Eduardo de la Torre Jaramillo | 04 mayo de 2013
Tribuna Libre.- Cuando el último recurso para hacer política
es recurrir al tráfico de la pobreza, significa que el cinismo se apropió de la
vida pública y donde toma carta de naturalización el cementerio de las ideas, y
se da pasó a la extinción de la ética política.
Del anterior pragmatismo que degrada a la
vida pública, es indispensable que la prudencia y el sentido común deban
irrumpir para salir de la espiral de la destrucción de la política, esta debe y
necesita diseñar una nueva arquitectura institucional que interprete de que
"todos estamos en el mismo barco", es decir, gobierno, oposición y
ciudadanía; cuyo paradigma político sea la nueva gobernanza.
Pero la pregunta central es: ¿cómo podemos
hacer política sin traficar con la pobreza en este país?, pues bien, existe una
nueva ruta que es necesaria desarrollarla, y que está dentro del "Pacto
por México", particularmente dentro del área política y en donde los
puntos son: La Ley General de Partidos Políticos y la creación de un nuevo
instituto electoral que organice las elecciones locales; lamentablemente ambas
están propuestas para el segundo periodo ordinario de sesiones del Congreso de
la Unión y rebasan a las 14 elecciones locales de este año.
Continuando con la línea de interpretación
anterior, y partiendo de la Ley General de Partidos Políticos, ésta deberá de
contener la publicación anual de los afiliados de los partidos, donde se podrá
observar las altas y bajas de cada partido político; sancionar cuando las
afiliaciones no sean individuales, y lo más importante prohibir la militancia
partidaria a quien se encuentre en algún programa social, porque se convertiría
en clientela electoral de cualquier partido político.
Asimismo, el reforzamiento para construir
ciudadanía desde el nuevo programa gubernamental de "Hambre Cero", es
imitar en su totalidad al exitoso programa brasileño, donde aquella persona que
reciba algún apoyo económico está obligada a alfabetizare, es decir, existe un
impulso gubernamental no sólo de administrar la pobreza sino de combatirla,
para evitar lo que se ha venido haciendo en los últimos 25 años con todos esos
programas sociales gubernamentales que si bien se han imitado en otros países,
sólo administran la pobreza porque únicamente se destina el 8% del PIB, mientras
que en los países integrantes de la OCDE destinan el 25%.
Dado lo anterior, entonces aquella persona
que se encuentre en un programa social es porque se localiza en alguna de las
interpretaciones sobre pobreza que se tienen en la Coneval, y que diríamos que
están en tránsito hacia la ciudadanía; y por ende se les prohíbe para que
militen en un partido político mientras no salgan de la pobreza; lo que
apuntaría a la construcción de ciudadanía y así se evitaría traficar con la
pobreza en este país, donde casi el 50% se encuentra en situación de pobreza.
El reforzamiento de todo lo anterior lo
realizaría el nuevo órgano electoral nacional, quien supervisaría los padrones
de los partidos políticos, sustentado en un convenio con la Sedesol para cruzar
los padrones de beneficiarios con los listados de la militancia partidaria; con
lo cual construiríamos el nuevo andamiaje institucional de la democracia
mexicana, saliendo de la perversidad política; todo esto lo suscribo por la
experiencia en las elecciones internas del PAN del pasado 14 y 28 de abril,
donde prácticas clientelares tuvieron una presencia importante; por ejemplo el
pasado fin de semana me tocó presenciar una elección panista en Tantoyuca, que
bien se le podría denominar una "elección feudal", donde los
indígenas eran como esos "siervos de la leva", que eran llevados a
votar por sus señores feudales sin saber leer ni escribir, lo que se tradujo en
una imposibilidad para votar; afortunadamente por la intervención de uno de los
últimos doctrinarios de Acción Nacional en Veracruz, Víctor Palacios, y por una
valiente mujer que es Comisionada Nacional de Elecciones, Verónica Pérez se
recondujo esa elección para que las mujeres y los hombres indígenas con todas
sus limitaciones pudieran ejercer su voto de manera libre. Pero que decir lo
que hizo el secretario de finanzas del gobierno del estado de Veracruz,
disponiendo de programas y recursos federales para traficar con la pobreza, si
bien fue grabado desde la ilegalidad, donde se observa el espionaje privado y
posteriormente el espionaje público del gobierno cuando contraataca para
defenderse tenuemente, ambas acciones reprobables.
Finalmente para evitar esta degradación
política, es necesario conjuntar esfuerzos para combatir la pobreza y elevar la
calidad de la democracia en el país, donde la ruta sean esas reformas políticas
de segunda generación que se encuentran en el Pacto por México.