* Duele
el agravio, no el delito electoral * “Ya
estamos cansados” * “Penoso, el ataque
anónimo” * Pepe sí puede embestir * PVEM: los infames resultados * El sueño de Chagra se esfumó * Réplica de Vázquez Rigada * La mordaza no * Una notaría postiza * 15 años firmando a nombre del notario
titular
Mussio Cárdenas
Arellano| 15 Junio de 2017
Tribuna Libre.- Pilmama y nodriza, Pepe Yunes alza la voz por
Héctor Yunes, el otro senador, el otro dueño del PRI, deplorando el ataque y la
diatriba, el infundio y la descalificación. A menos que el que embista sea él.
Sensible su piel, lo hiere el video y el
escarnio en las redes sociales, el audio en que Arturo Bermúdez Zurita, el
falso general del duartismo, revela el trafique de dinero público hacia la
campaña del PRI, el fallido intento por retener el gobierno de Veracruz, en
2016.
Describe el audio, y en él la voz del
secretario de Seguridad, un desvío de recursos descomunal, mil 300 millones de
pesos, para impulsar a Héctor Yunes y de ahí pagarle la candidatura al entonces
líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones.
Se escucha la mecánica de la operación, los
dineros movilizados, la mano de Javier Duarte, los recursos arrancados al
erario de Veracruz.
Pero eso, según la tesis de Pepe, el senador,
no cuenta.
Cuenta el agravio a Héctor Yunes, el oriundo
de Soledad de Doblado, la imputación y el daño moral, no el desvío del dinero,
lo robado a las arcas públicas, ni el delito electoral.
“En Veracruz —cita con tesón— ya estamos
cansados de descalificaciones. Queremos trabajo, resultados, un ambiente de
concordia”.
Increpa a quien desde las redes —obvio, el
yunismo azul— urdió el embate mediático, los titulares en los medios de
comunicación y la estridencia, acribillando a Héctor Yunes por los mil 300
millones con que presuntamente operó su fallida campaña al gobierno de
Veracruz.
“Me parece que es sumamente penoso que se le
involucre sin ninguna prueba, a través del anonimato, como una forma de tratar
de descalificar a los adversarios”, recita el amo y señor de Perote.
Y apunta:
“Ya estamos cansados de las descalificaciones.
Queremos trabajo, resultados, un ambiente de concordia, y lamentablemente no se
nota que haya interés por parte de todos los actores políticos para lograrlo.
Eso lo que pretende generar es estridencia mediática y lastimar y no se vale”.
Sus palabras no van al aire. Su destinatario
es Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador de Veracruz, de magros resultados,
intrascendente su gobierno, estacionado en los ritmos de campaña cuando ya le
comió el tiempo la cuarta parte de su gestión.
No malo, malísimo, el gobierno yunista no
mitiga la deuda pública, los adeudos con proveedores y constructores, la
violencia de los cárteles, las ejecuciones, la sangre de los inocentes y las
fosas clandestinas.
Gobierna a medio gas Yunes azul mientras al
tema electoral le enfoca todo. El Peje es un desequilibrado. El Peje es un
corrupto. El Peje ataca al Ejército. El Peje está coludido con el crimen
organizado. Y ahí se le va la función.
Letal, el audio de Bermúdez pulveriza a
Héctor Yunes. Pidió 2 mil millones y le dieron mil 300 millones. Y Pepe Yunes
se indigna porque es anónimo.
Del delito electoral que implica el uso de
recursos públicos en una campaña, nada dice José Francisco Yunes Zorrilla.
Enfatiza que el ataque a Héctor Yunes es
anónimo. No hay prueba. No hay rastro del dinero desviado, como si los truhanes
suscribieran sus fechorías, como si un defraudador deja escrito cómo se apropió
de lo ajeno.
Ha de saber Pepe Yunes que el audio es real.
Es Bermúdez quien dialoga con un operador cercanísimo a Yunes azul, revelando
detalles del saqueo, las ligas del duartismo con el crimen organizado, el
enriquecimiento de Javier Duarte y la recuperación de propiedades.
A cambio, Bermúdez tarde o temprano tendrá
inmunidad.
