* Nepotismo azul *
Hacienda del Estado, Registro Civil, Itesco
* No tiene grupo * Engañó a
Yunes * Fidel, investigado * Medicamentos apócrifos en su sexenio * Bermúdez: matando camellos * Arde Morena
* Tea y Rotter, ¿enviados? * Los
91 mil mensuales de la consejera *
Reportera bajo espionaje
Xalapa, Ver. | 21 febrero de 2017
Tribuna Libre.- Sin grupo, sin fama, Edel
Álvarez trepa a los suyos al poder, a su familia aunque no sepan gobernar, a
sus amigos, a sus compadres, a sus empleados, convencido el “magistrado” que,
como en la justicia, echando a perder se aprende.
Su última gesta es llevar a
su hermano Lorrimer Álvarez Peña a la jefatura de la Oficina de Hacienda del
Estado en Coatzacoalcos, sin horas de vuelo en el servicio público, visto como
rémora del clan, intendente de Diario de Acayucan, periódico de la cadena que
detenta el presidente del Poder Judicial de Veracruz.
Lorrimer, el menor de la
familia Álvarez Peña, integrada por Edel, Jorge, Mery y Silvio, ha sido
director de Diario de Acayucan desde 2003, sin ser periodista, sin dar teclazo,
sin que se le conozca un reportaje, sin lustre en las letras, sin dar cabida a
la lucha social.
Lo suyo es el negocio de la
información. Así: el ne-go-cio, el convenio con gobiernos y alcaldías, los
ganaderos y el comercio, los partidos y los candidatos, las planas y las gacetillas,
lo que da dinero y fortuna, que hicieron de Diario de Acayucan uno de los
puntales del emporio de papel del magistrado Edel Álvarez Peña.
No es la información
crítica, ni el análisis que cimbre, ni la revelación oportuna. Lorrimer Álvarez
fue en el consorcio de su hermano sólo un alfil más, sin ofrecer información de
calidad ni espacio para los desposeídos. El convenio supone el aplauso, el pago
implica sumisión.
Llega el viernes 17 a la
Oficina de Hacienda del Estado en Coatzacoalcos, donde dice hay abandono,
desorden, falta de atención. Seguro nadie le explicó —ni Lorrimer se paró por
ahí a realizar trámite alguno— que la automatización de los servicios, el pago
de tenencia vehicular, de impuestos y contribuciones, todo se realiza en línea,
o en los bancos, o en las tiendas Oxxo. Todo se concentra en las cuentas de la
Sefiplan. El titular es sólo un figurín.
Patética su ignorancia,
exhibe la faceta que es vox populi en torno al hermano menor del magistrado
Cara de Muela, mote con el que el columnista Rolando Quevedo Lara bautizó a
Edel Álvarez: no tiene idea en qué mundo le tocó vivir.
Su nombramiento retrata el
vacío político en que se mueve el presidente del Tribunal Superior de Justicia
del yunismo azul. Nadie circunda al magistrado. Ni sus fieles, que pronto
huyeron, quisieron volver, robado su grupo por Marcelo Montiel, en 1994, tras
la derrota en la diputación federal.
Se fue Segundo Grajales, su
alfil político, hoy alcalde de Puente Nacional, primo de Marcelo Montiel
Montiel, a quien Edel le diera empleo, subdirector de Liberal del Sur, su
periódico, sin ser periodista, regidor en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y
luego sintió en la espalda el filo de la traición.
Se alejó Maritoña García
Cortés, ex jefa de publicidad en Liberal del Sur, el periódico líder en el
consorcio, contadora pública, empresaria, exitosa en su negocio de relax
femenino, el masaje, las cremas, el rejuvenecimiento personal, el spa con el
que se vuelve a nacer.
Maritoña fue también
regidora en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, y de ahí brincó al grupo de
Marcelo Montiel, engañada, sorprendida, creyendo que sería lideresa del PRI
municipal, esperando que algún día las promesas de sus nuevos patriarcas se
hagan realidad.
Fue de Edel, de Marcelo, de
Víctor Rodríguez, al que siguió en la derrota en la contienda por la diputación
federal en 2016; de Jesús Moreno, hoy aspirante a candidato del PAN a la
alcaldía de Coatzacoalcos.
Colocó el insigne magistrado
Cara de Muela a Nora Edith Torruco Vera, concuña de Lorrimer, en el Registro
Civil de Coatzacoalcos, sacudiendo a la estructura política, no por oponerse al
relevo sino por la falta de perfil de la nueva titular.
Una versión entre los
reporteros afirma que la primera expresión de Nori Torruco fue preguntar cuáles
actas de nacimiento se cobran y cuáles no.
Nori Torruco es hermana del
ex alcalde de Agua Dulce y actual director de Educación Tecnológica del
gobierno yunista, Alejandro Torruco Vera, a quien en medios de prensa afirman
que le fueron dadas las llaves del reino, suya la decisión de quiénes serán los
candidatos del PAN a las alcaldías en el sur de Veracruz. De ahí el caos.
