
Peor que sus rabietas censoras, la tentación
de amordazar, sacude al fiscal la violencia de su tropa, pillada en una faena
arbitraria, tratando de “levantar” a una doctora en Boca del Río, ejecutando
una orden de aprehensión que nada tenía que ver con la víctima.
O la rebeldía de los agentes ministeriales
que lo increpan en abierto, vía una carta en las redes sociales, por la premura
para actuar contra los agentes responsables del abuso.
O el texto en que develan la podredumbre y
otros secretos, el entre y la corrupción, los privilegios de unos y las
limitaciones de los demás, la disparidad de salarios y los arreglos en las
sombras.
O, más grave aún, el ataque a dos civiles en
una fiesta en Martínez de la Torre, al norte de la entidad, cuando un jefe
ministerial y su acompañante, una maestra, abrieron fuego, hiriendo y
provocando luego el desenlace fatal.
Célebre por su frivolidad, Jorge Winckler
Ortiz hoy sí tiene en qué pensar.
Su policía ministerial mata. Su policía
ministerial golpea. Su policía ministerial violenta los derechos de los
ciudadanos de bien.
Y el fiscal no sabe qué hacer.
Vive su caos mientras su atención está en lo
inocuo, lo intrascendente, en el fracaso frente al duartismo, el trueque de la
impunidad sobre la justicia.
Vive un desastre institucional mientras lo
suyo es hacer paella y subir las fotos a la red.
Y mientras, la Fiscalía General se le deshace
entre los dedos.
Dos videos lo pulverizan. Uno, cuando dos
agentes ministeriales asedian a la doctora Aracely Serralta González en la zona
conurbada Veracruz-Boca del Río; la siguen, la detienen, se la intentan llevar
a jalones y empellones, sin escuchar razón hasta que constatan que no es la
persona contra quien deben ejecutar la orden de aprehensión.
Otro, en el que Alberto Blasco Salcedo narra
cómo fue agredido, junto con su tío Ricardo Flores Blasco, por un agente
ministerial, y los detalles de las balas en el cuerpo, la intervención
quirúrgica, la identidad del responsable. Horas después falleció.
Winckler, por si no lo sabe, ya se hundió.
Aplica el control de daños y se ve torpe, el
placebo ante el cáncer de la procuración de justicia, la sanción ejemplar a los
agentes para matizar el impacto, la acción que sofoque el repudio social.
Observar a la doctora Serralta gritar, exigir
que se le deje identificarse, la solidaridad de los testigos, la estupidez
reflejada en el rostro de los agentes al saber de su error, define el laberinto
en que se perdió el fiscal.
Peor aún, el atropello criminal en Martínez
de la Torre, y el lenguaje taimado, engañoso, tramposo con que Winckler resume
la agresión:
“Vamos a pedir una orden de aprehensión en
contra de unas personas que se presume llevaron a cabo actos que pusieron en
riesgo la salud de las personas. Más allá se tiene una investigación. Se
obtiene directamente los señalamientos y qué fue lo que presuntamente sucedió.
Vamos a judicializar”.
¿De unas personas —matiza Winckler— que se
presume llevaron a cabo actos que pusieron riesgo la salud de las personas?
No son dos personas. Es “El Sombras”, alias
Miguel Acevedo Escobar, comandante de la Policía Ministerial de Veracruz, y su
acompañante, Venus Margarita Barragán Escandón, una ilustre maestra matona.
Se cuenta en los medios que ambos abrieron
fuego contra Alberto Salcedo y su tío. Eran las 0:30 del domingo 22 y estando
en una fiesta, se produjo una riña. Recibieron varios impactos. Alberto uno en
el abdomen y el brazo.
En su cuenta de Facebook, en un video que él
mismo grabó, Alberto Salcedo acusó directamente a la maestra Venus de haber
disparado contra él. A su tío hirió “El Sombras”.
“El ministerial me disparó —refirió Alberto—.
