* De la ejecución al borrachazo * ¿Y los
signos de tortura? * Ahora aparece un asesino a modo * Fuerza
Civil, enemiga de la ley * Hostigan labor periodística * Los
políticos y su desdén a la cultura * Luis Chávez y su proyecto de lectura.
Mussio Cárdenas Arellano | 26 mayo de 2015
Tribuna Libre.- Armando Saldaña
Morales tenía signos de tortura, su cuerpo lacerado, la oreja desprendida,
pecho y pies quemados y cuatro impactos de bala. Súbitamente, dijo la justicia
oaxaqueña que no murió asesinado, que andaba ebrio, lo golpearon, resbaló y se
desnucó. Y más tarde, desnuda la infame versión, presenta al supuesto criminal.
A los tumbos se va
tejiendo —y enredando— la investigación ministerial en torno a la muerte del
periodista de Tezonapa, conductor de noticiarios en la K-Buena, titular en el
espacio “La Grilla, Punto y Debate”, y del periódico La Crónica de Tierra de
Blanca.
Lo mataron el 4 de
mayo. Había ido a Cosolapa, municipio oaxaqueño colindante con Tezonapa, donde
residía, el domingo 3, por una información. Ya no volvió.
Fue hallado al día
siguiente, a la orilla de un arroyo entre las comunidades Morelos y Rancho
Tablas. Su cuerpo se hallaba boca abajo, junto a la camioneta que conducía.
Armando Saldaña,
oriundo de Laguna Chica, municipio de Tezonapa, 53 años de edad, se convirtió
así en el doceavo periodista en ser asesinado durante el gobierno duartista.
Se sabe que murió,
pero la justicia oaxaqueña, encargada de realizar la investigación ministerial
por haber sido hallado el cuerpo en aquella entidad, todo lo enreda y lo
confunde. 21 días después prevalece el caos, un mar de inconsistencias,
omisiones, falta de rigor judicial.
A Cristina
Saldaña, hija del comunicador, le hizo saber la Subprocuraduría de Justicia de
Oaxaca en Tuxtepec, que la muerte de Armando Saldaña no fue un crimen, “que fue
golpeado y que en posible tropezón, se cayó hacia atrás y se pegó en la
cabeza”.
Inverosímil, la
versión se estampa con la realidad. Una fotografía de Armando Saldaña sin vida,
junto a la camioneta en que viajaba, lo muerta boca arriba, lo que derrumba la
versión de que “se cayó hacia atrás y se pegó en la cabeza”.
Constan las
palabras de Cristina Saldaña en el portal “Al calor político”, el 20 de mayo, y
en ellos expresa la hija del periodista su impotencia, “cuando los agentes
ministeriales comentaron extraoficialmente que encontraron cuatro casquillos de
bala en el lugar del crimen”.
A Cristina Saldaña
le tocó pasar por el traumático momento de identificar el cuerpo de su padre.
“Cómo es posible que ahora digan que la muerte de su padre fue por una simple
borrachera cuando ella fue a reconocer el cuerpo, y observó que presentaba
exposición de masa encefálica por salida de impacto de dos balazos con entrada
en la boca y salida en la parte occipital”, refiere Al Calor Político.
En fotografías se
observa que Armando Saldaña fue torturado. “El pie izquierdo estaba quebrado,
uno de sus hombros estaba dislocado, presentaba además quemaduras en el pecho y
cortaduras en las mejillas y en los costados del vientre como en la oreja
izquierda que le colgaba”.
Armando Saldaña
fue sacrificado. Cristina, su hija, desdeña que se tratara de una borrachera y
que los cortes en su cuerpo, como afirma el fiscal oaxaqueño, sea por el filo
de una botella. “Nunca se encontraron objetos de una riña o que presentara
rasguños o pelos, tubo o machete”.
Ahora nadie sabe
de la pertenencias del periodista veracruzano. “Ni la maleta donde llevaba su
cámara y sus documentos de venta de publicidad y tampoco su gafete, porque no
encontraron nada; cuando existen las fotos que evidencian que cerca de la
portezuela de la camioneta en que lo trasladaron hasta donde lo ejecutaron
estaba su gafete y sus pastillas, conque controlaba su enfermedad (la
diabetes)”, dice Cristina.
Percibe Cristina
Saldaña que hay intención de darle carpetazo al caso porque la fiscalía tiene
miedo, porque esa región es “zona caliente”, tierra de chupaductos.