Alejandro Torruco Vera es un
político especial. Por sí mismo logró posicionarse políticamente en Agua Dulce.
Mediante alianzas escaló, gestó un nombre, creció hasta lograr la postulación
por el PAN y finalmente ser alcalde.
Si fuera el factotum de la
sucesión, su cuñado y esposo de Nori Torruco, Juan Manuel Rodríguez Caamaño,
sería ya el candidato del PAN. Pero no lo es.
Edel Álvarez le da a los
familiares directos, a los parientes políticos, a los amigos y a los compadres,
quizá el más querido Andrés Cruz Ibarra.
Desde sus tiempos de juez en
Coatzacoalcos, Andrés Cruz Ibarra sabía, percibía lo que Edel Álvarez llegaría
a ser. Y atinó.
Alcanzó Cruz Ibarra la
magistratura en el Poder Judicial de Veracruz y ahí esperó a Edel, quien logró
acceder de la mano de Fidel Herrera Beltrán, en 2010, provocando la ira de los
magistrados con formación, magistrados con carrera, magistrados reales.
Aquella frase de Yolanda
Cecilia Castañeda Palmeros lo dijo todo: “Ahora cualquier pendejo puede ser
magistrado”.
No se sabe a quién dirigió
el dardo. Con Edel Álvarez llegó Fernando Charleston Salinas, ambos
alemanistas. O quizá a los dos.
Cruz Ibarra es hoy el
operador de lujo de Álvarez Peña. Con él se da el contacto con todos los jueces
del estado, con él se reportan, a él halagan, a él se deben nombramientos y
disimulo.
A María Inés Núñez Monreal,
ex contralora del consorcio periodístico, la envió al Instituto Tecnológico
Superior de Coatzacoalcos, donde encontró un caos, escenario de conflicto y
violencia verbal, donde manda la mafia sindical, donde gobierna el ex director
y ex dirigente del Sindicato Único de Trabajadores del ITESCO, Ricardo Orozco
Alor, servil al ex gobernador interino de Veracruz, Flavino Ríos Alvarado,
presunto amigo y socio de Edel Álvarez. Sólo presunto.
Ex gerente de Liberal del
Sur, ex tesorera municipal, María Inés Núñez fue la tercera regidora del grupo
edelista… y la última.
Capotea hoy el vendaval, más
tiempo parado el Itesco que en funciones, boicoteada por Ricardo Orozco y su
gremio, que exigen salarios atrasados, liquidaciones, lo que sea para mantener
sin actividad a la institución. La enviaron a la guerra y no le dieron armas.
Sin grupo político, Edel
Álvarez echa mano de parientes, amigos, compadres, empleados para enfrentar el
reto de operar para el yunismo, con el que reñía cuando desde el Liberal del
Sur era aplaudidor de Miguel Alemán, Fidel Herrera y Javier Duarte, hasta que
su consorcio se pulverizó.
Fue negocio aplaudir y
cobrar, perdiendo lectores y sobre todo credibilidad. Llegó la insolvencia, el
adeudo, el conflicto con Javier Duarte y arrancó el pataleo.
Inútil despertar del
magistrado Edel Álvarez, cuando Liberal del Sur enfrenta conflictos internos,
reduce páginas, paro de labores, reclamo de reporteros, ninguneado por la
opinión pública, ignorado por la clase política.
Con el señuelo del consorcio
de papel, engañó a Miguel Ángel Yunes. Con el cuento de un grupo político, le
da trabajo a la familia.
Si los Yunes van por todo
—Miyuli gobernador, Fernando alcalde de Veracruz, Chiquiyunes próximo
gobernador— por qué los Álvarez-Torruco-Caamaño no.
Así es el nepotismo azul.
Archivo muerto
A tuitazos se defiende Fidel
Herrera. En Twitter, a distancia, temeroso, el ex gobernador sostiene que
coincide con la Cofepris (Comisión Federal para la Protección de Riesgos
Sanitarios) en que en su gobierno sólo se detectó una muestra del medicamento
Avastin, que no se aplicó en enfermos de cáncer. Las otras 20 muestras
corresponden al sexenio de Javier Duarte, el rata, el prófugo. ¿Y eso exime de
responsabilidad a Fidel? Quedó claro que en su gobierno se adquirían medicamentos
apócrifos, clonados, falsos, usados cuyo fin era atender enfermos de cáncer. Se
detectó una muestra. ¿Y las que no se detectaron? ¿Las que se aplicaron como
cualquier otro medicamento, obviamente sin resultado a favor porque carecían
del componente para enfrentar la enfermedad? Vergonzosamente a tuitazos se
defiende Fidel Herrera, el mismo que desde Barcelona, aún cónsul, con estilo de
merolico, ofrecía venir a Veracruz a defender el prestigio de médicos y
enfermeras, usándolos a ellos y a los niños con cáncer como escudo moral ante
la denuncia que le enderezó su rival y odiado enemigo, el gobernador Miguel
Ángel Yunes Linares. ¿Por qué a tuitazos su alegato y por qué desde la ciudad
de México? Sabe Fidel que si viene a Veracruz terminará como reo en Pacho
Viejo, quizá en el penalito de Playa Linda, o remitido a un Cereso donde lo
recibirán con mariachis y pachanga Los Zetas, a los que dejó pasar, actuar y
adueñarse, vía la fórmula de la violencia, de Veracruz… Buen show el del
abogadazo Fidel Ordóñez, despedido por el falso general Arturo Bermúdez Zurita:
“En medio del desierto del Sahara, te volteas y le pegas un tiro al único
camello que llevas, porque te vio mal, te sacó la lengua”. Si no la pronuncia
Fidel Ordóñez, seguro lo habría hecho Zaratustra en su apartado de jerga
judicial. Todo porque el ex secretario de Seguridad Pública del duartismo lo
relevó del caso, impotente el abogado ante los reveses que le asestó el Poder
Judicial de la Federación, otorgando suspensiones dentro de lo juicios de
amparo que interpuso tras su detención, acusado de enriquecimiento ilícito.
