* Yunes
advierte a ediles * Tendrán que asumir
la seguridad * El de Coatza salió
respondón * Manuel Huerta: doble
discurso * 13 mil millones para la
prensa duartista * El silencio que
enriquece * Diputada de Morena
caravaneada por Yunes * Al frente de
Pemex, especialista en alimentos * Catastro:
el capi Ruiz ya se ve * Notarios le
huyen
Mussio
Cárdenas Arellano| 02 diciembre de 2017
Tribuna Libre.- Con Morena, sobre todo con Morena, Yunes es
cáustico. Avizora para sus alcaldes un escenario inédito, enfrentando al crimen
organizado, la violencia sin freno, el baño de sangre, la guerra de los
cárteles y el poder del miedo. Un infierno.
Solos van a encarar a los capos y sus
sicarios, al que reclama el derecho de piso y mata, o al que secuestra sin una
pizca de piedad, o al que por calentar la plaza esparce los pedazos de sus
víctimas en las calles, o al que siembra muerte y se mueve en la impunidad.
Solos, los alcaldes de Morena, diseñarán la
estrategia que devuelva la paz a los municipios que gobiernen y operarán, si es
que tienen con qué, las tareas preventivas, la policía de proximidad, el
desmembramiento de las bandas, detectando modus operandi, áreas de acción,
quiénes los lideran, a quiénes corrompen para burlar la ley.
Lo malo es que no tienen con qué.
Y Yunes lo sabe. Y les endosa el pagaré
social. Y les mete el alacrán en la almohada.
Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador de
Veracruz, es cáustico con Morena. Y Morena con Yunes, igual.
Morena le da con todo a Yunes en temas de
seguridad y Yunes les responde con la entrega de las policías a los alcaldes
que habrán de gobernar Coatzacoalcos, Xalapa, Poza Rica y Minatitlán en 2018. Y
que sometan a los capos.
Morena, el pejepartido, resalta que Yunes
está reprobado en seguridad, que su estrategia es fallida, que lo avasalla la
ola de violencia, la brutalidad de los cárteles, el tiradero de cadáveres, unos
en bolsas y otros mutilados, con mensajes y amenazas contra halcones y sicarios
rivales, contra el secretario de Seguridad de Veracruz y jefes policíacos.
Se mofa el Movimiento de Regeneración
Nacional del gobernador por su promesa de campaña, los seis meses en que
devolvería la seguridad y la tranquilidad a los veracruzanos, de los drones que
tardaron en ser vistos, de los cuerpos policíacos cuyas cabezas siguen siendo
los mismos con los que operó el gobierno duartista.
Un día sí y otro también, se escucha el
parloteo de Rocío Nahle, la coordinadora de Morena en la Cámara de Diputados. Y
en su canto se oye la demanda de que el CISEN venga a Veracruz a acabar con la
ola criminal. ¿Sabrá la ingeniera química a qué se dedica el Centro de
Información y Seguridad Nacional, la división de espionaje del régimen
peñanietista?
Otro día se exhibió con una supina ignorancia.
Exigió que vinieran el FBI y hasta la KGB a investigar quién le puso el dinero
en las manos a la ex candidata de Morena a la alcaldía de Las Choapas, Eva
Cadena, un videoescándalo que le restó votos al pejepartido. ¿Por qué no le
contaron que la KGB fue desmantelada por el gobierno ruso en 1991?
Su nueva canción es el corrido del
comisionado de seguridad para Veracruz. Y Rocío Nahle no sale de ahí. Seguro la
mafia del poder, el PRIANPRD, como los tilda el Dios Peje, se lo va a conceder.
Como se le vea, el regodeo es genial. Y el
show, mejor. Así haya sangre y miedo, desaparecidos y ejecutados, el tema es
políticamente rentable.
Y no queda ahí.
Punza el líder estatal de Morena, Manuel
Huerta Ladrón de Guevara, con su demanda de que sean los alcaldes quienes
asuman la seguridad de sus municipios, que es mandato constitucional.
Y luego sale que no.
“Los alcaldes deben hacerse cargo de la
seguridad de los ciudadanos —expresó el 26 de junio de 2017— de acuerdo con el
artículo 115 constitucional porque el encargado directo de la seguridad de los
ciudadanos de un municipio es el alcalde y, al menos en Morena, pedimos que
sean nuestros alcaldes quienes atiendan la seguridad de sus poblaciones”.
Y de paso, que se vaya Yunes azul y su
secretario de Seguridad azul, Jaime Téllez Marié:
“No han cumplido y no han podido con la
inseguridad. Deben renunciar, deben irse”.
Luego vendría el reversazo. Les cayó el
veinte después. Y uno de los ediles electos de Morena, Hipólito Rodríguez, de
Xalapa, se indignó con el presidente municipal saliente, Américo Zúñiga, por la
aceptación del regreso de la policía municipal.
Morena vio lucro político en la violencia que
devora a Veracruz. Es rentable exacerbar la furia social por la promesa
incumplida de Yunes en materia de seguridad. Desacredita al gobernador y resta
votos para la macro elección de 2018. Acusar, pues, genera adeptos.
