Ángel Rafael Martínez Alarcón | 13 abril de 2017
Tribuna Libre.- Hace dos años, el Mtro. Vicente Espino Jara,
tuvo la gran idea de rescatar del olvido a los militares y voluntarios que cayeron en la Batalla de
Cerro Gordo, hoy perteneciente al municipio de Emiliano Zapata, por espacio de
168 años la memoria de estos defensores de la patria habían permanecido el
olvido desde lo nacional hasta lo local, gracias también al agente municipal de
esa localidad se realizó un sencillo homenaje. Fueron militares y voluntarios
que acudieron defender al suelo nacional que había sido invadido por
los soldados norteamericanos; dejando mutilado el territorio patrio, con el 50
% del territorio. La guerra de invasión
de los vecinos del norte empezó en el año de 1846.
Los Estados Unidos de Norteamérica desde su
nacimientos siempre tuvo gran apetito del extenso suelo del México
independiente, de ahí su gran apoyo a la causa insurgente, como también el
pronto reconocimiento de la joven nación mexicana al firmar se acta de
independencia en el año de 1821.
El Conde Aranda, a finales del siglo XVIII, y
como embajador ibérico en Francia le escribe a su Majestad Carlos IV, sobre el
peligro que representan los Estados Unidos de Norteamérica, para los
virreinatos españoles en América. Y tenía la propuesta de convertir cada uno de
los virreinatos en reinos y Madrid la sede del imperio ibérico, tomando la
grandeza de la España de los Reyes Católicos de finales del siglo XV.
El saldo de invasiones extranjeras en México,
es el siguientes en 1829, son los españoles que quisieron reconquistar a la
Nueva España. En 1838, son los franceses con aquella famosa guerra de los
pasteles. Entre 1846-1848, los gobiernos de Norteamérica y sus ejércitos
invadieron todo el país, con una gran desigualdad, el ejército mexicano mal
preparado y con armas del virreinato. En el 1862, los ejércitos de Napoleón
III, vuelen ensangrentar al suelo mexicano. Entre los 1864-1867, con la
instalación del Segundo Imperio Mexicano encabezado por Maximiliano de
Habsburgo, fue acompañado por tropas francesas. En el siglo XX, la invasión
militar de los Estados Unidos data del 21 de abril de 1914, en justamente en la
Revolución Mexicana
En el año de 1836, el estado de Texas de
independiza de México, para luego integrarse a Norteamérica; diez años más
tarde, el presidente expansionista James Polk, el once de mayo de 1846, declaró
formalmente la guerra a México. La invasión fue por vía terrestre: Matamoros,
Saltillo, Coahuila; en marzo de 1847, se inicia la invasión por la vía marítima
ocupando el puerto de Veracruz, siguiendo la ruta de Hernán Cortés.
De los dos años de guerra contra los Estados
Unidos de Norteamérica, sólo se recuerda la batalla del 13 de septiembre de
1847, esa histórica romántica de los Niños Héroes, es grande la lista de todas
las batallas donde los soldados mexicanos ofrendaron sus vidas en la defensa
del suelo patrio. El ejército mexicano era recién fundado y un pobre armamento,
para el caso de Veracruz, estamos en deuda con los miles de soldados
desconocidos que cayeron en esta guerra
injusta.
El xalapeño de José María Roa Bárcenas, testigo de la
invasión de 1847, sobre la batalla de Cerro Gordo, escribió: Al amanecer el 18,
la artillería norteamericana del Atalaya rompió el fuego sobre el Telégrafo, y
al oirle, el general Pillow, jefe de la 1» brigada de voluntarios, que de su
campamento había avanzado hasta cerca del punto más septentrional del camino
carretero entre Cerro-Gordo y Plan del Río, retrocediendo hacia el Suroeste, se
dirigió á las baterías de nuestra extremidad derecha, sobre las cuales
disparaba el obús colocado desde la noche anterior en la margen izquierda del
río, á las ór- 1 El historiador norteamericano Kipley, así en el texto como en
el plano relativos á la batalla, da el nombre de cerro del Telégrafo al cerro
de la Atalaya; de lo cual se originan no pocos errores y confusiones. Ya el
lector sabe que la altura principal, llamada Cerro-Gordo, lleva también el
nombre de “cerro del Telégrafo.’’ llenes ilel teniente Laidley. La fuerza de
Pillow congregada para la toma de tales baterías se formó do los cuerpos de
infantería Io y 2" del Tennessee y 1" y 2“ de Pensylvania; de un
corto destacamento de caballería del Tennessee al mando del capitán Caswcl, y
de la compañía del capitán Williams del cuerpo de voluntarios de Kentucky.
