Tribuna Libre.- Hemos dicho que el tema del trabajo está en
el centro de la cuestión social.
No podemos aspirar a un auténtico desarrollo,
cuando se generan tensiones que ponen en peligro el sostenimiento del empleo.
En México, esas tensiones se están
presentando. Vemos cómo, de los datos duros de la situación económica, pasamos
ahora a la destrucción de empleos formales.
Algo hay que cambiar para sortear y darle la
vuelta a esta situación, con la mayor celeridad posible, pues en la medida que
se profundice, se volverá más complejo, doloroso y largo salir de ella.
Apenas la semana pasada, el INEGI reportó una
caída en la actividad industrial del país del 1.6 por ciento en el periodo
enero – mayo de 2019, respecto del mismo periodo del año anterior. Los sectores
industriales más afectados fueron la construcción y la extracción de petróleo.
La cifra confirma la desaceleración económica
por la que atraviesa el país.
Y al margen de la discusión sobre si estamos
o no al borde de una recesión, lo que es un hecho, es el impacto negativo sobre
el empleo. Tan sólo en junio se perdieron poco más de 14 mil empleos formales,
de acuerdo con los registros del Seguro Social.
Por ello, y congruentes con el compromiso que
tenemos con nuestras empresas, y con México, es que reiteramos al gobierno de
la República, que para poder generar un círculo virtuoso de inversión –
producción – crecimiento económico – bienestar social, nosotros, así como los
grandes capitales mexicanos y los capitales extranjeros, que jalan a las
medianas y pequeñas empresas, necesitamos acciones, mensajes y decisiones que
generen confianza y certidumbre a la inversión.
Es tiempo de pasar del voluntarismo al
realismo económico.
Por otra parte, creemos necesario fortalecer
el diálogo social entre los sectores productivos y el gobierno. La Paz Laboral
es un activo que debemos cuidar y sostener.
Afortunadamente, somos testigos del esfuerzo
encabezado por la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo para juntamente
con el sector empresarial, acompañados por la Organización Internacional de
Empleadores, encontrar mecanismos para promover la inversión y el trabajo
digno.
Los datos para la ciudad sobre las nuevas
fuentes de trabajo que registra el Seguro Social al mes de mayo, de más de 21
mil registros, son un buen punto de partida. Para junio, esperamos a
contracorriente de la caída nacional, un crecimiento de alrededor de 2,700
nuevos empleos.
Este impulso es una muestra del compromiso de
los empresarios de la capital con México, de mantener el apoyo a la
productividad, haciendo a un lado la problemática e incertidumbre en las
decisiones públicas del actual gobierno de la República.
A los empresarios de la COPARMEX nos queda
claro que el gobierno debe generar y hacer cumplir las normas para dar
certidumbre a la inversión de aquellos que, como nosotros, empresarios y
emprendedores, arriesgamos nuestro patrimonio, del monto que sea, para impulsar
el desarrollo económico y social.
No olvidemos que la única forma sostenible
conocida de generar riqueza es a través de la empresa.