Plantea que su
padre sea exhumado pero que tome el caso la Procuraduría General de la
República “porque se trata de un periodista”. Su peregrinar la llevó de
Tezonapa a Tuxtepec, Oaxaca, sede de la Fiscalía Regional, pero de ahí
pretendían regresarla a Acatlán de Pérez Figueroa, donde fue hallado el cuerpo,
supuestamente porque ahí se halla la documentación.
Cristina Saldaña
se queja también de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los
Periodistas de Veracruz (CEAPP), quienes dicen que allá es otro estado. Tampoco
quiso aplicar recursos para los gastos funerarios, pese a tratarse de un
periodista veracruzano. Quisieron hacerlo de manera extraoficial, un chayote
postmortem, que irritó a la familia y a la prensa crítica.
Insiste en que se
realice la exhumación del cuerpo pero las autoridades judiciales les aflora el
humanismo. “Dicen que sería faltarle al respeto a Armando Saldaña”. Más falta
de respeto es no hacerle justicia, decir que murió por un borrachazo, que se
desnucó y que no hubo tortura ni cuatro impactos de bala.
Deficiente, nada
profesional, es la actuación de los peritos oaxaqueños. Olvidaron tomar las
huellas dactilares de Armando Saldaña y para subsanar la omisión, acudieron al
velorio del periodista, abrieron el féretro y ahí tomar la huella. De película.
Ni siquiera le
entregaban a la familia el acta de defunción porque, supuestamente, no contaban
con el resultado de la necropsia. Y así transcurrían los días.
A Cristina Saldaña
no le queda duda: su padre fue ejecutado.
Un día después
—mayo 21—, Jorge Morales Vázquez, comisionado de la CEAPP, el único con actitud
crítica ante los agravios a periodistas, deploró la indiferencia con que se
trata el asesinato de Armando Saldaña.
“Hay omisión en
ese sentido, no hay voluntad de las autoridades de Oaxaca ni de la PGR, ni
voluntad política en el caso de la Fiscalía de Veracruz, y el gobierno
veracruzano está actuando como que no le importa”, expresó.
“Ya pasaron casi
15 días de los hechos y la Fiscalía de Oaxaca no tiene nada, no tenían ni la
necropsia. Inclusive el personal de la Comisión que fue a hablar con gente de
la Fiscalía de ese estado —Oaxaca—, recibieron la versión deplorable de que,
aun cuando no hay investigación, se pretende decir la tesis de que fue un
pleito entre borrachos, dejaron entrever que es la tesis que ellos van a
manejar”.
Esto, deploró
Jorge Morales Vázquez, “es una situación anómala y preocupante, por decir lo
menos”.
Hay indiferencia
de las fiscalías oaxaqueña y veracruzana y también de la Procuraduría General
de la República.
“No les interesa.
Ya le hemos pedido audiencia tres veces al gobernador para atender temas
importantes, y no nos recibe, yo ya me cansé de decirlo públicamente, el
gobernador está rebasado”, dice Jorge Morales.
La PGR también
muestra actitud cómplice. A la fiscal especializada en Atención a Delitos
Cometidos Contra la Libertad de Expresión, de la PGR, Laura Borbolla, se le
planteó que atrajera el caso. De los 11 asesinatos de comunicadores ocurridos
durante el duartismo, ninguno está en la esfera federal. Dice la PGR que sólo
es coadyuvante. O sea, cómplice por omisión.
Al día siguiente —mayo
22—, la Procuraduría de Oaxaca asestó un golpe de timón al dar conocer la
detención de Juan Morales o Juan Carlos de la Cruz Vergara, de 25 años de edad,
a quien le imputa la autoría material del crimen del periodista Armando
Saldaña.
Sin embargo, no
revela móvil, ni circunstancias, ni posibles autores intelectuales. No
esclarece en qué condiciones ocurrió el crimen, según la versión difundida en
el boletín oficial.
Cristina Saldaña
reventó la infamia. Reveló lo que le había expresado el fiscal regional de
Tuxtepec, el intento de convertir la ejecución de Armando Saldaña en un
borrachazo, de derrumbar la versión de la tortura, de los pies quemados, del
hombro dislocado, de la oreja desprendida, el pie quebrado, quemaduras en el
pecho y cortaduras en las mejillas.
Armando Saldaña,
el doceavo periodista veracruzano asesinado durante la pesadilla duartista, fue
torturado. Quisieron desvirtuar la versión y cuando la hija los exhibió,
aparece un presunto asesino.
¿Y el autor
intelectual?