Me entró la bala en el pómulo a mi tío. Falta que lo operen a él. Me quitaron
una parte del intestino delgado, una parte del intestino grueso y me echaron
líquido en el hígado”.
Winckler decía que dependiendo de la
evolución de las víctimas se dictaminaría si a los agresores se les imputaría
tentativa de homicidio.
Pues ahora será homicidio, sin tentativa.
Alberto Salcedo murió a eso de las 5 de la mañana del martes 24.
Y Winckler tendrá que actuar.
Su policía ministerial es un desastre.
Ante el cese de los agentes que detuvieron
arbitrariamente a la doctora en Boca del Río, salió a relucir la podredumbre.
Una carta que circula en redes sociales evidencia que la Fiscalía General está
como en los tiempos de Javier Duarte.
“Es de saber que el recurso de los vales de
gasolina son sólo para gente allegada al Fiscal General, Jorge Winckler Ortiz
—refiere el texto—. Un ejemplo, la hija de la oficial mayor recibe un dotación
de 5,000 pesos solo para sus vueltas a la plaza y demás mandados.
“Es indignante que se salga a una comisión
fuera del estado y no autoricen viáticos cuando el Fiscal general presume sus
viajes y agasajos en restaurantes de alta cocina del erario público. Realmente
es indignante que la justicia solo sea para unos y no para todos.
“Sin duda hay situaciones que no cambian y no
cambiarán.
“No más humillación por parte de nuestros
mandos. Basta de atropellos y abusos de los que se dicen ser y no son. Sus
puestos son políticos, un sexenio y se van y roban lo que pueden, pero nosotros
seguimos y tenemos que lidiar con el cargo.
“Deberían de pasar y que se informe los
resultados de los exámenes de control y confianza que nos realizan a nosotros;
pareciera que vamos a ingresar o seguir perteneciendo a una institución de
primer mundo, cuando la realidad es otra. Sus salarios sobrepasan por mucho el
nuestro y eso sin contar las regalías y dádivas que reciben en lo obscurito”.
Así, entre ministeriales que atropellan, que
levantan o detienen si apegarse a la ley, o los que matan y huyen, y la tropa
que se rebela, anda Winckler.
Tácitamente, el fiscal ya tocó fondo.
Archivo muerto
Zeus está en prisión. Zeus, un promotor
deportivo, ostenta riqueza, seis equipos de futbol, joyas y dinero, autos
deportivos y una camioneta blindada que fue la pista para su detención. Zeus es
Sergio Murga Sosa, un potentado a quien le atribuyen portar una credencial discreta plaza de trabajo en el ayuntamiento
de Coatzacoalcos, en la regiduría octava, de la que es titular el panista José
Encarnación Uribe Pozos. Su conecte ahí es Silviano Delgado, director del
deporte municipal, aquel futbolista que llegó a la cúspide en el balompié
mexicano y hoy causa pena. Es un tipo querido por los principales operadores
del joaquinismo y allegado al líder transportista, Ramón Ortiz Cisneros.
Intervenido por elementos de la Marina, el domingo 22, Zeus no supo explicar la
procedencia de 50 mil pesos en efectivo y la camioneta blindada en que viajaba.
En el diario Gráfico del Sur le reseñan que dijo ser compadre de Hernán
Martínez Zavaleta, alias Comandante H o El H, el jefe zeta del sur de Veracruz,
preso en el penal federal de Villa Aldama, vinculado a proceso por delincuencia
organizada y secuestro. En el periódico Noreste, editado en Poza Rica,
sostienen que al momento de la detención le hallaron armas y 50 paquetes con
droga. Pero Zeus, el dios de dioses, sólo dice que son notas falsas y que ora
por quienes pretender dañarlo… Sobre Karime sí hay persecución. La persigue la
justicia federal, el odio social, el rencor de los pobres, las iras del
constructor y del proveedor a los que se les dejó de pagar, la inquina de todo
un pueblo, herido, burlado, agraviado por el saqueo de Javier Duarte y su
esposa Karime Macías. Tramita asilo político en Inglaterra, donde reside luego
de entregar al ex gobernador de Veracruz, y desde la isla británica aduce que
lo suyo es asedio del yunismo y no ganas de aplicar la ley. Da la versión el
periódico Reforma, con datos escuetos, aderezados con la información de la red
de prestanombres, las empresas fantasma que cobraban por obra no realizada y
servicio no prestado. Karime Macías sólo quiere ganar tiempo. Sabe que antes de
fin de año —como lo anticipó Loret de Mola, como INFORME ROJO lo planteó— en
noviembre, quizá diciembre, será traída a México. De ahí su solicitud de asilo.
