Tribuna
Libre.- A la zacatecana Rocío
Nahle, senadora con licencia y actual Secretaria de Energía ya no la aguantan
en el gabinete federal. Es cierto, aun goza del respaldo del presidente Andrés
Manuel López Obrador y de algunos altos funcionarios como Manuel Bartlett,
director de la CFE y del consejero presidencial, Julio Sherer, pero la
neo-tabasqueña va de pifia en pifia, lo que le ha canjeado el rechazo de los que
sí entienden de política energética y de los grandes inversionistas privados
del sector.
Según se sabe de muy buena fuente, es que
Rocío Nahle y Octavio Romero (Director General de Pemex), “no se pueden ver ni
en pintura” pese a que algunos manejan la especie de que Romero es posición de
la primera. No, no se llevan bien nos asegura quien tiene contactos de primer
nivel en el gabinete de López Obrador.
El origen de la disputa entre ambos según
cuentan, fue que Nahle García engañó a López Obrador sobre el costo y
viabilidad de la refinería que se construirá en Dos Bocas, Tabasco. “Nahle le
metió en la cabeza al presidente que su construcción era viable y que podría
hacerse en tiempo récord, pero los técnicos de Pemex (los que conocen las
entrañas de las refinerías) la aterrizaron a la realidad: "Ni costará 6
mil millones de dólares, ni se podrá hacer en 3 años, mínimo costará el doble y
tardará cinco años en levantarse”.
Por lo visto Nahle García no se tomó la
molestia de hacer un análisis profundo y serio sobre tiempos y costos del
proyecto en Dos Bocas, y metió en un brete a todo el gobierno federal. Nahle se
basó solamente en un viaje que hizo a la India para visitar la refinería más
grande del mundo, la cual sí se construyó en 36 meses con un costo de 6 mil
millones de dólares, pero un detalle importante que omitió considerar la
zacatecana es que el complejo de Jamnagar llevaba muchos años planeándose.
La disputa entre Nahle y Romero se abonó por
la injerencia de esta para colocar a recomendados de ella y de su marido en el
organigrama de la paraestatal. “La gota que derramó el vaso fue un oficio
enviado por Nahle a Romero el 22 de enero, en el cual le ordenó designar a José
Manuel Rocha Vallejo al frente del Sistema Nacional de Refinación, encargado de
la rehabilitación de las seis refinerías existentes y del proyecto de Dos
Bocas. Rocha Vallejo es un paisano de Nahle y muy amigo de su esposo José Luis
Peña Peña”. Por cierto, Rocha Vallejo ha sido acusado de actos de corrupción en
su natal Coatzacoalcos.
“En otro oficio, fechado el 23 de enero,
Nahle giró instrucciones directas a Octavio Romero para que dé prioridad y
atención a los proyectos relacionados con la refinería de Dos Bocas, donde
también tiene una gran injerencia otro conocido de la secretaria y de su
esposo: José Alberto Celestinos Isaacs. La intervención de la secretaria de
Energía en PEMEX raya en lo ilegal, pues la dependencia que encabeza no tiene
facultades para nombrar y quitar funcionarios de la empresa productiva del
Estado”.
El tráfico de influencias, las ocurrencias,
la injerencia indebida de funciones, su falta de preparación en el tema
energético y las mentiras que llegan a significar riesgo en miles de millones
de pesos han hecho que en el altiplano inicien las apuestas para ver hasta
cuándo la mantiene López Obrador en el cargo.
Bueno, eso dicen los más sensatos, ya que
otros aseguran que ser ladina es la mejor cualidad de Rocío Nahle para
mantenerse en la “Cuarta Transformación” haciendo de las suyas y llenándose los
bolsillos a costa de PEMEX.