Pepe Yunes también pega. Por ejemplo, el 11
de febrero, hizo trizas a Yunes Linares. Lo confrontó con su realidad, la
debacle en seguridad, los 60 días que no sirvieron para acabar con los malosos
y reducir la violencia como ofreció en campaña.
Por cada muerte y secuestro que hay la
entidad —pregonaba Pepe Yunes— se debilita el gobierno en la percepción de la
ciudadanía.
Y apuntaba que el tema de la violencia, la
acción de los cárteles, no debía politizarse, no debía convertirse en botín
político.
“A mí me parece que ya hay elementos para
percibir que en algunos rubros y en algunas líneas de la actividad pública,
personalmente yo esperaba que ya hubiese mejor mejores resultados. No estoy
hablando del tema de la inseguridad y la violencia que se ha incrementado, que
reitero, no voy a politizar ese tema y sí pondré disposición para tratar de
resolverlo, porque reitero que el tema de inseguridad va acompañado del dolor
de la gente que lo padece y disminuye a todo el estado de Veracruz, no sólo a
quien lamentablemente lo experimenta”.
Y agregó: “En los casos de actividad
económica, por ejemplo, si estamos esperando las medidas que permitan superar
el déficit mensual en gastos de operación del estado que ha dejado en buena
medida la espiral de deuda y el crecimiento de obligaciones financieras, en los
últimos años y en los cuales no hemos visto, todavía, que haya un
reconocimiento, y este sentido hemos también notado muchas contradicciones”.
Citó un ejemplo: en los primeros días del
gobierno yunista se salió a descalificar la reestructuración de la deuda, y
tiempo después se sale a pedir el apoyo de todos los actores políticos para
llevarla a cabo.
Pepe Yunes no daba tregua: “Se criticó el
endeudamiento y luego se reviró”. Yunes amagó con suspender el acuerdo con
coordinación fiscal con Hacienda federal, pero luego ni se acordó.
Héctor Yunes ha sido igual. Dos cortes le ha
hecho a Yunes Linares: los fallidos 100 días de gobierno y los fallidos seis
meses de gestión.
Lo suyo es la descalificación, la ironía, la
amenaza, el rencor.
Decía el 31 de mayo:
“En esta materia estamos peor que con
Duarte”, “en este tiempo se han cometido en promedio más de 100 homicidios
violentos al mes, lo que equivale a 4 al día y que cada seis horas un veracruzano
sea victimado ante la incapacidad del supuesto experto en seguridad. La
principal bandera de campaña de Miguel Ángel fue, que el primer día de su
gobierno, metería a la cárcel a Duarte”; “ahora, después de que fue la
Interpol, apoyada por las autoridades de Guatemala, quien lo detuvo, a petición
de la PGR y por una denuncia de la Auditoría Superior de la Federación, el
Gobernador trata de colgarse esta
medalla”.
Fue su corte de caja.
Iba en esa tónica cuando surgió el audio de
Bermúdez, y su voz que evidenció el saqueo, el desvío de recursos, mil 300
millones de 2 mil millones que exigía, para su fallida campaña al gobierno de
Veracruz.
Acusa Héctor Yunes que el video tiene las
huellas dactilares de su primo Miguel Ángel. Por supuesto. Yunes azul golpea y
no deja la interpretación al aire. Fue él.
Hoy, Pepe Yunes da la cara por Héctor. Lo
acuerpa y exige cesar la descalificación, el golpe desde un anonimato. Este
audio, sin embargo, no es casual. Trae el sello del yunismo azul.
El audio de Bermúdez es real, más amplio, no
los 2:06 minutos que se ven en Youtube, con detalles de la mano voraz de Javier
Duarte, su pandilla, el priismo que viéndolo robar, se lo permitió.
Pilmama y nodriza, Pepe Yunes alza la voz por
Héctor Yunes, el otro senador, el otro dueño del PRI, deplorando el ataque y la
diatriba, el infundio y la descalificación. A menos que el que embista sea él.
Le duele agravio a Héctor, no el delito
electoral.
