* Sedesol, operador del PRI * Las otras
denuncias * Los engaños del PRI * Dice que la reforma energética es
obra del PAN * Ordena IFAI a PGR revelar cuántas narcofosas hallaron en
Veracruz * Le hablan al fiscal Bravo * 240 mil pesos al mes para El
Maneas * Despilfarro del tesorero.
Mussio Cárdenas Arellano | 01 mayo de 2015
Tribuna Libre.- No ha sido
diputado federal, pero Marcelo Montiel ya es la estrella del Congreso. Ahí le
llueve lodo. Le reviven denuncias del pasado, lo acusan de abuso de autoridad y
le condenan el lucro electoral con los programas sociales. Y fuera de la
Cámara, lo instan a irse de Sedesol.
“Sedesol Mapaches
del PRI”, decían las cartulinas con que los diputados del Partido de la
Revolución Democrática elevaban su protesta —martes 28—, tras revelar el
senador Alejandro Encinas Rodríguez, que el ex alcalde de Coatzacoalcos opera
una red que desvía recursos y manipula los programas sociales para la compra de
votos.
“Fuera Rosario
Mapache Mayor”, reclamaban otras leyendas en alusión a la titular de la
Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal, Rosario Robles Berlanga,
conversa al PRI, ex jefa de gobierno del Distrito Federal, inodada en el caso
del Señor de las Ligas cuando era amante del empresario Carlos Ahumada Kurtz y
juntos usaron las cintas de video donde aparecía el operador de Andrés Manuel
López Obrador, René Bejarano, recibiendo sobornos por cientos de miles de
pesos.
En Marcelo Montiel
se centró el impacto del misil del senador Encinas, pero el alcance dio en el
centro de mando del PRI, la Sedesol y Rosario Robles.
Encinas había
revelado, el lunes 27, que el delegado de Sedesol en Veracruz, Marcelo Montiel
Montiel, usaba los programas sociales para lucrar electoralmente a favor del
PRI, que afectó 500 millones de pesos, que se realizaron cobros con firmas
falsas, que se dieron por realizadas obras que nunca se hicieron. Marcelo
Mapache en acción.
Dijo tener una
memoria USB con la información, 623 documentos y videos, realizada la
investigación por una supuesta agrupación denominada “Funcionarios Honestos de
Sedesol en Veracruz”.
Reaccionó Marcelo
Montiel y llamó a la denuncia del senador Encinas “montaje” y “telenovela”.
Convocó a la prensa. Habló del tema. Refutó cifras. Presentó mensajes de texto
en que se instaba a pagar a jornaleros para evitar que realizaran actos de
protesta durante la gira de Rosario Robles a Veracruz.
Raro en Marcelo
Montiel, que suele remitir a sus críticos a las instancias legales cuando le
imputan algo, o escudarse en que lo aprobó el cabildo y lo avaló el Congreso
estatal, o desestimar todo con sólo hacer oír su voz, esta vez brincó.
“Falso”, expresaba
al citar las imputaciones del senador Encinas, uno de los personajes más
sólidos y respetados de la izquierda mexicana.
Creíble o no lo
dicho por Marcelo Montiel, lo cierto es que después del bombazo activado por
Encinas ya nada es igual. De por sí demagogo, sus palabras no convencen. “Falso
él”, responde el vulgo y la vox populi.
Ahí, en el
Congreso federal, tildaron a la Sedesol de Veracruz, la que encabeza Marcelo
Montiel en su calidad de delegado, de ser mapache del PRI, como en 2013 fue
categorizada la banda de delincuentes políticos pillados en videos y audios, en
Boca del Río, tramando cómo robarse las elecciones estatales.
Ahí, en 2013, lo
que salió a relucir fueron los “Ladrones de Elecciones”, como se hicieron
famosos cuando el tema llegó a las redes sociales, a las páginas de los
periódicos, a la radio y a las televisoras.
Pillaron a los
operadores de los programas sociales, fidelistas y duartistas. Atraparon a
Manzur, a Zarrabal, a Pablo Anaya, a los pupilos de Ranulfo Márquez Hernández,
entonces delegado de Sedesol, quien tuviera que dejar el cargo, sujeto a
investigación, libre de culpa después y hoy secretario de Desarrollo Social en
el gabinete de Javier Duarte. La pura complicidad.
