* Lo
acusan de sobornar funcionarios * Tufo a
Morena en el INE * Tania Mijares:
siempre la misma acusación * Eva Cadena:
el desafuero se puede caer * La prueba
es electrónica e ilegal * Paco Bastar y
la cárcel * Los detalles de la
transa * Ramón Ortiz, otra vez con el
PAN * ¿Y si se fuera a Morena?
Mussio Cárdenas
Arellano | 20 mayo de 2017
Tribuna Libre.- Arde el INE, y atizan el fuego los de adentro
y los de afuera, no sólo por el caos que asoma, la renuncia de funcionarios de
casilla, la presión del PRI, sino por algo más: el entre que se dan los
pejeconsejeros, los que transpiran aroma a Morena y los que no, con Carlos
Vasconcelos, el irredento, el candidato de los guardaespaldas porque “los puedo
pagar”.
Hay crisis en el Instituto Nacional Electoral
Coatzacoalcos, acusando los consejeros que la compra de funcionarios va, que la
despensa y la consulta médica los va alejando de la jornada electoral y que a
media campaña son ya 109 bajas porque el hambre doblega y la necesidad no
espera.
Se van los funcionarios de casilla,
coaccionados, cargados de despensas, artículos de cocina, en sus manos las
dádivas y el dinero ilegal. Y el autor del fraude es La Amenaza, alias Carlos
Vasconcelos.
Eso cuentan en el INE.
Le imputa cargos un tal Noé García Joffre,
que milita en el Movimiento de Regeneración Nacional, con historial fallido en
días de elecciones, allegado al Clan de la Succión, a Rocío Nahle García, la
diputada federal por Coatzacoalcos en la que el Dios Peje, Andrés Manuel López
Obrador, tuvo a bien depositar todas sus complacencias.
Puntualiza García Joffre que la treta es del
PRI y concretamente de ciudadanos que militan en la órbita de Carlos
Vasconcelos, que por las noches o de madrugada, cuando el músculo duerme y el
hombre se abandona, tocan las puertas de los hogares de los funcionarios
capacitados para conducir la elección del 4 de junio y los conminan a desistir.
O sea, los agarran roncando y los hacen
renunciar.
Ocurre en las colonias de Coatzacoalcos.
Ocurre a mitad de la campaña. Y es autoría de “operadores” del candidato de la
alianza PRI-Partido Verde “Para que Resurja Veracruz”, Carlos Manuel
Vasconcelos Guevara.
“Ciudadanos que son activistas —señala el
señor García Joffre— y representantes de partidos políticos están visitando a
nuestros funcionarios de casilla. Tenemos una sustitución elevadísima de 109
ciudadanos que la gran mayoría han sido visitados por representantes de los
partidos”.
Otra consejera, de camino andado en el INE
Coatzacoalcos, Patricia Isabel Méndez Martínez, acusa que los funcionarios que
fungirían como presidentes de casilla “son los más visitados por los priistas”.
Y les piden que dejen su cargo como funcionario de casilla y sean representantes
del PRI. Otros, señala, se van por temor a represalias. Y los cacha el
tricolor.
“Algunos dicen que no —cuenta la consejera—.
Algunos nos están renunciando, pero tampoco tienen el valor los ciudadanos. Yo
los invito a que denuncien y les dicen que si no le entran se van a arrepentir.
Ya estamos hartos que sigan prevaleciendo esas viejas prácticas y sí le pido al
señor Vasconcelos que juegue limpio”.
La imputación es directa. Dice que esos casos
ya están en la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales.
Ahí tendrá que determinarse la responsabilidad. Ahí tendrá que enfrentar la ley
Carlos Vasconcelos.
Otra consejera, Tania Pamela Mijares Díaz, va
más allá. Hay presión a funcionarios de casilla no sólo en Coatzacoalcos —dice—
sino que se replica en Nanchital y Agua Dulce. O sea, los tentáculos del
priista Carlos Vasconcelos se extienden a otros municipios del sur de Veracruz.
Así hablaban los pejeconsejeros el martes 16.
Dos días después, el jueves 18, la embestida los cimbró.
A excepción de Morena, el resto de los
partidos y hasta el representante del candidato independiente, Esteban Valles,
acusaron a los consejeros del INE de mentir, de involucrarlos en una vendetta
contra el candidato priista, motivados por su filiación al pejepartido.
Encabezó la reyerta el representante del
Partido de la Revolución Democrática, Federico Carrera Martínez, de colmillo
retorcido y pésimo historial. Lo secundó el panista Moisés Nava Ramírez.