Archivo muerto
Arbitraria,
alevosa, intimidatoria, la Fuerza Civil no le sirve a los veracruzanos. Es
enemiga de la sociedad. Patrulla Coatzacoalcos sembrando miedo, amagando al
ciudadano, amenazando, escudados los rufianes verdes en el uniforme que
indignamente portan. Lo digo con evidencia. Mayo 23, frente a la central
camionera, alrededor de las 3 de la tarde. Personal de mussiocardenas.com realizaba
sondeos de opinión para documentar el sentir del ciudadano respecto a
candidatos y partidos políticos, si van o no votar, si conocen sus propuestas,
si tienen una preferencia electoral. Así se sustenta la intención de voto, el
nivel abstencionismo que viene, con investigación periodística. Irrumpe un auto
color blanco, sin insignias. Descienden varios sujetos. Portan chaleco con la
leyenda “Fuerza Civil”. Visten ropa verde, tipo militar. Cuestionan a uno de
los colaboradores de mussiocardenas.com. Les explica que recoge
las opiniones de ciudadanos sobre el actual proceso electoral federal. Lo
fotografían, le piden identificarse. Lo amedrentan. Exhibe su credencial de
elector y el gafete que lo acredita. A ambos documentos le toman fotografías.
En uno de ellos teléfono y correo electrónico del autor de esta columna. “Vete
y ya no molestes a la gente. Déjalos trabajar”, conmina uno de los rufianes de
la “Fuerza Civil”. Apesta la podredumbre policíaca del duartismo, violadora de
derechos constitucionales, alevosos que suponen que pueden restringir el oficio
periodístico. Implicados en la desaparición de cinco jóvenes, encubiertos por
el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita —“pinches medios”—
que afirma que la desaparición de cinco personas se trata de un ajuste de
cuentas, la Fuerza Civil sigue acumulando quejas, repudio y condenas en
Coatzacoalcos. ¿Cuántos cientos de millones costó preparar al cuerpo de élite,
equiparlo, convertirlo en la segunda fuerza policíaca del país? ¿Y para qué?
Para que el crimen organizado haga lo que le viene en gana mientras la Fuerza
Inútil invierte su tiempo en hostigar y amedrentar a la
ciudadanía... Enemigos de la cultura, políticos mercachifles, tienen ojos
para el poder pero no para el fomento a la lectura. Y si es en niños, menos. Es
la experiencia del maestro Luis Chávez Fócil, su talento excepcional, su
experiencia sin duda, ilimitada su imaginación, diestra su pluma, vaciada en
una amplia obra literaria, orgullo de Tabasco y del sur de Veracruz. Luis
Chávez —“La Ancianita James”, su más reciente libro— realiza su proyecto
Fomento a la Cultura en Minatitlán, aprobado en los tiempos en que gobernaba
José Luis Sáenz Soto, hoy candidato del PRI a diputado federal. Acude a
escuelas primarias. Lee cuentos a los niños, imita las voces de los personajes,
la viejita, el monstruo, el niño. Y provoca la reacción de los pequeños, los
incentiva, los motiva a leer. En 2014 les leyó a 3 mil 300 alumnos, nada fácil
porque para eso se requiere vocación. Cobra 5 mil pesos al mes, y le pagan con
retraso. No hay para la cultura pero sí para que el alcalde Héctor Cheng
Barragán le coloque su fajo de billetes a la bailarina de Gloria Trevi, durante
el carnaval de Minatitlán —la mente teibolera manda—. Acudió a Xalapa. Intentó
que el secretario de Educación en Veracruz, Flavino Ríos Alvarado, le aprobara
un proyecto regional, de San Andrés Tuxtla a Las Choapas. Le dijeron que sí y
que se regalarían libros. Luego le dijeron, por Facebook, que siempre no, que
no hay presupuesto y que hasta les bajarían el salario. No hay para la cultura
pero sí para embriagar con cerveza a los maestros en su día, ahí las fotos de
la mega parranda en internet. Su proyecto fue comentado a la regidora de
educación en Coatzacoalcos, Mirna García Ávalos, en tres ocasiones, y no
respondió; al regidor cuarto, Felipe Hernández Pulido, en igual número de
veces, y nada; a la alcaldesa de Nanchital, Brenda Manzanilla Rico, por sólo 3
mil 500 pesos al mes, y tampoco. Son mercachifles de la política, ávidos de
poder, enemigos de la cultura, una vergüenza para esos niños que merecen tener
acceso a la lectura. Luis Chávez lo hace por su amor a la literatura y porque
pretende que a través de la cultura se formen mejores generaciones de
mexicanos. Su caso va que vuela al escritorio del secretario de Educación,
Emilio Chuayffet Chemor, porque hay manera de que lo conozca. Ojalá así se
active el fomento a la lectura en el sur de Veracruz...
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@mussiocardenas