Ahora es Marcelo
Montiel el implicado. La revuelta lo toca, lo zarandea, lo sacude. En el
Congreso lo baila el PRD, los diputados de Morena, la corriente de izquierda y
hasta el mismo PAN.
Brinca su nombre
en torno al explosivo tema del robo de los 500 millones, pólvora para las
campañas priístas que no prenden, para los candidatos nefastos, los hijos de la
fidelidad, Erick El Terrible Lagos; Jorge Carvallo, el peor hijo que pudo
haber; Alberto Silva, el Cisne Empolvado; Tarek Abdala, Alí Babá y sus 40
fieles; Carolina Gudiño, la abeja reina, futura gobernadora de Veracruz si
libra la aduana de Boca del Río.
Tocan a los hijos
de la fidelidad pero no al patriarca de la pandilla. Fidel Herrera permanece
ajeno, en su propia guerra, vapuleado por los maestros de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación, en Oaxaca, a donde fue enviado a
morir, convertido en delegado del PRI nacional.
A quien sí toca el
escándalo es a Marcelo Montiel. Ahí mismo, en el Congreso federal, se filtra
las denuncias que lo implican. La de Sergio Vaca Betancourt, el combativo
abogado, panista en otros tiempos, quien en 2010 lo pescara en una por “abuso
de autoridad, enriquecimiento ilícito, cohecho y peculado por alrededor de 82
millones de pesos cometidos en el último año de su gestión al frente del
ayuntamiento de Coatzacoalcos, entre 2000 y 2004”, según reseña La Jornada.
No para ahí el
caso. Marcelo Montiel arrastra una denuncia por fraude fiscal, interpuesta por
el abogado Rogelio Martínez, actual representante del Movimiento de
Regeneración Nacional ante la junta distrital del INE de Coatzacoalcos.
Acreditó en 2003
Rogelio Martínez que el entonces alcalde Marcelo Montiel no tenía facultad para
condonar accesorios, multas y recargos del impuesto de traslación de dominio
por el cambio de nombre de las petroquímicas, convertidas entonces en
subsidiarias de Pemex.
Debiendo cobrar 2
mil 200 millones de pesos, Marcelo Montiel pactó con Pemex el cobro únicamente de
440 millones. Y lo hizo violando la ley. Adujo que Coatzacoalcos requería de
recursos para realizar obra pública, que por eso denunciaba a Pemex, que
embargaba sus bienes y pudiendo cobrar la suerte principal, se conformó con el
20 por ciento del total.
Nadie creyó
aquello. Diversas pruebas demostraron que Marcelo Montiel no usó esos recursos
para beneficio de Coatzacoalcos. Lo acredita el “Libro Negro de Marcelo
Montiel”, confeccionado por el ex tesorero municipal, Mariano Moreno Canepa,
operador de Iván Hillman Chapoy, acérrimos enemigos en aquel entonces, cercanos
hoy, construyendo todos la candidatura de Mónica Robles de Hillman a la
presidencia municipal y el seguro regreso de Mariano a la tesorería.
Salió a la luz
también el reparto de cemento en plena veda electoral, en 2013. Operó el fraude
en Coatzacoalcos, la entrega de recursos para obtener votos, la compra de
conciencias, pues el objetivo era imponer a su pupilo, Joaquín Caballero
Rosiñol, en la presidencia municipal. Marcelo Montiel era secretario de
Desarrollo Social estatal y tenía la facultad para asignar los recursos
provenientes de la Sedesol federal, como consta en diversos documentos.
Desaseado,
descarado, el escándalo le pega de frente. Abolla su ego. Lo muestra como es,
calculador, retorcido. Lo que no imaginó es que el senador Alejandro Encinas
habría a detonar el escándalo y lo arrollaría. Ahora piden que se vaya de
Sedesol.
Queda otro
capítulo. Es el de los beneficiarios del mapache.