Si lo sabían los consejeros, si hay presión
contra los funcionarios de casilla e identifican al PRI y a los operadores de
Carlos Vasconcelos, por qué no lo denunciaron ante la Fepade. Y si actuaron por
su cuenta, viciaron la prueba. “Rompieron el protocolo”, señala Nava Ramírez.
“Son cómplices y tienen una marcada parcialidad”.
Carrera fue más allá. Carrera denunció que
desde el 7 de abril solicitó la remoción de los consejeros por sus vínculos con
Morena, y el procedimiento se estancó.
Citó a García Joffre y Tania Pamela Mijares
como morenistas o vinculados a elementos de Morena. Y sembró la sospecha sobre
otros cuatro consejeros: Juan Miguel Hidalgo Ruiz, Janet López López, Javier Félix Martínez Sotelo y
Patricia Isabel Méndez Martínez.
“Noé García Joffre —señaló Carrera— está
afiliado a Morena con el número 485271. La fecha de afiliación es del 6 de
octubre del 2013. Además, fue aspirante derrotado a presidir el comité
directivo municipal en las elecciones que se llevaron a cabo en el salón de
eventos Miramar el día 27 de enero del 2013. Estas pruebas están certificadas y
nada más estamos esperando el resolutivo para la remoción del consejero, pero
el daño que le están haciendo al proceso electoral es irreparable”.
De Tania Pamela Mijares Díaz acusó que es
hija de Raquel Díaz Páez, candidata a regidora sexta en la planilla que Morena
registró ante el Órgano Público Local Electoral para contender por la alcaldía
de Coatzacoalcos.
Se quedaron cortos. Los padres de Tania
Pamela Mijares Díaz presumen un compadrazgo con el diputado local Amado Cruz
Malpica, coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso de
Veracruz.
Javier Félix Martínez Sotelo es hijo de
Javier Félix Martínez García, coordinador de la estructura electoral del PRD en
la elección de 2012, a las órdenes de la hoy diputada Rocío Nahle García.
Su labor fue pésima. Descuidó 150 casillas
donde el PRD no tuvo representante, tácitamente la mitad de las casillas del
distrito de Coatzacoalcos. Ganó Andrés Manuel López Obrador pero no como el
Peje suponía, y Rocío Nahle, pese a tener una excelente votación, fue derrotada
por el priista Joaquín Caballero Rosiñol, que así obtuvo su plataforma para
saltar hacia la presidencia municipal un año después.
Seis años antes, en 2006, AMLO le pegó 3 a
uno a Felipe Calderón y al priista Roberto Madrazo. En 2012 apenas si venció a
Peña Nieto.
El día de la elección, Félix Mar, como se le
conoce, se desconectó. Apagó su teléfono celular y no fluyeron los datos de
instalación de casillas hacia el cuartel electoral de López Obrador. Pese a
ello, y contra la opinión de muchos, permaneció en el equipo de Rocío Nahle.
Félix Mar le ponía más atención a Estela, una
joven alzada y déspota, a quien el perredismo llamaba “la primera dama de la
estructura electoral”. Era de los privilegiados que contaba con un partida
mensual de recursos para operar, pero no dio resultado. Ese año Rocío Nahle
perdió.
Su gente, su estructura no estaba en las
casillas. Andaban en el búnker de la profesora Nora Cortázar Luna, mandamás de
Movimiento Ciudadano.
En 2016, en la elección de gobernador y
Congreso, Tania Pamela Mijares actuó igual que este 2017. Acusó de presiones a
funcionarios, pero no lo probó.
“Algunos militantes o simpatizantes de
candidatos —dijo la pejeconsejera— han visitado a los funcionarios para pedir
datos sobre el material electoral”.
En esos días protagonizó un escándalo por
presunto acoso sexual del vocal del Registro Federal de Electores, que nunca
llegó a los tribunales. Tampoco el INE procedió contra el presunto agresor,
quien se alejó por una incapacidad médica. Nada pasó.
Huele a Morena el INE. Noé García Joffre y
Javier Félix Martínez Sotelo aparecen en el padrón de militantes del
pejepartido. Los padres de Tania Mijares presumen compadrazgo con el
coordinador de Morena en el Congreso de Veracruz, Amado Cruz Malpica, y su
madre es candidata a regidora sexta en la planilla con contiende por la
alcaldía de Coatzacoalcos.
De los ocho consejeros, tres son morenistas.
Casi la mitad del INE huele a Morena.
Arde, pues, el INE. Se confrontan los
pejeconsejeros con el PRIAN y sus aliados, acusando todos, a excepción de
Morena, que el principio de imparcialidad se ha perdido, que la elección está
amañada.
Vasconcelos no es un santo. Nunca una Amenaza
ha tenido santidad. Ha repartido despensas y promete que va a repartir más. Con
dádivas se allega adeptos. Y si los consejeros del INE lo embisten, les echa
montón.