Lo que no previeron fue que Yunes les
endosara las tareas de seguridad. Y con ello el riesgo de perder votos.
Lunes 27, otra escaramuza. Exhibe el gobernador
a los alcaldes que desairaron la reunión del Grupo de Coordinación Veracruz,
encargado del combate al crimen organizado. Y arremete contra Morena.
Habla de Víctor Manuel Carranza Rosaldo
—¿”cómo se llama” mi hija?—, de Coatzacoalcos; Nicolás Reyes Álvarez, de
Minatitlán; Francisco Javier Velázquez Vallejo, de Poza Rica, e Hipólito
Rodríguez, de Xalapa. Y de paso exhibe al priista Ponciano Vázquez Parissi, de
Cosoleacaque, cuyo hermano Cirilo será su relevo.
Y les detona:
“El Grupo de Coordinación valorará si ante la
inasistencia y falta de compromiso de estas personas, de estos servidores
públicos y futuros servidores públicos, decidimos, en reuniones posteriores,
entregarles la responsabilidad del manejo de la seguridad pública a las
personas que tomarán posesión el día primero de enero.
“Del tal manera que, si ellos no acuden a las
reuniones a las que son convocados para coordinar los esfuerzos de los tres
órdenes de gobierno, en esta tarea que es sustantiva, entonces que se hagan
cargo directamente de esta responsabilidad; lo que no implica que dejemos de
cumplir con nuestro compromiso de apoyar en las tareas que ellos lleven a
cabo”.
Replica Víctor Carranza —¿“cómo se llama” mi
hija?—, exigiendo respeto. Por cuestiones de agenda, dice, no pudo asistir.
Tenía otro compromiso. Y ofreció lo insólito: que enviaría a su asistente. ¿Y
la síndica Yazmín Martínez Irigoyen no debió ser su representante?
Se engalla el líder estatal de Morena, Manuel
Huerta, y acusa que son bravuconerías de Yunes, montando una cortina de humo
ante la crisis de inseguridad.
“Osa amenazar a los futuros alcaldes con
desatender las obligaciones a su cargo en materia de seguridad pública para
proteger a los habitantes de los municipios. De cumplir sus amenazas, estaría
violentando la autonomía municipal, además de violar la Constitución y la Ley
Orgánica del Municipio Libre del Estado de Veracruz en materia de seguridad
pública; pero sobre todo, los veracruzanos quedarían expuestos a un mayor nivel
de indefensión ante la delincuencia y el crimen organizado. Lo anterior se
expone con fundamento en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Veracruz, en
donde se delimita el marco legal respecto a las facultades y responsabilidades
de los ayuntamientos y del presidente municipal en materia de seguridad
pública”.
Y plantea un plazo razonable para construir
nuevas fuerzas de seguridad, “con un calendario realista para capacitar una
policía confiable”; que se precisen de modo transparente y público los
recursos, equipos e infraestructura, que el gobierno del estado esté dispuesto
a transferir a las nuevas autoridades municipales electas, y que se precisen
los marcos normativos bajo los cuales se configuran los nuevos mandos policiales:
son facultades municipales, pero ahí donde se requiere una gestión
metropolitana es indispensable establecer el diseño institucional de seguridad
necesario para atender a esas zonas conurbadas”.
Reacción tardía. Primero Morena exigió que
sus alcaldes asumieran las tareas de seguridad y luego rechazan que Yunes les
endilgue la bronca de los cárteles, el escenario de violencia y miedo.
Y a enfrentar a los capos y sus sicarios.
Archivo muerto
Bien maiceada, la prensa duartista se jodió
13 mil millones de pesos en el sexenio del saqueo. Y sirvió para un carajo. Vía
convenios de publicidad, vía chayotes, vía dádivas descomunales, fueron
corresponsables del atraco al gobierno veracruzano. Atiborrados de dinero y
prebendas, becas y cargos públicos, su tarea fue aplaudir y callar, vociferar
que Javier Duarte era una lumbrera cuando se trataba de un truhán, un mago de
las finanzas cuando creaba empresas fantasma para la extracción de miles de
millones del erario que fueron a parar a empresas de papel, los negocios
inmobiliarios donde la única voz que mandaba era la de Karime Macías, su mujer.
Da la cifra, los 13 mil millones, el vocero del gobierno de Veracruz, Elías
Assad Danini, ante el Congreso estatal, detallando el saqueo año por año. En
2011, María Gina Domínguez ejerció mil 580 millones 154 mil 186 pesos; en 2012,
ordenó el pago de 2 mil 500 millones 741 mil 789 pesos, y en 2013, ejerció mil
717 millones 485 mil 093 pesos: en 2014, Gina y el Cisne Alberto Silva Ramos,
se ejercieron 2 mil 747 millones 030 mil 333 pesos; en 2015, Silva y Juan
Octavio Pavón ejercieron la cantidad de 2 mil 417 millones 704 mil 497 pesos; y
en 2016, con tres titulares —Alberto Silva, Juan Octavio Pavón e Irma Chesty—
la Coordinación de Comunicación social liberó pagos por 2 mil 500 millones 741
mil 689 pesos. En total “hasta hoy”: 13 mil 009 millones 166 mil 881 pesos.