Dividióse la fuerza en dos columnas de ataque, teniendo cada una de ellas suficiente
reserva, y guiándose los coroneles Iiaskell y Wynkoop: debían atacar estos
jefes respectivamente las baterías nuestras del centro y de la derecha, ó sea
las dos más próximas al rio. Pillow dice en su parte, que no pudo situarse
frente á nuestras posiciones antes ilc que el ataque al Telégrafo comenzara:
que su intento era embestir simultáneamente las dos baterías designadas por sus
oficiales de ingenieros (tenientes Tower y Mac-Clellan) como las que convenía
tomar para envolver si era posible toda la línea fortificada de nuestra
derecha: que antes de completar las disposiciones necesarias para el asalto,
fué descubierto su movimiento por los defensores de los puntos y empezó á
sufrir vivo fuego de fusilería y metralla: que en tal situación, estuvo perplejo
entre retirarse del alcance de nuestros cañones á perfeccionar sus
disposiciones para el asalto, ó efectuarle desde luego con la fuerza que ya
tenía lista; pero que se resolvió por esto último, temeroso del efecto moral
que la retirada habría producido en gente bisoña no acostumbrada al fuego: que,
en consecuencia, mandó al coronel Iiaskell, jefe de la columna destinada contra
la batería del centro, que la atacara vigorosamente y la tomara á la bayoneta:
que dicha columna avanzó al asalto con energía y entusiasmo; pero, á causa de
serios obstáculos, como espesura de arbustos y abrojos y el concentrado y
terrible luego de 7 cañones y de Ja considerable fuerza de infantería que los
sostuvo, se vió en la necesidad de retirarse con gran pérdida de oficiales y
soldados. Esta columna se componía del 2° de infantería del Tennessee de que
era coronel el mismo Haskell, de la compañía del capitán Williams del Kentucky,
y de la compañía del capitán Taylor del 2o regimiento de Pensylvania. Durante
la acción fué gravemente herido el general Pillow, y se encargó del mando de la
brigada el coronel Campbell.
El General
Antonio López de Santa Anna, en
Historia militar y política. 1810-1874, escribió :El general Scott,
sabiendo que dando tiempo a la reunión de fuerzas y a los adelantos de la
fortificación le sería difícil o muy costoso el paso por Cerro Gordo, apresuró
sus movimientos. Destinó una de sus divisiones a tomar el cerro del Telégrafo
(la altura principal), y en toda una tarde no lo consiguió, dejando el terreno
cubierto de sus cadáveres. Scott, alarmado por ese descalabro, atacó con todas
sus fuerzas en la mañana siguiente; la posición fue defendida valerosamente
cinco horas; cuatro mil milicianos inexpertos resistieron el empuje de catorce
mil veteranos con brillante armamento, causándoles pérdidas considerables; y
cuando no pudieron más tan bizarros milicianos, se retiraron ordenadamente, por
veredas desconocidas del enemigo. El general Scott, en el parte a su gobierno
referente a la ocupación de Cerro Gordo, exagera en mucho el número de sus
defensores, diciendo además que los desalojó de posiciones inaccesibles a la
bayoneta.
Hay mucho que investigar sobre la batalla del
18 de abril de 1847, en la población de Cerro Gordo; el ejército siguió su
camino la capital del país, llegando a la ciudad de Xalapa, capital del estado,
el 23 de abril. En el archivo histórico municipal de Xalapa, se resguarda una
serie de documentación que nos dan evidencias
de la situación que vivieron los pobladores durante la invasión
norteamericana.
El testimonio familiar de un ex combatiente: https://youtu.be/mBVTJWRIKuw . El próximo martes 18 de abril a las diez de
la mañana en la Plaza del Cañón, organizado por agente municipal Alejo Olmos
Rodríguez.