Orden (dominio)
Mundial y Epistemología de lo social
II
Introducción
Lenin Torres Antonio | 11 febrero de 2018
Tribuna Libre.- Siempre albergamos el sentimiento o pensamos
que el ser humano es un ser bueno, racional y comunitario, que la historia del
animal llamado hombre es la historia de una evolución positiva y exitosa, es
decir, que el desarrollo del hombre, a lo largo de su corta historia en este
mundo, es hacia mejores estadios de vida, y cognitivamente hacia el desarrollo
de su inteligencia para construir un mundo prospero, racional y justo.
Hemos creído que vivimos el mejor de los
mundos posibles, y que la exclusión, la pobreza, la violencia, y la injusticia
se combaten con un marco conceptual racional único, que podemos llamar, mitos
constitutivos o espejismo democrático que ha servido para la explotación
(esclavitud) humana: la democracia, la justicia, el derecho, la igualdad, la
dignidad, etc., nuestros románticos e ideales barrotes de la celda de nuestros
cuerpos.
Sócrates (Platón) inaugura esa gaya actitud
del hombre ante sus mitos constitutivos, sepulta el lado trágico del hombre, y
con su máxima sólo sé que no sé nada, inicia la petición de principio que
entrampa los sentidos en el símbolo y la letra, que encuentra en la finitud del
lenguaje su propia auto justificación impidiendo ir más allá la experiencia
humana, y nos condena a un eterno
sufrimiento prometeico, pues el saber no nos garantizará nunca la verdad total,
y la búsqueda esquizofrénica por encontrar la verdad empobrece y vuelve temerosa
el cuerpo (alma) del hombre, una verdad que siempre ya no es cuando pensamos
que era, y preferimos creer en la nada (en esos mitos constitutivos), y tan
cual sofista Sócrates engañó a la humanidad, y le hizo creer en un paraíso que
siempre es pospuesto por esa saber que nunca es completo, la garantía de la
verdad queda pues, en un pensamiento que no sabe que sabe, pero que es lo único
que tiene el hombre para decir ¡yo soy!, de esa confusión del animal con tenues
sentidos y una imaginación que rebasa los puntos de apoyo para saber del mundo
externo e interno, se sirvió los resentidos, el fuerte (débil) que devino en
asceta y en portador de la buena nueva, el gran engaño de la intolerante
gramática occidental, perversa y mortal, eficaz y segura como instrumento de
explotación y denominación, una gramática que contiene hasta su auto
justificación en una diferencia controlada del acto revolucionario que permite
la legitimidad del sistema de dominio.
La historia del hombre tuvo dos rutas: la
ilustrada (la del logos y la letra) o la mítica (la que sólo se entendía
descifrándola) la irracional y proscrita, la que sólo se enseñaba a través de
los canticos, dos caminos que pudieron ser la diferencia, entre éste mundo, y
otro que quizás pudo ser mejor.
Fue Sócrates quien nos puso por el sendero de
los ilustrados y racionales, y posteriormente el romanticismos y la ilustración
vienen pues a darle la supremacía al sendero ilustrado, a esa creencia que el
hombre con la luz de la razón desvelará la verdad del hombre, y que sus dudas
no tan sólo se responderán desde la garantía de su cogito, sino con hechos que
evidenciarían que la elección fue la correcta, la urbanización, la comodidad
del mundo moderno, las letras de los sabios que nos arreglan nuestros problemas
para una vida más confortable y placentera, una vida en comunidad menos
salvaje, y las cuentas de vidrios, los espejos, fortalecen y apuntalan el
narciso que habita en cada uno de nosotros, pero también es el comienzo de la
apropiación de nuestras voluntades que encuentra sus puntos de apoyo estructurales
en nuestra propia naturaleza sumisa y acostumbrada al mando.
Es la hora del tiempo de las maquinas,
ruedas, fabricas, edificios, placebos, etc., donde los sentidos son
explosionados y utilizados para reafirmar nuestra condición de civilizados,
hasta llegar al momento actual, donde lo real se sustituye por una
híper-realidad que nos deja en total indefensión ante el sistema mundial de
dominación y explotación, el proceso de alienación culmina exitosamente, y el
hombre se reduce a un plus, queda pues tan sólo un numero en la lápida de cada
uno de nosotros aun antes y después de morir.
La cultura occidental nace en el
Mediterráneo, en Grecia se consuma el abandono del mito y se instaura la
tiranía del logos y el lenguaje, pero no es ahí donde nacen los que se adueñan
del mundo, las hordas de los barbaros venidos beatos y redentores de la fe se
hacen con los lugares santos, y administran no tan sólo la fe sino al mundo
mismo. Desde ese momento, el mundo tiene un solo dueño.
Las miradas de los señores feudales se
desvían de los lugares santos y se sitúan hacia los cuatro puntos cardinales,
ya no les son suficientes sus tierras y sus esclavos, e inician la colonización
salvaje de África, Asia, América, aun todavía no llegan las luces de la
Ilustración que les permitan pasar de la colonización salvaje a la colonización
civilizada (ideológica), tan sólo le teología justifica la apropiación de los
salvajes y sus tierras; los negros, los indios, los chinos, los amarillos, lo
que marca la diferencia a final de cuenta es la piel, podríamos decir que es el
tiempo de la supremacía de la piel blanca.
La Ilustración sentó las bases ideológicas de
la colonización civilizada (ideológica) que los señores feudales monárquicos
(democráticos) sustituyeron la fuerza bruta por las ideas, como nos las
describe Foucault en vigilar y castigar, el castigo paso del cuerpo al alma, y
se nos hizo creer que el alma era diferente al cuerpo, e incluso, que el alma
era más importante que el cuerpo, criminalizaron al cuerpo, aunque en la
intimidad los señores dueño del mundo, sólo a través del cuerpo ejercen su
predominio y sus bacanales orgiásticos de goce y placer los mantienen encima de
los animales vivientes, biología en lugar de filosofía, de esta forma, el
proceso de dominación de los señores reyes de piel blanca, pasó de la
colonización por la fuerza a la colonización civilizada e ideológica, se
instala la superestructura o metalenguaje de la dominación, la gran gramática
de la única verdad, que no tiene nada que ver con la economía capitalista, sino
ideológica-filosófica, y fundamentalmente, con el lenguaje.
El corpus epistémico-ideológico de la fe
ciega en la razón y la democracia son interiorizados para permitir una
dialéctica que justifique la superación de los contrarios, podemos decir que se
instala la teoría de la diferencia que posibilita al ser en el no ser, el
hombre como dice Nietzsche, prefirió querer la nada (la ideología ilustrada) a
no querer, porque ante la proscrito del goce del cuerpo, que no necesita
palabras, letras, el goce se instala en el símbolo, un símbolo insaciable, y
perverso, limitado y acomplejado. Por eso quien impusiera la gramática
dominaría al mundo: la cruzada por los lugares santos, se sustituyó por la
cruzada por el predominio de la gramática occidental, qué importa que la
cultura legitime el burka, si occidente dice que eso es inmoral y anormal, ya
está dicho todo; la verdad de los hombres quedó secuestrada. La madre de todas
las batallas en un tiempo por venir será por rescatar la diversidad y la
pluralidad de los cuerpos y tierras.