Archivo muerto
De casa en casa,
pregona el PRI que la reforma energética es obra del PAN. Pulsan el ánimo de
los electores, hablan de despidos, ceses y renuncias, de contratos que se
extinguen, de recorte presupuestal. Y reiteran que es por culpa de la reforma
energética, obra, reiteran, del panismo. La falacia es obvia. La reforma
energética fue propuesta de Enrique Peña Nieto. La presentó el 12 de agosto de
2013; la avaló el Senado el 11 de diciembre y la respaldó la Cámara de
Diputados una semana después, el día 18. Aterrizaron las modificaciones a la
Constitución y luego a las leyes secundarias. La reforma energética es obra del
priísmo, que recogió un proyecto que data del salinismo, que no pudo cuajarlo
Ernesto Zedillo; que el PRI lo boicoteó en los días en que el PAN trataba de
imponerlo desde la Presidencia. De regreso a Los Pinos, con el Pacto por México
como motor, con el PAN y el PRD sometidos, el PRI y Peña Nieto crearon el marco
legal que permite la asociación de Pemex con el capital privado, sea mexicano o
sea extranjero. Su parte negra está en el desmantelamiento de la industria
petrolera nacional, modificación de la relación laboral, desplazamiento de
personal y cambio de áreas de trabajo, y despido de empleados de Pemex, como
finalmente ocurrirá. Esa es la obra del PRI, es su engendro. Pero van a las
colonias los priistas y dicen que la reforma energética es culpa del PAN. Ni
tanto ni tan poquito. Uno mató la vaca y el otro le agarró la pata... No ha de
dormir Luis Ángel Bravo Contreras, el fiscal general de Veracruz. No lo hará
porque el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) ordenó a la
Procuraduría General de la República que revele cuántas fosas clandestinas han
sido halladas en suelo jarocho de 2001 a febrero pasado. Si algo ha ocultado el
amateco —que no cordobés— es el número real de muertos, ejecutados y cercenados
encontrados en narcofosas. Al subprocurador en Veracruz, Arturo Herrera
Cantillo, le costó el cargo por haber confirmado, el 18 de junio de 2014, que
en Tres Valles había más de 31 cadáveres. Otro hallazgo posterior no fue
reconocido oficialmente. En Coatzacoalcos, en los primeros días de febrero de
2015, encontraron 18 cuerpos, pero la Fiscalía de “Culín” dijo que la cifra era
de seis y nada más. Ahora ordena el IFAI que la PGR dé a conocer las cifras
reales. Habrá que esperar la reacción del abogado Luis Ángel Bravo, aquel
negociador de casos —¿litigante?— que inició su carrera en el despacho Penichet
de Córdoba y después llegó a ser presidente de la Barra y Colegio de Abogados
de Córdoba... Malo para el estudio, bueno para la transa. Así definen a
Saulito I rey en funciones de Minatitlán, quienes lo sufren y lo padecen. Lo
hizo desde que estaba Leopoldo Torres como alcalde. Lo hizo en el primer
año de José Luis Sáenz. Lo sigue haciendo en este período en el que se afirma
como rey en lugar de Héctor Cheng, el alcalde que sólo está de adorno. Por el
restaurante Las Maneas, ubicado en la calle 18 de Octubre, en Minatitlán,
regularmente no se paran ni las moscas. Eso sí, cada sábado, desde temprana
hora, se llena de funcionarios petroleros que están en el sindicato, en el
ayuntamiento o en el DIF. Ese es el búnker desde el cual el decrépito Jorge
Wade, líder de la Sección 10 del sindicato petrolero, papá cuervo, hace como
que manda cuando el poder real tras el trono lo ejercen Reyna León Cheluja, su
esposa, y Saulito I, su hijo. Corre la comilona a cargo del Ayuntamiento,
¿Alguien lo duda? Hablan las fotografías con las viandas colocadas en bolsas
azules, los videos, la voz de los testigos. Y diariamente, sin falta, para las
áreas de confianza que tiene bajo su control el alcalde-tesorero, se compran
100 comidas a 100 pesos cada una; 10 mil pesos de lunes a sábado de fijo; 240
mil pesos al mes. Y cuando se ofrezcan para algún evento, comilona, fiesta
familiar, cumpleaños, para eso se está en la plenitud del pinche poder. ¿Ajuste
presupuestal? ¿Cancelación de plazas? ¿Uniformes, lentes, botas, equipo de
protección para los empleados sindicalizados? Todo puede esperar, menos la
comida de Las Maneas...
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@mussiocardenas