José Miguel Cobián | 01 agosto de 2016
Tribuna Libre.- En una colaboración anterior
planteaba quien esto escribe, que no es lo correcto dejar de pagarle a todos
los proveedores de gasto corriente del gobierno del estado, una vez que entrara
el nuevo gobierno. Cuestionaba al lector
respecto de que sería lo correcto, en esta situación que tanta tensión ha
generado pues muchos empresarios están en contra de los fideicomisos recién
formados para cubrir dichos adeudos con el 3% a la nómina.
Al final quien definió lo
que es correcto, y a quien aplaudo en su decisión, fue el propio gobernador
electo. El sábado 30 de julio se llevó
a cabo una conferencia de prensa en la Canaco de Veracruz, a la que asistió
nuestro amigo el Ing. Enrique Solana Sentíes, actual presidente nacional de la
Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO),
quien en su calidad de máximo representante del comercio organizado en el país
actúo como testigo de honor de los compromisos del gobernador elector Miguel
Ángel Yunes Linares, y también se comprometió a nombre del comercio organizado
a apoyar la reactivación económica del estado.
En la mencionada conferencia
de prensa el gobernador electo se comprometió a revisar cada uno de los adeudos
y a liquidar todos aquéllos que sean legítimos, en el afán de no perjudicar a
las pequeñas y medianas empresas y empresarios que confiaron en gobierno del
estado y le proporcionaron bienes o servicios.
Supe que hubo una airada
reacción por parte de los socios de las cámaras de comercio y de industria a
quienes les debe gobierno del estado, por la oposición de las mismas al pago de
los adeudos. De ahí que la presencia de
Enrique Solana haya servido para tranquilizar las aguas entre los comerciantes,
y la declaración de Miguel Ángel haya puesto cada cosa en su lugar.
Esta actitud del gobernador
electo le ha traído muchas simpatías. No sólo entre aquéllos que quieren quedar
bien con él a ver si algo le sacan, sino también entre la población en
general. Tomar el toro por los cuernos,
resolver el problema antes de que se haga más grande, buscar soluciones
inmediatas hoy con compromisos y mañana con acciones, una vez que esté en el
poder. No dejar que se acumulen los problemas por falta de acción o reacción, y
sobre todo, mostrar y demostrar que está atento y enterado de lo que sucede en
el estado, para bien y para mal. El
mensaje es claro, habrá liderazgo firme y atento al sentir de la población.
Desde la campaña se notó una
gran diferencia entre uno y otro de los primos.
Uno con un ritmo semi-lento, a pesar de ir contra la corriente pues la
opinión pública estaba contra el gobernador y contra el presidente de la
república, con un equipo de estrategia realizando un pésimo trabajo, mala
comunicación y nula capacidad de reacción, además de poco compromiso con los
ciudadanos. Mientras el otro,
acercándose, escuchando, con muy buena comunicación, demostrando su
conocimiento del estado y las necesidades de cada comunidad. Y sobre todo, con una capacidad de reacción
casi inmediata. En un asunto que no
viene al caso mencionar, Miguel Ángel reaccionó en 15 minutos, con un video
inmediato para comunicarse con los electores, mientras que en un asunto similar
la reacción de Héctor se dio con tres días de retraso.
Parece que Veracruz tiene
esperanza de reactivación económica. Miguel Ángel está hablando con los actores
principales. Hoy sabemos que se reúne
con la cúpula del comercio. Seguramente
pasará lo mismo con la dirigencia de la industria nacional, y luego con las
cámaras a nivel estatal, pero también con los grandes capitales de México, esos
que con una decisión de inversión cambian la vida de miles de personas.
Los temas son diversos y las
necesidades de la población más aún.
Pero hay un tema en el que el gobernador entrante y el saliente deben
ponerse de acuerdo a la brevedad, por razones de política pública,
independientemente de sus diferencias en otros temas. Ese tema es la seguridad.
Sabido es que cuando hay un
cambio de gobierno, los que se van sufren el avance de los enemigos de la
sociedad con mucha intensidad, y lo mismo sucede en los primeros seis meses de
los gobiernos entrantes. Hoy los avances
del crimen organizado, representados en asesinatos y en secuestros se
incrementan exponencialmente. Mientras
la sociedad veracruzana se siente inerme pues percibe que los que se van y los
que llegan no se coordinan correctamente.
Supongo que el retraso en esta coordinación se debe a algún expediente
pendiente en el TRIFE, sin embargo, la situación se puede deteriorar aún más de
manera acelerada, así que tarde o temprano, ambos funcionarios deberán ponerse
de acuerdo y sus equipos también, para que no se genere un vacío en la
transición entre uno y otro gobierno.
Celebremos en Veracruz la
alternancia democrática. Y pensemos que le debe ir bien al gobernador entrante,
así como debe de terminar bien el gobernador saliente. Los ciudadanos debemos unirnos para que
autoridad y pueblo caminen en el mismo sentido, olvidando rasgos o razones
partidistas. Si le va bien al
gobernador le va bien a Veracruz.