Ciudad de México. | 06 Julio de 2017
Tribuna Libre.- El ex gobernador de
Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, aceptó ser extraditado desde Guatemala, con
lo que su llegada a México se dará en los próximos días. Duarte no utilizó el
último recurso, pelear en corte guatemalteca contra la solicitud de
extradición, para alargar lo que de entrada parecía inevitable: su entrega a
las autoridades mexicanas.
Hace una semana el ex
mandatario se había allanado para aceptar su traslado a México por procesos
locales abiertos en su contra en Veracruz, encabezados por su sucesor Miguel
Ángel Yunes Linares y este martes, al realizarse la audiencia por los cargos
federales que pesan en su contra, Duarte declinó su derecho a oponerse a la
solicitud mexicana.
“No cometí tales delitos y
es mi deseo así acreditarlo”, declaró Duarte en el Quinto Tribunal de
Sentencias Penales de Guatemala. El tribunal estuvo en posición de declarar
procedente la extradición debido a que, determinó, se cumplían previamente los
requisitos que se establecen en el acuerdo bilateral entre México y la nación centroamericana.
Duarte de Ochoa sigue
recluido en la prisión que funciona en el Cuartel Militar Matamoros, después de
que el pasado martes aceptara enfrentar en México acusaciones por abuso de
autoridad, incumplimiento del deber legal, peculado, tráfico de influencias y
coalición.
Según la segunda acusación,
esta federal, Duarte sería el principal responsable de operaciones con recursos
de procedencia ilícita, de efectuar contratos a empresas fantasmas y de
utilizar prestanombres para allegarse recursos públicos.
Duarte está acusado del
desvío fuertes cantidades de recursos públicos, los que utilizó para adquirir
bienes inmuebles tanto en México como en el extranjero, de acuerdo con las
autoridades de su país, que se basan en esa documentación y en varias declaraciones
de testigos.
El abogado de Duarte, Carlos
Velázquez, dijo que las acusaciones “no logran demostrar en qué momento existe
el vínculo o una relación de causalidad” y agregó que las pruebas no logran
establecer que esa supuesta organización de carácter delincuencial estuviera
liderada por su defendido.
Durante la audiencia, Duarte
rechazó las acusaciones, pero fue claro en aceptar la extradición: “He decidido
allanarme a la solicitud formal de extradición presentada por el Gobierno de
México (…) ya que no cometí tales delitos y es mi deseo así acreditarlo ante el
poder judicial de la federación de mi país”.
“En ninguna de las pruebas
que acaba de mencionar aparece mi nombre ni de ninguno de mis familiares
directos”, enfatizó el ex mandatario estatal.