* La burocracia armó el escenario de la
convención * El director del DIF admite * Gloria Santos será
candidata del PAN a la diputación * Cinco lecciones de la elección
* Pepe Toño González y el ministro * Veracruz sólo creció 0.6 por
ciento * ¿Cuánto le cuestan al erario los caprichos de la viceprimera
dama?
Mussio Cárdenas Arellano| 24 febrero de 2015
Tribuna Libre.- Curtido en el
fraude, y lo que sea fuera de la ley, Joaquín Caballero Rosiñol opera para su
partido, el PRI, en el mayor de los descaros. Compra adeptos, renta voluntades
y dispone, porque lo tiene a la mano, del erario para organizar y mover al
priísmo. Lo instruye o lo somete. Y, si es necesario, incurre en peculado
electoral.
Lleva así dos
meses. Todo enero y todo febrero, sacudido el PRI de Coatzacoalcos, sus bases y
sectores pasmados, ha intentado cuajar la candidatura de Rafael García Bringas,
un personaje de pragmatismo indignante que le da lo mismo servirse de los
priístas que enfrentarlos, enlodarlos y reventarlos desde su condición de
panista, y luego regresar al redil y pedirles el voto y el aplauso.
Joaquín Caballero
tiene una misión imposible: usar su influencia como alcalde —usar la amenaza si
así se requiere— para integrar a todos, comprometerlos con la candidatura de
García Bringas y asegurar con una victoria en las urnas la continuidad del
proyecto fidelista-duartista para perpetuarse en el gobierno de Veracruz.
Joaquín Caballero
no es un estratega. Era un peón del marcelismo. Ahora es un traidor, y Marcelo
Montiel, su padre político, lo siente en la piel. Son como César y Bruto, la
túnica envolviendo al emperador apuñalado. O como Caín y Abel. No se le sabe
destreza ni habilidad para captar simpatías. No lo distingue un liderazgo. No
ha sido un funcionario agradable, menos servicial. Opera a punta caprichos. No
habla, grita. No pide, impone.
En consecuencia,
su liderazgo es desdeñado porque no parte de la confianza ni del aprecio sino
de los rasgos de tiranía que le son propios en su paso por las instituciones.
El liderazgo no se obtiene por decreto; se logra por carisma. Y no lo tiene.
Carece el alcalde
de Coatzacoalcos del don de la persuasión, negadas sus palabras para convencer
al priismo de que García Bringas, pese a que aún huela a PAN, es la opción
electoral que puede concitar el voto de la sociedad. Joaquín Caballero no nació
para ser líder.
Tiene, pues, un
problema grande. Si no encaja a García Bringas en el ánimo de los priístas, lo
pretende imponer.
Así hizo en enero,
días después del destape de Rafael García Bringas y la debacle del brazo
financiero de Marcelo Montiel, Víctor Rodríguez Gallegos, subdelegado administrativo
de la Sedesol federal en Veracruz, engañado con una candidatura a diputado
federal que no se le dio porque no emociona ni en casa, porque no levantó en
las encuestas, porque le encontraron un historial de corrupción.
Convocó Joaquín
Caballero a la estructura del marcelismo. Los reunió en el hotel Terranova.
Habló de unidad, de lealtad y compromiso. Habló de todo. Y luego se endureció.
Deslizó que si tenían empleo, que lo cuidaran.
Hablaba Joaquín
Caballero pero el discurso era el que significaba a su antecesor, Marco César
Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, intimidatorio, amenazante. Perdería
el empleo quien no cerrara filas y sacara el compromiso del alcalde con el
gobernador Javier Duarte.
Coaccionar,
forzar, obligar al empleado por razones electorales, para que voten por un
candidato, para trabajen por una candidatura, es constitutivo de delito. Es un
caso para el Instituto Nacional Electoral, que hasta hoy duerme en el limbo.
Hay voces que
bautizan a Joaquín Caballero como el “operador político” de García Bringas y el
PRI. No saben ni lo que dicen. No perciben en qué nivel delincuencial lo
sitúan. El delito se dimensiona si el alcalde usa sus horas de trabajo para
armar eventos políticos, para acercar a priístas inconformes, para limar las
aristas que el ex panista, hoy candidato del PRI a diputado federal, dejó en
los seis años que dedicó su actividad política a vapulear al priísmo.