Lloran y ladran los mercachifles de la información por esas dádivas a las que
los acostumbró Javier Duarte, al saqueo que les llenó los bolsillos, que les
engordó las cuentas bancarias, que les amarró la lengua seis años, y los que ya
habían callado con Fidel Herrera, el ex gobernador, se convirtieron en
cómplices del atraco a Veracruz. Hoy anhelan el regreso de la casta política
podrida, el priismo despiadado y criminal, los rateros y los socios de los
zetas, y de los Golfos y del Cártel Jalisco Nueva Generación. Prensa-basura, se
llevó 13 mil millones de pesos por encubrir la rapacidad de Javier Duarte y su
gang. Prensa-basura que no le sirve a nadie. Su amo, el ex gobernador, hoy
pernocta en el Reclusorio Norte. Y ellos, los chayoteros del silencio, rumiando
sus nostalgias. Ya se embolsaron 13 mil millones y quieren más. Qué infames…
Siga en Morena o no, July Sheridan ya orbita en el yunismo azul. Insiste,
necia, según la definió el gobernador Yunes, se empeñó en la reconstrucción de
la autopista Coatzacoalcos-Minatitlán y ahí va. Sobre la diputada de Morena por
el distrito de Minatitlán centró Miguel Ángel Yunes Linares un discurso con
filo. “Esa es una muestra también —dijo Miyuli—, de que viniendo de otro
partido, en su caso, habiendo sido postulada por Morena, no está de acuerdo en
posiciones radicales que simplemente son posiciones rupturistas; ella está de
acuerdo en posiciones que impliquen el beneficio de la comunidad y que dejen a
lado los temas de partido”. Y los demonios se soltaron. Que si Miriam Judith
González Sheridan deja Morena, que ya es de Yunes, que si traiciona al Peje,
que si es ingrata, que si Rocío Nahle pierde una pieza. Y July Sheridan no aclara
ni precisa. Crucificada por las hordas pejistas, le queda irse. Haber asistido
a un evento yunista, ya es sacrilegio. Así se quede en Morena, ya tiene sello,
y es el del gobernador. Apuntaba a ser candidata de Morena a diputada Federal
por Minatitlán. O la vetó Rocío Nahle, la coordinadora del pejepartido en la
Cámara de Diputados, incansable en su empeño de imponer a sus comadres en todo
cargo de elección popular, más o menos como Gloria Rasgado, a la que por eso
mismo se la comía viva… Kuwait, Arabia Saudita, Estados Unidos, Noruega y
muchos más encomiendas su industria petrolera a especialistas a, valga la
redundancia, petróleo; Pemex no. Deja el cargo un economista salinista, José
Antonio González Anaya, y entra al relevo un especialista en ingeniería de
alimentos, Carlos Treviño Medina. Asume González Anaya, alias el “Mata
coyotes”, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, tras la renuncia de José
Antonio Meade, virtual candidato del PRI a la Presidencia de México, a quien le
espera una sonora derrota en la elección de 2018. Su relevo, Treviño Medina fue
director corporativo de Finanzas, y en dos ocasiones, director corporativo de
Administración en la ex paraestatal, hoy empresa productiva del Estado. También
ocupó la Oficialía Mayor de la Secretaría de Economía, subsecretario de Egresos
de la SHCP, director de Financiera Rural y directora de Finanzas del IMSS. Lo
relevante no es que sea un ilusos. Lo picante es que sea ingeniero en
Industrias Alimentarias con maestría en ciencias “especialidad ingeniería de
alimentos”. Ha de ser parte de la reforma energética… Come ansias el capi Ruiz
Velasco, pregonando que Catastro es suyo. Desbordado, el empresario
inmobiliario, con fama atroz, mal visto entre notarios e instituciones, ya se
ve en la Tesorería municipal del ayuntamiento que a partir de enero de 2018
encabezará el PRI-Morena, los Hillman y su banda, mancornados con las huestes
de Andrés Manuel López Obrador. Poco hay bueno del capi Ruiz Velasco y no es
para destacar. Sábese de tretas y maniobras, las pilladas de Tiburcio, que
dejaron a una familia sin hogar, apropiándose hasta de lo que no estaba en
juicio, de medio terreno al margen de la ley. Su negocio inmobiliario provoca
urticaria entre notarios, y en el Infonavit ni se diga. Con ese bagaje estaría
despachando en una área crucial, la Dirección de Catastro, donde se permea el
municipio, donde se detectan qué terrenos están activos y cuales en el olvido,
los que pueden ser adjudicados vía juicios por prescripción positiva y los que
nadie va a reclamar ya. Si en los días de Iván Hillman como alcalde las áreas
verdes de la colonia Petrolera fueron vendidas sin enterar al Congreso de
Veracruz, y los terrenos del estacionamiento de la Mega Comercial se hallaban
en el limbo legal, y Marcelo Montiel lo tuvo que enmendar, lo que está por
venir con el capi Ruiz Velasco ahí será peor…