Héctor Yunes Landa | 01 junio de 2014
Tribuna Libre.- En el
último año los casos de bullying se han acentuado en nuestro país, lo cierto es
que desafortunadamente el acoso escolar ha existido desde hace mucho tiempo.
Los chicos que en las décadas de los 70's a 90’s realizaban el acoso hoy se
encuentran inmersos en nuestra sociedad y son, en muchos aspectos, impulsores
de la violencia que inunda actualmente el país.
Según datos de la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos, en los últimos dos años los casos de bullying han aumentado en un 10%
y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala a
México como el primer lugar en casos de bullying a nivel secundaria e índices
alarmantes en escuelas primarias públicas y privadas.
El problema tiene alcances de alto impacto, aun si
realizamos un análisis superfluo, podemos observar que el bullying tiene dos
problemas fundamentales para la sociedad: uno es el problema de la agresión en
sí misma porque tienen consecuencias inmediatas hasta llegar a la muerte del
agredido y consecuencias a largo plazo que determinan el actuar futuro del
agresor y el agredido; y el segundo problema, y quizá más grave, es la
aceptación social que tiene la violencia como medio de resolver conflictos o
diferencias la cual queda expuesta en muchos casos cuando los padres,
autoridades y compañeros no intervienen para detener las agresiones o peor aún
llegan incluso al extremo de provocarlas y de animar se incurra en estas
conductas reprobables de acoso escolar.
Una cuestión en la que ponemos poca atención tiene
que ver con la correlación existente con la violencia expuesta en televisión,
que genera que los niños reproduzcan esos esquemas de violencia, debido a que
en el televisor podemos encontrar diversas series relacionadas con el
narcotráfico que narran violencia pura, de ahí que no extraña que los niños
cobren "derecho de piso" por cuestiones como entrar al sanitario o
tener protección, imitando a personajes televisivos que hacen lo propio con
empresarios y comerciantes.
Si bien tenemos las denuncias y una institución que
investiga, ahora debemos generar y apoyar las acciones preventivas y
correctivas para resolver este problema que nos lastima y además exhibe
internacionalmente.
El presidente de la República, Enrique Peña Nieto,
ha puesto especial atención en el bullying por considerar que vulnera las bases
de nuestra sociedad y ha expresado su preocupación por cambiar esta lamentable
situación lo antes posible.
El acoso escolar nos pone en peligro de generar
mayor violencia a futuro cuando una generación de abusadores escolares tomen
posiciones dentro de la sociedad y generen abusos y acosos en otros ámbitos
como el laboral.
La estrategia gubernamental planteada tiene un buen
inicio, pues justamente desde la educación es donde podemos realizar una fase
de contención y otra de reeducación, al generar un cambio social radical en la
manera de manejar los conflictos desde la edad temprana en primarias y
secundarias, sin embargo, desde el hogar también debemos de coadyuvar ante este
problema.
En lo personal, me siento conmovido por la
violencia que puede registrase en las escuelas, comprendo también la
indignación y el sentimiento de impotencia de los padres que han perdido a un
hijo por causa del bullying, porque yo también soy padre y sé que no existe
algo más doloroso que ver el sufrimiento de un hijo.
Tengo la convicción de sumarme al combate del
bullying en todas sus facetas y desde el Senado de la República seguiré
haciendo propuestas para que, en este caso, se prevenga cualquier tipo de
violencia escolar, laboral o intrafamiliar.
No podemos sólo observar como nuestra sociedad
continúa desestructurándose, es tiempo de generar cambios de paradigmas radicales
orientados a una sociedad más tolerante, una sociedad convencida de que el
respeto de los derechos ajenos y el cumplimiento de las obligaciones propias es
la mejor manera de convivencia social.
Instagram: hectoryuneslanda
Tw: @HectorYunes