Sólo para ganar tiempo y para ver si para entonces el yunismo azul sigue en el
poder. Son los síntomas de la desesperación… En el sigilo, Jesús Moreno opera
de nuevo para el yunismo azul. Se mueve el ex priista y ex candidato del
PAN-PRD a la alcaldía de Coatzacoalcos en colonias clave, de alta votación,
donde Morena hace tiempo que le viene arrebatando el control al PRI. Opera
Jesús Moreno con lo que puede y sin que el yunismo le corresponda al 100 por
ciento. Su estructura camina como puede, permeando en las zonas donde pueden
enfrentar a Morena. Sólo uno de los seguidores de Jesús Moreno Delgado ha
logrado ser absorbido por el gobierno de Miguel Ángel Yunes: Lezek Lira Cortés.
El resto no califica, no tiene perfil para cargos públicos, o no son
profesionistas o carecen de maestría o especialización. ¿Y acaso Emilio León
sí, el que fue separado de la dirección de la Comisión de Aguas del Estado de
Veracruz en Nanchital por irregularidades administrativas y excesos? Aún así
Jesús Moreno trabaja en la operación electoral hacia la madre de todas las
campañas, la de 2018. Obvio, el panismo que no da una, los que todo lo arreglan
desde el café, los que les da urticaria visitar las zonas marginadas, no lo
quieren ahí… Tip para Wilburn: un Vactor, el de Sandra, cobraba 10 mil pesos
diarios, 300 mil al mes; cobraba por 30 días de servicio pero nunca cumplió al
100. Ese Vactor —unidad para desazolvar drenajes—, con especificaciones fuera
de norma, llegó a acumular seis faltas en un mes, y aún así la Comisión
Municipal de Agua y Saneamiento —o CAEV— Coatzacoalcos realizó pago total. Los
días que no prestó servicio en CAEV, lo hacía en Pemex o en alguna empresa del
área industrial. Eso es fraude. Y ese fraude lo conocía el subdirector de
Administración y Finanzas, Jorge Cuauhtémoc Ursúa Zenteno, y lo consintió. Fue
fraude consentido o fraude cómplice. Hay adeudo que aún reclama el contratista
dueño del Vactor, vinculado a la operadora de Compras en CAEV, Sandra Moreno,
pero el tema del fraude es peor y de mayores consecuencias legales. Es un caso
documentado, irrefutable, que evidencia la podredumbre en el sistema de agua de
Coatzacoalcos. Un caso para el nuevo director de CAEV, José Antonio Wilburn
González, a quien entre otras misiones le encomendó el yunismo erradicar la
corrupción, caiga quien caiga. Ahí los tiene… Uno más para Carlos Vasconcelos.
Un dirigente de gremio ligado al líder de la CTM regional, que cae
violentamente. Es Fidias Anaya, cosido a puñaladas el lunes 23, en su hogar de
la colonia Paseo de las Palmas, al poniente de Coatzacoalcos. Era el vínculo
entre un amplio sector de estilistas y el dirigente obrero, a quien le enviaba
a sus huestes para apoyar con cortes de cabello gratuito en sectores populares.
Es el enésimo allegado a Vasconcelos, o a la CTM, en morir por la vía violenta…