Ciudad de México. | 04 septiembre de 2017
Tribuna Libre.- La depresión es uno de esos males que,
lamentablemente, tendemos a subestimar. Sentirnos tristes o deprimidos por
alguna situación en particular tiende a ser minimizado. Acercarnos a alguien
para solicitar algún consejo puede ser complicado, pero cuando lo hacemos,
logramos sentirnos comprendidos de alguna manera.
En Durango, algo similar pasó a nivel
colectivo, cuando varias adolescentes deprimidas por diversas situaciones se
acercaron a una de sus compañeras para contarle sus pesares. Con diez pesos,
ella prometía hacerles olvidar sus problemas a través de la venta de tabletas
de Clonazepam, un fármaco que actúa sobre el sistema central y que posee
propiedades ansiolíticas.
Ocho alumnas de la secundaria “ESIMA” en
Durango, de entre 13 y 15 años, protagonizaron un intento de suicidio
colectivo, de las cuales, tres fueron atendidas de urgencia por consumo de
hasta 14 pastillas para quitarse la vida.
La primera en darse cuenta fue la mamá de una
de las más afectadas, quien, además, denunció que la directora de la escuela no
la dejó regresar a tomar clases, expulsándola definitivamente de la
institución. Ella narró cómo fue que su hija le confesó que había tomado 11
pastillas de dicho medicamento.
«Le pregunté qué le pasaba y me dijo que
había tomado once tabletas de Clonazepam», describió Violeta, madre de una de
las alumnas. «Las pastillas se las vendió una de sus amigas por diez pesos cada
una».
Tres de las ocho alumnas fueron atendidas de
urgencia en el hospital Materno-Infantil de la ciudad de Durango, aunque el
doctor Pedro Sánchez, encargado del área de Paidopsiquiatría, indicó que él
sólo atendió a dos de los tres casos que se atendieron en el nosocomio.
Los casos por los que las adolescentes se vieron
orilladas a intentar quitarse la vida fueron por depresión. Una de ellas
recientemente había perdido a uno de sus familiares más cercanos, mientras que
la otra joven presentaba antecedentes de intento de suicidio a causa de la
depresión.
«La niña que estaba en proceso de duelo, tomó
cuatro pastillas, al revisarla se encontró que no hay ideas de muerte, pero sí
un cuadro de depresión», alertó Sánchez. «Sobre el segundo caso, la adolescente
traía síntomas de intoxicación. Tomó 14 tabletas y después dos más».
La salud de las menores se encuentra estable,
aunque en el aspecto psicológico serán supervisadas minuciosamente pues
presentan un cuadro grave de depresión. Se supo que la adolescente que les
vendía el Clonazepam a estas alumnas consumía activamente drogas como cocaína y
marihuana.