*En
Tierra Blanca, donde comercios y escuelas han cerrado por sicosis, también
delincuentes ven pérdidas millonarias por cierre de ductos.
Tribuna Libre.- “Se necesitan muchos huevos para venir a
balear policías. Por acá a cada rato hay balaceras pero ninguna como la de
ayer”, dice Humberto, el único comerciante que abrió su negocio en una lúgubre
cuadra de 150 metros y que fue testigo del más reciente atentado del Cartel de
Jalisco al Gobierno de Veracruz.
Sobre el enfrentamiento de este 15 de marzo
en la delegación de la Secretaría de Seguridad Pública de Tierra Blanca -que desencadenó en narcobloqueos y psicosis
en la zona centro del estado- una fuente policial asegura que no solo es
valentía de criminales la causa de estos hechos violentos que han dejado cinco
muertos, entre ellos un policía.
“A estos cabrones les cerraron el poliducto
de gasolina Matapionche-Ciudad Mendoza. Llevan rato sin poder darle al
huachicol y ellos deben de seguir pagando nóminas. Son pérdidas millonarias.
Este desmadre de ahí viene”, dice el entrevistado.
Esa teoría, a la que se suman vecinos que
apenas hablan desde las entradas de sus viviendas, fue confirmada por un
director de operaciones de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en la Cuenca del
Papaloapan. El poliducto Matapionche-Ciudad Mendoza, dijo, cumple 84 días
cerrado, como parte de una medida emprendida por el presidente de la República,
Andrés Manuel López Obrador.
“Definitivamente les está afectando a estos
grupos delincuenciales. En un día sobre esta vía eran atendidas diariamente
entre 15 y 20 tomas clandestinas. ¿Imagínate?”, refiere el trabajador de PEMEX,
quien solicitó el anonimato.
Y es que el combate al huachicoleo, que hoy
tienen en llamas al estado de Guanajuato por la cacería de José Antonio Yepes
Ortiz, alias El Marro, se vive de a igual en Veracruz. Apenas el 08 de marzo,
en Pánuco la Secretaría de Marina (SEMAR) aseguró dos tanques cisterna
enterrados con aproximadamente 48 mil litros de combustible.
Esta aparente molestia también habría tenido
un detonante en los municipios de Tierra Blanca y Misantla, donde fue
decomisado un campamento con armamento y vehículos blindados en el rancho La
Chincheta y fueron abatidos tres jóvenes, que a decir de presuntos integrantes
del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en mantas guindadas en Boca del
Río, se habían rendido frente a la autoridad estatal.
“La
venta de huachicol ya era descarada en Tierra Blanca”
Son las 14:00 horas en las inmediaciones de
la delegación policial de Tierra Blanca. Humberto desde su negocio, explica con
un tono temeroso que el negocio del combustible robado “ya era descarado” en la
ciudad donde ha vivido por más de 60 años.
“Aquí los están apretando a los
huachicoleros, porque esta zona es muy caliente en esa cosa, tienen muchos
puntos que es de eso. Vendían garrafas de a 14 pesos el litro y las de 50
litros a 700 pesos a orilla la carretera (federal 145), también las hallabas en
barrios y talleres mecánicos. Sí, ha disminuido la venta, pero de todos modos
la siguen vendiendo aunque ya le subieron a 15 pesos por litro”, dice el hombre
de cabello entrecano.
Los efectos de esta respuesta del cartel que
cobró una fuerza feroz en el sexenio de Enrique Peña Nieto, don Humberto lo
vivió en primera fila. Eran las 00:20 horas del 15 de marzo. Él dormía con su
esposa, cuando el estruendo de lo que pensó eran cohetes lo levantó de su cama.
“Oyes, qué feo se oyen esos balazos. Ah su
madre, haz de cuenta que los estaban tronado aquí, pero fuerte, oye. Uno ve en
el periódico que hay muertes, ayer fue una cosa horrible. No es lo mismo ver
los toros de lejos que de cerca”, abunda el hombre sobre el enfrentamiento que
duró casi diez minutos en la avenida Serdán, la entrada al municipio
terrablanquense.
“Pa’ su madre. Yo le dije a mi hija y a mi
mujer ¡Agáchense!, ¡agáchense! Hay veces que no falta una chingada bala
perdida. Y ya nos tiramos al piso y a esconderse en las paredes más gruesas,
esperando a ver qué chingaos pasaba. Tan claritos se oían los tiros, que pensé
que estaban adentro de la casa”, relata Humberto mientras continúa viendo
asombrado los boquetes que delincuentes provocaron sobre el muro de la
comandancia, del tamaña de un hoy en un campo de golf.
De acuerdo con oficiales que resguardan la
avenida donde se desató el fuego cruzado, al menos 10 vehículos blindados se
desplazaban sobre la carretera federal 145 con dirección al puerto de Veracruz,
cuando en contingente doblaron sobre la avenida Aquiles Serdán hasta llegar a
su objetivo, el destacamento de la SSP.
“Comenzaron a tirarle a un oficial que la
hacía vigilante”, dice el oficial mientras señala la esquina superior del
edificio de color blanquiazul, donde un sitio amurallado con costales de arena
se rodeado por al menos una decena de impactos provocados con armas de grueso
calibre.
El policía asegura que el saldo no fue blanco
para los agresores, pues sobre el piso quedaron manchas de sangre que salían de
un vehículo color blanco que fue asegurado por la autoridad. “Se entiende que
sus compañeros lo subieron a otra camioneta y se lo llevaron malherido”,
agrega.
Tierra
Blanca, en medio de psicosis y toque de queda
Han pasado más de 12 horas de lo que fue la
segunda agresión de parte de supuestos integrantes del CJNG a la autoridad
estatal. En la calle donde se cometió la agresión el 90 por ciento de los
establecimientos permanecen cerrados: el puesto de empanadas y picadas; la
agencia de motocicletas Italika; la farmacia Similares y una estética.
Pero lo que más llama la atención sobre la
calle donde el único ruido lo provocan hojas secas de aguacate, que son
arrastradas por el viento del frente frío número 44, es un letrero en una
cartulina sobre el comisariado Ejidal de Tierra Blanca. “Se comunica que el día
de hoy no se laborará en esta oficina hasta el día lunes 18 de marzo”.
Otro vecino que se acerca a don Humberto,
confirma que al igual que mucho padres de familia, él no envío a sus hijos a la
escuela primaria. Medida que se replicó en escuelas de todos los niveles en ese
municipio.
“La cosa está de la chingada”, agregan tres
trabajadores de Teléfonos Mexicanos (TELMEX), quienes fueron enviados, a
regañadientes, hasta el lugar del enfrentamiento para reparar un poste averiado
por impactos de bala que ha dejado sin servicio de telefonía e internet a dos
colonias, la 6 de enero y 1 de Mayo.
En medio del toque de queda en este municipio
de la Cuenca del Papaloapan, y la psicosis que cunde a la zona centro de la
entidad por más atentados en los municipios de Cuitláhuac, Acayucan y Yanga, las
palabras del secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez Maldonado vaticinan que
más pronto terminará el frente frío número 44 que los combates frontales a la
delincuencia.
"No cederemos en la batalla para
devolver la paz y tranquilidad a los veracruzanos. Estas acciones son parte del
combate directo y la lucha del gobierno
del estado con la delincuencia. No va a haber acuerdo con nadie, seguiremos hasta seguir con el
objetivo de devolver la paz".