Hace 12 que debió salir para enfrentar el juicio en libertad, pero el vaticinio
de Fidel Ordóñez no se cumplió. Y así, Bermúdez Zurita, al que de un momento a
otro le enderezarán las consignaciones por desaparición forzada, complicidad en
levantones y asesinatos, incumplimiento de un deber legal, pasará una buena
temporada tratando de salir del infierno en que lo metió Yunes gobernador. Por
lo pronto ya mató al único camello que tenía al alcance en su desierto
judicial. Le queda Pía Irene Salazar Santana, la infiltrada entre los
colectivos que luchan por hallar a los desaparecidos, que por mantenerse en
perfil bajo, prefiriendo el protagonismo, fue descubierta, echada de la reunión
con el fiscal Jorge Winckler Ortiz, y evidenciada en los medios. Pía le dio
mermelada al único delfín que había en el océano y se ahogó… Arderá Morena en
el sur, el bastión del pejismo. Nada tersa será la selección de candidatos a
las alcaldías, percibiéndose la docilidad de unos, el reclamo de otros a que
sean respetados los estatutos y el repudio generalizado a que no se les
infiltre el priismo, el panismo y los trapecistas de toda elección.
Coatzacoalcos se complica porque no será Víctor Manuel Carranza Rosaldo la
única carta a jugar, la carta de la diputada federal Norma Rocío Nahle García.
Se inscribieron Jesús Hernández Tea, ex sindico y ex regidor municipal, ex
candidato a diputado federal en 1985 por la Coalición de Izquierda —PMT de
Heberto Castillo, PRT de Rosario Ibarra de Piedra y Corriente Democrática—,
estando a punto de derrotar al PRI, y por su parte, Armando Rotter Maldonado,
al que sólo le falta postularse por los partidos Republicano y Demócrata de
Estados Unidos. Muy genuina su aspiración, pero en el medio político se les
concibe como caballos de Troya del priismo, enviados uno por el ex alcalde
Marcelo Montiel Montiel y el otro por el diputado local y líder cetemista
Carlos Vasconcelos Guevara, quien será el candidato del PRI a la presidencia
municipal. Sábese que el ungido será Víctor Carranza, pese a los muertos que le
pretenden revivir en sus días en la petroquímica, el caso Beverido y hasta sus
ligas con Pepe Peña Peña, marido de la diputada Nahle. Y así será el camino por
el que Morena transitará hasta alcanzar la alcaldía de Coatzacoalcos… Mapaches
caros, los del OPLE. Ubíquese ahí a la consejera Julia Hernández García con sus
91 mil 82.72 pesos, prestándose a tretas y maniobras, siendo testigo del
maquillaje y arreglo a las cifras de las firmas recabadas por el entonces
aspirante a candidato independiente al gobierno de Veracruz, Juan Bueno Torio.
Todo vio la consejera Julia Hernández, exhibida en el video que cimbró al
Órgano Público Local Electoral, a su consejo general, a los partidos políticos,
al régimen duartista que por más que contaminó la elección, fue echado a
patadas del poder por una sociedad que tardó en despertar, en sacudirse, en
escuchar las voces aisladas de quienes alertaron, unos desde 2005, otros cuando
les quitaron el chayote o no les pagaron el convenio de publicidad, pero al
final decidió actuar. Mapache cara la consejera porque, que se sepa, no se le
pagan sus 91 mil pesos al mes para ver y callar cuando se violenta la ley.
¿Cuánta gente honrada, trabajadora, con ética, quisiera ganar la tercera parte
de lo que percibe semejante mapacha?… ¿Quién es esa reportera del sur, sometida
un intenso espionaje, en la mira, bajo fuego por lo que dice y sabe, lo que
revela y lo que atesora en información, hasta alcanzar rango de incontrolable y
periodista incómoda? Pretenden saber todo. Van por sus relaciones afectivas, su
familia, su ámbito profesional, amigos y enemigos, cómo vive, donde vive, de
qué vive, si vive o sobrevive. ¿Una pista? Es indomable…