Ser “operador
político” y a la vez alcalde es incompatible. Teóricamente, es ilegal.
Un segundo
episodio revelador ocurrió en la víspera de la convención del PRI en que se
constituyó la candidatura de García Bringas.
Era martes 17 de
febrero. En las instalaciones del salón de eventos del SUTERM se advertía un
movimiento inusual. Un día después se realizaría la convención distrital,
fiesta de los priístas, formalización de la candidatura, un show del que los
primeros en reírse son las bases, los sectores y la misma dirigencia, sabedores
todos que el dedazo es el dedazo y las elecciones internas, teatro vil.
Reveló la
reportera Gabriela Rasgado Martínez, de DI Noticias y Revista ERA, la presencia
de personal de Acción Social. Acondicionaban el lugar. Lo evidenció con
fotografías. Detalló en cuentas de Twitter, la poderosa red social, lo que
ocurría, personal municipal en tareas partidistas, en horario de oficina.
Detonó Gabriela
Rasgado un tema de alto impacto: el personal del ayuntamiento percibe un
salario y eso lo convierte en un recurso municipal; dedicarse a actividades
partidistas o electorales constituye un peculado electoral.
Aquella mañana del
miércoles 18, hubo intento de diluir lo que la periodista Gabriela Rasgado
había evidenciado en las redes sociales. Le llegó una explicación de la
presencia de empleados municipales en el salón donde el PRI celebraría su
convención distrital.
“Hubo mucha gente
sin goze(sic) de salario el día de hoy. El jefe de Recursos Humanos puede darte
cuenta de ello en caso de que alguna autoridad o medio lo requiera. Estamos
plenamente consientes (sic) de las normas y leyes en materia electoral. Por eso
quienes quieran apoyar en alguna campaña tendrán que separarse de manera
definitiva”.
La explicación la
daba el director del DIF municipal, Jesús Moreno Delgado, el de las pseudopsicólogas
que carecen de título y cédula profesional y que aún así son funcionarias,
dictaminan, suscriben documentos oficiales, al margen de la ley.
Ni duda queda.
Quien acondicionaba el evento para realizar la convención distrital del PRI era
personal municipal. Intentaba justificar el director del DIF su presencia, en
horas de trabajo, en una actividad priísta, con un supuesto permiso laboral.
Falacia vil, la
condición de servidor público no se extingue ni se relega por un permiso de
trabajo. Lo mismo argüía el gobernador Javier Duarte cuando fue denunciado por
participar en un acto de campaña de Enrique Peña Nieto, entonces aspirante
presidencial.
Le aclaró el punto
el Poder Judicial Federal: un permiso laboral no extingue su condición de
servidor público. Y ordenó que el entonces IFE lo multara.
Joaquín Caballero
ya es acreedor a sanción. Su personal de Acción Social participó en el
acondicionamiento de la convención distrital del PRI. Lo admite el director del
DIF. Y diga lo que diga, constituye peculado electoral.
No todo es
traicionar. Eso cualquiera. Lo complicado está en operar políticamente sin
dejar huella, manejar las estructuras partidistas de forma transparente,
posicionar a un candidato al precio que sea, planchar a los adversarios,
someter a la disidencia tricolor. Para eso se necesita más. Y Caballero no
tiene con qué.
Por lo pronto, ya
tiene un caso de peculado electoral.
Archivo muerto
Se cumple la
predicción: Gloria Santos Navarro gana la elección interna del PAN. Será
candidata a la diputación federal por el distrito de Coatzacoalcos. Obtuvo 116
votos por encima de Moisés Zarco Lacunza con 107 y Raúl Hernández Baltazar, con
79 sufragios. Tiene cinco lecturas la elección, amargas para unos, inquietantes
para otros: 1) Despreocupados, ajenos a todo, los panistas del distrito
desairaron el proceso interno celebrado el domingo 22; acudió apenas la mitad
de los afiliados a las urnas. 2) Se suponía que Gloria Santos contaba con el
respaldo de 300 panistas únicamente de Coatzacoalcos, sin considerar a la
militancia de Agua Dulce y los contadísimos de Nanchital. ¿Dónde se perdieron?
