* 45 millones de pesos pagados por un puente
inexistente * Lupe Porras, impune * Elige el PAN a su
candidato * Gloria Santos, un caso pactado * Los terribles
resultados * Veracruz y su debacle económica * Que Bejarano
desconoce a Romero Aquino * La viceprimera dama de Coatza y su secreto
Mussio Cárdenas Arellano | 21 febrero de 2015
Tribuna Libre.- No es santa ni
milagrosa. No le salva el alma nadie. Le sobra, eso sí, a la guadalupana de
Minatitlán, como la bautizó un periodista servil en un lance demencial, audacia
y descaro, impunidad y desprecio a la ley, imputada e intocada Guadalupe Porras
David en un fraude por más de 100 millones de pesos.
Sus transas sí son
de este mundo. Su gobierno, el ayuntamiento que le tocó presidir, fue obsceno,
falto de ética, profundamente deshonesto, hasta el punto de malversar recursos,
provocar un caos administrativo, ocultar contablemente recursos de origen
estatal, emitir cheques sin cubrir los requisitos de ley, gobernar al margen
del cabildo, desviar recursos al PRI, derrochar dinero en imagen personal,
golpear a sus críticos y transgredir todo el orden legal.
Nada santa la
guadalupana, enfrenta hoy nuevas embestidas pues para el Órgano de
Fiscalización Superior del estado de Veracruz (ORFIS) poco hay que reclamarle a
la ex alcaldesa de Minatitlán, cómplices también el Congreso, el gobierno
estatal y el grupo fidelista-duartista al que sirvió operando apoyos populares
a cambio de votos en los procesos electorales.
Le reclaman sus
adversarios que haya dispuesto de recursos públicos en la construcción de una
obra que murió antes de iniciar: el puente Capoacán, por el que se pagaron 45
millones de pesos, vía un crédito bancario y un suministro de recursos de Petróleos
Mexicanos en operaciones fast-track.
Del puente sólo
quedaron sus bases. Del dinero nadie supo más.
Destaca en ese
catálogo de corruptelas la forma en que Guadalupe Porras asignó la obra sin
licitación a la empresa Secort, regenteada por su yerno, Marco César Theurel
Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, ex secretario de Comunicaciones del gobierno
fidelista y entonces en vías de convertirse en alcalde de Coatzacoalcos.
Por ella, se
pagaron inicialmente 30 millones de pesos, provenientes de un crédito otorgado
por Banobras al ayuntamiento de Minatitlán. El 17 de agosto de 2010, Secort
recibió el cheque 106 de la cuenta Banamex 02197751870 sucursal 210. Lo
depositó en su cuenta 92001061339, de Santander.
El segundo pago lo
realizó una semana antes de dejar el cargo, el 22 de diciembre de 2010, como
los ladrones en retirada, mediante una transferencia bancaria de Scotiabank,
cuenta 014854920007027719, por 15 millones de pesos. El concepto fue: “Segundo
anticipo a la factura 490”.
En ambas
operaciones la beneficiaria fue la empresa theurelista Secort, la cual sólo
construyó seis pilotes que terminaron sepultados en lo que sería la base del
puente Capoacán.
A la postre la
obra fue cancelada. Leopoldo Torres, sucesor de Guadalupe Porras David, la dejó
así. Habló de su inviabilidad y supuestamente se desentendió del caso, sabedor
que el crédito con Banobras debía ser cubierto en los términos en que fue
contratado.
Su pecado fue no
proceder contra Guadalupe Porras, documentarle el delito, denunciarla y exigir
que el daño patrimonial fuera resarcido. Cómplice de todo, Leopoldo Torres la
dejó pasar.
Cuatro años
después, el escándalo la persigue. Guadalupe Porras David, alias Lu-pilla
mayor, ya no es alcaldesa, Fidel Herrera ya no es gobernador, Marcos Theurel ya
no es secretario de Comunicaciones ni alcalde de Coatzacoalcos.