Por el candidato del PRI, los partidos
enfrentan a los consejeros, agudizan la crisis y el caos en el órgano
electoral.
Y por su tufo a Morena, los quieren echar.
Archivo
muerto
Más espinas en el caso Eva Cadena. Si la
Fiscalía del Estado y la Fepade pretenden acusarla a partir de una prueba
electrónica, ya estuvo que se les fue. Y peor cuando los tres videos difundidos
por el periódico El Universal están editados y mutilados, recortados algunos de
los nombres que implican a parte de la dirigencia del Movimiento de
Regeneración Nacional en Veracruz. ¿Procede o no el desafuero de la diputada
por el distrito Coatzacoalcos Rural? Bulle la pregunta en el ánimo de
legisladores. Si la prueba electrónica se desestimó para tumbar la elección de
gobernador en 2010 y evitar que Javier Duarte llegara al poder, la
circunstancia indica que ocurrirá igual. La prueba electrónica y su origen
ilegal —haber captado a Eva Cadena sin su consentimiento— echarían por tierra
el caso. Dilema en el Congreso de Veracruz. Dilema porque hay voces que
reclaman el desafuero de Eva Cadena para que sea juzgada, pero los legisladores
estarían transgrediendo la fina línea de lo legal. Algo suena mal… Detalles del
episodio de cárcel del célebre Paco Bastar: fue denunciado penalmente el 3 de
enero de 2007, acusado de abuso de confianza en agravio de Yesoductos, Dragados
y Canales, y de su propietario, el constructor Marco Antonio Juárez Torres, ya
fallecido; se le instruyó la causa penal 43/07/I y se le giró la orden de
aprehensión 67, de fecha 28 de febrero de 2007. Al cuñado incómodo del
candidato de Morena a la alcaldía de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza
Rosaldo, le imputaron haber rentado y no devuelto un camión marca Dina con
valor de 150 mil pesos, modelo 1992; dos máquinas de soldar marca Lincoln SAE
valuadas en 60 mil pesos cada una; un tramo de manguera, ocho juegos de
andamios, y una batería de 27 placas. En suma, casi 300 mil pesos. Su compañía,
Bastar, S.A. de C.V., presuntamente construiría una bodega en Ciudad Olmeca,
pero al acudir a constatar la existencia física de la maquinaria y camión, el
personal de Yesoductos se percató del engaño. El equipo fue usado para cumplir
con el contrato CO-RMIN-025/05, asignado por la Coordinación de Mantenimiento
del Área 5 de la Refinería de Minatitlán. Paco Bastar no devolvió el equipo ni
lo pagó. Prefirió ir a la cárcel y pasar seis meses a la sombra, primero con el
Mata Abuelas, un criminal con instintos pasionales, y luego como chalán de
Bruno Rodríguez Marina, hijo del empresario Alberto Rodríguez Córdova, el
famoso “Güero Torreón”. Aquel fue un caso. Hay más. Algunos juicios mercantiles
implican al candidato de Morena, Víctor Carranza y a parte de su familia. Uno
de ellos, incluso apenas de este abril, prácticamente en vísperas de la campaña
por la presidencia municipal de Coatzacoalcos, donde se le declara en rebeldía
y a su hermano Héctor “confeso de los hechos”. Diría el nunca olvidado Pompín
Iglesias: “Qué bonita familia”… Un día mal y otro peor en el PAN-PRD. Dejan
fuera a Claudia Bonilla y su marido, el empresario del transporte, Ramón Ortiz
Cisneros, se les va. Carga su juego en el PRD, donde su hermana Mariela busca
ser candidata a regidora segunda. Grupo Ortiz se viste de amarillo y fortalece
al PRD. Y el PAN, rebasado en toda la línea, en vez de crecer, le pide a las
tribus del PRD que le bajen a la campaña y de paso, terminan restándole fuerza
al candidato, Jesús Moreno Delgado, uno de los alumnos más aventajados de
Marcelo Montiel, con el que finge pleito. Mariela Ortiz fue impugnada y eso
lleva a Ramón Ortiz a una encrucijada: o se le tira al piso a Jesús Moreno o
abandona la alianza PAN-PRD. Y no puede sumarse al PRI, pues su acérrimo rival,
Carlos Vasconcelos Guevara, el candidato tricolor, no lo deja pasar. O sea,
donde va, lo tratan mal. ¿Qué le queda a Ramón Ortiz? Tocar las puertas de
Morena. Ahí puede inyectar su inversión, negociar espacios de confianza en el
próximo ayuntamiento y cobrarle al PAN-PRD el doble agravio que sufrió. Como
dice el gallego: nomás por joder…