Sólo la respaldaron 107 azules. 3) Zarco y Hernández Baltazar tuvieron la
propuesta de formalizar una alianza de facto, unidos sus votos, uno para
candidato propietario y el otro para suplente, pero no aterrizaron un pacto que
pudo haberles dado la victoria. 4) Pudo Zarco amarrar la suplencia, dejando
pasar a Gloria Santos, quien días antes de la elección se perfilaba como la
ganadora de la contienda, como finalmente ocurrió; tras la elección serían
fórmula. Lo mismo aplica para Raúl Hernández Baltazar, quien pudo haber
negociado la suplencia. 5) Si con ese nivel, si con ese desinterés van a operar
los panistas la elección federal, dese por hecho que el PRI tendrá al próximo
diputado en San Lázaro... Por razones oscuras, no puede el ayuntamiento de
Coatzacoalcos dar de alta en el IMSS a sus nuevos trabajadores o a quienes ya
lo son pero que indebidamente se les ha escamoteado la seguridad social. Tiene
candado el sistema de afiliación. Trasciende que la irregularidad en los pagos
al Seguro Social le ató las manos al ayuntamiento joaquinista. No hay para
cubrir las prestaciones de ley, escasean los recursos, se viola la ley. Hay, en
cambio, para hacer grilla; para el ejército de “aviadores”, adscritos al
departamento 15-30, que cobran sin dar golpe; para las grandes comilonas en
restaurantes allegados al círculo de poder, con cargo al erario público.
Terrible, inadmisible, la desatención del gobierno municipal. Prohibido
enfermarse, menos realizarse cirugías, mucho menos pretender ser dado de alta
en el IMSS... Inconfundible, José Antonio González Anaya degustaba las viandas
del restaurant El Cardenal, en el hotel Hilton, en la ciudad de México. Su
acompañante era el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Jorge
Mario Pardo Rebolledo, jurista xalapeño de amplio prestigio. Ocurre ese
encuentro justo cuando la Primera Sala de la SCJN ejerce la facultad de
atracción, indebidamente, por supuesto, en el caso del predio Zona Dorada, que
González Anaya, su hermano y padre, así como Alfredo Ramón de Diego e hijos,
reclaman como suyo. Tienen un amparo perdido el director del Instituto Mexicano
del Seguro Social, sin recurrirlo, que ya causó ejecutoria, y la SCJN les abre
la pauta para que sea revocado cuando no hay causa de interés nacional ni se
pone en riesgo la economía de Veracruz, ni hay conflicto por límites territoriales
entre entidades federativas. No hay materia jurídica a debatir, pero así es la
Tremenda Corte, politizada hasta el exceso. Actúa la SCJN como alcahuete del ex
concuño del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. ¿Cabildea, presiona,
trafica apellido, lo usa como del ariete del salinismo Pepe Toño González?
Quizá. Lo que está en juego es un predio con valor de 500 millones de pesos
junto a la Universidad Veracruzana en Coatzacoalcos, que desemboca a la playa,
a la altura del hotel Fiesta Inn. El terreno es propiedad de Inocente Armas,
pero el salinismo usa a la Suprema Corte para quedárselo... Precisión: no
creció Veracruz 5 por ciento en 2014, como aquí se apuntó en la edición
anterior. La cifra aportada por la organización “México, ¿Cómo Vamos?” es
infinitamente menor: 0.6 por ciento en el último trimestre de ese año. Nos hace
la observación el amigo Hasan... ¿Cuánto le cuesta la viceprimera dama de
Coatzacoalcos al erario público, a la nómina del DIF, a la caja chica de un
alto, muy alto, altísimo funcionario del ayuntamiento, donde precisamente
radica el secreto de la poderosa, impune y superconsentida dama? ¿Cuánto
cuestan sus caprichos y sus desplantes? Ojo Cristina...
twitter:
@mussiocardenas