Señalada,
vituperada, la guadalupana de Minatitlán se sacude pero no libra la acusación.
Ignora a sus críticos, desoye a las autoridades municipales, desdeña las
imputaciones. Hace de la impunidad su norma y del olvido su estrategia. Pero el
caso Capoacán se reedita y la implica en un fraude descomunal.
Le imputa el
delito Isabel Morales Aguirre, La Potra, regidora con licencia, candidata del
Partido de la Revolución Democrática, antes priísta, a la diputación federal
por Minatitlán.
Movió al cabildo,
tomó el caso, habló y retó. Lidera a un cabildo de mediano nivel, pusilánimes
en su mayoría, que aguardó a tener quien hiciera suyo el señalamiento a la ex
alcaldesa Guadalupe Porras David.
Encubierta por el
ORFIS, que no auditó ese rubro de la gestión guadalupana, enfrenta en la escena
pública lo que el duartismo pretende impedir que llegue a los tribunales.
Dice La Potra que
tiene razón el hijo de la guadalupana transa, Ciro Félix Porras, que su madre
no robó 30 millones de pesos. No, refiere Isabel Morales, fueron 114 millones.
Y se los desglosa: son 69 de Banobras, 15 de Pemex, 18 pagados por el ex
alcalde Leopoldo Torres, y 12 del presidente municipal con licencia, José Luis
Sáenz Soto, actual candidato del PRI a la diputación federal, otro implicado en
el fraude.
No hace milagros
Guadalupe Porras. Tiene, en cambio, la habilidad de desaparecer millones del
erario público.
A la guadalupana
priísta se le atribuye, por haberlo cometido en su período de alcaldesa, la
desaparición de 45 millones de pesos. Pagó 30 millones con cheque y transfirió
15 millones que habían sido aportados por Pemex para la construcción del puente
Capoacán.
Suscita su osadía
mil conjeturas. Se preguntan los minatitlecos qué hizo Secort con 45 millones.
Se cuestionan si Secort los recicló a los bolsillos y las cuentas de Guadalupe
Porras. Intriga saber cuánto quedó en manos de Marcos Theurel y cuánto en manos
de Fidel Herrera Beltrán.
Descomunal, el
atraco a las instituciones públicas es el pan nuestro del priísmo, del
fidelismo que hace y del duartismo que lo encumbre, lo solapa y le allana la
ruta de la impunidad.
Cuatro años
después, el delito no necesita tipificarse. Está a la vista de todos. Lo sabe
Minatitlán. Lo sabe Veracruz. ORFIS pudo ignorar el caso, pasarlo por alto, no
incluir la obra en las auditorías practicadas para determinar si la guadalupana
es corrupta o transa, ambiciosa o voraz, cínica o descarada.
Aún con el
disimulo de ORFIS, la complicidad de Fidel Herrera, el silencio de Javier
Duarte, el hecho es tangible, real, contundente: Guadalupe Porras David es
responsable de un fraude de 45 millones de pesos, ejecutado con toda frialdad,
a la vista de cualquiera, evidentes las pruebas, confiada en que finalmente se
impondría la impunidad.
Malversados,
desviados, robados, los 45 millones de pesos significaron un bono de marcha en
las postrimerías del sexenio fidelista, enloquecidos por la corrupción los
bufones de Fidel, la guadalupana que operaba los apoyos a los pobres para
canjearlos por votos, Marcos Theurel que apadrina, sustenta, maneja, detenta la
empresa Secort, con obra en la sierra de Soteapan y un jugoso contrato en el
puente Coatzacoalcos I, otra milloniza por no hacer nada, ni quitar un tornillo,
ni reparar una parrilla.
No termina ahí la
historia. Comienza y se dimensiona en la víspera de la jornada electoral.
Lupe Porras es una
guadalupana que no hace milagros, sí corruptelas.
Viene lo mejor.