Archivo muerto
Infames los resultados del Partido Verde
Ecologista de México en Coatzacoalcos. Ni una regiduría. Sólo 2 mil 8 votos,
superados por Nueva Alianza, Movimiento Ciudadano, PRD y el independiente
Esteban Valles. Supera con poco al Partido Encuentro Social y al PT, que al
paso que van terminarán refundiendo al PVEM en subsuelo electoral. ¿Qué frustró
la meta de Roberto Chagra Nacif de ser regidor? El codo y la uña, la intriga y
el golpe tan bajo como artero, el desdén por las promotoras priistas, a las que
un día se les agraviaba y al otro también. Partido Verde y alarma roja. Cuentan
los insiders en las cúpulas estatal y nacional que para 2018 se requiere un
partido que camine, no que se eche; que no huela a corrupción, que sea una
alternativa electoral. Chagra y el PVEM no encuadran ahí. Menos cuando se
transpira el tufo de la fidelidad, la podredumbre del duartismo y al vocación
por engañar. Sin el PVEM no quiere terminarse de hundir, habrá que exorcizarse
ya… Réplica de Fernando Vázquez Rigada a lo aquí escrito en torno al video que
circula en Youtube, en el que se le involucra, vía un par de fotografías, con
el affaire Bermúdez Zurita-Héctor Yunes y los mil 300 millones que
presuntamente habría allegado el ex gobernador Javier Duarte a la frustrada
campaña del senador priista en 2016. En cuatro puntos sostiene su réplica
Vázquez Rigada: “1. Nunca recibí dinero de Javier Duarte o su gobierno durante
la campaña electoral. Tampoco manejé un solo peso durante la campaña; 2.
Colaboré como consultor político en la campaña, siendo mis funciones muy
particulares y alejadas de cualquier actividad administrativa o de
movilización, como falsamente se ha divulgado; 3. No milito en el PRI, ni
asesoré a ese partido; 4. En el audio que se exhibe en ningún momento se menciona
mi nombre. Mi foto aparece en la edición del mismo, no en las presuntas
declaraciones que se divulgan desde el anonimato, y 5. Los señalamientos que se
hace en su columna me infieren daño moral, por lo que le ruego hacer la
aclaración respectiva y eliminar de su columna cualquier referencia a mi
persona”. Coincidencia casi al 100 por ciento. En el audio —supuestamente es la
voz de Bermúdez— se menciona el nombre “Fernando” como uno de los repartidores
de dinero de origen público, no Fernando Vázquez Rigada. En ese punto, se
observa su fotografía y su nombre. Así se precisa en la columna anterior.
Montado en la red social Youtube, el video adquiere estatus de asunto de
“interés público” y, por lo mismo, de manejo periodístico. Pero la solicitud de
Vázquez Rigada de “eliminar de su columna cualquier referencia a mi persona”,
es inaceptable. Se equipara a una mordaza. La última resolución de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación establece que “el derecho de réplica no debe
concebirse como un elemento reparador de agravios, sino como un complemento de
la libertad de expresión”. La misma Declaración de Principios de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos establece que “la imposición arbitraria de
información y la creación de obstáculos al libre flujo informativo, violan el
derecho a la libertad de expresión”. Y todo ello, van casi 9 mil reproducciones
en el video “Bermúdez le hace corte de caja a Héctor” y Vázquez Rigada no le ha
pedido a Youtube bajarlo de la red. He aquí la liga: https://www.youtube.com/watch?v=o373Mn-DgFk.
¿Por qué?… Sin título, por 15 años, fue notaria postiza. Estampaba su firma en
escrituras y poderes, actas y todo instrumento que por ley sólo debió firmar el
notario titular. De su puño, la notaria postiza suscribió documentos apócrifos,
títulos que no le dan seguridad jurídica a dueños de casas y terrenos, empresas
o bienes que sirvieron para garantizar créditos bancarios u operaciones de pago
en el SAT. Por 15 años, Teresa, la notaria postiza, realizó negocios con un
joven notario de Cosamaloapan hasta que la ambición los enfrentó. Una
operación, entre por lo menos 3 mil, la tiene a las puertas de Duport, el
penal. Otra operación —herencia y despojo en una familia de rancio abolengo— le
augura al nuevo notario, el que avaló tantos y tantos documentos apócrifos, un
futuro en prisión. Será un Madrazo brutal…