“¡No
oigo, no oigo, soy de palo…”
Jorge
Arturo Rodríguez | 14 diciembre de 2017
Tribuna Libre.- Aún ni empiezan y ya se están dando hasta con
la olla (de presión), escupiéndose descalificativos; apenas si inician las
precampañas y se embarran en el chiquero –¿dónde si no?-; se olvidan de las
propuestas concretas y viables (de las simuladas ya estamos hartos); incluso,
parece que son los mismos escenarios, las mismas palabras y frases preñadas de
vacuidad, los mismos gestos actorales, suaves, a veces severos pero siempre
sonrientes, con miradas hipócritas y cínicas que a poco de observarlos tantito
sabemos que es lo mismo de hace años, nomás que revolcados, “F5” actualizado,
con una potente máquina para hacernos creer, ¡otra vez!, que ahora sí vendrán
el cambio y el México feliz para todos.
Ni a quien irle, ni pa’ donde jalar. Y me refiero desde la presidencia
de la República hasta las alcaldías, pasando por los representantes populares
(¿?), porque a leguas se advierte que no van por el pueblo ni para el pueblo,
van por intereses de grupos y propios. Molino pa’ su “changarro”; migajas pa’
los demás. Mientras más miseria, más senderos torcidos dizque pa’ ayudar, pero
en realidad es para que se enriquezcan unos cuantos o, mínimo, se favorezca un
puñado de familiares y amigos y…
En esta contienda campal electoral –que ya
empezó, ni quien lo dude- habrá incontable lana, numerosos spots, copiosas
mentiras que nos perforarán los oídos, ojos, pensamiento y hasta nuestros
sueños. Habrá que armarse de voluntad para, con la Chilindrina, gritar: “¡No
oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado!”
En cierto modo, nos contaminarán… Sí, contaminarán con su propaganda
cuyo contenido a luego terminen las campañas ni se acordarán, pero el material
usado quedará aún en el ambiente, en el aire y continuaremos en las mismas.
Por cierto, en esto de la contaminación, la investigadora del Centro de
Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Irma Rosas, señaló que “la costumbre de
depositar el papel higiénico con residuos fecales, en un bote dentro del baño,
guardarlo en bolsas y entregarlo a los señores que recogen la basura, es
fecalismo”.
La investigadora agregó que “este hábito se promovió en la época en que
aún existían fosas sépticas en México; sin embargo, desde hace algunos años, a
partir de la construcción del drenaje, la forma de desecharlo cambió. Además,
con el tiempo, los fabricantes han desarrollado un papel higiénico suave y apto
para desintegrarse en el inodoro. Por lo que en realidad, el verdadero daño es
mantener el papel sucio en el baño, pues así se está más expuesto a los
gérmenes presentes en el excremento, que al diseminarse llegan a habitar el
aparato digestivo de los humanos. Entre las bacterias que pueden encontrarse en
el papel son las causantes de salmonelosis, cisticercosis, shigellosis,
yersiniosis, o infecciones por campylobacter y E. coli”. (eluniversal.com.mx,
17-11-17).
Entretanto, el “fecalismo político” se extenderá en las precampañas, y
mucho más en las campañas del próximo año. A cuidarse y protegerse. No vaya a
ser que nos tilden de pendejos, ¿verdad, Gustavo Madero? En todo caso, la
guerra electoral que se avecina es entre cabrones y pendejos. ¿No siempre ha
sido así, al menos en México?
Los
días y los temas
Que Karime Macías de Duarte solicitó la
devolución de varias de sus pertenencias que el actual gobierno estatal
"aseguro" en una bodega de la ciudad de Córdoba. Ajá. Y las madres de
hijos desaparecidos siguen buscando a sus seres queridos.
De cinismo y anexas
Estoy con Graham Greene: “Pienso que la
Navidad es una fiesta necesaria; necesitamos un aniversario durante el cual
podamos lamentar todas las imperfecciones de nuestras relaciones humanas. Es la
fiesta del fracaso, triste pero consoladora”.