Archivo muerto
Día fatal, el
domingo 22. Acuden los panistas de Coatzacoalcos a las urnas y habrán de elegir
a su candidato o candidata a la diputación federal. Cosas que bullen en la
mente de los azules: decidir entre un militante o un miembro de la sociedad
civil; no reeditar lo que sucedió con los priístas que llegaron, se sirvieron y
se fueron; elegir a quien tenga competitividad y pudiera captar el voto de la
sociedad, el 7 de junio. Anida en el ánimo de los panistas doctrinarios Raúl
Hernández Baltazar, militante, casado con su ideario, leal y respetado, pero
sin posicionamiento hacia el exterior, escasamente conocido por la población.
Destaca Gloria Santos Navarro, precandidata externa, por su labor al frente de
la Casa de Amor, dedicada por ocho años al cuidado, atención médica, gestión de
espacios hospitalarios a los niños enfermos de cáncer; de los tres aspirantes,
es quien cuenta con una imagen sólida, consolidada entre electorado y sin
pasado político. Moisés Zarco Lacunza, ex delegado de Profeco, abogado, ha
encabezado gestiones para la eliminación de la caseta de peaje del puente
Coatzacoalcos I y la cancelación del basurero de Las Matas por el alto grado de
contaminación generado en las cercanías de Minatitlán, pero donde vertía sus
desechos el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Uno de ellos tendrá la candidatura,
quizá Gloria Santos, y en movimiento de última hora, Hernández o Zarco
declinarán para sumarle votos y a cambio asegurar la suplencia. Le aqueja al
PAN la falta de estructuras electorales, brigadas de promoción del voto,
recursos económicos. Se sabe que tendrá parte del voto marcelista, el que hoy
ve con recelo al ex panista Rafael García Bringas como candidato del PRI, y
advierte la traición del alcalde Joaquín Caballero Rosiñol. Lo dicho, sin la
ayuda del priísmo, el PAN difícilmente pinta; con ellos, son una maquinaria de
hacer votos. Domingo 22, fecha clave para el PAN... Datos duros, triste la
realidad de Veracruz: último lugar, junto con Oaxaca, en crecimiento económico
con sólo el 5 por ciento durante 2014; 52 por ciento en pobreza salarial; se
perdieron 2 mil 300 empleos formales en el último trimestre de ese año cuando
se debieron haber generado 13 mil; en productividad, lugar 23 de 32 estados; en
exportaciones, lugar 18; en deuda pública, lugar 26; en desigualdad, lugar 27,
y muy baja inversión en la entidad. Son cifras del semáforo rojo de la
organización “México, ¿Cómo Vamos?”. El docenato Fidel-Duarte cosecha lo que
sembró, ¿Y así quiere el PRI ganar las 21 diputaciones de Veracruz?... Reporte
bejaranista: que Enrique Romero Aquino, ex líder estatal del PRD en Veracruz,
ya no opera para el Señor de las Ligas. Romero dice que sí. Lo pregona. Habla y
pacta. Se hace querer por las tribus que le son afines y riñe y regatea con las
que rivaliza. A nombre de René Bejarano, El teacher, sigue haciendo política
Enrique Romero Aquino. Pero lo cierto, dicen los bejaranistas, es que esa
harina ya es de otro costal... ¿Sabrá Cristina Cházaro de Caballero que ya hay
una viceprimera dama de Coatzacoalcos? ¿Sabrá que tiene su propia corte,
servidumbre con cargo al erario, atenciones por doquier, trato por demás
especial, sobre todo ahora? Se le ve displicente, soberbia, sabedora del poder
que tiene en la mano. Cuentan que se compara, y le gusta que la comparen con la
señora Cházaro. ¿Pistas? En el DIF de Coatzacoalcos, ahí donde Cristina Cházaro
es reina, ahí se halla la razón por la que la viceprimera dama se comporta como
lo hace. Ahí está su secreto...
twitter: @mussiocardenas